Desde
hace algún tiempo he venido estudiando y siguiéndole la pista al comunismo
internacional y su interés por la problemática ambiental mundial; a partir de
la finalización de la Guerra Fría y, posteriormente, con la caída del muro de
Berlín, hubo un realineamiento de las ideas, organizaciones y estrategias
políticas, y el tema ecológico se convirtió en una de los intereses preferidos
por los elementos de la izquierda, al punto que la mayor parte de los partidos
llamados “verdes” son socialistas.
En su
libro, Explaining Postmodernism,
Skepticism and Socialism from Rousseau to Foucault, (2004), el profesor norteamericano
de filosofía Stephen R. C. Hicks explica, de manera brillante, cómo ocurrió este
proceso de defensa y acomodo que tuvo la ideología de izquierda en el mundo,
para poder asimilar el enorme fracaso de su gestión a nivel planetario, y cómo
ajustaron sus agendas e idearios a las nuevas circunstancias, con el fin de
continuar su proceso de colonización mental y política de la humanidad, porque
la izquierda militante y agresiva, tiene un objetivo final, el cual no cejarán
en alcanzar, y es la conformación de un Nuevo Orden Mundial, someter al mundo
entero a sus designios de tiranía absoluta.
Esa
“misión” o cruzada tiene, como motor fundamental, una ideología inhumana, la
consecución de la felicidad y el orden socialista a la fuerza; quienes creen en
estos principios sostienen,, como asunto de fe, la obligación de impulsar sus
ideales “humanitarios”, de paz y armonía, por cualquier método que les sea
posible utilizar, no importa si son ilegales o inmorales, por la sencilla razón
de que se creen dueños de la verdad, se consideran poseedores de una supremacía
moral sobre cualquier otra opción de vida, están absolutamente seguros de estar
sirviendo a una causa histórica irreversible de alcanzar la máxima felicidad,
para el mayor número de personas…
Bajo
estos postulados, cualquiera que se oponga, o el argumento que niegue tal
posibilidad, está equivocado, y con su error está perjudicando la obtención de
los beneficios y la paz en la Tierra, por lo que debe ser considerado enemigos
del hombre y su brillante futuro, y consideran un deber no sólo derrotarlos y
hacerlos desaparecer, sino acallar para siempre ese pensamiento falso y dañino
que propugna el individualismo, el esfuerzo propio, la propiedad privada, el
capitalismo, el libre mercado… los que, para los seguidores de esta “religión”
llamada comunismo, son el enemigo a vencer.
Es
por ello que tanto el comunismo como el socialismo propugnen por el pensamiento
único, por las doctrinas marxistas y postmodernistas para que, con sus
argumentos falaces, ocupen la mente de los hombres, para que el centro de sus
preocupaciones sea el del colectivo y su estado benefactor, los únicos que
pueden brindar la garantía de la igualdad para todos.
En
este sentido, no hace falta ser un verdadero creyente de las doctrinas
socialistas y comunistas para estar del lado de la Justicia Social, basta con
que la persona tenga carencias educativas, problemas del lenguaje y cognitivos,
deficiencias morales y de buen juicio, personalidad débil y oportunista, para
que ingrese a las filas de la izquierda internacional a promover el nuevo
evangelio, la nueva palabra que, incluso, la Iglesia Católica, penetrada hasta
los tuétanos por esa ideología contraria a la naturaleza del hombre, está
permitiendo que haga estragos dentro de las filas de sus creyentes; el
materialismo dialéctico y el historicismo, conjugados perversamente con la
doctrina cristiana, se han hecho uno con la palabra revelada en los textos
sagrados; la iglesia, en nuestros tiempos, ha sido penosamente conquistada y
colonizada por el comunismo, y el actual papa Francisco es un patético ejemplo
de lo que le puede suceder a los hombres buenos, pero débiles.
El
comunismo ha venido trabajando incansablemente, a veces de manera abierta,
otras de forma subterráneas, haciéndose pasar por lo que no es, demócrata y
libertario en sus floridos discursos, pleno de personas interesadas en metas
espirituales de alto vuelo, pero que, en realidad, traicionan los principios
republicanos en los momentos decisivos, contradiciendo la verdadera naturaleza
humana, para obligar a la sociedad a comportarse como híbridos artificiales
entre militantes partidistas y creyentes en el nuevo hombre.
