sábado, 24 de agosto de 2019

El ataque ecoterrorista a Brasil



Desde hace algún tiempo he venido estudiando y siguiéndole la pista al comunismo internacional y su interés por la problemática ambiental mundial; a partir de la finalización de la Guerra Fría y, posteriormente, con la caída del muro de Berlín, hubo un realineamiento de las ideas, organizaciones y estrategias políticas, y el tema ecológico se convirtió en una de los intereses preferidos por los elementos de la izquierda, al punto que la mayor parte de los partidos llamados “verdes” son socialistas.
En su libro, Explaining Postmodernism, Skepticism and Socialism from Rousseau to Foucault, (2004), el profesor norteamericano de filosofía Stephen R. C. Hicks explica, de manera brillante, cómo ocurrió este proceso de defensa y acomodo que tuvo la ideología de izquierda en el mundo, para poder asimilar el enorme fracaso de su gestión a nivel planetario, y cómo ajustaron sus agendas e idearios a las nuevas circunstancias, con el fin de continuar su proceso de colonización mental y política de la humanidad, porque la izquierda militante y agresiva, tiene un objetivo final, el cual no cejarán en alcanzar, y es la conformación de un Nuevo Orden Mundial, someter al mundo entero a sus designios de tiranía absoluta.
Esa “misión” o cruzada tiene, como motor fundamental, una ideología inhumana, la consecución de la felicidad y el orden socialista a la fuerza; quienes creen en estos principios sostienen,, como asunto de fe, la obligación de impulsar sus ideales “humanitarios”, de paz y armonía, por cualquier método que les sea posible utilizar, no importa si son ilegales o inmorales, por la sencilla razón de que se creen dueños de la verdad, se consideran poseedores de una supremacía moral sobre cualquier otra opción de vida, están absolutamente seguros de estar sirviendo a una causa histórica irreversible de alcanzar la máxima felicidad, para el mayor número de personas…
Bajo estos postulados, cualquiera que se oponga, o el argumento que niegue tal posibilidad, está equivocado, y con su error está perjudicando la obtención de los beneficios y la paz en la Tierra, por lo que debe ser considerado enemigos del hombre y su brillante futuro, y consideran un deber no sólo derrotarlos y hacerlos desaparecer, sino acallar para siempre ese pensamiento falso y dañino que propugna el individualismo, el esfuerzo propio, la propiedad privada, el capitalismo, el libre mercado… los que, para los seguidores de esta “religión” llamada comunismo, son el enemigo a vencer.
Es por ello que tanto el comunismo como el socialismo propugnen por el pensamiento único, por las doctrinas marxistas y postmodernistas para que, con sus argumentos falaces, ocupen la mente de los hombres, para que el centro de sus preocupaciones sea el del colectivo y su estado benefactor, los únicos que pueden brindar la garantía de la igualdad para todos.
En este sentido, no hace falta ser un verdadero creyente de las doctrinas socialistas y comunistas para estar del lado de la Justicia Social, basta con que la persona tenga carencias educativas, problemas del lenguaje y cognitivos, deficiencias morales y de buen juicio, personalidad débil y oportunista, para que ingrese a las filas de la izquierda internacional a promover el nuevo evangelio, la nueva palabra que, incluso, la Iglesia Católica, penetrada hasta los tuétanos por esa ideología contraria a la naturaleza del hombre, está permitiendo que haga estragos dentro de las filas de sus creyentes; el materialismo dialéctico y el historicismo, conjugados perversamente con la doctrina cristiana, se han hecho uno con la palabra revelada en los textos sagrados; la iglesia, en nuestros tiempos, ha sido penosamente conquistada y colonizada por el comunismo, y el actual papa Francisco es un patético ejemplo de lo que le puede suceder a los hombres buenos, pero débiles.
El comunismo ha venido trabajando incansablemente, a veces de manera abierta, otras de forma subterráneas, haciéndose pasar por lo que no es, demócrata y libertario en sus floridos discursos, pleno de personas interesadas en metas espirituales de alto vuelo, pero que, en realidad, traicionan los principios republicanos en los momentos decisivos, contradiciendo la verdadera naturaleza humana, para obligar a la sociedad a comportarse como híbridos artificiales entre militantes partidistas y creyentes en el nuevo hombre.
