miércoles, 4 de septiembre de 2024

Una sola voz, el socialismo.

 


Una particular visión que podemos entender es que si hay muchas empresas que prestan el servicio de redes sociales a través de las distintas fronteras, el contexto del ecosistema local o nacional variará de manera significativa. Estas variaciones en penetración de internet, dependencia en ciertas aplicaciones específicas, costos de conectividad y el carácter de los otros medios van a tener un impacto significativo en la desinformación. Por ejemplo, compartiendo información falsa o participando en grupos especulativos pueden ser usuales en algunos países, pero en lugares donde los usuarios tienen que pagar altos costos por adquirir data no es de extrañar que esos comportamientos nocivos se reducen… la desinformación a menudo ocurre porque no existen los ecos de verdades maestras, o de voces que lideren, todo lo contrario, predominan las mentiras planificadas… en países con historias de control sobre los medios, especialmente donde existen empresas estatales destinadas a informar, los vectores de desinformación están identificados con las instituciones mediáticas, las audiencias están en guardia contra las noticias de estos órganos de información que pasan a representar a los grupos de poder defendiendo sus intereses. Uno de los antídotos contra estas medias verdades es el pluralismo entre las fuentes de contenido.

Desinformation in the Global South, Herman Wesserman, Dani Madrid Moraes, 2024.

 

El presidente Lula da Silva está cometiendo los mismos errores que Chávez y posteriormente, Maduro, siguiendo la fatídica corriente del pensamiento único que lo llevan directo a la trampa de la llamada hegemonía comunicacional.

En Brasil el gobierno socialista pretende convertirse en la única voz autorizada para la sociedad que lo llevó al poder, solo a ellos les corresponde el dudoso privilegio de explicarle el mundo a sus ciudadanos, y lo hace a través de los lentes del socialismo, todas las demás visiones, interpretaciones de la realidad, opiniones divergentes a las del gobierno, son “fakenews” o informaciones interesadas en crear zozobra e intranquilidad en sus súbditos, porque parece que eso fueran, súbditos y no ciudadanos, con derechos y deberes, personas libres y capaces de formarse su propio criterio sobre los asuntos del mundo que los rodea.

Para lograrlo, está utilizando ese antipático e inconstitucional expediente, de convertir al poder judicial en un superpoder que rompe justamente con el delicado equilibrio de las instituciones, otorgándole  a los jueces privilegios que solo atañen al poder legislativo, permitiendo que por medio de sentencias se cambien los principios y fundamentos de las formas liberales de gobierno, el ingrediente perfecto para el cultivo de esa peligrosa arma, el terrorismo judicial, y la deformación de la democracia en una forma de fascismo, algo que en Venezuela, Cuba, Rusia, China, Corea del Norte, Afganistán, Nicaragua, y aparentemente, también en México, es la tendencia del momento.

Efectivamente me estoy refiriendo en la tiránica postura del magistrado Alexandre de Moraes, del Tribunal Supremo de Justicia de Brasil, en sus sentencias contra la red social X, y la empresa Space X, ambas propiedad del empresario de origen Surafricano Elon Musk por el uso de su red de servicio Starlink en territorio brasileño.

Tanto la sentencia como su argumentación tiene mucho de ese Martin Heidegger, quien desde su choza en la Selva Negra de Baviera, desarrolló esa oscura, tétrica y deshumanizante idea de lo que la tecnología significa, y que este juez socialista, con esa sola sentencia le cambió la vida al pueblo brasileño, pues a partir de ahora, serán  tratados como menores de edad o personas incapaces de tomar sus propias decisiones en cuanto a lo que ven, leen o escuchan, su derecho a estar informados de ahora en adelante, pasa obligatoriamente por la mano de censores.

El presidente Lula no solo ha motorizado esta nefasta decisión, sino que se ha convertido en el cancerbero que de ahora en adelante, seleccionará para sus coterráneos cuales son las tecnologías que le son propias y benignas a la sociedad del Brasil, y también será muy buena la decisión para el partido de los Trabajadores y los otros movimientos socialistas, pues van a borrar de sus pantallas, teléfonos, noticiarios, medios digitales de comunicación, toda mención a los fanáticos de la derecha, sobre todo a los simpatizantes del Sr. Bolsonaro que -según los socialistas- se han dedicado últimamente a esparcir mentiras e infundios, con lo que estos izquierdistas pretenden lograr una democracia mucho más limpia y humanista para todos.