Un
mundo superpoblado, con tantos problemas de escasez de recursos, de espacio y
de oportunidades, es el caldo de cultivo perfecto para regímenes de fuerza,
para la prevalencia de gobiernos autoritarios y organizaciones al servicio del
miedo y el terror, de los estados policiales y las predicas de castigos divinos
y pecados originales, quienes se ocupan de enervar las crisis en nuestro siglo
son una cofradía de resentidos sociales, que afilan la daga de la traición en
las sombras, para clavarla en el hombre desprevenido en el momento menos
esperado; la canción dulce y empalagosa del populismo ha encantado a los
pueblos, quienes se han sumido en el sopor propio de aquellas sierpes que adormecen
a sus víctimas con el vaho de sus alientos fétidos para luego engullirlos a
placer.
Y en
este sentido, el comunismo ha buscado y hecho suyas las causas nobles de la
humanidad, no para resolverlas, sino para hacerse dueño de las mentes y cuerpos
de aquellos que creen que las denuncias y las reformas socialistas son el
camino para la resolución de los más ingentes problemas de la humanidad: la
justicia, la desigualdad, las oportunidades, el trabajo, el ambiente…
Y
aquí llegamos al asunto que nos concierne, los gobiernos comunistas,
totalitarios, militaristas, colectivistas, que presumen al mundo de representar
a sus pueblos, de ser gobiernos populares, ganados en elecciones abiertas y
queridos por sus seguidores, son en realidad trampas mortales de la propaganda
y de la mentira; la historia ha demostrado, y los ejemplos abundan, la
ferocidad con que estos gobiernos actúan contra su propio pueblo, para
mantenerlo en el carril de la obediencia por el terror, sus asensos al poder
son una serie de trampas y ofertas engañosas.
El
comunista piensa que, porque cree tener la razón, porque su ideario es superior
moralmente a cualquier otro, porque el pueblo, al final de la jornada, le
agradecerá y perdonará los sacrificios que tuvieron que exigirle, son capaces
de mentir, destruir, asesinar, quemar, arruinar a quien sea, desde sus propios
pueblos hasta las naciones vecinas, no les importa acabar con sus propias
familias, dividirlas y hasta exterminarlas, de ser conveniente.
En
Venezuela lo hemos visto y vivido, por esas causas superiores y eternas, como
lo son la revolución, las fuerzas vivas de la historia, la eterna lucha de
clases y la prevalencia del pobre sobre el rico, que es ahora el nuevo
evangelio, nuestro país ha sido destruido y arruinado, los venezolanos estamos
pasando las peores penurias de nuestra historia con gente muriéndose hambre en
nuestras calles, de desahucio en los hospitales, donde no reciben atención, y
masacrados por los grupos armados del tirano, los colectivos y sus fuerzas de
exterminio uniformadas.
Pero
quiero que pongan su atención en el asunto ambiental, en Venezuela nos habíamos
distinguido mundialmente por tener un especial cuidado y ser respetuosos con el
medio ambiente, no sólo contábamos con una de las principales reservas de
biodiversidad y biosfera en el mundo, sino que contábamos con unas leyes
ambientales de primer orden, éramos pioneros en el logro de parques nacionales
y áreas protegidas, contábamos con instituciones de avanzada en el cuidado
ambiental, nuestro Ministerio del
Ambiente e Inparques, eran
instituciones modelos en el ámbito regional, nuestros naturalistas y expertos
en el tema contaban con cátedras de estudio, centros de investigación y fondos
para su educación e investigaciones.
Pero
íbamos todavía más allá, aún contando el país con una industria petrolera tan
grande y poderosa, como lo fueron las operadoras estatales petroleras, en una
actividad contaminante y peligrosa con el ambiente, el tema de la protección
ambiental iba siempre por delante en sus operaciones de exploración,
explotación, extracción, transporte, refinería, carga y exportación de los
productos energéticos finales; éramos los pioneros en los estudios de impacto
ambientales; no éramos perfectos, pero podíamos lucir con orgullo una de las
operaciones petroleras mejor manejadas en el mundo, con los más altos
estándares de seguridad y protección ambiental.
