lunes, 29 de agosto de 2016

La gran incógnita del 1S (una apreciación)


Los antecedentes
El próximo jueves, primero de septiembre del 2016, fue la fecha escogida por la MUD para realizar lo que se ha llamado La Toma de Caracas, que no es otra cosa que la convocatoria de todas las fuerzas políticas de la oposición para concentrar en la capital de Venezuela al mayor número posible de ciudadanos, de todas partes del país, en una gigantesca marcha para, supuestamente, manifestar su deseo por que se efectúe el Referendo Revocatorio (RR) este año.
Como ya es sabido, el CNE y el gobierno de Nicolás Maduro Moros están negados a que el referendo se realice. El cinismo y la desvergüenza del gobierno son tales, que pretende llegar hasta el final del período presidencial como si nada estuviera pasando; en el peor de los casos, si logran posponerlo para el 2017, el chavismo podrá llevar al Vice-presidente a presidir el Poder Ejecutivo, en la eventualidad de que Maduro renuncie o sea removido de su cargo, de esta manera podría terminar los tres (3) años restantes que le quedan en el ejercicio del gobierno.
Si el RR se hace este año, lo más probable es que el gobierno pierda, Maduro sea eyectado del poder y se convoque de inmediato a unas nuevas elecciones presidenciales, en las cuales el chavismo, en sus actuales circunstancias, jamás ganaría.
El Revocatorio es un referendo que constitucionalmente está establecido para que los ciudadanos opinen si un funcionario público tiene los méritos o no para seguir ejerciendo su cargo y se hace al llegar a la mitad de su período; si el funcionario cuenta con el favor de los votantes podrá continuar en el ejercicio de su cargo.
Esta consulta, que es un derecho constitucional del pueblo, pasa por el CNE que, como árbitro electoral, debe hacer todo a su alcance para prepararla, de acuerdo a una normativa establecida. Ya anteriormente,  estas consultas se han hecho sin ningún problema, sólo que en esta ocasión, está en juego la posibilidad de sacar a un presidente de su cargo.
Maduro y el chavismo están en su peor momento en cuanto a popularidad; la gestión de gobierno  nunca en la historia había sido percibida de manera tan negativa por la opinión pública, de hecho, el país se encuentra la peor crisis económica y social de su historia, tanto la calidad de vida de los venezolanos, como las posibilidades de solucionar los urgentes problemas que han arruinado al país, requieren remover a Maduro y a su gobierno del poder.
Hay varias circunstancias que obligan al partido de gobierno, el PSUV, a no dejar el poder en este preciso momento y tienen que ver con su responsabilidad en la quiebra del país. Por otra parte, sus principales actores y funcionarios son casi todos requeridos por la justicia internacional, acusados como narcotraficantes, lavadores de dinero sucio, violadores de DDHH, por estar incursos en flagrantes actos de corrupción… en pocas palabras, no quieren rendir cuentas ni que se les investigue.
Unos pocos tienen expedientes abiertos y demandas en el país, por abuso de poder, pero la gran mayoría tendría que explicar de dónde vienen sus inmensas fortunas personales, adquiridas durante su trabajo en la administración pública, y todos deben responder por sus vinculaciones con algunos carteles del crimen organizado y por el daño que le han provocado al patrimonio de la nación.
Hay un grupo de personas que dependen de sus privilegios y nombramientos de sus cargos para evitar ser investigados, entre ellos algunos con inmunidad diplomática y parlamentaria, que serían presa fácil de las autoridades de la justicia internacional si no tuvieran esa protección que da el poder; pero también existe un grupo de personas que quieren seguir en el gobierno para continuar apropiándose de los recursos del estado.

