Venezuela
se encuentra en una profunda y complicada crisis creada fundamentalmente por el
chavismo, pero que éste se niega a reconocerla como suya y se la indilga a una
supuesta guerra económica combinada con una conspiración de los industriales y
empresarios del país, el resultado de este desplazamiento de culpas es que el
gobierno, como rector de las políticas públicas, al no aceptar el origen y
causas del problema, no lo trata y la crisis lo que hace es aumentar de tamaño
e intensidad.
El
problema es que es el pueblo quien sufre las consecuencias de esta distorsión
de la realidad, es el país todo el que finalmente será víctima de esta
irresponsable actitud, y aquí incluyo a los chavistas que se han aprovechado de
fomentar esta crisis y se han enriquecido creándola y manteniéndola, no van a
tener país donde vivir, Venezuela pudiera ser afectada al punto de romper su
punto de equilibrio y reducirla a un estado fallido.
Por
más dinero que se tenga en cuentas en el extranjero, por más que se dispongan
de una nacionalidad alterna que les permita seguir viviendo en otras sociedades,
una vez que el país colapse, siempre quedarán en evidencia, serán personas
solicitadas por la justicia, al menos que cambien de identidad, pero eso ya es
otro cantar.
La
situación real es que tenemos un gobierno que niega no solo responsabilidades
en la crisis, sino que ha decidido actuar como si esta no existiera, por lo que
no va a tomar medidas de ajuste y control a la situación y va a permitir que el
país se hunda en el camino del no retorno.
Todavía
más grave aún, hará todo lo posible por torpedear cualquier iniciativa que
venga de la oposición política, para intentar revertir los severos efectos de
la anomia social y económica en que han sumado a la nación.
¿Cuáles
son los cursos de acción ante este escenario? Un factor contra el que tendremos
que jugar es el tiempo, está en nuestra contra, a medida que los días y las
semanas pasan sin tomar medidas correctivas, el daño se hace más profundo y si se
prolonga, pudiera ser irreversible.
El
otro factor trabajando en contra de las posibilidades de enfrentar y solucionar
la crisis, es la falta de información que tanto la oposición política, como la
sociedad en general debería disponer de las condiciones reales del problema que
deben enfrentar, se tiene al país en total desinformación sobre la situación
real de nuestras reservas internacionales, sobre los inventarios que existen en
el país de alimentos, combustible y medicinas, sobre las gestiones que se han
hecho para renovar esos inventarios, sobre lo que debemos a los proveedores, el
estado de nuestra moneda.
El
país no dispone de la medición al día de los índices de inflación y de la
capacidad real de compra de los venezolanos, excepto por la constatación de
subida de precios en los mercados, tampoco sabemos con certeza el estado del
gasto público y como se manejan las cuentas de la nación fuera del presupuesto,
que ha sido la manera escogida por el chavismo para administrar el país.
Nada
sabemos sobre las condiciones al día de los servicios fundamentales como electricidad,
agua y producción petrolera, factores indispensables en muchas de las posibles
soluciones a los problemas que debemos enfrentar.
Lo
que los ciudadanos sí saben es que cada día se hace más difícil sostener a la
familia de manera aceptable y razonable, que hay un deterioro general de la
gestión gubernamental y privada, que el dinero no alcanza para llevar una vida
no solo decente, sino ya en términos de sobrevivencia.
Lo que
vemos es a un gobierno enredado en un juego político irresponsable en contra de
la voluntad popular, que decidió darse un nuevo poder legislativo en su
necesidad, y así lo percibe el 80% del país, de cambiar a quienes conducen el
estado, que el gobierno necesita renovación pronta y profunda de sus
componentes ya que su gestión es percibida como un fracaso.
El
gobierno no está actuando para solucionar la crisis, su posición ya no es
política sino de auto protegerse en contra de los cientos de procesos, medidas,
investigaciones y expedientes que tienen acumulado ante la justicia nacional e
internacional, el interés del gobierno de Maduro ya no es el país, es su propio
pellejo envilecido el que está en juego, necesita de una guarida donde pasar la
noche y contemplar extasiados los tesoros mal habidos que han acumulado a costa
del sufrimiento del pueblo.
