miércoles, 24 de abril de 2019

Vender al socialismo



Alberto Federico Ravell uno de los periodistas y empresario de las comunicaciones que más admiro, ha aceptado ser el nuevo encargado de las comunicaciones del gobierno de transición del presidente socialista Juan Guaidó, hecho que me hizo pensar sobre el papel de los comunicadores sociales en asuntos políticos, porque los que se encuentran en esas posiciones se convierten en políticos, no hay manera de negarlo ni impedirlo, pero lo que me llama la atención es que un hombre que fue perseguido por el socialismo, que como un profesional de las comunicaciones y dueño de medios fue atacado, censurado, insultado, robado, sancionado y amenazado por uno de los más conspicuos promotores de la “justicia social”, acepte ahora convertirse en el zar de las comunicaciones de los socialistas “buenos”.
Entiendo que el Sr. Ravell tiene sus intereses e ideología política, sabemos de sus simpatías con ciertas organizaciones políticas, de su compromiso con la democracia, con la libertad, con el mercado, con el respeto por la ley, por la libre competencia y por sobre todo, con la libertad de expresión y el acceso a la información, pero que ahora se preste para ser vocero y multiplicador de esta particular ideología y a favor de un representante del partido Voluntad Popular y su fundador el abogado Leopoldo López, lo están marcando como ficha importante del socialismo en Venezuela, lo que probablemente era, y ahora tiene su oportunidad de demostrarlo.
La única manera que tengo de entender esta jugada es que el Sr. Ravell es un socialista convencido, cosa que ni es extraña y que tiene explicaciones, pero que no deja de sorprenderme, pues quien haya  recibido tanto palo como él, de parte de los seguidores de una filosofía de vida tan contradictoria y enemiga del desarrollo individual, de la empresa y a favor de un estado fuerte e interventor, lo menos que debería sentir es simpatía por la misma, y menos todavía, convertirse en su vocero, lo cual dice mucho sobre su persona.
Pero vamos por partes, en una democracia cada persona es libre de pensar y creer en lo que quiera, de expresarlo y hasta dedicar su vida a ello, hay empresarios y comunicadores socialistas, lo más probable es el Sr. Ravel considere que el socialismo del siglo XXI no es el verdadero socialismo tal y como lo ha expresado Guaidó, que hay socialistas buenos y malos, y “ellos” son los socialistas buenos.
Así lo siente el Dr. Leopoldo López, el preso político venezolano más famoso del socialismo revolucionario, jefe de Juan Guaidó, y lo predica en su pensamiento sobre la continuación de un estado fuerte, empresario, dueño de los recursos naturales, de los principales medios de producción, de un estado centralizado y planificador, benefactor, repartidor de dádivas, de distribuidor de la riqueza nacional, de grandes programas sociales financiados por el erario público, interventor y regulador de la actividad privada.
Voluntad Popular es un partido político socialista, se desprende de su acta constitutiva y de sus principios doctrinales, está asociado a la organización de la Internacional Socialista, está vinculado a los principales partidos socialistas del mundo de quienes ha recibido ayudas, apoyo y solidaridad, tiene especiales relaciones con la iglesia comunista del Papa Francisco, sus principales oficiales son rabiosamente colectivistas y defensores del igualitarismo, sus integrantes han sido recipientes de importantes premios de organizaciones socialistas, lo que significa que son favoritos de esa poderosa organización mundial para la implantación del comunismo en el mundo.
El problema fundamental de esta red de organizaciones socialistas y comunistas en el mundo es que parten de una ideología común, de un sentimiento fraternal que los eleva como moralmente superiores a cualquier otra manifestación política debido a lo humanitario de sus propósitos para con los desposeídos, unas ideas y una doctrina equivocadas en mi opinión (mis argumentos han sido publicados en mi blog El Tambor del Hortador de manera profusa y continua); todos los países, regímenes, líderes, partidos, religiones, facciones y activistas están hermanados, pertenecen a una comunidad global marxista leninista muy fuerte, donde a pesar de las diferencias de métodos y vías para lograr la llamada Justicia Social, todos son capaces de asociarse, de negociar y llegar a términos sobre los intereses comunes de la llamada izquierda internacional, que funciona como una mafia y canalizan recursos y apoyos de manera abierta y subterránea.
Es por ello que a pesar de la virulencia como algunos regímenes revolucionarios tratan a sus pares socialistas de otras organizaciones, tal y como el chavismo ha tratado a los otros partidos de izquierda en Venezuela, como ha sido el caso del Dr. López y el Sr. Ravell, con quienes el chavismo ha sido particularmente crueles, aún con eso, estos venezolanos sostienen márgenes de tolerancia y deseos de cohabitación con estas formas de socialismo militarista y violento, razón por la que el partido Voluntad Popular está dispuesto a llegar a asociaciones con grupos de poder del chavismo en el área de las empresas petrolera y de otorgarles perdones y permitirles que permanezcan activos políticamente.
Pero también hay otra interpretación, Ravell es un capitalista salvaje, se escuda detrás de la excusa de algunos profesionales, entre ellos, abogados penalistas, que esgrimen el argumento que están obligados por la ley a proporcionarle servicios de asesoría legal aún a aquellos criminales confesos y que a su disgusto se lo soliciten; bajo el mismo principio, éste comunicador se siente compelido a darle sus servicios de comunicaciones a un socialismo que a la larga, será tan nefasto y maligno como el chavismo que le hizo la vida imposible, porque el socialismo no tiene otra meta que el totalitarismo, es lo que la historia nos ha enseñado, la experiencia lo demuestra.
Es probable que el Sr. Ravell utilice el argumento de que Guaidó representa la posibilidad de cambio para el país, nuestra única oportunidad de salir de Maduro, de llegar a términos con una transición, pero la impresión que tiene la gran mayoría de venezolanos es que la conformación de este Centro Nacional de Comunicaciones está siendo contratado para anular a las voces opositoras de la oposición, para contraatacar a los llamados “guerreros del teclado”, para homogeneizar la opinión pública, aplanarla, y hacerla uniforme a favor del interés, no del Parlamento, sino del partido Voluntad Popular, destinado a convertirse en el nuevo PSUV, y al Dr. López, como el nuevo líder mesiánico del nuevo socialismo, el auténtico, el de verdad.
Tengo la impresión que unas de las tareas fundamentales del señor Ravell será la de llamar a esa unidad impracticable por general, a ese unitarismo sin sentido por ciego, torpe y no consensuado que quieren imponerle estos socialistas sobre los venezolanos, para apoyar proyectos y personajes sacados de un jardín de infancia, entubarnos y obligarnos al suicidio pareciera ser la consigna.
Lo cierto es que hay una necesidad real de una mejor comunicación, tanto para el parlamento, como para el presidente interino como para el partido Voluntad Popular, y que Ravel pudiera solucionarle varios de esos problemas que les impiden un mejor flujo de la información, y según lo que estoy viendo, la incorporación del Sr. Ravell en esta organización, es un engranaje más para la toma del poder, vía elecciones, por parte de ese partido político, ojo, que está en todo su derecho de hacerlo, pero sería competencia desleal si lo hacen con dineros de la nación y muy poco ético si se están aprovechando de esta crisis humanitaria, tomando ventaja en medio de este desastre sociopolítico que sufre la nación venezolana para adelantar sus intereses.
Sea cual fuere la razón, va a ser un verdadero placer y un honor medirme con el Sr. Ravel en el plano de la opinión pública para defender la verdad y los principios de la democracia, principalmente porque al aceptar el cargo de comunicador del Sr. Guaidó, se convierte en un vendedor más del socialismo, lo que implica, así no lo quiera, engañar y embaucar a la gente, ofrecer una ideología basura.   -    saulgodoy@gmail.com




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