No será algo tan sofisticado como lo que quiere hacer Maduro en Venezuela, que luego de inaugurar con bombos y platillos a un nuevo poder público como lo fue el electoral, ahora se ha dado cuenta que ya no es necesario, el Tribunal Supremo de Justicia puede sin ningún problema organizar, junto a los militares, las elecciones para garantizar su equidad, limpieza y equilibrio… ni en el Tercer Reich alemán tuvieron tal visión.

Pero Lula ni Moraes se han dado cuenta de las repercusiones de sus acciones para el desarrollo futuro de esa vecina nación, tratar de meter por el ojo de la aguja socialista a las grandes empresas tecnológicas del mundo va a crear un problema de marca mayor en el futuro inmediato, imponerle una ideología y comportamiento a los grandes conglomerados de negocios es absurdo, no lo van a poder lograr, y le hacen un daño enorme a las oportunidades de desarrollo de Brasil.

Pero no perdamos de vista nuestro principal objetivo con este artículo, el derecho a estar informado, parte fundamental del derecho a la libre expresión, uno de los pilares fundamentales de los derechos fundamentales del hombre, el abogado y Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Talca, en Chile, el Dr. Humberto Nogueira Alcalá, publicó en el año 2000 su monografía titulada: El derecho a la información en el ámbito del derecho constitucional comparado en Iberoamérica y Estados Unidos explicándonos como los Derechos Humanos contenidos en los tratados internacionales, refrendados por los países, están incluso por encima de la soberanía de los estados:

Así, la soberanía estatal externa queda disminuida y limitada, debido a que los derechos esenciales de las personas son objeto de tutela en el ámbito internacional frente a los Estados mismos… En materia de derechos humanos, los Estados tienen obligaciones frente a la comunidad internacional en su conjunto en orden a la consecución del bien común internacional. Tales derechos constituyen un patrimonio común de la humanidad y una obligación erga omnes respecto de todos los Estados.

 

Por supuesto, los socialistas en su conjunto pretenden estar por encima del orden jurídico internacional al momento de ejercer su soberanía, a la que consideran suprema, indoblegable y absoluta, es la misma “fiebre” de les da a estos izquierdistas una vez en el poder, no aguantan dos pedidas para manifestar que “aquí somos soberanos y hacemos lo que nos da la gana”. De allí viene ese gusto por el totalitarismo dentro del cual Maduro y Ortega se han excedido un poco en cuanto a quien desparecer, expulsar del país, torturar, matar, declarar traidor a la patria, etc… un camino que se empieza con censurarle al pueblo lo que deben saber y porque vía o medio.

 

Estamos claros en algo, Elon Musk es un empresario y como tal, su interés principal es hacer dinero con su emprendimiento, sus productos y servicios consisten en medios de comunicación de avanzada donde la libertad del flujo de información es fundamental.  Brasil es un país enorme, se calcula que debe haber unos 22 millones de usuarios de internet, de los cuales unos 215.000 estaban suscritos a los servicios de X y de Starlink, antes de que al gobierno de Lula le hubiere dado “la puntada hegemónica”, pero ahora, luego de la sentencia draconiana del magistrado de Moraes, en las que puede imponer multas hasta de 9.000 US$ si agarran a alguien utilizando la red social X oculto tras una identidad VPN. Como buenos socialistas que predican el odio social hacia la clase empresarial, lo que destacan es que en Brasil, esos multimillonarios y para colmo, extranjeros, tienen que obedecer las leyes que tratan a los brasileños como si fueran unos oligofrénicos.

 

Las reformas al ordenamiento judicial que se están llevando a cabo en México también tienen algo de este tufillo fascista, de utilizar a los jueces y sus sentencias como medio para los políticos socialistas  modificar las constituciones y el ordenamiento jurídico establecidos, con el solo fin de ellos gobernar por siempre y con un mínimo de resistencia, anulando toda oposición.

 

  Malo para Lula que se consiguiera con un contendor de la talla de Elon Musk, que viene de los campos de batalla en los EEUU donde intentaron someterlo por todos los medios inimaginables, presentó batalla por preservar para las generaciones del futuro ese sagrado derecho a la libre expresión, y no se va a dejar achicopalar ni por amenazas, ni por jueces haciendo política.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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