Los actores del evento
Pero el problema fundamental que enfrenta la iniciativa para el RR, es que el CNE ha dejado de ser un árbitro imparcial y confiable para la mayoría del país; ostensiblemente de lado del gobierno, ha estado retrasando de manera injustificada los lapsos del proceso, violando la normativa electoral de forma descarada, con el propósito de permitirle al gobierno llegar al 2017 en el poder, lo cual tendría consecuencias catastróficas para el país.
La Toma de Caracas, para la mayor parte de los partidos políticos pertenecientes a la MUD, debe ser una muestra de fuerza, para obligar al CNE a realizar de inmediato el Referendo y al gobierno a aceptar sus resultados; se espera sea un acto masivo de calle que le muestre al mundo, al país y a la misma oposición que el país llegó “al llegadero”, a su límite.
Este particular momento, exige, según algunos políticos y analistas, una muestra pública y fehaciente del número de venezolanos que no quieren seguir en esta calamitosa situación, de allí la necesidad de movilizar al mayor número de personas posible a las calles, primero con el propósito de inhibir cualquier acción violenta por parte del régimen y sus grupos de violentos, en segundo lugar, para que quede el registro público, la fotografía, que evidencia la voluntad popular.
Esta iniciativa del RR fue liderada por el candidato y líder de la centro izquierda, Henrique Capriles Radonsky, uno de los aspirantes al cargo para la presidencia de la República, en caso de haber nuevas elecciones; el otro candidato que ha surgido en las filas de la oposición es el actual presidente de la Asamblea Nacional,  Henry Ramos Allup, también de la centro izquierda. No dudamos que habrá otros candidatos atraídos por el cargo, y si liberan a los presos políticos, es casi seguro que contaríamos con la candidatura de Leopoldo López, igualmente de la centro izquierda.
Todos estos líderes tienen una comprensible y justificada sed de poder; han sido 18 años de sequía en la renovación de los cuadros de poder en el país, el chavismo ha impedido una y otra vez la alternabilidad de los diferentes partidos políticos, de sus distintas visiones del país, la voraz hegemonía de los socialistas revolucionarios que, como lo manifiestan en sus consignas, “llegaron para quedarse”,  ya que, según ellos, su proyecto socialista es una necesidad histórica para el país.
En circunstancias normales, en una Venezuela donde se respetara la constitución y las leyes, esta Toma de Caracas habría sido innecesaria, bastaría que el CNE cumpliera con su mandato de manera transparente, eficiente y oportuna para que se diera la consulta y se terminara con la diatriba sobre si hay o no intenciones de desestabilizar al gobierno, pero no ha sido así.
Es absolutamente obvio que el gobierno no quiere ser removido del poder, que está utilizando al CNE para promover su interés hegemónico y no le importa la opinión de la voluntad popular; Maduro ha mantenido una deriva hacia un gobierno autoritario para poder aplicar el llamado Plan de la Patria, que es la receta socialista revolucionaria que ha provocado el desastre económico, de servicios públicos, de seguridad y la enorme escasez de alimentos y medicinas que sufre Venezuela, al punto, de entrar de lleno en una crisis humanitaria, que ha sido reconocida por importantes organismos internacionales; pero que el gobierno tercamente niega e impide que se canalicen las ayudas y suministros de emergencia, que pudieran haberla aliviado.
Las políticas públicas y de relaciones internacionales de este gobierno socialista revolucionario, no sólo han alejado a las inversiones extranjeras, han maltratado y despojado a los empresarios de sus industrias y comercios, asumido el control de los precios de los productos, secuestrado su distribución, absorbido las decisiones sobre sus políticas laborales y de salarios, sino que, por medio de un esquizofrénico control de cambio, elige a dedo quién puede y quién no acceder a las divisas extranjeras, lo que tranca de manera injusta la adquisición de materias primas e impide la repatriación de ganancias de las empresas a sus casas matrices.