De
modo que estamos ante un predicamento, que algunos de nuestros políticos de la
oposición pretenden tratar según la vieja manera de hacer política, apelando a
salidas constitucionales que no existen, pues nuestros legisladores
constituyentes jamás se plantearon la situación que hoy tenemos, y debido a
esta ciega dependencia a la constitución es que los chavistas están
construyendo su torcida y enmarañada defensa, cavando trincheras a su alrededor
haciendo un mal uso de la ley.
Hay
algunos que pretenden convencer a Maduro y a su gobierno de que la crisis
existe y nos está haciendo daño y que a ellos, los chavistas, también los
afectará, esta aproximación lleva tiempo y mucha negociación, y no se tiene la
certeza de que el gobierno finalmente accederá a actuar de manera responsable.
Dentro
de esta posición destacan aquellos que quieren poner al gobierno entre la
espada y la pared, obligarlo a actuar, poniéndolos en evidencia ante el país,
de nuevo, se necesita de mucho tiempo y acceso a los medios de comunicación que
no tenemos.
Hay quienes
opinan en utilizar todas las vías jurídicas e institucionales a mano para
obligarlo a enfrentar el problema, todas estas posiciones llevan implícita un
cogestión, algún tipo de coexistencia con el gobierno chavista para buscar
salidas consensuadas, el problema está en que el gobierno de Maduro ha
utilizado todos los trucos sucios para blindar su poder desde los otros poderes
públicos, judicial, moral, electoral, ejecutivo, con una serie de nombramientos,
demandas y leyes a la carrera que ya hacen imposible llegar a negociaciones
institucionales.
El
solo hecho de haber nombrado un poder comunal paralelo en los mismos espacios
donde va a funcionar la nueva Asamblea Nacional, la introducción de los
recursos de nulidad de algunos de los diputados de la oposición ante el
Tribunal Supremo, las demandas de trampas en el proceso electoral del
6D en contra de la voluntad popular, la amenaza de que la anterior AN siga
funcionando si no se instala la nueva, los llamados a sus colectivos a la
violencia en las calles en día de la instalación de la nueva asamblea, son
señales que el chavismomadurismo no se va a ir sin sangre en las manos.
No
cabe duda, que el gobierno de Maduro no tiene la menor intención de facilitar
un entendimiento civilizado y de orden constitucional con las fuerzas de la
oposición y que ven la evolución de la crisis en nuestro país como algo que
favorece sus intereses.
¿Qué
hacer?
Yo
creo que al tener todas las vías institucionales y constitucionales trancadas,
la nueva Asamblea Nacional debe exhortar al pueblo de Venezuela, en su rol de
poder originario y soberano de la república a marchar en contra de los poderes
que se niegan a atender la crisis del país.
Que
de manera multitudinaria, pacífica y a viva voz pidan la salida (renuncia) de
los funcionarios, incluido el Presidente de la República, que se convoque de
inmediato un gobierno de transición y se llame a nuevas elecciones generales.
La
nueva Asamblea Nacional viene de un triunfo arrollador que implica la decisión
de una mayoría de ciudadanos que no quiere a este gobierno, que lo que hace es
perjudicar los intereses de la nación, pues entonces, que sea esa misma mayoría,
y en lo posible con toda la participación posible, incluido el estamento
militar, los que marchen en contra del gobierno y pidan su inmediata e
irrevocable renuncia como acto originario, directo y participativo de todos los
venezolanos, que no estamos de acuerdo con lo que éste pequeño grupo de
chavistas están haciendo con nuestras vidas y el futuro de Venezuela.
Esta
convocatoria debe hacerla todos los diputados de la oposición que ganaron las
elecciones, constituidos en Asambleas Nacional así sea en la calle, que la MUD,
cada uno de los partidos de oposición y las ONG’s que se sientan en el deber de
convocar a una Asamblea General de calle para ir las sedes de estos poderes
públicos y exigirles a estos funcionarios la revocatoria de sus nombramientos, escoltarlos
fuera de las sedes de estos poderes y que firmen sus renuncias irrevocable, para
el acto debe invitarse a todos los medios de comunicación posibles nacionales e
internacionales, organismos multilaterales, países amigos de Venezuela para que
quede constancia pública de esta revocatoria de gobierno por parte del
soberano. - saulgodoy@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario