domingo, 30 de octubre de 2016

Oposición con garras y colmillos



Soy de los que creen que la sociedad venezolana ha entrado en otro nivel de lucha y confrontación con un gobierno tiránico que no cree sino en la fuerza, y si esto es así, los líderes actuales de la MUD no nos sirven para nada, al contrario, entorpecen la salida a una solución, nos ponen el freno de mano para que no avancemos cada vez que el gobierno les lanza la carnada de un diálogo.
Creyentes a ultranza en sus méritos democráticos, pacíficos, electorales y constitucionales, hacen lo posible por sabotear las otras iniciativas y formas de resistencia que, según su criterio, no son las adecuadas (efectivas) para derrotar a la opresión.
Líderes como Torrealba, Borges y Oscaríz entre otros, parecieran haber  sobrepasaron su capacidad de eficiencia, fueron desbordados por las circunstancias y la naturaleza de nuestros enemigos, la estrategia que usan ya no es adecuada, son predecibles y carecen de contundencia, esa prédica por más tiempo para lograr organizar a la sociedad para la resistencia pacífica y democrática, aparte de que no lo hay, porque la gente se está muriendo de hambre, ya su promesa suena a ese gastado milenarismo socialista, de esperar por el paraíso en la tierra.
Se han convertido en una pesada carga para las convocatorias a movilizaciones y acciones que la sociedad debe ejercitar, sus discursos son un baño de agua fría para quienes ya tenemos casi las dos décadas trabajando por una solución y esta gente nos sigue diciendo que debemos esperar, que aguantemos, porque ahora con el enviado del Vaticano sí vamos a tener negociaciones exitosas, después que nos han dicho que el problema era sólo del país y debíamos resolverlos nosotros, ahora todo dependen de un enviado del Papa, del mismo que le dio aliento a nuestro peores enemigos, los hermanos Castro, y juega con cartas marcadas a favor del socialismo.
Si lo que quieren es seguir aplicando las fórmulas de una resistencia pacífica, política y negociada se convierten en un estorbo para los líderes confrontacionales, duros, radicales que el país necesita, deberían, si son personas pensantes y responsables, hacerse a un lado y dejar que una nueva plantilla de hombres y mujeres ocupen los lugares de liderazgo para que se abran nuevos cursos de acción, que tendrán sus costos, que no serán fáciles, pero de seguro, destrancarán los cauces de los cambios necesarios.
En apariencia se está produciendo un cambio en esta actitud formalista y políticamente correcta que han asumido los actuales líderes de la MUD, a Capriles se le ve más retador e intransigente con el dictador, a Ramos Allup más consistente con su postura de no dar un paso atrás en defender la potestad y autonomía de la tan maltratada Asamblea Nacional, Freddy Guevara parece haber encontrado el ánimo guerrero de su época de estudiante, pero sigue la corriente negociadora horadando la voluntad general, traducida en multitudinarias marchas en contra del régimen.
La política del gobierno de Maduro de seguir apresando a los líderes fundamentales de la sociedad, seguirles juicio, ponerlos presos, de asaltar la Asamblea Nacional con una  pandilla de violentos para luego anunciar diálogo con los jefes de estas bandas de antisociales, el volverle a caer a garrote a nuestros estudiantes en sus protestas, es el mismo esquema represivo que el gobierno utiliza una y otra vez en contra de la oposición, vuelven las víctimas de la violencia comunista a crecer y vuelven a escucharse los mismos llamados a que aguantemos en nombre de un pacifismo que está ya claro no sirve para nada.
Para quienes no hayan entendido nuestra situación, el comunismo castrochavista residente en Miraflores no va a salir por las buenas, ellos lo repiten una y otra vez, los vamos a tener que sacar muertos pues defenderán a Maduro y lo que este indocumentado significa, con sus vidas.
La única opción que nos dan es que hay que derrotarlo y de manera contundente, hay que cercarlos, doblegarlos, someterlos y entonces, una vez encadenados, entonces sí negociar cual será su futuro, que probablemente tengan que ser juicios públicos donde se imparta verdadera justicia.
