viernes, 15 de noviembre de 2024

El poder para el socialismo bolivariano

 



“El poder político nace del cañón de una pistola”  

Mao Zedong. Frase utilizada por Mao durante una reunión urgente del Partido Comunista Chino el 7 de agosto de 1927, al comienzo de la guerra civil china (Wikipedia).

El comportamiento de un chavista ante el poder es muy básico, se parece al orden que impera en una manada de depredadores; los comandos parte del jefe y se traslada a todos los miembros del grupo, incluso a la gran cantidad de esclavos, dependientes y dominados que arrean, para que realicen labores domésticas y sirvan de despensa. Los comandos se trasmite a los soldados, a los jefes políticos, a los miembros de la corte, a los embajadores y ministros, pero debemos advertir que aún el mismísimo tirano o Comandante Supremo, como les gusta llamarse, dependen de las ordenes y llamados del Comunismo Internacional, que actuando como si fuera una colmena de hormigas marabuntas, como buenos entes colectivistas obedecen ciegamente, como si se tratara de un organismo globalizado.

Y esta caracterización zoológica no es gratuita, la actuación primitiva y sanguinaria del chavismo madurista representa una vuelta al pasado darwinista de la supremacía del más fuerte en términos de garras, dientes y violencia, no existen las sutilezas que trataron de imprimirle al poder político pensadores como Hobbes, Kant, Hegel, Webber o Foucault y que le dieron al poder tanto lustre, sobre todo como el mecanismo fundamental de los estados modernos.

En el caso de las izquierdas radicales como Hitler y los Nazis, Stalin y sus soviets, o Pol Pot y sus Jemers Rouge conservaban en sus estructuras un orden militar que servían de correa de trasmisión al poder, pero en el caso del socialismo bolivariano aun cuando Chávez mantuvo la ilusión de contar con aparato institucional y hacía amagos de republicanismo, con Maduro ese orden degeneró en una estructura más de cartel de drogas o mafia para tratas de blancas, es decir en un esquema delincuencial que tuvo sus más notorios ejemplos en el sistema judicial-carcelario y en el orden de la economía minera (garimpeira).

El acto de gobernar para el chavismo va apareado con la recompensa y el castigo, quien obedece recibe un premio, quien se rebela es apaleado, lo encarcelan y tiran la llave, esta metodología brutal sirve para mantener el orden dentro de los suyos, es decir solo para revolucionarios, los otros, los que no comulgan con la ideología bolivariana socialista, que es el 80% de la población, simplemente son reducidos a una plaga que hay que exterminar, y de allí las distintas medidas de biopolítica del gobierno, para negarle a los venezolanos de la oposición sus derechos fundamentales, los recursos necesarios para que puedan vivir y desconocerles sus atributos de ciudadanos y venezolanos.

Dentro de este escaso 20% de los militantes del chavismo que sirven de carceleros de la mayoría, se encuentran extranjeros, oriundos de Irán, Palestina, Cuba, Colombia, Bolivia, China, Rusia, algunos en calidad de técnicos del aparato represor y de seguridad del régimen, como expertos en el espionaje telefónico, en torturas e interrogatorios, campañas de desinformación, intervención de las redes sociales, otros como fuerza de choque en contra de las protestas ciudadanas y vistiendo uniformes de la Guardia Nacional, SEBIN, PB y otros cuerpos, todos estos mercenarios provenientes de grupos terroristas, guerrilleros y de las fuerzas armadas de potencias extranjeras que apoyan al régimen en estas actividades criminales

Cuando los países de occidente le aplicaron el régimen de Maduro las sanciones, el chavismo tuvo que acostumbrarse a vivir debajo del radar, operando en los bajos fondos, moviéndose en las profundidades del crimen y los mercados negros, apagando los transponders de sus tanqueros para no ser identificados, volando con sus aviones en sigilosos vuelos nocturnos y por rutas no convencionales, transportando cargas y personal de oscuros orígenes y con fines subversivos.

Sus asociados y las causas que compartía en su agenda política eran todas anti occidentales, anti capitalistas, revolucionarias y por encima de todo, antinorteamericanas, de modo que  tanto Maduro como Cabello y Padrino, no tardaron en convertirse en la Trinidad del Mal buscados por la justicia internacional debido a sus vínculos con cuatro de las más deleznables actividades: el terrorismo, el narcotráfico, el tráfico ilegal de metales y piedras preciosas y el uso de la migración como arma desestabilizadora para los países que eran escogidos como blancos, todas estas prácticas dejaban a su paso mano de obra esclava, destrucción ambiental, corrupción y muerte.

