miércoles, 30 de julio de 2014

El que tiene la muerte en la bolsa



Hoy quiero escribir sobre uno de los líderes africanos más influyentes de la modernidad. Olufela Olusegun Oludotun Ransome-Kuti, nació el 15 de Octubre de 1938 en la localidad de Abeokuta, en el estado de Ogun, Nigeria, en el seno de una influyente familia; su padre era un reconocido predicador protestante, director de una importante escuela y llegó a ser el Presidente de la Unión de Maestros de Nigeria; su madre era una destacada feminista y activista del movimiento anti-colonialista nigeriano; sus hermanos fueron importantes médicos, uno de ellos, Olikoye, llegó a ser Ministro de Salud; uno de sus primos , Wole Soyinka, fue el primer Premio Nobel de literatura africano.
Ransome tuvo la oportunidad de educarse en Inglaterra y luego de viajar a los Estados Unidos, donde se dio cuenta, entre otras muchas cosas, de la trágica situación africana en comparación con el mundo occidental, sobre todo con Norteamérica, donde tuvo contacto con el grupo radical Panteras Negras y el movimiento Poder Negro.
A su regreso a África buscó sus propias raíces, se convirtió a la ancestral religión Yoruba, expuso públicamente los serios problemas sociales que veía sufrir a su gente, abogó por el panafricanismo - soñaba con ver una sola república Africana - viajó extensivamente por la región sobre todo por Ghana, donde tenía admiradores.
Sus discursos iban en contra de la nociva influencia occidental en las costumbres africanas; se peleó con las compañías farmacéuticas, estaba contra las practica medicas occidentales, se oponía a su manera de vestir y de comer; acusó a las grandes corporaciones que venían a África a explotar a su pueblo, se declaró socialista, acusaba al militarismo y señalaba la corrupción en el gobierno… la respuesta de las autoridades no se hizo esperar, fue hecho prisionero más de 200 veces, recibió varias golpizas, algunas de ellas lo enviaron al hospital casi muerto… Amnistía Internacional, la organización de derechos humanos,  lo vigilaba y denunciaba públicamente su situación, como víctima de un régimen de fuerza; en una ocasión, lo enviaron a la prisión más violenta de Nigeria, Alagbon, al pabellón con peor fama, lo llamaban “el hueco de Calcuta”, Kalakuta, para los nigerianos, y para desmayo de los militares, se convirtió en el líder de Kalakuta.
Escribió artículos incendiarios en contra del régimen en los periódicos ingleses. Nigeria vivía de golpe en estado en golpe de estado, sus escritos contra los intereses coloniales, que él señalaba detrás de las grandes empresas, eran corrosivos; acusó a occidente de haber introducido la enfermedad del SIDA en el continente, denunció el apartheid en Suráfrica… esto, hasta que los diarios dejaron de publicar sus artículos.
Su posición de radicalizó, fundó una comuna y le dio el nombre de República Independiente de Kalakuta; se casó con 27 mujeres en una sola ceremonia, rescató los valores machistas de las costumbres patriarcales antiguas, promovió la poligamia que hacía de la mujer un ser sumiso, fumaba grandes cantidades de marihuana y lo hacía públicamente, escandalizando con su estilo de vida a la sociedad y al régimen militar de Nigeria; criticó duramente al cristianismo y al islam, como religiones que predicaban el conformismo. Llegó al punto de cambiar su nombre, dijo que Ransome era un nombre de esclavo y se puso Anikulapo, que significaba “el que tenía la muerte en su bolsa”.
En una ocasión, Kalakuta fue tomada militarmente, en la madrugada, por órdenes del General Olusegun Obasanjo, quien había sido compañero de aula de Anikulapo cuando eran niños; las mujeres fueron violadas, los hombres apaleados, incendiaron sus edificios, la madre de Anikulapo, una venerable anciana de 75 años de edad, fue lanzada por los soldados desde un balcón y murió, posteriormente, de las secuelas de la fatal caída.
Para las elecciones 1979 decidió fundar su propio partido, el Movimiento de la Gente, y se lanzó como candidato para la presidencia de la República en las primeras elecciones libres, después de diez años de dictadura militar, con la consigna de rescatar los valores tradicionales de Nigeria y “coletear” la corrupción del gobierno; costó mucho legalizar el partido. Inmediatamente después de la elección hubo un nuevo golpe de estado y Anikulapo, mejor conocido como Fela, fue nuevamente perseguido; en 1984 lo vuelven a arrestar, esta vez por el cargo de introducir dólares ilegales al país, y va a prisión por 20 meses. A su salida, se divorcia de sus esposas (12 de ellas decidieron, voluntariamente, no dejarlo), concediéndoles la libertad sobre la base de que ningún ser humano puede tener dominio sobre otro, argumentando, además, que tantas mujeres alimentaban los celos y las peleas en la familia.
