Como algunos de ustedes han debido suponer, por la naturaleza de algunos de mis artículos, pertenezco a un exclusivo grupo de personas que nos gusta estudiar, investigar y criticar casos de inteligencia. Somos un círculo estrictamente de aficionados, consideramos el trabajo de inteligencia como una de las ocupaciones intelectuales más interesantes y estimulantes que existen, en un orden superior de estrategia y planificación.
Hace
más de dos década la actividad de inteligencia se ha hecho más abierta al
público, de hecho, hay sectores públicos y privados que buscan profesionales
continuamente en el mercado laboral y las instituciones académicas (la
inteligencia, para los que no sepan, se estudia, es una carrera como cualquier
otra, tiene su pensum de estudios, sus universidades, y es allí donde acuden
las corporaciones y gobiernos a reclutar a sus futuros analistas, espías y
estrategas) no se dan abasto para satisfacer la demanda, lo que ha sido
considerado como muy positivo para la evolución de las carreras que tienen que
ver con este mundo en particular.
La
mayor parte de nuestro grupo nos conocemos por internet, trabajamos
exclusivamente con información abierta, a veces con temas muy especializados,
pero nunca con información clasificada o secreta, somos un grupo
multidisciplinario, multiétnico, todos creemos en la democracia como el menos
malo de los sistema políticos, en las libertades individuales y en el respeto
estricto a la ley y a los derechos humanos, nuestra actividad está circunscrita
como un hobby, no como actividad comercial.
Somos
como un Club del Crimen, de esos grupos que se reúnen para leer y comentar las
últimas novelas negras, que les gusta la investigación criminal y policíaca, a
nosotros nos gusta la estrategia, el espionaje, el secreto y todo ese mundo de
las prospecciones y escenarios posibles.
Debido
a la naturaleza de la actividad de inteligencia en sus variantes económicas,
militares, políticas y científicas y lo complejo de los temas que tratamos, cuando
escogemos un tema lo manejamos en red, haciendo primero una tormenta de ideas
para ir afinando las líneas de interés del grupo, luego asignamos tareas y de
allí se van decantando las áreas de análisis, es bastante divertido y muy
interesante trabajar los casos sin estar sometidos a la presión y los términos
que exigirían situaciones en la vida real.
En mi
caso en particular me gusta trabajar el área de la geopolítica, sobre todo
comunidades de países, intereses regionales, alianzas y pactos continentales,
tratados internacionales, me gusta la foto de grupo, la gran panorámica, pero
contamos con historiadores, geógrafos, expertos en informática, actuarios,
economistas, lingüistas, matemáticos, filósofos.
En
nuestro grupo hay una cantidad de funcionarios de inteligencia ya retirados,
cuyos trabajos eran en áreas operativas muy específicas, expertos en
interpretación de imágenes, en limpieza de escenas, evaluadores de riesgos,
reclutadores de talentos, manejadores de informantes, por mencionar algunos,
este grupo nos da el procedimiento estándar en sus áreas de experticia y nos
sirven de consultores, aunque la mayor parte de ellos se involucran
directamente en las investigaciones que escogemos como tarea.
Nuestra
principal actividad es desmontar los casos que proponen nuestros miembros, por
lo general son situaciones históricas (los casos de la Segunda Guerra Mundial y
la Guerra Fría son populares), ver como funcionaron, si fueron exitosos revisamos
si se pudieran haber hecho de una mejor manera, si fueron un fracaso detectamos
donde estuvieron los errores, nos gusta analizar las crisis, hacerle autopsia a
los conflictos para ver que los provocó, estudiamos las guerras, las
revoluciones, los atentados terroristas, y aunque parezca extraño, uno de los
temas favoritos del grupo son los desastres naturales y como fueron manejados,
tenemos un grupo de administradores de desastres que son unos fanáticos, en el
buen sentido de la palabra.
La
inteligencia, el manejo de la información táctica y estratégica es la crema de
la crema en la resolución de conflictos, quien tenga la mejor información y
sepa cómo utilizarla tiene la partida ganada, y esto es una realidad en los
negocios, en la lucha política y en la guerra, esto, sin olvidar lo útil que
resulta en cuestiones domésticas, principalmente en el amor.
Para
la protección de nuestros miembros, no nos involucramos en asuntos de
inteligencia en pleno desarrollo, preferimos con mucho trabajar casos ya
resueltos, archivados y abiertos al público, que los hay suficientes para
mantenernos ocupados por el resto de nuestros días, tampoco tomamos contratos
para investigaciones actuales, eso lo hacen privadamente algunos de nuestros
miembros como consultores, pero jamás nos traen casos abiertos al seno de
nuestra cofradía.
¿Que
si somos espiados? En lo que tengo como miembro de la red, hemos detectado
varias visitas poco amigables de monitoreo y vigilancia, en dos ocasiones
descubrimos extracción de información en nuestros correos, probablemente
estemos infiltrados, pero no nos importa, repito sólo trabajamos con
información abierta, casos cerrados y archivos históricos, de resto no hemos
tenido reclamos, ni demandas y mucho menos investigaciones criminales.