La crisis en busca de unos padres
Producto de estas erradas políticas y de no atender certeramente el derrumbe de los precios del petróleo, nuestra principal fuente de ingresos, nos encontramos afectados por una monstruosa inflación, un decrecimiento de la productividad y un endeudamiento que hacen imposible mantener una economía estable, razón por la cual el gobierno ha tenido que convertirse en una dictadura, ahora ya sin ningún rubor, utilizando la fuerza y las armas para obligar al pueblo a aceptar el patético Plan de la Patria, siendo una de sus más preocupantes consecuencias que el gobierno ya no quiere más elecciones y pretende mantenerse en el poder sin el consentimiento  del pueblo de Venezuela.
El país lleva tres años en una acelerada caída hacia el caos total: la miseria va en aumento, hay una destrucción real de la economía, un derrumbe de las instituciones, un desmontaje de la moral pública, hambre y mucho padecimiento, hay demasiada gente pasando necesidades y tratando de sobrevivir en medio de un desorden violento, mientras la corrupción en el gobierno aumenta, los privilegios de la clase gobernante se hacen cada vez más obscenos y abusivos; los derechos de los ciudadanos, empezando por sus libertades, se hacen cada vez más críticos, mientras el hampa y el crimen se enseñorean en el país.
Por parte del gobierno chavista y de acuerdo a su propaganda, discursos y actividades, ellos están enfrentando una contra-revolución, que conlleva una supuesta guerra económica, una conspiración mundial en su contra por parte del imperio y sus lacayos, y esta Toma de Caracas es parte de un golpe de estado en proceso para desconocer la verdadera voluntad del pueblo, que ellos encarnan.
Bajo estas circunstancias, la Toma de Caracas para un número grande de personas que conforman la oposición política tiene otro significado y propósito: hay gente que el 1S va a salir a la calle, que va a llegar a Caracas de otras lejanas regiones y ya no tienen a donde regresar, porque devolverse significa prácticamente morir de mengua.
Se trata de gente que ya no pueden seguir sufriendo, han perdido toda esperanza, agotado toda posibilidad de vida en un país que los ha condenado a la mendicidad, lo único que les queda es avanzar y “echar el resto”, terminar de una vez por todas con la enorme inequidad que se ha apoderado del lar que los vio nacer, sacar al gobierno inhumano que los ha llevado a los límites de la nuda vida, ese es su único propósito.

El otro significado de la Toma de Caracas
El gobierno chavista ha llegado a un punto en su proceso totalitario que, como lo sucedido en los campos de exterminio nazis, sobre todo en Auschwitz, entró en la fase de “producir cadáveres” al por mayor: según Giorgo Agamben, un filósofo que se ha ocupado en estudiar los estados de excepción, éste es el inicio del final de estos regímenes, y es cuando son más peligrosos.
Eso es lo que ha venido haciendo el gobierno chavista en los últimos tiempos, con sus políticas de darle al hampa coto libre para que extermine a la población a sus anchas, bajo la fachada de un problema de seguridad pública, protegida y con impunidad garantizada; de igual manera, ha venido practicando su biopolítica del control del suministro de alimentos y medicinas para la población, dejando morir lentamente a los más vulnerables primero, para luego continuar con los que han sobrevivido, comprando conciencias con una bolsa de comida, los que se van a quedar en sus casas sin participar en la resistencia, los que pretenden que la cosa no es con ellos.
Los venezolanos que no salgan el 1S a las calles, los que no vean la importancia vital de su presencia en el asfalto de Caracas ese día fundamental, no van a tener otra oportunidad de defender sus vidas, su honor, su patria y su familia; no es el revocatorio el emblema de la marcha, es la sobrevivencia de un país que ahora esté en manos de los peores: incompetentes, bandidos y asesinos.
Yo no creo que la MUD esté preparada para liderar la ola humana que va a tomar a Caracas y para manejar, mucho menos satisfacer, las múltiples razones y necesidades que mueven a la multitud; ya no se trata de la viabilidad o no de un revocatorio, no creo que la masa de gente quiera ser despachada con unos discursos ilusos para luego mandarlas de vuelta por donde vinieron, sin arreglar su problema existencial. Creo firmemente que el 1S va a ser un acontecimiento histórico en nuestro país.
El gobierno, ciego y pendenciero, no sabe en realidad a lo que se va a enfrentar, ya tiene preparadas sus jugadas represivas de siempre, va a intentar taponear las entradas y salidas de la ciudad, para evitar que entre la gente del interior del país, que ya viene en ruta hacia el centro del poder, sin darse cuenta de que están sellando su suerte, al exponerse a que múltiples focos de resistencia activa los rodeen y no tengan ruta de escape.
El menú del régimen está diseñado: traslado de los presos políticos a cárceles distintas, arrestos sorpresivos de dirigentes y personalidades por parte de los servicios de inteligencia, implantación de “pruebas” para involucrarlos en ollas podridas, seguimiento e intercepción de políticos, bolas amenazantes en las redes sociales… probablemente hagan algunos atentados y secuestros selectivos.
El G-2 cubano está altamente involucrado en las respuestas del régimen a los acontecimientos, sobre todo en el uso de la violencia; se dice que muchos uniformados de Guardia Nacional serán extranjeros disfrazados con órdenes de elevar el número de víctimas (ya lo han hecho antes), pero serán fácilmente ubicables y neutralizados si se llegaran a dar los enfrentamientos.
Tienen planificado cortes de luz, de servicios de transporte público, va a tumbar internet y los servicios de telefonía pública, tienen listos a sus colectivos violentos, a sus grupos paramilitares y milicias; según la información que está circulando en las redes sociales, solamente cuentan con la Guardia Nacional para tratar de evitar el descontrol de la multitud, el resto de la FFAA ha hecho llegar un mensaje claro y contundente, no va a permitir que se agreda al pueblo con las armas.
El gobierno chavista, como es usual, tiene listas diferentes actividades con sus grupos cómplices para contrarrestar este evento de la oposición, desde mega-mercados y marchas a favor del régimen, promesas de medidas paliativas a la crisis, los medios públicos de comunicación y todo el poder mediático del gobierno van a tratar de tender su capa de invisibilidad sobre este evento de la oposición, con un black out informativo para que nadie se entere de lo que está sucediendo; la prohibición de vuelos de drones privados es una clara señal de que no quieren evidencia del evento, si sobreviven a la toma, tratarán de aparentar que nunca tuvo lugar.
Tengo la impresión de que si el gobierno, o alguien de sus  factores, llegare a abrir fuego contra los manifestantes, la respuesta misma del pueblo no se haría esperar y los ríos de gente cambiarían de curso en la búsqueda del responsable de ese desastre, lo cual transformaría drásticamente la naturaleza del evento y se entraría en terrenos de lo desconocido.
Ya se encuentra el gobierno subiendo los sueldos de los efectivos militares en un intento vano por comprarles la conciencia con chapitas de refresco; pero ningún aumento, ninguna contraprestación por su lealtad al pueblo, a la democracia y a la constitución va a cambiar el curso de los acontecimientos, es demasiado tarde.