Un mundo superpoblado, con tantos problemas de escasez de recursos, de espacio y de oportunidades, es el caldo de cultivo perfecto para regímenes de fuerza, para la prevalencia de gobiernos autoritarios y organizaciones al servicio del miedo y el terror, de los estados policiales y las predicas de castigos divinos y pecados originales, quienes se ocupan de enervar las crisis en nuestro siglo son una cofradía de resentidos sociales, que afilan la daga de la traición en las sombras, para clavarla en el hombre desprevenido en el momento menos esperado; la canción dulce y empalagosa del populismo ha encantado a los pueblos, quienes se han sumido en el sopor propio de aquellas sierpes que adormecen a sus víctimas con el vaho de sus alientos fétidos para luego engullirlos a placer.
Y en este sentido, el comunismo ha buscado y hecho suyas las causas nobles de la humanidad, no para resolverlas, sino para hacerse dueño de las mentes y cuerpos de aquellos que creen que las denuncias y las reformas socialistas son el camino para la resolución de los más ingentes problemas de la humanidad: la justicia, la desigualdad, las oportunidades, el trabajo, el ambiente…
Y aquí llegamos al asunto que nos concierne, los gobiernos comunistas, totalitarios, militaristas, colectivistas, que presumen al mundo de representar a sus pueblos, de ser gobiernos populares, ganados en elecciones abiertas y queridos por sus seguidores, son en realidad trampas mortales de la propaganda y de la mentira; la historia ha demostrado, y los ejemplos abundan, la ferocidad con que estos gobiernos actúan contra su propio pueblo, para mantenerlo en el carril de la obediencia por el terror, sus asensos al poder son una serie de trampas y ofertas engañosas.
El comunista piensa que, porque cree tener la razón, porque su ideario es superior moralmente a cualquier otro, porque el pueblo, al final de la jornada, le agradecerá y perdonará los sacrificios que tuvieron que exigirle, son capaces de mentir, destruir, asesinar, quemar, arruinar a quien sea, desde sus propios pueblos hasta las naciones vecinas, no les importa acabar con sus propias familias, dividirlas y hasta exterminarlas, de ser conveniente.
En Venezuela lo hemos visto y vivido, por esas causas superiores y eternas, como lo son la revolución, las fuerzas vivas de la historia, la eterna lucha de clases y la prevalencia del pobre sobre el rico, que es ahora el nuevo evangelio, nuestro país ha sido destruido y arruinado, los venezolanos estamos pasando las peores penurias de nuestra historia con gente muriéndose hambre en nuestras calles, de desahucio en los hospitales, donde no reciben atención, y masacrados por los grupos armados del tirano, los colectivos y sus fuerzas de exterminio uniformadas.
Pero quiero que pongan su atención en el asunto ambiental, en Venezuela nos habíamos distinguido mundialmente por tener un especial cuidado y ser respetuosos con el medio ambiente, no sólo contábamos con una de las principales reservas de biodiversidad y biosfera en el mundo, sino que contábamos con unas leyes ambientales de primer orden, éramos pioneros en el logro de parques nacionales y áreas protegidas, contábamos con instituciones de avanzada en el cuidado ambiental, nuestro Ministerio del Ambiente e Inparques, eran instituciones modelos en el ámbito regional, nuestros naturalistas y expertos en el tema contaban con cátedras de estudio, centros de investigación y fondos para su educación e investigaciones.
Pero íbamos todavía más allá, aún contando el país con una industria petrolera tan grande y poderosa, como lo fueron las operadoras estatales petroleras, en una actividad contaminante y peligrosa con el ambiente, el tema de la protección ambiental iba siempre por delante en sus operaciones de exploración, explotación, extracción, transporte, refinería, carga y exportación de los productos energéticos finales; éramos los pioneros en los estudios de impacto ambientales; no éramos perfectos, pero podíamos lucir con orgullo una de las operaciones petroleras mejor manejadas en el mundo, con los más altos estándares de seguridad y protección ambiental.
