Luego de escuchar con atención y ver los registros, que quedaron para la historia, de la celebración que el ejecutivo nacional y las FFAA montaron en paralelo a la sesión solemne, llevada a cabo en el Capitolio Federal para conmemorar los 205 años de la firma del Acta de la Independencia, del 5 de julio pasado, sólo me hago una pregunta ¿Y es que nuestras FFAA nacionales no tienen dolientes? Y no hablo fuera de la institución, sino a lo interno ¿No hay militares que se sientan indignados con el patético espectáculo en que se vieron envueltos, con ese ciudadano colombiano indocumentado haciéndose pasar por patriota y arengando a las tropas como su comandante en jefe?
Si
había algo de honor, ya definitivamente no lo hay; si había algo de patriotismo,
fue trocado por burla… en ese acto lo que había era la ratificación más brutal
e indecorosa de que nuestros soldados se prostituyeron y de la manera más baja
posible. Lo que sentí fue una profunda vergüenza, porque los están usando como
si fueran trapos sucios.
El
discurso, el tono, el contenido, el orador, el público, la circunstancias,
estaban tan lejos de un acto tan importante y de tanta significación, que
definitivamente, las FFAA ya no le pertenecen al país, eso es otra cosa, es un
adefesio, una burla, una lamentable parodia que ya ni siquiera guarda el
recato, la forma y, menos aún, el significado de una institución que guardaba
una de las más caras virtudes republicanas, el valor.
Las
FFAA se perdieron, lo que queda de ella son los restos pululantes de gusanos que
no les importa si son arrastrados en ser parte de ese bochornoso espectáculo,
allí ya no hay nada que rescatar.
Y les
advierto, el país le quedó grande; la Venezuela Heroica todavía existe y está
más viva que nunca, pero no es esa Venezuela que describió Eduardo Blanco “del estruendo de las armas y los rugidos
siniestros de la guerra”, la Venezuela heroica de la que hablo es la que
ustedes tienen por enemigos, la Venezuela de la gente trabajadora, de familias
enteras que luchan contra la arbitrariedad para poder comer, tener salud y
esperanza, es la Venezuela que ustedes atacan como si fuera el enemigo, la de
los civiles que atienden a su país de la mejor manera posible en medio de la
degradación a la que está sometida por ideologías, intereses y gente que ni
siquiera es venezolana y a los que ustedes, hombres y mujeres en uniforme, prestan
pleitesía y obediencia.
¿Por
qué se han postrado de rodillas ante el castro comunismo? ¿Por qué decidieron a
plena conciencia traicionar a su país? son las grandes preguntas que nos
hacemos, aparte de todo ese discurso enfermizo y corrupto de un gobierno que
supuestamente es del pueblo, de una unión cívico-militar, de una patria
socialista y unas FFAA chavistas, expresiones huecas, tan falsas como el
juramento que hacen cuando les entregan el sable en la Escuela Militar y juran
lealtad y obediencia a la Constitución nacional; un militar sin país, sin
valores, sin lealtad no es sino un
bandido en uniforme.
Nunca
en nuestra historia patria habíamos tenido un ejército de ocupación,
vigilándonos, espiándonos, violentando nuestros derechos constitucionales,
usando las armas para la defensa de la república en nuestra contra, hiriéndonos
y matándonos, arrastrándonos y pegándonos, utilizando gases y tanques contra nuestra
población, quitándonos la libertad, torturándonos, invadiendo nuestras
propiedades, aterrorizando a la gente con sus aviones de guerra, invadiendo
nuestras ciudades, disparando en nuestra contra; y son ustedes, quienes
supuestamente deberían velar por nuestra integridad, los agresores, los que
están ayudando a destruir al país.