Y es de esta manera como se entiende el tema revolucionario de esta mafia que tiene como fin principal enriquecer sin medida a sus principales miembros y operadores, explotando a todo un país con las armas y el miedo, se apoderaron de todas las instituciones “burguesas” como sería el estado de derecho, los fines democráticos, la justicia y la seguridad social para convertirlas en armas y utilizarlas en contra de sus enemigos, de allí que organismos como el CNE que organiza las elecciones, el Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscalía, el Seniat que recoge los impuestos, el Ministerio del Ecosocialismo, entre otros, fueron convertidos en armas de guerra para atacar y mantener a raya cualquier resistencia a la opresión chavista.

Pero hay un rasgo que quisiera destacar, en el discurso de los chavista se distingue claramente un reclamo, una exigencia que hacen público al mundo y al país sobre los derechos y privilegios que tienen aquellos que manejan el poder de manera civilizada, empecemos por la legitimación, este régimen de fuerza, se hace pasar como si el origen de su poder deviniera del consenso, de la representación democrática, de la voluntad mayoritaria de un pueblo que escogió que fueran ellos, los revolucionarios, quienes manejaran el Estado bajo las condiciones y objetivos que se han trazado, eso es completamente falso, el chavismo se ha impuesto como mandato de un pequeño grupo, de una casta, que ha proclamado ser producto de una expresión popular que ha otorgado un consentimiento para que ellos sean gobierno.

Ni siquiera con Chávez se dio ese consenso mayoritario, menos aún con Maduro quien tuvo que recurrir a subterfugios, falsa atestación, trampas electorales, desinformación, amenazas y extorciones para ganar las elecciones en las que ha sido candidato y que con el robo descarado y el golpe de estado que se inició con su supuesto triunfo electoral, contradiciendo las evidencias de la oposición presentadas al mundo sobre los comicios celebrados el pasado 28 de julio en Venezuela, y en donde el universo de votantes favoreció al candidato Edmundo Gonzáles Urrutia, hoy en el exilio.

De acuerdo a la sociología moderna, la administración de la vida de una población en cualquier país, solo es posible por medio de una complejísima red de poder, distribuida en instituciones, reglas, funcionarios, jerarquías e instancias que varía de acuerdo a territorios, materias, disponibilidad de recursos, necesidades… De acuerdo a la profesora Esther Díaz, el poder en la sociedad es como una tupida malla que cubre un territorio y por la cual se gestionan actividades políticas, religiosas, comerciales, educativas y de otras índoles cuyo fin es hacer que la vida en sociedad sea productiva, segura, y en las mejores condiciones posibles.

En esa malla de poder, hay sectores muy densos donde el ejercicio del poder conllevan participación de distintos niveles, incluso con injerencia desde grandes centros de poder en el extranjero, los cambios pueden ser drásticos y muy rápidos, pero igualmente hay sectores de un mismo país donde estas relaciones son escazas, incluso se pueden encontrar huecos, donde la ausencia de poder institucional es obvia.

El poder político que es uno de los más importantes en esta red de relaciones, ha tenido una evolución y una historia de larga data, de un poder crudo y violento ejercido por los más fuertes, de carácter autoritario e instrumental, se ha refinado de tal manera que hoy podemos encontrar sociedades democráticas de avanzada que han profesionalizado sus usos y han justificado su ascendencia en términos morales y de principios, al punto, que según Max Weber, quienes se rigen por un orden legítimo tienen fe en la autoridad y quienes ejercen esa autoridad derivan prestigio de su ejercicio.

No es el caso venezolano de los bárbaros que nos gobiernan que tienen que estar pidiendo “respeto” a cada momento durante su ejercicio del poder, debido a que los sujetos a quienes pretenden gobernar están en constante modo de resistencia y protestando el supuesto orden que quieren imponer, lo que delata una falta de legitimidad profunda, de allí el uso de los jueces como armas, de la ley como látigo, de la tortura como castigo.

Es el caso de un Diosdado Cabello quien ha ocupado diferentes posiciones de poder político en el país, por más de dos décadas, y al momento de resolver conflictos y diferencias actúa como reptiliano, como uno de esos caimanes de orilla que se encontraban en nuestros ríos que todo lo resolvían a dentelladas, y en el patético caso de Cabello, con insultos, no es ningún accidente que su insignia sea un mazo.  Este tipo de personas no son aptas para gobernar sin que existan víctimas y crisis sociales profundas, Nicolás Maduro no es muy diferente, prefieren el uso de las armas al diálogo, favorecen la opresión a la negociación, e imponer su voluntad por la fuerza no es democracia.

Pero ellos insisten en que son la opción necesaria para gobernar el país, y luego de la terrible derrota electoral que sufrieron, en la que quedó constatado que perdieron la poca base popular que tenían; pateando la mesa electoral que sustenta todo régimen democrático, cuya naturaleza es contractual, se han situado en una zona de peligro donde los discursos y la narrativa socialista bolivariana ya no tiene ningún sentido, ellos mismos se ha deslegitimado ante el mundo, los únicos que los apoyan son sus cómplices, tiranías y señores de la guerra que no tienen mayor liderazgo mundial.