Pero mientras se llega a ese momento que debe ser pronto, en cuestión de horas, pues la gente está pasando mucho trabajo y la situación, si se alarga la solución, puede salirse fuera de control y entonces no habrá vencedores ni vencidos, hay que organizar la ofensiva para el resto del país, porque no es sólo en Caracas donde tenemos el problema.
Recordemos que este régimen, bajo el asesoramiento Cubano, nos ha montado el esquema Somalí de los señores de la guerra, hay en nuestras regiones 5 o 6 caciques castrochavistas que hay que dominar con la fuerza, que no se van a entregar sin oponer resistencia y están todos apertrechados en el interior del país, en distintas gobernaciones.
Para vencerlos deberíamos contar con las FFAA, pero previendo que tengamos que prescindir de ellas y probablemente tengamos que obligarlas a entrar por el aro de la ley de la mayoría, que es el verdadero soberano, es que la oposición, sin perder tiempo empiece a trabajar en la clandestinidad y con métodos diferentes a la confrontación política abierta y democrática, de hecho, la manera de hacer oposición debe cambiar radicalmente.
En primer lugar se debe tener a un negociador que dé la cara por la oposición, sólo uno, que lleve y traiga propuestas, que anuncie las posiciones y medidas del Comando de guerra de la MUD y subterráneamente, ir sembrado en todo el país, una red de inteligencia y operativa, dispuesta para acciones especiales, y estoy hablando de conquistas territoriales, con gobiernos propios y autónomos, territorios libres del chavismo con capacidad de autogestión y defensa.
En  esta nueva fase, que sigue siendo política pero como decía Carl von Clausewitz, “por otros medios”, entremos en un enfrentamiento más directo y distribuyendo las cargas de la lucha por liberar al país del colaboracionismo cubano, el chavismo todavía no cree que son minoría, pues hay que enseñarles de la manera más inequívoca y realista que sí lo son, y que en este país, la mayoría decide.
Ya hay un malestar en las filas de la oposición por el temor y los pruritos que privan al momento de hacerle sentir al gobierno el descontento popular, ya no es suficiente que nuestros políticos mantengan sus dedos taponeando los huecos que se abren sobre las grietas que aparecen en la pared de la represa, tratando de convencer al mundo que somos unos buenos mártires y que tenemos vocación de víctimas.
Ya hace mucho tiempo el miedo se acabó en nuestra patria, lo que tenemos es hambre, sufrimos continuamente de la miseria, el dolor y la violencia que nos viene del estado, lo que la gente espera es el llamado a las barricadas, la burla no puede continuar y menos después de que el propio gobierno anunciara la imposibilidad de hacer el revocatorio este año.
Maduro, Diosdado, Izturis, Rodríguez y la cúpula de corruptos que parecen decidir el destino de 30 millones de Venezolanos, han trancado todas las salidas para la crisis que vive el país, la han empeorado al negarla, al no asumir sus consecuencias y pretenden que todo el país pague por los errores que ellos cometieron, no contentos con esto nos robaron la democracia quitándonos el derecho a elegir, y exigiéndonos que muramos de hambre sin hacer ni decir nada.
Se le ha dado demasiado largas a las verdaderas soluciones, ya está bueno de que las pérdidas de vidas, los heridos y los presos sean sólo de nuestro lado, desde el punto de vista estrictamente racional  es inaceptable seguir soportando a un gobierno que no gobierna, a un estado interventor e injusto, a unas instituciones que lo que hacen es explotar al pueblo, si ni siquiera pueden garantizar el derecho a la alimentación, a la salud, a una educación de calidad, a un ambiente limpio, a un clima de paz y orden social, si el gobierno ni siquiera puede mantener la economía funcionando, entonces, ¿Para que los necesitamos? ¿Qué sentido tiene seguir soportando su crueldad, traición e ineptitud?

