martes, 25 de abril de 2017

No son elecciones, es la libertad de elegir




Retorno al tema electoral, que está siendo promocionado por algunos partidos políticos de la oposición, como bandera de la resistencia ciudadana en las calles de Venezuela.

Las elecciones son, apenas, un aspecto, importante sí, pero sólo una parte de ese gran mosaico que representa el derecho de elegir, el cual es fundamental porque es como se expresa la libertad.
Dentro de la gran gama de actos que elegimos, cuando somos libres, se encuentra nuestro derecho a pensar y creer en lo queramos, a decir lo que pensamos, a ocuparnos de cualquier actividad productiva que se nos antoje, a comprar la ropa y la comida que más nos gusten, a divertirnos como deseamos, podemos hacer de todo mientras estos actos sean legales, y no causen perjuicios a terceros.
El ir a unas elecciones libres y democráticas y escoger al candidato y el programa político que nos parezca más cónsono con nuestros ideales, es apenas uno de los tonos que hay en la paleta de colores a elegir. Pero lo importante es poder escoger entre una variada gama de propuestas y ofertas… o, al menos, entre dos opciones, porque cuando no elegimos, alguien nos impone su criterio y decide por nosotros.
En este sentido, el dictador Maduro y su gobierno de facinerosos, representantes del más brutal totalitarismo, no quieren que los venezolanos elijamos más nunca sobre ningún asunto; ellos simplemente desean imponer su voluntad sobre los ciudadanos y, si protestamos, nos ejecutan con un tiro en la cabeza.
No se llamen a equívocos, esto que digo está sucediendo, y el gobierno de Maduro está siendo auxiliado por los militares, que están en la calle reprimiendo al pueblo en su protesta legítima; eso, en cualquier lugar del mundo, se llama esclavitud, porque quien no puede elegir tiene un amo que decide por él, y si protestas y te obligan a la fuerza a aceptar la opresión te están reduciendo a una servidumbre.
Tal como yo lo veo, los líderes políticos de la oposición democrática - en especial el Sr Julio Borges, quien resulta ser el presidente de la Asamblea Nacional, y la figura de más notoriedad, quien ha sido insultado, amenazado, golpeado y perseguido por el asesino Maduro, y quien fue advertido por la Ministra de Asuntos Penitenciarios, Iris Varela, que ya le tiene una celda lista para él, en alguno de sus lúgubres prisiones, tiene que apretar el acelerador para que el cambio político se produzca lo más pronto posible.  
Y qué cosas, a pesar de esos ultimatos, el Sr. Borges no quiere quitarse la venda de los ojos y anda pidiendo elecciones generales por los cuatro vientos, como parte de un paquete de peticiones que si el gobierno de Maduro las concede, perdería el poder y quedaría en manos de la oposición. Creyendo que resolviendo ese petitorio (libertad a los presos políticos, reconocimiento de los poderes plenos de la Asamblea Nacional, permitir la ayuda humanitaria, suspender y procesar a los jueces del TSJ por el golpe de estado y llamado a elecciones), la solución para nuestro gran dilema estaría en manos de Maduro, quien simplemente tendría que cumplir con la constitución y punto.
En mi opinión, eso no va a suceder, porque al contrario de los políticos de unidad democrática venezolana, creo que la solución no es política, es militar, y lo digo por la sencilla razón de que el actual gobierno de Venezuela está en manos de un cartel de mafias, que responden a otros intereses.
La visión de la situación que tengo, es que se trata de una gran organización criminal manejada desde Cuba por Raúl Castro, en la cual intervienen intereses del narcotráfico, del terrorismo, de la subversión armada, del tráfico de armas, de organizaciones petroleras que trabajan en el mercado negro, de intereses mineros al margen de la ley, de trata de blancas, de blanqueo de capitales ilícitos, de organizaciones que alteran resultados electorales, tienen en nuestro país un centro de espionaje para toda Latinoamérica, es una fábrica de documentos de identidad para personas buscadas por la ley, financian partidos políticos y campañas electorales en otros países, podría seguir con el listado de actividades netamente criminales por un buen rato, que afectan no solo la estabilidad regional sino el orden internacional.
Para los venezolanos se trata de una lucha por la sobrevivencia de nuestras libertades y la democracia, algo que, en este momento, no se soluciona con elecciones, en especial porque el enemigo que tenemos, nos está apuntando con un fusil, pero para el resto del mundo y sobre todo para los EEUU, se trata de un cáncer que está creciendo agresivamente a pocas millas de donde quiere levantar el muro que supuestamente los va a aislar de todos estos problemas, sin darse cuenta que ya han sido penetrados por esta red internacional de mafias y que tienen lobistas y hasta un partido político operando a su favor en Washington.
Y si revisan un poco la conformación de este cartel del crimen que tiene en su poder al gobierno en Venezuela, se darán cuenta que está conformado por una serie de países y gobiernos que son todos, enemigos jurados de los EEUU, y que juegan a su destrucción.
