martes, 10 de mayo de 2016

El fascismo de acuerdo a Reich




Wilhelm Reich (1897-1957) psiquiatra de origen austríaco y descubridor de la energía conocida como orgón, fue un escritor prolífico, un investigador teórico  y experimental muy cuestionado en su tiempo, perseguido por los nazis primero y luego por el gobierno norteamericano, la mayor parte de su obra fue destruida, su reputación enlodada con cargos de demencia y con procesos judiciales acusándolo de fraude, murió en la cárcel en New York, a sus 60 años.
Sus “alocadas teorías” han tenido un importante renacimiento debido a nuevos descubrimientos científicos y existe un movimiento mundial por rescatar su memoria y trabajos en psiquiatría, sociología, política, ambiente.
En este breve artículo trataré de resumir su pensamiento sobre el fascismo, una manera de hacer política que conoció de primera mano y trató destruirlo.
Como resultado de sus investigaciones sobre la naturaleza represiva de la sociedad sobre el individuo, en especial sobre su sexualidad, llegó a la conclusión que: “Como resultado de miles de años de perversión social y educativa, las masas de la población se han vuelto biológicamente rígidas e incapaces de libertad. Ya no son capaces de organizar una convivencia pacífica.
La verdadera naturaleza del hombre es pacífica, cooperativa, inclinado hacia el amor y el trabajo pero el acondicionamiento social que tiende hacia el autoritarismo, lo educa para la obediencia y el conformismo, el hombre nace en medio de un conflicto entre el anhelo a la libertad y el miedo a la libertad.
La supresión de la vida sexual natural de los niños y adolescentes cumple la función de estructurar a las personas para que sean portadores voluntarios y reproductores de una civilización mecanicista y autoritaria; miles de años de sometimiento humano han desembocado en un estado de flujo y agitación.
Esto ha resultado en que el hombre viva en un continuo conflicto consigo mismo y las consecuencias son las guerras y la destrucción, que la sociedad tiene como episodios necesarios para la evolución social y personal de sus miembros.
Esta situación ha enfermado al individuo y a la sociedad, pero lo más atroz de esta absurda situación es que existen un puñado de gánsteres, de neuróticos perversos, de “políticos” jugando a ser los jefes, los líderes y que se colocan en posiciones para explotar esta desesperación social de millones de personas decentes e industriosas, que engañadas, ingenuamente ponen en manos de estos estafadores políticos, el poder.
Los portadores de la pestilencia fascista han comprendido la incapacidad de las masas para la libertad y han sostenido que es un hecho biológico, y así inalterable. Han puesto en circulación teorías raciales irracionales y además engañosas, ideas sobre una raza cósmica, elegida para salvar al mundo, para liberar al hombre de sus cadenas haciéndolos esclavos de causas nacionales que se agotan en la obediencia al líder y en el culto a su personalidad.
Los dictadores, sin excepción, han construido su poder sobre la irresponsabilidad social de las masas que necesitan de un caudillo que les dé sentido y rumbo.
Reich creía que el carácter humano está construido sobre tres capas biosíquicas, estas capas corresponden al desarrollo social en donde está inmerso el individuo, pero dejemos que sea el propio Reich quien nos lo explique (Tomado del prefacio a su obra La Psicología de Masas del Fascismo, 1946): En la capa superficial, el individuo medio está constreñido, es cortés, compasivo y consciente. No habría la tragedia social del animal hombre, si esta capa superficial estuviera en contacto inmediato con su núcleo natural profundo. Su tragedia es que ése no es el caso. La capa superficial de la cooperación social no está en contacto con el núcleo biológico de la persona, sino separado de él por una segunda capa intermediaria, consistente en impulsos crueles, sádicos, lascivos, predadores y envidiosos. Esto es lo “inconsciente” o “reprimido” freudiano; en el lenguaje económico-sexual, es la suma total de los “impulsos secundarios”. La biofísica del orgón ha mostrado que el inconsciente freudiano, el elemento antisocial en la estructura humana, es un resultado secundario de la represión de los impulsos biológicos primarios. Si se penetra esta segunda capa, perversa y antisocial, regularmente se llega a una tercera capa, la más profunda, que llamamos el núcleo biológico. En esta capa que es más profunda, el hombre, bajo condiciones sociales favorables, es un animal honesto, industrioso, cooperativo, capaz de amor y también de un odio racional… Como resultado de esta desafortunada estructura, cada impulso social natural o libidinoso del núcleo biológico debe, en su camino a la acción, atravesar la capa de los impulsos perversos secundarios, donde se vuelve desviado. Esta desviación transforma el carácter originariamente social del impulso natural en un impulso perverso y, de este modo, inhibe cualquier manifestación natural de la vida.
Para Reich, el fascismo actúa en esa segunda capa del carácter, la de los impulsos secundarios, no se trata de una ideología, ni de un partido político, o la caracterización de un grupo social, el fascismo es la expresión política organizada de esa estructura emocional básica en el hombre que busca el autoritarismo, es esa visión maquinizada de la vida, cuasi mística, que destruye la libertad, alimenta las dictaduras y es apoyado por las masas.
Reich es muy claro, todos tenemos dentro de nosotros esa tendencia fascista, es una mezcla de emociones irracionales que nos llevan, por medio de una supuesta revolución progresista, a un estadio de orden primitivo y salvaje. La única manera de enfrentarlo es reconociéndolo y plantándole resistencia.
El fascismo es el odio actuante, la búsqueda constante del conflicto- y agrega Reich- de unos hombres y mujeres impotentes sexualmente, que en su terminología significa, incapaces de sentir amor y en quienes prevalece lo perverso y lo sádico.
La mentalidad del fascista es la mentalidad del “hombre pequeño”, que ansía someterse a la autoridad, es ese acondicionamiento ancestral a ser un reprimido, en las ideas, en la acción, en la sexualidad, que necesita ser dominado y sentirse grande a través de lo que Reich denomina, los sueños milenarios de los sargentos mayores de ese vasto ejército, que es nuestra civilización enferma.
Creo que es una de las mejores descripciones del chavismo que he leído en mucho tiempo.  –

saulgodoy@gmail.com

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