Ya agotado y enfermo, luego de tanta cárcel, mala vida y malos tratos, muere de SIDA el 3 de Agosto de 1997, a los 58 años de edad.
Ahora viene la parte más increíble de esta historia: Anikulapo es mejor conocido como Fela Kuti, uno de los más reconocidos músicos africanos que ha existido, uno de los más relevantes jazzistas, un multi instrumentista de fama mundial, el inventor de un estilo musical llamado el Afrobeat, productor de más de cincuenta discos durante su carrera… concertista de fama mundial, fue aplaudido en el Festival de Jazz de Berlín, compartió escenario con Bono, Carlos Santana y los hermanos Neville en el estadio de los Gigantes en New Jersey; se inició con Hugh Masekela, grabó con Ginger Baker; su estilo ha influenciado a toda una generación de músicos africanos, y es uno de mis músicos favoritos.
Su vida inspiró una obra de teatro off-Broadway, llamada Fela!, producida por un millonario petrolero enamorado de su música, que ha sido un éxito con llenos absolutos y ha ganado varios premios, pero sólo la presentan de cuando en vez y se mantiene listas de espera para poder verla; entre sus coproductores se encuentran Jay-Z, Alicia Keys y Will Smith. La obra fue nominada en 2011 para 11 premios Tony’s.
Les cuento como me topé con la música de Fela: en 1976, estaba de vacaciones en California y me invitaron a un campo nudista; estaba un poco nervioso, se trataba de una colonia de gente que tomaba el nudismo muy en serio, el asunto fue que me excedí con el vino que servían y, en la tarde, alrededor de una enorme fogata, pusieron por los parlantes a todo volumen una canción que me ha acompañado desde entonces, Coffin for Head of State; no tenía la menor idea de quién era Fela, ni lo que la canción significaba, lo que sé es que bailé inspirado y provoqué una respuesta tribal del grupo, al día siguiente me hicieron miembro honorario.
Fela recibió una excelente educación clásica, fue director del coro en la escuela de su padre, tocaba el piano, se especializó en trompeta en el Trinity College of Music: el músico que más admiraba era Miles Davis, en su época con Bird, pero además era un excelente percusionista, aprendió a tocar con maestría el saxo y, como un extra, tenía una voz envidiable; su ídolo incuestionable -  lo repitió varias veces en su vida - fue George Frederic Handel y su obra favorita, Dixit Dominus .
Para quienes no han escuchado a Fela Kuti, les aseguro que será una sorpresa agradable; en Venezuela es poco conocido, principalmente porque sus canciones son extremadamente largas, algunas duran media hora y más, es costumbre que la canción lleva ya quince minutos y Fela no ha empezado a cantar; la música es pegajosa y muy rítmica, los solos son virtuosismo puro, los coros abundantes y sincopados, la voz de Fela, prodigiosa.
El Afrobeat, generó que inventó y popularizó, es una mixtura de música soul, jazz, con elementos afrocubanos, ritmos del  highlife gahaniano y mucho funk, al estilo James Brown. Sus conciertos atraían una asistencia masiva, no en vano sus enemigos políticos lo tenían como un contendor de cuidado, sus presentaciones eran mitad concierto y mitad mitin político, sus canciones recurrían a “patuá”, mitad inglés mitad nigeriano, que se hizo popular en todas las ex colonias angloparlantes.
Tocó con los mejores ejecutantes de su generación  y fue una escuela para los músicos nigerianos, de allí salieron excelentes instrumentistas, como el percusionista Tony Allen, el extraordinario guitarrista Kologbo, el saxofonista Lekan 'Ani' Animashaun, todos músicos de primera línea.
En los pocos videos que he podido ver, Fela se muestra como un coreógrafo creativo y un crooner portentoso, se adueñaba del escenario sin admitir competencia alguna y manejaba al público como le daba la gana; montaba un espectáculo en grande, con bailarines y grupos corales… en sus últimos conciertos hacía montajes de rituales yoruba, se pintaba el cuerpo y simulaba sacrificios.
Fela Kuti fue un músico de excepción, que gozó de su fama y riqueza, que como artista se dejó devorar por los placeres del sexo, la droga y rock and roll, y en sus últimos días vivió de acuerdo a lo que predicaba, no se dejó tratar por la medicina moderna, a pesar de los múltiples intentos que sus hermanos hicieron por recuperarlo… murió reconociendo al condón como una maldición para los africanos, fue un rutilante cometa en la política nigeriana, fiel a sus principios, indomable en sus objetivos.
Su memoria es hoy rescatada y valorada, cada vez más, como un verdadero héroe africano; sus discos se reeditan en colecciones de lujo, hay varios museos en Nigeria que honran su vida y, no en vano, se está convirtiendo en una figura de culto para quienes apreciamos su música. – saúlgodoy@gmail.com





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