Pero volviendo a nuestra situación interna, ese pedido a elecciones que hace la oposición venezolana puede muy fácilmente convertirse en una trampa, mientras tengamos a Maduro y su combo en posiciones de gobierno, mientras que el directorio del CNE esté conformado por ese jarrón chino que tiene la oposición como representante y esas ingratas mujeres que no se conmueven ante la lucha de su pueblo por no caer bajo el yugo de Cuba, mientras exista como competencia en el tarjetón electoral el PSUV y sus afiliados, mientras el proceso sea automatizado y secreto, mientras permitamos que unas máquinas y unos programas emitan votos fantasmas y recompongan los resultados electorales a voluntad de Maduro, ninguna elección está garantizada.
El gobierno lo único que no tiene de su lado es el pueblo, pero tiene todo lo demás: las armas, el dinero, el abuso, el apoyo de las mafias internacionales, la trampa y la desinformación… yo no me atrevería a plantear una elección en esas condiciones, ni aceptaría unas, a cambio de enfriar de nuevo las calles, porque estoy seguro que lo que viene es la oferta del caramelito envenenado.
Si el gobierno plantea unas elecciones en estas circunstancias, téngalo por seguro que viene una nueva trampa, en la que espera caigan, golosos todas las cabezas de los partidos políticos de la oposición, porque eso es lo de saben hacer, una fiesta electoral, una campaña, unos operativos para asegurar los votos, que al final terminan en unas declaraciones adelantadas por parte de partidarios del gobierno, revalidando que ganó el gobierno, con el anuncio del CNE de resultados irreversibles, y perdió la oposición.
Vuelvo a insistir, nuestro principal y más inmediato problema es uno de seguridad, el enemigo tiene las armas y las está usando en nuestra contra, nosotros estamos desarmados, y aunque los pacifistas alucinados como Chúo Torrealba crean en la fuerza de la figura de Gandhi y la resistencia pacífica, no somos indios y creo que ya tenemos bastantes muertos de nuestro lado…yo creo que es hora de que le pidamos a nuestros aliados, amigos y socios lo que verdaderamente necesitamos, que es, se conforme una coalición de naciones, liderada por los EEUU, y que nos ayuden a desarmar a nuestros enemigos que amenazan con exterminarnos.
Porque solamente expulsando al chavismo del gobierno, que es lo mismo que sacar a los cubanos de Venezuela, e interrumpir las actividades del cartel de mafias que operan en nuestro territorio, podremos entonces pensar en política, mientras tanto esto es un caso de seguridad, de orden militar-policial que sólo puede ser atendido por una fuerza de tarea internacional.
Eso tiene un costo, no es gratis, pero creo que Venezuela es un gran país y tiene como pagarlo, y si esto es así, ¿A que estamos esperando? ¿A que sigan disparando en contra nuestra como a patos en el agua? ¿A que en cualquier momento secuestren al Sr. Borges y se lo lleven para las catacumbas del SEBIN y le arranquen las cejas con pinzas?
Estimado Sr. Borges, haga un “reality check” y dígame, conjuntamente con todos los políticos de la unidad democrática, con la mano sobre el corazón, si su argumentación de jurista y demócrata, políticamente correcto, resiste la prueba de lo que está sucediendo en nuestras calles.
Váyase inmediatamente para Washington, reúnase con el Sr. Trump, con el Sr. Almagro, con todos los presidentes que sientan algún tipo de simpatía por nuestro pueblo, que tengan temor de lo que pudiera sucederle a nuestra región si esos terroristas se quedan gobernando a Venezuela y pídales ayuda, dígales la verdad de lo que sucede en nuestro país, no se quede en esa versión política del problema y hágalos entrar en razón, el continente, la región entera tiene un serio problema de seguridad, que no se va a solucionar con montar unas elecciones, eso vendrá después, sino para liberar a Venezuela de una peste altamente contagiosa y mortal.
Lo que viene es un gobierno de emergencia para estabilizar el país, para pacificarlo, para que se controle la inflación, para atender el problema humanitario, para rehacer las instituciones y preparar el camino para unas elecciones generales, que tendrán su momento, luego que la población pueda respirar con calma y recuperarse de este maratón de angustias y calamidades. Unas elecciones generales, en este preciso momento, no son sólo una locura, sino una irresponsabilidad.
El gobierno de emergencia debe darse dentro de las condiciones de un estado de excepción, no hay otra vía, utilizar la ruta constitucional resultaría bastante complicado, fíjense, tenemos unas elecciones a gobernadores que ya debieron darse y están en mora, vienen ahora las de alcaldes, si conseguimos remover al chavismo del poder y en eso estamos trabajando arduamente en las calles de Venezuela, conquistado nuestro derecho a escoger, podríamos elegir no hacer esas elecciones, por lo menos por ahora, y otorgarle el poder al gobierno de emergencia para que nombre las personas que de manera interina, se encargarían de ocupar esas posiciones, serían escogidos conjuntamente, por esa Junta de Emergencia y la Asamblea Nacional.
De esta manera, tendríamos al estado funcionando sin los chavistas y con nuevas autoridades, sin muchas complicaciones, todo con el fin de alanzar ese momento en que el pueblo pueda acudir a las urnas, que exprese su voluntad y escoja a sus gobernantes sin pasar por las horcas caudinas de un CNE rojo, rojito.
No pierda más tiempo, darle largas al asunto es trabajar para ellos. Pida la ayuda internacional que haga falta, firme lo que haya que firmar, deje que vuelva la libertad y con ella nuestro derecho a elegir… le aseguro que pasará a la historia como un gran hombre.    -    saulgodoy@gmail.com






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