Esto
no implica que no discutamos asuntos de actualidad, ni que intercambiemos
información fresca que aparecen en los medios de comunicación, sobre todo en
círculos académicos, estamos afiliados a varios Think Tanks internacionales, a diversas publicaciones de análisis
político y especializadas en el tema de inteligencia, algunos de nuestros
miembros reciben publicaciones privadas y pagas, y a veces comparten noticias
de último momento, y todo eso se ventila en un foro, por cierto, el más
concurrido del grupo.
Utilizamos
el inglés como lengua de uso corriente, pero hay mucho material en otras
lenguas que simplemente, utilizando programas de traducción automáticos (que
los hay muy buenos), podemos acceder a cualquier idioma.
Tenemos
incluso un foro literario, uno de mis favoritos, donde discutimos y nos
enteramos de lo último en publicaciones sobre inteligencia (quedarían
asombrados de inmenso auge que ha tenido la “liberación” de la profesión a
canales abiertos, o sea, a la sociedad civil, y del cúmulo de publicaciones que
existen sobre el tema) en especial sobre las novelas de espionaje, que son de
mis favoritas.
El
hecho que en Occidente la profesión y el estudio de la inteligencia se haya
abierto a la sociedad civil ha resultado en un enorme beneficio para la comunidad
de inteligencia dentro de los gobiernos, ahora pueden conseguir talento a
granel, gente con la formación adecuada para los diferentes niveles de trabajo,
igual en las corporaciones, sobre todo en instituciones bancarias y de seguro, en
alcaldías y organismos de planificación donde la inteligencia social es una
necesidad diaria.
Un
buen profesional de inteligencia sigue siendo uno de los profesionales más
costosos en formar, un simple analista no baja de los 5 millones de dólares, un
experto en interrogatorios se monta en el doble, el mercado para futurólogos y
expertos en probabilidades tienen la vida resuelta, un integrador de
especialistas, que por lo general son los jefes de grupo, valen su peso en oro.
Los
problemas a resolver se han vuelto más y más complejos, la información
necesaria para atender una situación cualquiera, solo para comprenderla y tener
posibilidades de acción requieren de una gran variedad de expertos y una gran
capacidad de procesamiento que no todo el mundo tiene.
Reducir
las incertidumbres y tener claridad de objetivos se ha vuelto una prioridad
para muchas actividades fundamentales para una organización, sobre todo para aquellas
que se basan en estimados , proyecciones y tendencias a futuro, y aquí hablo de
las grandes empresas de inversión de Wall Street, corporaciones como Amazon y
Google,
La
sobrevivencia de muchos países, a los que el piso se les mueve con cada hora
que pasa, y las circunstancias que viven sus economías cambian muchas veces sin
darse cuenta, los resultados pueden ser fatales o extremadamente productivos.
En
uno de nuestros últimos foros, analizando el interesante artículo de T. X.
Hammes, ex oficial del cuerpo de Marines e investigador emérito de la
Universidad de Defensa Nacional de los EEUU, titulado Convergencia de Tecnología y Difusión de Poderes, publicado por el
Cato Institute (2016), Hammes habla en éste artículo de las repercusiones que tiene para la estrategia nacional de
defensa, la profusión y acceso de nuevas tecnologías con las que se pueden
fabricar armas pequeñas, poderosas y versátiles y que podrían variar, de manera
determinante, las ecuaciones de poder de los países.
Hacía
mención a las plataformas de tecnología y armas, de las que disponía las
fuerzas armadas norteamericanas, estas plataformas son centros de control y de acopio
de material bélico de ataque y defensa de última generación, por lo general
diversos sistemas de armas con los cuales pueden realizar operaciones a grandes
distancias de los escenarios de guerra.
Hammes
discute en el artículo la posibilidad de darle prioridad en el gasto militar, a
estas complejas y costosísimas plataformas tecnológicas (que pueden estar en
tierra, en el mar, en la superficie o bajo las aguas o en el espacio), y a las
que llama “plataformas exquisitas”, para diferenciarlas de sus versiones más
pobres y limitadas, o plataformas de más movilidad y baratas, desde las que se
podrían coordinar, por ejemplo, ataques con un enjambre de drones explosivos
para la destrucción, digamos, de un aeropuerto enemigo, o del centro móvil de
control de armas robots autónomas.
Las nuevas armas laser en una plataforma exquisita |
La
diferencia entre ambas plataformas, la compleja y la desechable, radica principalmente en la distancia que
pueden cubrir, poder de fuego, diversidad de opciones en armas, capacidad de
reconocimiento y costo entre estas plataformas, que por cierto, ambas necesitan
de una buena inteligencia para su uso efectivo.
Pues
tomando el nombre que usó Hammes para designar estos sistemas de armas, propuse
al grupo denominarnos como una “plataforma exquisita de inteligencia” (todavía
no tenemos nombre oficial para nuestro grupo, nos identificamos con unas
siglas) lo cual fue rechazado, pero lo autorizaron para nombrar el artículo que
escribiría para divulgar sobre nuestra existencia para el público
latinoamericano.
No
vamos a dar mayor información sobre el grupo, parte del juego de inteligencia
es buscarla, de modo que quien quiera contactarnos debe buscarnos en la red, y
como yo, en algún momento, di con la pata de conejo, y ahora soy parte de esta
plataforma exquisita. - saulgodoy@gmail.com
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