Bastó
que llegara la revolución castrocomunista al país, para que todo eso cambiara
de manera drástica; fue como haberle entregado nuestro país a un grupo de
violento garimpeiros, de mineros asesinos, a los que no les importaba nada
salvo obtener las ganancias de la manera más rápida y menos costosa… lo último
fue entregarle nuestras más importantes áreas naturales a la guerrilla
extranjera y al narcotráfico.
Lo
que ha sucedido en nuestro país con el ambiente no tiene parangón en el mundo
en cuanto al tiempo de destrucción, la rapidez con que han envenenado nuestras
tierras y aguas, como han deforestado nuestros bosques y selvas, como han
destruido nuestra casa, porque ecología es comprender y cuidar nuestro hogar,
mantener limpios y funcionando los diversos sistemas de vida natural del país,
para que nosotros, los humanos a su vez, podamos vivir.
El
gobierno castro comunista de Cuba, en su afán del dominio político continental
de América entera, está ensayando con uno de los más peligrosos y destructivos
de los terrorismos que existen, el terrorismo ecológico- si no aceptas mis términos, mis imposiciones, mis políticas y mi utopía
te destruyo tu casa- esa es la lógica retorcida que se impone de parte de
estos enemigos de la humanidad, y eso es lo que están haciendo con nosotros… y,
lamentablemente, es lo que están haciendo ahora con Brasil.
Que
no vaya a creer el mundo que lo que está ocurriendo en el Amazonas es un lapsus
en la atención del presidente Bolsonaro, que los incendios en su Amazonía son
eventos producto de circunstancias azarosas y descuido de algunos latifundistas,
lo que está viviendo Brasil hoy en día es un ataque destructivo contra su
sistema de vida, de su orden político y de la paz de su nación, por parte de
grupos organizados y financiados por el comunismo internacional, para acabar
con la estabilidad de uno de los pocos regímenes de derecha con que cuenta
Latinoamérica… y están siguiendo el guión que ya pusieron en práctica en
Venezuela, y donde, efectivamente, el presidente de Bolivia, Evo Morales está
jugando un papel estelar (y altamente sospechoso).
Los
Estados del Acre, Rondonia, Mato Grosso y Mato Grosso del Sur, pasando por
Bolivia y Paraguay, son el epicentro de esta conflagración, a la que hay que
aunar la utilización de más de tres mil representantes indígenas, en su mayoría
mujeres, quienes están siendo manipuladas por organizaciones ambientalistas
socialistas, para protestar contra las supuestas políticas etnocidas del
gobierno brasileño… hay toda una acción dirigida y coordinada para crear un
malestar social a gran escala en Latinoamérica.
Si
quiere ver el lienzo en toda su magnitud, eche unos pasos hacia atrás y vea la
perspectiva total. ¿Qué ve?, lo que yo estoy viendo no me gusta nada, en
cuestión de pocos días se han dado varias señales sospechosas por parte de
algunos gobiernos de la Europa socialista, el retiro inmediato de los dineros
del llamado Fondo Amazónico, que
servía para mantener la presencia de grupos ambientalistas de apoyo al gobierno
de Brasil, para la preservación ambiental de esa gran cuenca, aludiendo la poca
efectividad de un gobierno que apenas se inicia.
Esos
grupos ambientalistas de izquierda jamás dijeron nada, tampoco hubo
pronunciamientos cuando se reveló internacionalmente el desastre del Arco
Minero en Venezuela ¿Por qué? ¿Porque la tiranía venezolana era de izquierda?
¿Por qué, en tiempos de Chávez y los primeros años de Maduro, sus cuentas
bancarias engordaban con petrodólares de la revolución?, claro, estaban en
nómina, tenían el buche bien lleno de contribuciones del socialismo multipolar
y antiimperialista, pero ahora que Bolsonaro asume su mandato y arranca su
administración le prenden fuego a la selva en un intento por expropiarle el Amazonas…
muy socialista la jugada.
