Ese
es el subtítulo de uno de los libros más extraños del antropólogo francés
Claude Lévi-Strauss, que en realidad fueron cinco conferencias que dictó para
la Canadian Broadcasting Company en diciembre de 1977, los programas los hizo
en inglés y finalmente aparecieron publicados en el libro Mito y Significado (1979).
Digo
extraño porque primero es un libro muy breve, contrario a sus otras obras que
tienen una profundidad y extensiones respetables, explica el famoso antropólogo
que al utilizar el idioma inglés tuvo que constreñirse a los conceptos básicos
e ir directamente al hueso de las ideas, pero lo otro es el tema.
El
mito, creíamos muchos de sus seguidores, había quedado definitivamente cerrado
con la publicación de los cuatro volúmenes a su investigación Mythologiques que fueron publicados
entre 1964 y 1971, de resto, sus trabajos se concentraban en los ritos y
costumbres que tenían que ver con el matrimonio, la muerte, las comidas y la
guerra, que están llenos de consideraciones etnográficas, culturales,
lingüísticas y genealógicas sobre los pueblos que visitó y estudió,
principalmente las tribus Bororo y Jíbaros, aquí en nuestro patio, en América
del Sur.
Como
todos sabemos, su obra principal es su archifamosa Antropología Estructural (1963) que le valió ser considerado el
padre del movimiento estructuralista que tomó por asalto a las academias
continentales en Europa, y por supuesto, dándole un segundo lugar, se encuentra
su legendario libro Tristes Trópicos
(1955) con el que su fama como antropólogo, se vio consolidada.
Por
supuesto, hay toda una revisión de las teorías estructuralistas donde muchas de
las tesis de Lévi-Strauss han sido duramente cuestionadas y algunas invalidadas
por método, pero aun así, su aporte sigue siendo fundamental para el desarrollo
del post-estructuralismo.
Pues
en Mito
y Significado Lévi-Strauss replantea su idea que para entender los
mitos hay que renunciar a su aspecto literario, no verlos como una forma
gramatical esperando encontrar en ellos una secuencia continua, los mitos son
una serie de eventos y situaciones que conllevan a significados que sólo pueden
ser entendidos cabalmente en su integridad, en la totalidad.
Cuando
nos damos cuenta que los episodios ocurren una y otra vez, con variaciones, a
veces con recomposiciones que parecieran contradictorias, son referencias que
sólo pueden ser encajadas en un gran fresco, y es por ello que él prefiere la
aproximación que utilizamos para estudiar música.
El
mito, como lo explica en la obra, puede tener manifestaciones a cientos, y a
veces, miles de kilómetros de su fuente original, un mismo mito puede generarse
en una tribu mesoamericana y tener replicas en Alaska y Canadá, o en la
Patagonia, casi con los mismos personajes, reproduciendo los mismos eventos
pero en circunstancias distintas, lo que da cuenta de la intensa comunicación
que había entre los pueblos aborígenes en América o entre tribus del Pacífico.
Lévi-Strauss
propone aproximarnos al mito de la misma manera que lo hacemos con una
partitura musical, para entender ciertos movimientos, o algunos de los solos o
fugas, debemos tener la comprensión de toda la partitura, no podemos quedarnos
en las primeras notaciones, tenemos que leer la página completa, captando la
unidad de la ejecución podemos entender las partes.
Y
pone un ejemplo algo desconcertante, por lo menos para mí que no soy
antropólogo, y es la historia sobre los niños que nacen con el labio leporino y
los que son gemelos, ambos casos, para ciertas tribus americanas lo relacionan
con fenómenos atmosféricos, con inviernos extremadamente fríos o con tormentas,
y a estos niños como causantes o disipadores de estos estados del tiempo.
Esta
creencia las identifica Lévi-Strauss en crónicas de sacerdotes misioneros en el
Perú durante la Conquista, y las vuelve a encontrar en las costas del Brasil
entre la tribu Tupinambas, y en las montañas Rocosas entre los indios Kootenay,
y entre los Salish de la Columbia Británica en Canadá, todas tienen que ver con
estos niños y lo que sus madres hacen para darlos a luz con esas
características, que algunas veces son temidas, y otras bienvenidas.
Según
los mitos los gemelos son prueba, en algunos casos, de la infidelidad de una
mujer que queda embarazada por dos amantes, o que por un mal movimiento rompe
fuente antes de tiempo y nacen dos niños idénticos, o que los niños con labios
leporinos son una jugada de conejos y liebres que tienen dividida su nariz, y
afectan el embarazo de las mujeres para producir vástagos con esta
característica.
También
Lévi-Strauss nos refiere la mitología detrás de la leyenda germánica del anillo
que utiliza Richard Wagner en su tetralogía operística, la llamada “renuncia
del amor”, primero por Alberich que renuncia al amor a cambio de una fortuna en
oro que tiene que buscar en las profundidades del río Rin, en la segunda parte
cuando Siegmund descubre que su amada Sieglinde es su hermana, la tercera
cuando Wotan condena a su hija Brunhilde a un largo sueño rodeada de un cerco
de fuego, estas tres escenas diferentes las explica el antropólogo en una
complejísima trama de simbolismos que me dejaron, para decir lo menos,
perplejo.
Estas
conferencias de Lévi-Strauss son engañosas, el libro parece fácil, pero no
dejen que el tamaño los confunda, es un libro que se las trae, pues trata de
resumir un vasto conocimiento en pocas ideas, a veces lo logra (por lo menos en
mi caso), otras no.
Pero
hay algo que rescato y que me pareció muy sensato, el autor separa el
pensamiento primitivo del civilizado diciendo, que el primero se caracteriza
porque no posee escritura, pero sin estigmatizarlo, ya que los pueblos que no
tienen escritura tuvieron que desarrollar otras habilidades y sentidos que los
pueblos civilizados hemos perdido con la escritura, y no son sólo “formas” sino
maneras de ver el mundo.
Para
quienes gustan de la antropología, les recomiendo esta recopilación de
programas radiales (en el prólogo, escrito por la profesora Wendy Doniger,
recomienda leerlo en voz alta, tal y como fue presentado originalmente). – saulgodoy@gmail.com
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