miércoles, 16 de enero de 2019

Otro día perdido Guaidó ¿Quién te lo impide?



Ante la circunstancia tan crítica que vive el país, el desahucio del chavismo y la presión internacional, la mano que mueve tu cuna debe ser una persona muy poderosa como para comprometer tu vida y tu futuro en este terrible vacío, y hablo de cuna porque creí que eras un hombre independiente, consciente en ejercicio pleno de todas tus facultades de hombre libre, puedas que tengas compromisos, con tu partido, con tus compañeros parlamentarios, con tu familia y amigos, pero escogiste una vida de servicio público, pediste el voto de tus constituyentes y has asumido tu papel como presidente del parlamento, si pudiéramos ordenar por importancia tus compromisos, no dudo que en primer lugar está el país, y en esto, estoy seguro, concurres conmigo.
Como brizna de paja en el viento el destino te escogió para encarnar al presidente de la república en uno de los momentos más delicados de nuestra historia, pero has decidido esperar y esta espera tiene al país al borde de un ataque de nervios ¿Por qué la indecisión? ¿Qué o quién te lo impide? ¿Compromisos políticos, quizás? ¿Miedo de último momento, dudas de quien salta por primera vez de un avión en paracaídas? ¿Consejeros que te aconsejan esperar para cuadrar apoyos antes de que des el sí?
Sea lo que sea, el tiempo es inflexible, fluye en una sola dirección, de manera constante, no lo puedes acumular y cada hora que pierdes es irrecuperable, pero en el caso de nuestra Venezuela ese tiempo tiene un costo en vidas que se pierden, en naturaleza que se destruye, en riqueza que dejamos de percibir, de modo que en tu particular paradigma, que nos afecta a todos los venezolanos, el tiempo que no haces útil nos obliga a perderlo contigo, pero para complicar el asunto, mientras más tiempo pasa el tirano afianza su poder usurpado y no hay quien le haga contrapeso.
 A Maduro le importa un pito que el país no lo quiera, su naturaleza delictiva le hace inmune a la resaca moral, no es capaz de sentir empatía, ni piedad, mucho menos respeto por los otros, como animal depredador que es, sólo reconoce presas y enemigos, le gusta hacer el mal y lo hace sin la menor pizca de culpa o arrepentimiento, para todos los efectos es un hombre sin honor ni dignidad, y lo tenemos solito al timón del país porque a él y a los cubanos les da la gana.
Tu papel es asumir tu papel de jefe de estado, probar en el mundo real que Maduro es un monigote apoyado por unos grupos violentos y sin razón, absolutamente fuera de la ley, inconstitucional y sin apoyo, ese es el contrincante, no lo escogimos nosotros ni tu lo pediste, simplemente la historia nos lo puso allí, nos tocaba ese avatar, y debemos lidiar con el problema.
Tu trabajo político te llevó a esta encrucijada, sabías que en algún momento tendría la oportunidad de tu vida si hacías las cosas correctamente, como dije en artículo anterior, no sabía quién eras hasta hace unos días, pero te ves una persona decente, inteligente, preparado y nos has demostrado que eres valiente, y todo se ha conformado para que los hechos y situaciones del país se configuraran en este momento, quizás no era lo que esperabas, o por lo menos no tan pronto, probablemente  esperabas algo mucho más gradual que te permitiera ir adaptándote, pero lo que algunos llaman serendepiti, que son las conjunciones que se dan en la vida de manera totalmente aleatorias, te encontró en el lugar y el momento donde te convertirías en Presidente de la República, quizás no era lo que esperabas, pues no fue producto de una elección, ni fuiste candidato, fue algo muy distinto con la intensidad, la responsabilidad y la exigencia que estas sin duda sintiendo en éste preciso instante.
Estimado Guaidó, como millones de venezolanos que en este momento estamos haciendo una apuesta ciega por ti para que te conviertas en esa figura señera, en ese símbolo que tanto necesitamos en este preciso instante, lo que hagas o dejes de hacer va a ser de tu absoluta responsabilidad y nos va a afectar a todos en el país, oposición y chavismo, independientes y militares, pobres y menos pobres.
Déjame explicarte, pero creo que ya lo debes saber, convertirte en jefe de estado te hacer ser receptor de una serie de prerrogativas, herramientas, alianzas, derechos, deberes y poderes que van a confluir en tu persona de manera automática, te vas a convertir en un terminal vivo de representación no solo nacional sino en el mundo, una buena parte de ese mundo que importa ya te reconoce como representante del país, y estoy seguro, que muchos más lo harán cuando des ese paso fundamental.
Olvídate de la tesis de que todo el parlamento se convierte en jefe(s) de Estado, es una interpretación traída por los cabellos que no aguanta un examen serio, si el legislador hubiera querido una solución de un cuerpo colectivo haciéndose cargo de la jefatura del estado, así lo hubiera dejado asentado en la letra de la Constitución, el nuestro es un régimen presidencialista, se trata de una sola persona que debe ser investida con el cargo, la constitución te da treinta (30) días para organizar unas elecciones generales, cosa que no vas a poder lograr por insalvables obstáculos materiales y políticos, pero dentro de esos treinta días sí vas a poder armar un poder ejecutivo de transición, un relevo que le permita al país atender la crisis en la que está sumido, completar el aparato administrativo del estado y volver a tu cargo como presidente del parlamento.
Hay una tesis agorera que dice que los que queremos que te juramentes o que empieces a actuar como jefe de estado, lo que queremos es inmolarte, eso no es verdad, esta encrucijada tiene sus riesgos, tú los conocías, pero también debes estar consciente que el precio que el chavismo castrocomunista tiene que pagar por violentar tu seguridad es prohibitivo, sería un acto de guerra ni más ni menos.
Por favor, no entiendas la transición como una oportunidad que tiene la Asamblea Nacional de tener más poder, de diversificar sus actividades absorbiendo al poder ejecutivo, eso es no sólo desnaturalizaría la democracia, sino que sería un error, la Asamblea tiene sus atribuciones y su área de trabajo es tan enorme que apenas se dan abasto para atenderlo, aún teniendo sus recursos y necesidades perfectamente cubiertas, no van a tener capacidad para afrontarlo todo, tampoco debes dejarte arrastrar por las ambiciones de algunos partidos políticos, incluyendo al que perteneces, de repartirse el poder ejecutivo con fines electorales, eso sería ya un delito de apropiación indebida.
Olvídate de un co-gobierno con factores disidentes del chavismo, esa gente si es sincera su posición, ya tendrá su oportunidad de incorporarse a la vida nacional y a la construcción del país, tampoco andes repartiendo indultos y perdones a los militares felones, eso es una inocultable muestra de debilidad de carácter moral, tu sentido de justicia se podría ver seriamente afectado, el problema lo tienen ellos (los militares) en este momento, deben decidir de qué lado se ponen, es su pellejo el que está en juego, no los compres con amnistía, esas alianzas no duran y te debilitan ante el pueblo que espera equidad.
Estoy seguro que en algún momento reciente, un cónclave de políticos de la oposición se acercaron a ti y te propusieron tu nombramiento como Presidente de la Asamblea Nacional con la condición (en éste tipo de negocios siempre hay condiciones) que en las decisiones que tomaras, primero deberían ser consultadas y aprobadas por ellos, y tu aceptaste, bien, ahora eres Presidente de Venezuela, no por decisión tuya sino por la fuerza de la ley ¿Sigues atado a ese compromiso con los operadores políticos de los partidos? La respuesta la tienes solo tú.  -   saulgodoy@gmail.com







No hay comentarios:

Publicar un comentario