Bueno
Nicolás, llegamos “al llegadero”, permíteme tutearte, somos casi
contemporáneos, tengo algunos años más que tú, no muchos, lo que nos convierte
en compañeros de generación aunque es claro, nos separan las ideologías, las
vivencias, las circunstancias y la educación recibida, pero eso es algo
accidental y es una condición que nos sucede con la mayoría de nuestros
compañeros de ruta, lo que quiero decir, es que nos tocó vivir en el mismo
tiempo, en el mismo país, pero somos muy diferentes.
Pero
esto de ser diferentes no es malo, todo lo contrario, se le llama diversidad y
si pudiéramos vivir en cierta armonía y con respeto, esas diferencias se
convierten en ventajas, para empezar, hacen la vida más interesante, mucho más
rica en forma y contenido, pero tu manera de pensar y de ser, con eso de querer
imponernos a todos los venezolanos, y si hacemos caso a algunas de tus
declaraciones, al mundo entero, tu estrecha concepción de vida, colectivista, igualitaria,
socialista, militarista y a la fuerza, por más amor, solidaridad y buenos
deseos con la que la salpimientes, no tiene ningún sentido, a nadie le gusta
que lo obliguen a hacer, pensar o actuar, porque se pierde lo más importante
que un ser humano tiene, la libertad.
Estoy
seguro que en tu caso la libertad tiene otro sentido que el mío, de acuerdo a
tu ideología la libertad se aplica a la masa, a la nación, al gobierno, al
partido que militas, a tus amigos los cubanos, la libertad para ti es una cuestión
de grandes números, de países, de voluntades colectivas, y dejas al individuo
fuera de la ecuación, justamente el elemento fundamental en mi concepción de
libertad, pues para mi, si la persona no es libre la sociedad tampoco lo es, es
imposible que lo sea, si el individuo no puede decidir sobre los aspectos
básicos de su vida menos todavía lo pueden hacer en grupo… pero dejemos esta
discusión para otro momento.
Como
te decía, llegaste al llegadero, y contigo todos nosotros que nos oponemos a
tus pretensiones de hacer con Venezuela lo que te da la gana, que por si no te
has dado cuenta, somos una contundente mayoría, eso lo sabes, pero pretendes
ignorarlo, de hecho mientes cada vez que puedes tratando de hacernos creer que
la gran mayoría de los venezolanos te apoya y está feliz con el país en ruinas
en que nos tiene viviendo, lo que más grima da, es que todas esas desgracias,
padecimientos, insuficiencias y miseria que se han abatido sobre el país, son
producto de tu gobierno, de una serie de pésimas decisiones y políticas que
nada tienen que ver con nuestro bienestar ni prosperidad, todo lo contrario son
fórmulas probadamente ineficientes y erradas, de una era pasada, que nada
tienen que ver con nuestra realidad.
Y
aquí nos encontramos con el otro problema, eres incapaz de reconocer que la
culpa del calamitoso estado de la nación es enteramente tuya, porque esa es
otra de tus mentiras, pretendes echarle la culpa de nuestra situación al
Imperio, a tus enemigos, a nosotros, los de la oposición, al capitalismo, no hay
ejemplo más patético de esa manía de “escurrir el bulto”, de ser manifiestamente
irresponsable, como el general Mota Domínguez, uno de tus hombres de confianza
y a cargo del sistema eléctrico del país, imagen notoria y pública de la
calidad de gestión de tu gobierno, el hombre más saboteado del universo, creo
que debería figurar en el libro de records Guinnes, y sin que me quede nada por
dentro, debe ser el funcionario que más daño le ha causado a la imagen de
eficiencia y confianza de tu gestión como mandatario.
Si
has estado leyendo hasta este momento te habrás podido dar cuenta que tengo una
percepción tuya muy negativa, un tipo autoritario, que impone su voluntad en
contra del bien común, que no le para a la diferencia de opiniones, que no escucha,
que se cree “tocado” por los dioses y con la obligación de conducir a los
venezolanos a una versión del paraíso en la Tierra que muy poca gente comparte.
Un
hombre que miente y distorsiona la realidad, que promete y promete pero no
cumple, que juega con las necesidades y miserias de la gente, para un político
es grave ser percibido de esa manera, para un pretendido jefe de estado es
gravísimo tener a la mayoría del país en su contra, despreciándolo, culpándolo
de todo lo malo, burlándose de su persona… has perdido la autoridad moral y la
majestad, y todos sabemos que estas consciente de ello porque utilizas la
fuerza y la violencia para imponerte, te la pasas amenazando, en un estado de
paranoia constante, te sales de tus cabales con facilidad y lo haces en
público, en cadena nacional, y eso lo capta la gente, el pueblo ya sabe que has
perdido el control del país.
