Ante la circunstancia tan crítica que vive el país, el desahucio del chavismo y la
presión internacional, la mano que mueve tu cuna debe ser una persona muy
poderosa como para comprometer tu vida y tu futuro en este terrible vacío, y
hablo de cuna porque creí que eras un hombre independiente, consciente en
ejercicio pleno de todas tus facultades de hombre libre, puedas que tengas
compromisos, con tu partido, con tus compañeros parlamentarios, con tu familia
y amigos, pero escogiste una vida de servicio público, pediste el voto de tus
constituyentes y has asumido tu papel como presidente del parlamento, si
pudiéramos ordenar por importancia tus compromisos, no dudo que en primer lugar
está el país, y en esto, estoy seguro, concurres conmigo.
Como
brizna de paja en el viento el destino te escogió para encarnar al presidente
de la república en uno de los momentos más delicados de nuestra historia, pero
has decidido esperar y esta espera tiene al país al borde de un ataque de
nervios ¿Por qué la indecisión? ¿Qué o quién te lo impide? ¿Compromisos
políticos, quizás? ¿Miedo de último momento, dudas de quien salta por primera
vez de un avión en paracaídas? ¿Consejeros que te aconsejan esperar para cuadrar
apoyos antes de que des el sí?
Sea
lo que sea, el tiempo es inflexible, fluye en una sola dirección, de manera
constante, no lo puedes acumular y cada hora que pierdes es irrecuperable, pero
en el caso de nuestra Venezuela ese tiempo tiene un costo en vidas que se
pierden, en naturaleza que se destruye, en riqueza que dejamos de percibir, de
modo que en tu particular paradigma, que nos afecta a todos los venezolanos, el
tiempo que no haces útil nos obliga a perderlo contigo, pero para complicar el
asunto, mientras más tiempo pasa el tirano afianza su poder usurpado y no hay
quien le haga contrapeso.
A Maduro le importa un pito que el país no lo
quiera, su naturaleza delictiva le hace inmune a la resaca moral, no es capaz
de sentir empatía, ni piedad, mucho menos respeto por los otros, como animal
depredador que es, sólo reconoce presas y enemigos, le gusta hacer el mal y lo
hace sin la menor pizca de culpa o arrepentimiento, para todos los efectos es un
hombre sin honor ni dignidad, y lo tenemos solito al timón del país porque a él
y a los cubanos les da la gana.
Tu
papel es asumir tu papel de jefe de estado, probar en el mundo real que Maduro
es un monigote apoyado por unos grupos violentos y sin razón, absolutamente
fuera de la ley, inconstitucional y sin apoyo, ese es el contrincante, no lo escogimos
nosotros ni tu lo pediste, simplemente la historia nos lo puso allí, nos tocaba
ese avatar, y debemos lidiar con el problema.
Tu
trabajo político te llevó a esta encrucijada, sabías que en algún momento
tendría la oportunidad de tu vida si hacías las cosas correctamente, como dije
en artículo anterior, no sabía quién eras hasta hace unos días, pero te ves una
persona decente, inteligente, preparado y nos has demostrado que eres valiente,
y todo se ha conformado para que los hechos y situaciones del país se configuraran
en este momento, quizás no era lo que esperabas, o por lo menos no tan pronto,
probablemente esperabas algo mucho más
gradual que te permitiera ir adaptándote, pero lo que algunos llaman serendepiti, que son las conjunciones
que se dan en la vida de manera totalmente aleatorias, te encontró en el lugar
y el momento donde te convertirías en Presidente de la República, quizás no era
lo que esperabas, pues no fue producto de una elección, ni fuiste candidato,
fue algo muy distinto con la intensidad, la responsabilidad y la exigencia que
estas sin duda sintiendo en éste preciso instante.