Un cambio de estrategia, de táctica, de orientación.

Con este tratamiento hacia el gobierno que la MUD le ha prodigado, como si fueran seres racionales, demócratas convencidos, o venezolanos de buena ley, lo que la gente se imagina es que hay sectores dentro de la MUD que están negociando con el enemigo, que están comprados y en conchupancia con el comunismo, que se benefician sosteniendo este estado de cosas y que no les importa el sufrimiento del soberano, si eso es así, entonces debemos poner orden dentro de la unidad si queremos preservarla, y es un deber y un derecho quitarle la dirección a los pacifistas.
Una cosa es el discurso y otro la realidad, no estamos siendo efectivos, ni logrando los resultados deseados ¿Por qué? La respuesta está a la vista, los partidos democráticos y electoreros solo ven oportunidades para la negociación, para poner en juego sus intereses de poder, y si la oferta es buena, si pueden ahorrarse disgustos e incomodidades pues van a sacrificar los intereses de todos nosotros por los de ellos, el negocio de estos partidos políticos asociados en la MUD parece no ser el interés general, ellos actúan como lo que son, grupos de intereses particulares, su negocio es el poder.
Mucho se ha hablado de una campaña de desprestigio en contra de los partidos políticos, de sectores de la sociedad que le tienen ojeriza a las organizaciones cuyo fin es la consecución del poder, y que sus resultados han sido nefastos, entre ellos, que haya aparecido el chavismo y se hiciera con el poder por vía electoral, y que la verdadera causa de nuestras calamidades fuera esta anti-política, yo tengo una lectura muy diferente.
Creo que han sido justamente, esos partidos políticos, los que no se han ajustado a las necesidades del pueblo, a las nuevas realidades, creyeron poder seguir medrando del favoritismo electoral por la vía del menor esfuerzo y riesgo posible, esos partidos que creyeron que podían usar a los electores, sacarles el voto y desecharlos para ellos hacer pingües negociados desde el gobierno, son los que finalmente echaron a perder el juego democrático, fueron ellos, no el elector, los padres del desastre en Venezuela.
El trabajo de una dictadura como la de Maduro es pacificar la rebelión social, criminalizar la resistencia, minimizar a la oposición y entre los muchos medios que dispone para hacerlo, la violencia es uno de sus favoritos, el otro es el engaño, la distracción, pero que le salga una oposición pacifista y fanáticamente legalista (constitucional) es un regalo del cielo, pues los llama a negociar con ellos cada vez que se ven en aprietos, y la oposición negociadora va corriendo a las citas dejando a la oposición confundida.
La MUD se ha convertido en una franquicia del pacifismo militante y actuando como una secta religiosa, promueve su ideología basada en artículos de fe y en una serie de experiencias históricas que nada tienen que ver con nuestra realidad como venezolanos, este régimen que se está derrumbando por sus propios errores y malas políticas ha debido de estar hace tiempo fuera del juego político, pero los pacifistas los han mantenido allí, alargando la agonía del pueblo, no se han dado cuenta que la lucha dejó de ser política, es por la sobrevivencia.
Por un lado excluyen y condenan a cualquiera que no comulgue con su pacifismo, lo que quiere decir que ese concepto de unidad que usan es falso y prejuicioso, queriéndolo o no, se convierten en los mejores aliados del gobierno opresor acaparando no sólo recursos, medios y espacios sino propósitos ¿Por qué creen que tenemos casi dos décadas sin poder llegar a resultados concretos? Porque el pacifismo ha demostrado ser la forma de lucha social con menor efectividad de todas las existentes, lo que hace es vivir de una inmerecida fama, es la posición política más cómoda y con menos rechazo de los factores de poder.
La MUD y su cúpula pacifista lo que ha hecho es robarle los logros reales a esos otros métodos de resistencia que sí han funcionado, se ha alimentado impúdicamente del sacrificios de sus presos políticos, de la lucha de calle de los estudiantes, de las protestas de los sindicatos, de los enfrentamientos de las comunidades por reivindicaciones por servicios, de las huelgas y paros de los médicos, entre otros intentos.
Cuando el gobierno ha cedido a las presiones de calle, al enfrentamiento del pueblo con sus fuerzas de seguridad, los pacifistas se atribuyen sus logros sin mover un dedo, en su discurso acaparan para sí lo que la gente luchadora ha logrado en las calles de manera confrontacional, sus métodos y propuestas están a la vista, mandando a la gente a marchar sin destino, en bailo-terapias, terminando sus manifestaciones ante tarimas con dirigentes enviando mensajes confusos, haciendo reuniones secretas y solo aceptándolas cuando son descubiertos.
Si bien debemos admitir son buenos organizando elecciones, en lo demás han demostrado ser ineficientes, dicen que quieren proteger la vida y la salud de los opositores evitando situaciones de fuerza, pero la lista de bajas con esa estrategia de mártires es a granel, frente a un gobierno carnicero y facineroso.

