sábado, 5 de enero de 2019

Carta pública a Nicolás Maduro



Bueno Nicolás, llegamos “al llegadero”, permíteme tutearte, somos casi contemporáneos, tengo algunos años más que tú, no muchos, lo que nos convierte en compañeros de generación aunque es claro, nos separan las ideologías, las vivencias, las circunstancias y la educación recibida, pero eso es algo accidental y es una condición que nos sucede con la mayoría de nuestros compañeros de ruta, lo que quiero decir, es que nos tocó vivir en el mismo tiempo, en el mismo país, pero somos muy diferentes.
Pero esto de ser diferentes no es malo, todo lo contrario, se le llama diversidad y si pudiéramos vivir en cierta armonía y con respeto, esas diferencias se convierten en ventajas, para empezar, hacen la vida más interesante, mucho más rica en forma y contenido, pero tu manera de pensar y de ser, con eso de querer imponernos a todos los venezolanos, y si hacemos caso a algunas de tus declaraciones, al mundo entero, tu estrecha concepción de vida, colectivista, igualitaria, socialista, militarista y a la fuerza, por más amor, solidaridad y buenos deseos con la que la salpimientes, no tiene ningún sentido, a nadie le gusta que lo obliguen a hacer, pensar o actuar, porque se pierde lo más importante que un ser humano tiene, la libertad.
Estoy seguro que en tu caso la libertad tiene otro sentido que el mío, de acuerdo a tu ideología la libertad se aplica a la masa, a la nación, al gobierno, al partido que militas, a tus amigos los cubanos, la libertad para ti es una cuestión de grandes números, de países, de voluntades colectivas, y dejas al individuo fuera de la ecuación, justamente el elemento fundamental en mi concepción de libertad, pues para mi, si la persona no es libre la sociedad tampoco lo es, es imposible que lo sea, si el individuo no puede decidir sobre los aspectos básicos de su vida menos todavía lo pueden hacer en grupo… pero dejemos esta discusión para otro momento.
Como te decía, llegaste al llegadero, y contigo todos nosotros que nos oponemos a tus pretensiones de hacer con Venezuela lo que te da la gana, que por si no te has dado cuenta, somos una contundente mayoría, eso lo sabes, pero pretendes ignorarlo, de hecho mientes cada vez que puedes tratando de hacernos creer que la gran mayoría de los venezolanos te apoya y está feliz con el país en ruinas en que nos tiene viviendo, lo que más grima da, es que todas esas desgracias, padecimientos, insuficiencias y miseria que se han abatido sobre el país, son producto de tu gobierno, de una serie de pésimas decisiones y políticas que nada tienen que ver con nuestro bienestar ni prosperidad, todo lo contrario son fórmulas probadamente ineficientes y erradas, de una era pasada, que nada tienen que ver con nuestra realidad.
Y aquí nos encontramos con el otro problema, eres incapaz de reconocer que la culpa del calamitoso estado de la nación es enteramente tuya, porque esa es otra de tus mentiras, pretendes echarle la culpa de nuestra situación al Imperio, a tus enemigos, a nosotros, los de la oposición, al capitalismo, no hay ejemplo más patético de esa manía de “escurrir el bulto”, de ser manifiestamente irresponsable, como el general Mota Domínguez, uno de tus hombres de confianza y a cargo del sistema eléctrico del país, imagen notoria y pública de la calidad de gestión de tu gobierno, el hombre más saboteado del universo, creo que debería figurar en el libro de records Guinnes, y sin que me quede nada por dentro, debe ser el funcionario que más daño le ha causado a la imagen de eficiencia y confianza de tu gestión como mandatario.
Si has estado leyendo hasta este momento te habrás podido dar cuenta que tengo una percepción tuya muy negativa, un tipo autoritario, que impone su voluntad en contra del bien común, que no le para a la diferencia de opiniones, que no escucha, que se cree “tocado” por los dioses y con la obligación de conducir a los venezolanos a una versión del paraíso en la Tierra que muy poca gente comparte.
Un hombre que miente y distorsiona la realidad, que promete y promete pero no cumple, que juega con las necesidades y miserias de la gente, para un político es grave ser percibido de esa manera, para un pretendido jefe de estado es gravísimo tener a la mayoría del país en su contra, despreciándolo, culpándolo de todo lo malo, burlándose de su persona… has perdido la autoridad moral y la majestad, y todos sabemos que estas consciente de ello porque utilizas la fuerza y la violencia para imponerte, te la pasas amenazando, en un estado de paranoia constante, te sales de tus cabales con facilidad y lo haces en público, en cadena nacional, y eso lo capta la gente, el pueblo ya sabe que has perdido el control del país.
