Rene Dubos |
Tan
extraña y rara es la vida en nuestro entorno cósmico que Dubos no duda en
sacralizarla, sobre todo por la presencia del hombre, quien es justamente el
generador de esa cualidad mística que establece lazos de espiritualidad entre
los componentes y atributos del mundo.
La
naturaleza humana- nos explica- se ha visto tan profundamente afectada por las
condiciones por las cuales ha evolucionado, que la mente es, en cierto modo, un
espejo del Cosmos. Es un firme creyente de que toda visión verdaderamente
ecológica del mundo, posee resonancias religiosas.
Pero
Dubos no es el único que ha llegado a estas conclusiones, el Emperador romano
Marco Aurelio en el primer siglo de nuestra era estaba convencido que: “la vida de todos los seres están
entrelazadas; el vínculo es sagrado y no hay nada, o casi nada, que sea ajeno a
lo demás”.
Aldo Leopold |
Para
cosmólogos como Carl Sagan cada aspecto de la naturaleza revela profundos misterios
y toca nuestros sentimientos de asombro y respeto, de allí esa visión
maravillosa y transcendental, sobre todo en los científicos que se ocupan de
desentrañar sus misterios, aunque una gran mayoría de la humanidad que no
gustan de un universo tan extraño e impredecible, prefiera rodearse de cómodas
supersticiones que los hace sentir a gusto con su ignorancia.
Carl Sagan |
En el
universo es posible que haya más vida, pero humanos, solo en este pequeño
planeta, para Sagan, el que convirtamos nuestros ínfimos asuntos en causas de
conflictos y guerras no es más que ese provincialismo fatuo que complacen la
vanidad y la estupidez de hombres inacabados y absurdos, gobiernos que hablan
por las naciones y sus intereses, pero nadie defiende al planeta Tierra, no se
dan cuenta que la raza humana es un milagro de la naturaleza y se encuentra en
peligro de extinción.
Cuando
Dubos nos habla de la explotación indiscriminada de nuestros recursos
naturales, nos habla de “profanación” que no es otra cosa que admitir que
violamos los recintos sagrados del planeta que nos da la vida.
La infeliz frase “conquistar la naturaleza” que sirvió de lema a varias empresas
humanas que sólo buscaban el enriquecimiento de unos pocos, a costa de destruir
el entorno bajo el presupuesto que, el hombre tenía como misión doblegar la
naturaleza a su antojo, son las rémoras de una forma de vida hoy inaceptable
como razonable y civilizada.
Tanto
Dubos como Sagan nos hablan de que somos hijos de las estrellas, hechos del
polvo cósmico que transita raudo en cometas y meteoritos por el espacio
exterior, que conforman las grandes espirales galácticas, que son la materia de
que están hechos los planetas, nos debemos a nuestro entorno, destruirlo es un
sin sentido, venerarlo, cuidarlo y comprenderlo es no solo un deber, sino una
necesidad.
Arnes Naess |
Ese
vínculo que llamamos espiritualidad es un proceso en que se encaja lo humano
con lo transcendental, mucho más allá del mundo material, es una puerta que nos
permite acceder a mundos y percepciones que hacen nuestra vida individual y
colectiva mucho más rica y llena de significados, produciendo en nosotros
sensaciones de bienestar y alegría y nos hace con nuestro entorno más completos
y en estado de gracia.
El
hombre primitivo lo experimentaba directamente con el lugar donde vivía,
compenetrado con lo telúrico, con la naturaleza, pero con el desarrollo de las
religiones se elaboraron ritos, templos, creencias y dioses, se crearon
elaborados discursos y textos, historias de hombres y mujeres extraordinarios,
de vidas y ejemplos de santidad que fueron puestos como modelos alejando al
hombre de su entorno y concentrándolo en profetas, mesías y otras
manifestaciones divinas.
Las
nuevas corrientes del neo paganismo ambiental vuelve a poner al hábitat, a la
naturaleza en la que vivimos, como protagonista de esa relación espiritual que
habíamos perdido.
Este
volver a nuestro origen, el tratar de identificarnos y vernos como parte de la
naturaleza para algunos pensadores es el resultado de una crisis, por un lado
un momento de grandes decisiones y por otra el reconocimiento de que nuestra
tierra está llegando al límite de su capacidad de sustento.
Habitar
la Tierra es un fenómeno mucho más complejo que el simple deambular por el
mundo, o hacer vida doméstica o de trabajo en algún lugar, Heidegger, el
filósofo alemán y que tanto influyó en el pensamiento de Naess, nos habla de
raíces mucho más profundas que conforman el bloque básico del ser y su relación
con el mundo, y es quizás, ese sentimiento, el que ha sido registrado por todos
los astronautas, de todas las nacionalidades que han viajado al espacio
exterior y han visto al planeta Tierra desde la distancia, todos sintieron un
vínculo sagrado con esa solitaria bola azul y blanca que brillaba en la
oscuridad del cosmos, sintieron, como nunca antes, que pertenecían a un lugar.
- saulgodoy@gmail.com
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