Bastó que llegara la revolución castrocomunista al país, para que todo eso cambiara de manera drástica; fue como haberle entregado nuestro país a un grupo de violento garimpeiros, de mineros asesinos, a los que no les importaba nada salvo obtener las ganancias de la manera más rápida y menos costosa… lo último fue entregarle nuestras más importantes áreas naturales a la guerrilla extranjera y al narcotráfico.
Lo que ha sucedido en nuestro país con el ambiente no tiene parangón en el mundo en cuanto al tiempo de destrucción, la rapidez con que han envenenado nuestras tierras y aguas, como han deforestado nuestros bosques y selvas, como han destruido nuestra casa, porque ecología es comprender y cuidar nuestro hogar, mantener limpios y funcionando los diversos sistemas de vida natural del país, para que nosotros, los humanos a su vez, podamos vivir.
El gobierno castro comunista de Cuba, en su afán del dominio político continental de América entera, está ensayando con uno de los más peligrosos y destructivos de los terrorismos que existen, el terrorismo ecológico- si no aceptas mis términos, mis imposiciones, mis políticas y mi utopía te destruyo tu casa- esa es la lógica retorcida que se impone de parte de estos enemigos de la humanidad, y eso es lo que están haciendo con nosotros… y, lamentablemente, es lo que están haciendo ahora con Brasil.
Que no vaya a creer el mundo que lo que está ocurriendo en el Amazonas es un lapsus en la atención del presidente Bolsonaro, que los incendios en su Amazonía son eventos producto de circunstancias azarosas y descuido de algunos latifundistas, lo que está viviendo Brasil hoy en día es un ataque destructivo contra su sistema de vida, de su orden político y de la paz de su nación, por parte de grupos organizados y financiados por el comunismo internacional, para acabar con la estabilidad de uno de los pocos regímenes de derecha con que cuenta Latinoamérica… y están siguiendo el guión que ya pusieron en práctica en Venezuela, y donde, efectivamente, el presidente de Bolivia, Evo Morales está jugando un papel estelar (y altamente sospechoso).
Los Estados del Acre, Rondonia, Mato Grosso y Mato Grosso del Sur, pasando por Bolivia y Paraguay, son el epicentro de esta conflagración, a la que hay que aunar la utilización de más de tres mil representantes indígenas, en su mayoría mujeres, quienes están siendo manipuladas por organizaciones ambientalistas socialistas, para protestar contra las supuestas políticas etnocidas del gobierno brasileño… hay toda una acción dirigida y coordinada para crear un malestar social a gran escala en Latinoamérica.
Si quiere ver el lienzo en toda su magnitud, eche unos pasos hacia atrás y vea la perspectiva total. ¿Qué ve?, lo que yo estoy viendo no me gusta nada, en cuestión de pocos días se han dado varias señales sospechosas por parte de algunos gobiernos de la Europa socialista, el retiro inmediato de los dineros del llamado Fondo Amazónico, que servía para mantener la presencia de grupos ambientalistas de apoyo al gobierno de Brasil, para la preservación ambiental de esa gran cuenca, aludiendo la poca efectividad de un gobierno que apenas se inicia.
Esos grupos ambientalistas de izquierda jamás dijeron nada, tampoco hubo pronunciamientos cuando se reveló internacionalmente el desastre del Arco Minero en Venezuela ¿Por qué? ¿Porque la tiranía venezolana era de izquierda? ¿Por qué, en tiempos de Chávez y los primeros años de Maduro, sus cuentas bancarias engordaban con petrodólares de la revolución?, claro, estaban en nómina, tenían el buche bien lleno de contribuciones del socialismo multipolar y antiimperialista, pero ahora que Bolsonaro asume su mandato y arranca su administración le prenden fuego a la selva en un intento por expropiarle el Amazonas… muy socialista la jugada.
Los foros ambientales de carácter internacional, de manera abusiva y violenta, acusan al gobierno de Brasil como el causante directo del empeoramiento de las condiciones ambientales en ese territorio. Aquí debo explicar que el candidato Jair Bolsonaro lo que prometió durante su campaña fue ocuparse de la región, como ente administrador, para darle una mayor coherencia, obtener información más exacta sobre quienes están desarrollando actividades allí, cuáles son sus propósitos y qué es lo que producen… y como lo que prometió fue una intervención a fondo para precisar las actividades mineras, agropecuarias y otras explotaciones, qué comunidades indígenas hacían vida en la zona y como su objetivo era poner orden en las actividades productivas de la región, aumentar los beneficios fiscales para el estado, sus intenciones se vieron tergiversadas como un intervencionismo explotador.
De inmediato, y a raíz de los feroces incendios, el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE) determinó que del 1 de Enero al 18 de Agosto, se habían registrado 71.497 focos de incendios, afectando un 52.5 % de la cuenca, interesando los sectores norte y centro-oeste, justamente donde la incidencia de la sequía se había manifestado con mayor extensión, lo que daba un aumento del 83% más elevado que los valores registrados en el 2018.
Toda esta actividad e información dieron como resultado una ofensiva diplomática mundial contra el gobierno de Bolsonaro; algunos pidieron una intervención internacional para quitarle de las manos al gobierno brasileño la soberanía y cuidado de esta región, para entregársela a organismos ad hoc de carácter multinacional, por supuesto, liderados por la Europa socialista, en colusión con voceros del partido Demócrata de los EEUU y una variedad de empresas asociadas al nuevo modelo económico de energías y tecnologías alternativas, hay un gran frente ofensivo contra la brevísima pero incómoda gestión del presidente Bolsorano.
Internamente, las investigaciones de la inteligencia brasileña apuntan a una serie de organizaciones, ONG’s, que anteriormente dependían y coordinaban acciones tanto con el partido de los Trabajadores de Lula, como con el Foro de Sao Paulo y, ahora, con dependencia de los dineros del Fondo Amazónico, algunas iglesias, grupos de minería ilegal, focos guerrilleros y grupos de narcotráfico.
Es absolutamente repugnante que se esté aprovechando (¿promoviendo?) estos actos de ecoterrorismo para promocionar, por diversos medios, el mensaje de Fidel Castro sobre el problema ambiental en el mundo (1992), el cual se lo atribuye al capitalismo y al consumismo, como una manera de desviar la atención de las fuerzas de la izquierda, como posibles sospechosas de estas acciones criminales.
Todo apunta a que existe un plan maestro, de carácter global, para atentar contra el gobierno legítimo del Brasil y causarle un problema grave de desestabilización a favor de las fuerzas de izquierda, que se resisten a la pérdida del poder político en esa gran nación. El plan cubano de destrucción de los ecosistemas en Venezuela está siendo aplicado, tanto en Brasil como en Colombia, y es parte del paquete que el comunismo internacional está desarrollando, no sólo para debilitar a los gobiernos libres y democráticos de la región, sino como un golpe directo a los intereses de los EEUU en su propio continente y su área vital de seguridad.
Estimado lector, que ha llegado a esta altura en este breve ensayo, hágase las preguntas que todo principiante en cualquier investigación de carácter policial se haría ¿A quién beneficia el crimen? Y ¿Quién puede hacerlo? Esta última pregunta se refiere a quien tiene el poder de manejar todos esos complejos elementos involucrados en éste ataque, desde los que provocaron los fuegos, los que manejaron la información en los medios, la ofensiva diplomática, aspectos internacionales, regionales y nacionales que se concentran hoy sobre Brasil casi simultáneamente, respóndalas y encontrará su culpable.
Quienes ni siquiera se conmuevan por la sospecha, quienes crean que mis alegatos conforman una conspiración imaginaria, aquellos que, por su excesiva buena fe, descarten como fantasía mis alegatos, quienes opinen que mis argumentos sólo politizan el caso, que los incendios de la selva amazónica no tienen nada que ver con derechas e izquierdas, siento decirles que, probablemente, ustedes ya han sido irremediablemente atrapados en las redes de esta enorme maquinación contra la libertad, y está trabajando, sin advertirlo, para quienes muy pronto les pondrán los grilletes de la esclavitud a cambio de comida, medicinas o agua.   -    saulgodoy@gmail.com







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