La imagen que comunicas es lastimosa, eres prisionero de tu propia trampa, ni eres libres (en mi concepto) ni tienes la voluntad de redimirte, ya lo hubieras hecho, si hubieran tenido la más mínima reserva moral, por amor a quien dices es tu pueblo y por amor propio, hubieras renunciado, debe ser sumamente incómodo y difícil vivir la vida que llevas, de conspiraciones y atentados, de saberte mal querido por tu pueblo, debe ser doloroso ser blanco de tantas burlas y rechazo, al punto que te has aislado, ya no viajas como lo hacías, ya no te presentas en actos multitudinarios y espontáneos, a nadie le caes simpático, todo lo contrario, te temen, y si eres de los que cree en aquella máxima de Maquiavelo que es mejor ser odiado que amado, creo que debes releerlo, no se refería a tu caso ni a una democracia.
Nicolás, todos sabemos porque estás haciendo lo que haces, no es por apego al poder, ni por los privilegios que vienen con el cargo, ni por los cinco minutos de fama, ya tienes un puesto asegurado en la historia, uno que dudo alguien en su cabales quisiera, junto a asesinos y torturadores, la principal emoción que te mueve es el miedo, y el miedo es un muy mal compañero, te hace cometer errores y puede perderte para siempre, y como creo que muy dentro de ti debe todavía existir una persona que quiere hacer el bien y no el mal, te propongo lo siguiente.
Eres un criminal perseguido por varios países y policías del mundo, lo que sí podría ofrecerte es domiciliar tu caso en Venezuela, que sea enjuiciado en el país y por nuestras leyes, que pagues tu deuda con la sociedad a la que has agraviado, no hay otra manera, olvídate de indultos y amnistías, eso nunca ha funcionado, los demás países que hagan cola… al menos, que te sientas tan inseguro en el país que prefieras entregarte a otra jurisdicción de justicia, ir a pagar tu pena en otras latitudes, eso pudiera pasar, no serías el primero.
Pero en nuestro país cuenta mucho el arrepentimiento, el entregarte sin resistencia a la autoridad, el devolver lo robado, el declarar en contra de tus cómplices para ayudar a la justicia a realizar sus fines, a esclarecer la complicada madeja de un gobierno de mafias y criminales, si hay señales de verdadero arrepentimiento tu pena no será tan larga y el libro sobre tus memorias, que vas a escribir mientras estés en la cárcel (yo te puedo ayudar), será un éxito editorial garantizado, lo que te proporcionará un dinero para que vivas de manera honesta tu vejez, y quien sabe, hasta una miniserie en Netflix pudiera considerarse.
Puedes irte para Cuba, esa es otra posibilidad, pero eres una papa demasiado caliente para que tus jefes te dejen tranquilo, yo estoy seguro que si te vas para allá, en cualquier momento nos llega la noticia que sufriste de un infarto, o de una caída, o de un accidente automovilístico, esos cubanos catrocomunistas enfrían a sus papas calientes y las entierran, yo no te lo aconsejaría, igual el irte exiliado a otro país, los riesgos son enormes.
Ya viene el 10 de Enero, fecha mágica para muchos, en la que el mundo está esperando que trates de atornillarte en el cargo y pretendas continuar con tu gobierno “encangrejado” dándole para atrás y para adelante en medio de una de las crisis económico y sociales más pavorosas de la historia del mundo, lo que vas hacer es reventar, no hay otra, es casi lo mismo que autosuicidarte.
Yo veo tu salida pero clarita, sin mucho trauma, además, creo que te mereces un descanso eso de ser un revolucionario bolivariano socialista es un trabajo de mucha presión, mira al poco de tus compañeros y camaradas que se están pudriendo de un cáncer, despreocúpate por el país, si Venezuela le ha enseñado una lección a sus políticos, es que sabe manejarse ella solita, no los necesita, eso es algo que descubrió Simón Rodríguez hace ya mucho tiempo pero nadie le paró.
Bueno Nicolás, posiblemente esta sea la última misiva que recibas de mi parte, y al menos que quieras renunciar y necesites de mi asesoría, sobre las líneas que te he expuesto (cobro 400.oo US$, la hora), te deseo la mejor de las suertes en estos días tumultuosos, me iba a despedir con “vive largo y prospera”- como decía nuestro recordado Sr. Spock, pero como tienes la opción contraria, mejor no digo nada. 
Atentamente, Saúl Godoy Gómez.  -   saulgodoy@gmail.com




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