Los foros
ambientales de carácter internacional, de manera abusiva y violenta, acusan al
gobierno de Brasil como el causante directo del empeoramiento de las
condiciones ambientales en ese territorio. Aquí debo explicar que el candidato
Jair Bolsonaro lo que prometió durante su campaña fue ocuparse de la región,
como ente administrador, para darle una mayor coherencia, obtener información
más exacta sobre quienes están desarrollando actividades allí, cuáles son sus
propósitos y qué es lo que producen… y como lo que prometió fue una
intervención a fondo para precisar las actividades mineras, agropecuarias y
otras explotaciones, qué comunidades indígenas hacían vida en la zona y como su
objetivo era poner orden en las actividades productivas de la región, aumentar
los beneficios fiscales para el estado, sus intenciones se vieron tergiversadas
como un intervencionismo explotador.
De
inmediato, y a raíz de los feroces incendios, el Instituto Nacional de
Pesquisas Espaciales (INPE) determinó que del 1 de Enero al 18 de Agosto, se
habían registrado 71.497 focos de incendios, afectando un 52.5 % de la cuenca,
interesando los sectores norte y centro-oeste, justamente donde la incidencia
de la sequía se había manifestado con mayor extensión, lo que daba un aumento
del 83% más elevado que los valores registrados en el 2018.
Toda
esta actividad e información dieron como resultado una ofensiva diplomática
mundial contra el gobierno de Bolsonaro; algunos pidieron una intervención
internacional para quitarle de las manos al gobierno brasileño la soberanía y
cuidado de esta región, para entregársela a organismos ad hoc de carácter multinacional, por supuesto, liderados por la
Europa socialista, en colusión con voceros del partido Demócrata de los EEUU y
una variedad de empresas asociadas al nuevo modelo económico de energías y
tecnologías alternativas, hay un gran frente ofensivo contra la brevísima pero
incómoda gestión del presidente Bolsorano.
Internamente,
las investigaciones de la inteligencia brasileña apuntan a una serie de
organizaciones, ONG’s, que anteriormente dependían y coordinaban acciones tanto
con el partido de los Trabajadores de Lula, como con el Foro de Sao Paulo y,
ahora, con dependencia de los dineros del Fondo Amazónico, algunas iglesias,
grupos de minería ilegal, focos guerrilleros y grupos de narcotráfico.
Es
absolutamente repugnante que se esté aprovechando (¿promoviendo?) estos actos
de ecoterrorismo para promocionar, por diversos medios, el mensaje de Fidel
Castro sobre el problema ambiental en el mundo (1992), el cual se lo atribuye
al capitalismo y al consumismo, como una manera de desviar la atención de las
fuerzas de la izquierda, como posibles sospechosas de estas acciones
criminales.
Todo
apunta a que existe un plan maestro, de carácter global, para atentar contra el
gobierno legítimo del Brasil y causarle un problema grave de desestabilización
a favor de las fuerzas de izquierda, que se resisten a la pérdida del poder
político en esa gran nación. El plan cubano de destrucción de los ecosistemas
en Venezuela está siendo aplicado, tanto en Brasil como en Colombia, y es parte
del paquete que el comunismo internacional está desarrollando, no sólo para
debilitar a los gobiernos libres y democráticos de la región, sino como un
golpe directo a los intereses de los EEUU en su propio continente y su área
vital de seguridad.
Estimado
lector, que ha llegado a esta altura en este breve ensayo, hágase las preguntas
que todo principiante en cualquier investigación de carácter policial se haría
¿A quién beneficia el crimen? Y ¿Quién puede hacerlo? Esta última pregunta se
refiere a quien tiene el poder de manejar todos esos complejos elementos
involucrados en éste ataque, desde los que provocaron los fuegos, los que
manejaron la información en los medios, la ofensiva diplomática, aspectos
internacionales, regionales y nacionales que se concentran hoy sobre Brasil
casi simultáneamente, respóndalas y encontrará su culpable.
Quienes
ni siquiera se conmuevan por la sospecha, quienes crean que mis alegatos
conforman una conspiración imaginaria, aquellos que, por su excesiva buena fe,
descarten como fantasía mis alegatos, quienes opinen que mis argumentos sólo
politizan el caso, que los incendios de la selva amazónica no tienen nada que
ver con derechas e izquierdas, siento decirles que, probablemente, ustedes ya
han sido irremediablemente atrapados en las redes de esta enorme maquinación
contra la libertad, y está trabajando, sin advertirlo, para quienes muy pronto
les pondrán los grilletes de la esclavitud a cambio de comida, medicinas o
agua. - saulgodoy@gmail.com
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