La resistencia es resistir, no negociar.

Esas tácticas pacifistas hay que eliminarlas, a sus líderes hay que mandarlos a sus casas o que organicen a la gente para cuando vivamos de nuevo en democracia, pero por ahora que dejen de perturbar con sus críticas negativas e imposiciones moralistas a quienes sí quieren hacer algo efectivo.
De las cosas que debemos dejar de hacer es esa política del micrófono que tanto mal nos ha hecho, todas nuestras tácticas y movimientos lo anunciamos de modo que el gobierno siempre está alerta con contramedidas para anular nuestras acciones, debemos imponer un recato en los medios de comunicación por parte de la oposición, dejar de estar haciendo campañas políticas ante las cámaras y micrófonos a destiempo, tanta habladera de cháchara electorera nos ha hecho mucho mal.
El continuado intento de imponernos códigos morales personales, formas de comportamientos que no ayudan a la reconquista del país debe ser rechazado, debe la oposición ingeniarse otros canales de comunicaciones, otras maneras de hacer llegar su mensaje de resistencia, el gobierno no debe saber quiénes son los promotores de las acciones, donde están, cuáles son sus planes, hay que ser invisibles, pero  produciendo actos espectaculares y contundentes.
Se debe acabar con la diabólica práctica de que el gobierno tenga a los políticos de oposición presos o sometidos a procesos judiciales, para ello la oposición debe contar con instrumentos de canje y medios para erradicar ese sucio secuestro y creo, que entre las políticas que debe imponer en su relación con el gobierno, el de la reciprocidad debe instaurarse como igualador en las negociaciones.
Para los que crean que si tomamos Miraflores nuestros problemas se acaban, les tengo malas noticias, el castrochavismo hay que derrotarlo donde quiera que se encuentre, dejarles un estado o una región en sus manos es condenarnos a tener que repetir nuestra historia de estos últimos veinte años, hay que extirparlo de raíz.
La oposición no está en condiciones todavía de enfrentarse en una guerra convencional en contra de los enemigos de nuestra patria, pero hay que trabajar en ello, con una buena organización y con coraje en muy poco tiempo se podría contar con un cuerpo de milicias propio, para en algún momento contar con un ejército nacional de luchadores por la libertad, y cuando se conquiste el poder, aplicaremos la justicia del vencedor de manera implacable, para que sirva de ejemplo a las generaciones futuras, para que nadie jamás vuelva a cometer el terrible error ir en contra del pueblo, su ley y su soberanía, lo que no podemos hacer es quedarnos callados sin hacer nada y bajar a los infiernos en silencio sin dar la batalla en contra del opresor.  -  saulgodoy@gmail.com








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