Se
han enfrentado a nuestros jóvenes desarmados y los han violado, se han prestado
a tratar de detener a unas madres que cruzan una frontera buscando alimentos
para sus hijos y salieron derrotados; es de una total inmoralidad la manera
como tratan a nuestros presos políticos en sus cárceles militares; se han hecho
socios y han protegido a los guerrilleros y subversivos que siguen siendo sus
enemigos, algunos de sus altos oficiales son cómplices de los carteles de la
droga y utilizan la institución para realizar este tráfico de la muerte ¿Es que
no se han dado cuenta de que ya perdieron todo el respeto que algún día
tuvieron… de que los venezolanos sentimos un profundo desprecio por esos
uniformes vendidos a la corrupción, al narcotráfico y a Cuba?
En un
país con hambre no puede existir una institución que continúe comprando armas y
haciéndole desfiles al culpable de la escasez y la inflación; es inmoral que
sus efectivos sean los que controlen el mercado negro de los alimentos y que el
contrabando de productos de la dieta básica del pueblo sea su responsabilidad,
ya hicieron bastante daño invadiendo fincas y sacando a los productores
legítimos de sus propiedades a punta de fusil, destruyendo las fuentes del agro
y la base de la seguridad alimentaria.
No escuches lo que digo, ve lo
que hago.
¿Cómo
pudieron caer tan bajo? ¿Cómo un cuerpo militar pudo arrastrase como sierpes
ante la ignominia? ¿Cómo pueden verse los rostros ante un espejo y no sentir
ganas de vomitar?
Siguen
sus altos oficiales prestándose como piezas de un gobierno tirano para ocupar
cargos importantes en la administración pública, algunos de ellos buscados por
la justicia internacional, casi todos con expedientes por violación de derechos
humanos y con causas abiertas por abuso de autoridad, si bien es cierto que las
responsabilidades son puntuales, con nombre y apellido, la respuesta nula de la
institución, su imposibilidad de responder a estas irregularidades han tenido
como resultado fatal que sean las fuerzas armadas, como un todo, las que hayan quedado
expuestas como causantes del daño infringido a la sociedad.
A lo
interno de las FFAA lo que ha habido es complicidad, silencio, encubrimiento e
incapacidad en el manejo de la infiltración de elementos criminales en la
institución, lo que ha traído como resultado la corrupción generalizada del
cuerpo y la obsecuencia de sus autoridades con los verdaderos causantes de
nuestra tragedia nacional.
Los
militares, que por mucho tiempo fueron tenidos por un componente de
profesionales de las más variadas especialidades, con una formación académica
de altos quilates, como un reservorio de experticias técnicas de invalorable
utilidad, han hecho añicos esa leyenda urbana con la sostenida e impúdica
intromisión de sus mandos en la administración pública de la nación.
La
participación de los militares en actividades de gobierno ha estado signada por
el fracaso más rotundo, en ocasiones por unos resultados que rayan en la
imbecilidad absoluta, en una especie de prodigalidad de los errores y de la
total ausencia del sentido común, han quebrado empresas, han arruinado sectores
completos de nuestra economía, han puesto de rodilla a regiones que eran productivas
y autosuficientes antes de sus gestiones y ahora son vitrinas de miseria y
hambre.
Los
militares han dado muestras de un raterismo insaciable, a lo que son nombrados
para un cargo, de inmediato surgen las redes de la corrupción, incorporando a
las actividades a componentes de la institución y utilizando el marco legal de
sus actuaciones para el abuso y el autoritarismo a palos, recurriendo a la
violencia física, la extorsión, la amenaza y hasta al asesinato al por mayor,
como fórmulas para afianzar su autoridad de capo mayor.
Pero
no hay posibilidad de éxito en una administración militar para la nación
mientras se le dé la espalda al país civil, mientras se piense que Venezuela es
un cuartel y se concentre el poder en una pandilla de sargentos trasnochados, o
mientras se preserve el modelo comunista-estatista, mientras se siga
conculcando las libertades… no hay manera de que puedan hacer la tarea, porque
hay una contradicción de raíz entre la manera de ver y concebir el desarrollo y
la prosperidad que tiene un militar y la que pueda tener un civil; porque la
supuesta disciplina y el sistema de mando, que están en el ADN castrense no
sirven cuando la nave va enfilada en contra del arrecife.