La
imagen que comunicas es lastimosa, eres prisionero de tu propia trampa, ni eres
libres (en mi concepto) ni tienes la voluntad de redimirte, ya lo hubieras
hecho, si hubieran tenido la más mínima reserva moral, por amor a quien dices
es tu pueblo y por amor propio, hubieras renunciado, debe ser sumamente
incómodo y difícil vivir la vida que llevas, de conspiraciones y atentados, de
saberte mal querido por tu pueblo, debe ser doloroso ser blanco de tantas
burlas y rechazo, al punto que te has aislado, ya no viajas como lo hacías, ya
no te presentas en actos multitudinarios y espontáneos, a nadie le caes
simpático, todo lo contrario, te temen, y si eres de los que cree en aquella
máxima de Maquiavelo que es mejor ser odiado que amado, creo que debes
releerlo, no se refería a tu caso ni a una democracia.
Nicolás,
todos sabemos porque estás haciendo lo que haces, no es por apego al poder, ni
por los privilegios que vienen con el cargo, ni por los cinco minutos de fama,
ya tienes un puesto asegurado en la historia, uno que dudo alguien en su
cabales quisiera, junto a asesinos y torturadores, la principal emoción que te
mueve es el miedo, y el miedo es un muy mal compañero, te hace cometer errores
y puede perderte para siempre, y como creo que muy dentro de ti debe todavía
existir una persona que quiere hacer el bien y no el mal, te propongo lo
siguiente.
Eres
un criminal perseguido por varios países y policías del mundo, lo que sí podría
ofrecerte es domiciliar tu caso en Venezuela, que sea enjuiciado en el país y
por nuestras leyes, que pagues tu deuda con la sociedad a la que has agraviado,
no hay otra manera, olvídate de indultos y amnistías, eso nunca ha funcionado,
los demás países que hagan cola… al menos, que te sientas tan inseguro en el
país que prefieras entregarte a otra jurisdicción de justicia, ir a pagar tu
pena en otras latitudes, eso pudiera pasar, no serías el primero.
Pero
en nuestro país cuenta mucho el arrepentimiento, el entregarte sin resistencia
a la autoridad, el devolver lo robado, el declarar en contra de tus cómplices
para ayudar a la justicia a realizar sus fines, a esclarecer la complicada
madeja de un gobierno de mafias y criminales, si hay señales de verdadero
arrepentimiento tu pena no será tan larga y el libro sobre tus memorias, que
vas a escribir mientras estés en la cárcel (yo te puedo ayudar), será un éxito
editorial garantizado, lo que te proporcionará un dinero para que vivas de
manera honesta tu vejez, y quien sabe, hasta una miniserie en Netflix pudiera
considerarse.
Puedes
irte para Cuba, esa es otra posibilidad, pero eres una papa demasiado caliente
para que tus jefes te dejen tranquilo, yo estoy seguro que si te vas para allá,
en cualquier momento nos llega la noticia que sufriste de un infarto, o de una
caída, o de un accidente automovilístico, esos cubanos catrocomunistas enfrían
a sus papas calientes y las entierran, yo no te lo aconsejaría, igual el irte
exiliado a otro país, los riesgos son enormes.
Ya
viene el 10 de Enero, fecha mágica para muchos, en la que el mundo está
esperando que trates de atornillarte en el cargo y pretendas continuar con tu
gobierno “encangrejado” dándole para atrás y para adelante en medio de una de
las crisis económico y sociales más pavorosas de la historia del mundo, lo que
vas hacer es reventar, no hay otra, es casi lo mismo que autosuicidarte.
Yo
veo tu salida pero clarita, sin mucho trauma, además, creo que te mereces un
descanso eso de ser un revolucionario bolivariano socialista es un trabajo de
mucha presión, mira al poco de tus compañeros y camaradas que se están
pudriendo de un cáncer, despreocúpate por el país, si Venezuela le ha enseñado
una lección a sus políticos, es que sabe manejarse ella solita, no los
necesita, eso es algo que descubrió Simón Rodríguez hace ya mucho tiempo pero
nadie le paró.
Bueno
Nicolás, posiblemente esta sea la última misiva que recibas de mi parte, y al
menos que quieras renunciar y necesites de mi asesoría, sobre las líneas que te
he expuesto (cobro 400.oo US$, la hora), te deseo la mejor de las suertes en
estos días tumultuosos, me iba a despedir con “vive largo y prospera”- como
decía nuestro recordado Sr. Spock, pero como tienes la opción contraria, mejor
no digo nada.
Atentamente,
Saúl Godoy Gómez. - saulgodoy@gmail.com
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