Estimado
Guaidó, como millones de venezolanos que en este momento estamos haciendo una
apuesta ciega por ti para que te conviertas en esa figura señera, en ese símbolo
que tanto necesitamos en este preciso instante, lo que hagas o dejes de hacer
va a ser de tu absoluta responsabilidad y nos va a afectar a todos en el país,
oposición y chavismo, independientes y militares, pobres y menos pobres.
Déjame
explicarte, pero creo que ya lo debes saber, convertirte en jefe de estado te
hacer ser receptor de una serie de prerrogativas, herramientas, alianzas,
derechos, deberes y poderes que van a confluir en tu persona de manera
automática, te vas a convertir en un terminal vivo de representación no solo
nacional sino en el mundo, una buena parte de ese mundo que importa ya te
reconoce como representante del país, y estoy seguro, que muchos más lo harán
cuando des ese paso fundamental.
Olvídate
de la tesis de que todo el parlamento se convierte en jefe(s) de Estado, es una
interpretación traída por los cabellos que no aguanta un examen serio, si el legislador
hubiera querido una solución de un cuerpo colectivo haciéndose cargo de la jefatura
del estado, así lo hubiera dejado asentado en la letra de la Constitución, el
nuestro es un régimen presidencialista, se trata de una sola persona que debe
ser investida con el cargo, la constitución te da treinta (30) días para organizar
unas elecciones generales, cosa que no vas a poder lograr por insalvables
obstáculos materiales y políticos, pero dentro de esos treinta días sí vas a poder
armar un poder ejecutivo de transición, un relevo que le permita al país
atender la crisis en la que está sumido, completar el aparato administrativo
del estado y volver a tu cargo como presidente del parlamento.
Hay
una tesis agorera que dice que los que queremos que te juramentes o que empieces
a actuar como jefe de estado, lo que queremos es inmolarte, eso no es verdad,
esta encrucijada tiene sus riesgos, tú los conocías, pero también debes estar
consciente que el precio que el chavismo castrocomunista tiene que pagar por
violentar tu seguridad es prohibitivo, sería un acto de guerra ni más ni menos.
Por
favor, no entiendas la transición como una oportunidad que tiene la Asamblea
Nacional de tener más poder, de diversificar sus actividades absorbiendo al poder
ejecutivo, eso es no sólo desnaturalizaría la democracia, sino que sería un error,
la Asamblea tiene sus atribuciones y su área de trabajo es tan enorme que
apenas se dan abasto para atenderlo, aún teniendo sus recursos y necesidades perfectamente
cubiertas, no van a tener capacidad para afrontarlo todo, tampoco debes dejarte
arrastrar por las ambiciones de algunos partidos políticos, incluyendo al que
perteneces, de repartirse el poder ejecutivo con fines electorales, eso sería ya
un delito de apropiación indebida.
Olvídate
de un co-gobierno con factores disidentes del chavismo, esa gente si es sincera
su posición, ya tendrá su oportunidad de incorporarse a la vida nacional y a la
construcción del país, tampoco andes repartiendo indultos y perdones a los
militares felones, eso es una inocultable muestra de debilidad de carácter
moral, tu sentido de justicia se podría ver seriamente afectado, el problema lo
tienen ellos (los militares) en este momento, deben decidir de qué lado se ponen,
es su pellejo el que está en juego, no los compres con amnistía, esas alianzas
no duran y te debilitan ante el pueblo que espera equidad.
Estoy
seguro que en algún momento reciente, un cónclave de políticos de la oposición
se acercaron a ti y te propusieron tu nombramiento como Presidente de la
Asamblea Nacional con la condición (en éste tipo de negocios siempre hay
condiciones) que en las decisiones que tomaras, primero deberían ser
consultadas y aprobadas por ellos, y tu aceptaste, bien, ahora eres Presidente
de Venezuela, no por decisión tuya sino por la fuerza de la ley ¿Sigues atado a
ese compromiso con los operadores políticos de los partidos? La respuesta la tienes
solo tú. - saulgodoy@gmail.com
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