Y
como lo militar es un mundo aparte de lo civil, como ustedes se manejan en un
universo paralelo y protegido, donde no hay carestía, ni necesidades, donde no
necesitan producir, ya que mueven sus propios recursos y se abastecen de sus
privilegios, porque viven en la seguridad de sus proveedurías y almacenes, gozan
de toda la mercancía que requieren, que introducen al país a espaldas de un
pueblo hambreado y en necesidad.
Las
FFAA nacionales están actuando fuera de la ley y contraviniendo la Constitución
que juraron respetar y obedecer, le dieron la espalda al pueblo de su país y
están haciendo negocios con su hambre y su miseria, lo cual los convierte en un
grupo de bandoleros no mejores que unos pranes,
que una banda de secuestradores. Cada vez que el Ministro de la Defensa sale en
los medios declarando que tenemos unas FFAA chavistas, socialistas y
antiimperialistas, está violando la ley e insultando nuestra fibra republicana,
y pierde legitimidad y autoridad, pisotea impunemente la tradición libertaria
de nuestro ejército; cada vez que nos enteramos que en sus cárceles y calabozos
muere un inocente torturado o que asesinan en las calles a un manifestante que
reclama su derecho a la vida digna, pierde sentido la existencia de la
institución militar.
Allí
están sus oficiales, reclamando respeto cuando fueron ellos los que pasaron
coleto con el legado de nuestro Libertador Simón Bolívar, porque prefirieron
asumir el supuesto legado de ese traidor y vende patria que fue Hugo Chávez
Frías, que no halló solaz en vida ni descanso en la muerte, porque fue el inventor
del rompimiento de las FFAA con ese compromiso esencial con la ley, el honor y
la dignidad.
Instrumentos de la destrucción de
Venezuela
La
república se encuentra en la peor crisis de su historia, estamos a punto de la
disolución de nuestra patria y ustedes andan desfilándole al culpable de este
desastre, prestándose para un show que ya no tiene sentido alguno, porque
cuando la patria les exigió que salieran en su defensa, prefirieron venderse al
enemigo, cuando la patria se vio acorralada por el siniestro plan de
destrucción nacional por parte de los comunistas, ustedes se unieron a la
comparsa diabólica de una gente que no cree en libertades, ni en democracia, ni
en la ética, ni en la verdad.
La
estrategia ordenada por el régimen de Raúl Castro de mal poner a nuestras FFAA
con su pueblo dio resultados; su Comandante en Jefe, el indocumentado Maduro y
el grupo de militares corruptos que conforman el Alto Mando Militar, lograron,
por medio de una política represiva y violenta contra la gente, utilizando
procedimientos y armas letales contra la protesta democrática desarmada, secuestrar
al país, convirtiéndose en el causante más notorio en la crisis alimentaria que
nos azota; lograron, repito, envilecer la relación de la institución con el
soberano, de tal manera que ya es imposible la confianza del país en sus
efectivos militares.
Todavía
andan oficiales militares con la cantaleta de garantizar que la patria no sea
tocada por la bota imperial o extranjera, sin aceptar por conveniencia que tienen
metida hasta el esófago la bota cubana, repitiendo sus consignas, siguiendo sus
instrucciones, permitiendo que un agente declarado y público de Cuba, para
demás señas extranjero, se complazca en declararse su Comandante en Jefe y
nombre a puras fichas procastristas en los puestos claves.
En
nombre de mi pueblo, digo aquí lo que mucha gente piensa y tiene temor en
expresar, y lo expongo con toda la fuerza que nos permite la Carta Magna, que nos
otorga el derecho, como ciudadanos de este país, a criticar a una de sus
instituciones fundamentales cuando pierde su rumbo, de denunciar situaciones de
riesgo y amenazas de nuestra seguridad… como venezolano y demócrata estoy
obligado a no rendirme en silencio ante la injusticia y el error.