Epílogo.
El CNE está dispuesto a ofrecer ya la fecha para la recolección del 20% en un intento por retrasar lo inminente; quiere seguir jugando con la paciencia de los venezolanos, engañarlos con ofrecimientos falsos, prometer términos y fechas que van a seguir posponiendo, y llegar al 2017, para prolongar este banquete de pordioseros.
La presencia de corresponsales extranjeros en el país, la observación internacional y el monitoreo de las ONG’s son fundamentales en el 1S; en el mejor de los casos, el gobierno permitirá que la Toma de Caracas se produzca sin inconvenientes, permitirá que la gente drene su hostilidad al régimen durante la toma y tendrá que lidiar con la presión interna y externa que esto generará, pero entró ya en pánico y es probable que cometa alguna insensatez, de modo que, al contrario de lo que pregona la MUD, dejen los niños en casa y salgan a defender su futuro.
La MUD no tiene idea de la magnitud de lo que ha convocado, es probable que puedan reunir dos millones de personas para convertirlo en el evento más multitudinario de nuestra historia, dos millones de ciudadanos pidiéndole la renuncia a un funcionario, y creo, en base a las declaraciones de sus promotores, que la MUD jugará un lamentable papel tratando de contener a la gente para que no les eche a perder sus planes dorados para optar por la presidencia de la República, único interés de ciertos líderes en este momento; a algunos se les va a caer la careta de estar cohabitando con el régimen, se les va a ver las costuras, si les ofrecen la fecha del revocatorio, la aceptan y tratan de impedir la satisfacción de un pueblo en su clamor de justicia en la calle… imponerle bridas a la toma de Caracas será un error garrafal.

Lo único que salvaría al chavismo de esta hecatombe en puertas es la renuncia de Maduro, sin dilación y con un llamado a nuevas elecciones generales; y, por supuesto, la renuncia de la directiva del CNE, celestinas desvergonzadas de esta convulsión política.   -   saulgodoy@gmail.com










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