Sería
más que deseable que se pudiera discutir públicamente el plan de devastación
del país que está contenido en el llamado Plan de la Patria del Chávez, que no
es otra cosa que un plan maestro para arrodillar al país, utilizando a las FFAA
como instrumento del imperialismo cubano; la crisis que padece nuestro país ha
sido promovida intencionadamente, siguiendo instrucciones desde La Habana, y
todos estamos claros en quienes se prestaron para la traición.
Nuestras
FFAA dejaron de existir, ahora actúan como una banda de cobardes que usurpó
esos uniformes y las armas de la república para hacerle daño a la nación, para
destruirla sin ningún propósito, solo impulsados por la vanidad y la codicia de
unos pocos.
Los
militares venezolanos creen que sus actuaciones van a pasar inadvertidas, pero son
una mala versión de la institución militar latinoamericana, enlodando un oficio
de honor que todavía da muestras de dignidad y decencia en instituciones
armadas de otros países, que deberían interponer sus buenos oficios para exponer
por excepcional este comportamiento irregular y mafioso, mediando para que se
detenga y deje de empañar el buen nombre de los hombres de armas en el
continente… por lo menos, deberían pronunciarse y deslindarse de esos abusos y
mal ejemplo.
Un último llamado
Este
momento histórico necesita que, si todavía queda algo bueno y funcional dentro
de las FFAA, se manifieste de una vez por todas, desconociendo la autoridad de
quienes han perpetrado este crimen histórico contra el país, para que se
detenga estas actuaciones de guerra en contra del pueblo de Venezuela, dejen de
contribuir con el caos y la violencia y le pongan coto a las bandas armadas del
gobierno ilegítimo de Maduro, que están actuando como los verdaderos dueños del
país.
La
única oportunidad que tienen de iniciar un proceso de recomposición, desde lo
interno de la institución militar, es darle el pleno respaldo al único órgano
de gobierno legítimo, popular y democrático que tiene el país, que es la
Asamblea Nacional, convirtiéndose, a partir de este momento, en garantes del
proceso constitucional para la consulta del soberano sobre si procede o no el referéndum
revocatorio en este año 2016; para ello en este mismo instante deben desligarse
de las actividades ilícitas e inmorales que algunos de sus componentes
practican en detrimento de la corporación, su historia y su posibilidad de
futuro.
Nicolás
Maduro acaba de renunciar a importantes funciones como jefe del ejecutivo
nacional, transfiriendo estas responsabilidades al Ministro de Defensa, General
Padrino López. Es de destacar que esto se trata, ni más ni menos, que delegar
en un militar el manejo de la crisis alimentaria que padece el país, con
instrucciones a su gobierno de que le presten toda colaboración y obediencia…
que no es otra cosa que el abandono del cargo de Presidente de la República.
Si el
General Padrino López fuera un militar institucional y demócrata, un hombre
responsable y consciente del momento histórico, de inmediato tendría que convocar
a elecciones generales en el país, para que el pueblo de Venezuela elija a un
nuevo gobierno. No lo ha hecho, y “eres lo que haces, ni más, ni menos”, porque
no le conviene. La incapacidad de Maduro para hacerse cargo de la crisis que
creó tiene una consecuencia lógica, delegar en los militares tareas que están
fuera de sus capacidades y funciones, con lo que logró hacer de los militares,
prácticamente, dueños de todas las riquezas minerales, incluyendo el petróleo,
por medio de un acelerado montaje de empresas y corporaciones, fondos y
organismos que los convierten en los nuevos dueños de nuestras patrimonios.
Es un
momento triste y difícil para Venezuela, pero no su final. Todavía queda pueblo
y gente decente que prevalecerá en su propósito de sobrevivir y construir un
país que sea el hogar de gente valiente y respetuosa de la ley, libre e
independiente, que jamás olvidará esta afrenta al honor y la dignidad de esta
nación. -
saulgodoy@gmail.com
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