En los cursos que dictó Michel Foucault en el Collège de France (1983-84) introdujo en el concepto de gobernabilidad la íntima relación que existe entre Saber y Verdad, todo lo contrario al chavismo que han hecho de la dupla Ignorancia y Mentira su carta de presentación. Foucault, según el investigador Iván Gabriel Dalmau, trató de marcar distancia del concepto de poder, como “…algo uniforme, organizado en torno a un centro que es al mismo tiempo su origen y que posee un dinamismo interno que lo conduce siempre a extenderse.” Todo lo contrario a lo que dice Foucault, y que desarrolla en sus investigaciones, el poder no tiene centro, es como una cadena, es una trama con vida propia.

Volviendo a Gabriel Dalmau, lean esto por favor con atención pues constituye la razón de ser de la gobernabilidad, dice Dalmau:

“…las preguntas por “el hoy” y “quiénes somos en nuestra actualidad” constituyen el punto de partida y el objetivo insoslayable de su labor. Por lo tanto, subrayo que la problematización foucaultiana de los saberes sobre “lo humano” se inscribe en el marco de su preocupación por la constitución ontológico-política del presente. En consecuencia, el abordaje de los saberes no se enmarca en el proyecto de elaborar una teoría del conocimiento, propia de una concepción normativa del ejercicio de la crítica en términos de analítica de la verdad, sino que, por el contrario, resulta fundamental en tanto que esos saberes configuran, junto con las matrices normativas de comportamiento y los modos de existencia virtual para sujetos posibles.”

El venezolano que tienen en mente los chavistas, no existe, la Venezuela que quieren construir es imposible, la ideología que desean aplicar es rechazada mayoritariamente, la historia y la narrativa que acompañan a estos deseos es falsa y no aplica a nuestro pasado, ni encaja con nuestras expectativas, el modelo socialista revolucionario bolivariano es una farsa y nadie lo compra sino sus colaboradores, y por un interés absolutamente circunstancial.

Es muy difícil visualizar el poder en una sociedad, los desfiles militares, las concentraciones de gente en pro de un gobierno, la propaganda y los actos públicos son apenas indicios interesados en marcar una opinión favorable, pero basta con contrastarla con la realidad para que la verdad prevalezca, tampoco funcionan los actos legislativos que modifican las normas de una sociedad ya que si son contrarios a las tendencias naturales de la sociedad, muy pronto no serán acatadas y caerán en desuso y habrá que modificarlas.

El verdadero poder lo encontramos en los puntos de resistencia al orden establecido, en la desobediencia, en la rebelión, en la respuesta del gobierno al desconocimiento de su poder, el como la autoridad maneja estos puntos críticos, que si es legítimo y racional los aprovechará para la crítica y el dialogo, lo que permitirá un avance social, quizás una revisión de las normas o una restructuración completa de áreas de acción, pero si se trata de un gobierno autoritario e ilegítimo, lo más probable es que encontremos la respuesta policial y violenta, los muertos, los presos, los procesos judiciales y la censura.

El chavismo tiene una manera muy particular de ver los conflictos sociales, a ellos les gusta decir: “Candelita que se prende, candelita que se apaga”, cualquier tipo de resistencia es inmediatamente acallado con las armas, se saben ilegítimos pues utilizan el poder en su propio beneficio, no para el avance del país. Es un tipo de autismo que termina por aislarlos y cometer abusos en un círculo interminable de violencia, eliminando cualquier oportunidad de evolución social, rectificación política y búsqueda de la concordia, llevamos 25 años con una concepción de poder equivocada, lo que han sembrado son vientos y la cosecha son tormentas, en ese punto nos encontramos.

 

 

   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

viernes, 1 de noviembre de 2024

El chavismo como casta delincuencial

 



“El delincuente por herencia y el delincuente de oficio se diferencian, según Ferri, del delincuente de ocasión; el primero es impulsado al crimen por una fuerza interna, adquirida o innata, que germina en el extraño placer que experimenta cuando obra mal; empero el último al ser impelido por un impulso exterior, no es retenido en la honradez por una repugnancia suficientemente fuerte. Yo creo, sin embargo, que todo esto se reduce a una cuestión de grados. De la misma forma que inferiores a los imbéciles, reconocemos a los semiimbéciles, así hay un criminaloide, tipo más ínfimo que el criminal por herencia, dicho criminaloide es un hombre que no se siente arrastrado al crimen más que en ocasiones solemnes. Desgraciadamente la ocasión es siempre el punto de partido de un hábito, y la falta de repugnancia lleva, por la repetición de los mismos actos, a deleitarse más y más vivamente en estos”.

César Lombroso, Los Criminales, 1893

 

Nos cuenta el filósofo Norbert Bilbeny en su obra El Idiota Moral, del terrible descubrimiento que el teólogo alemán Bonhoeffer hizo durante su pasantía por el campo de exterminio nazi Flssenburg, y del cual no sobrevivió, dijo Bonhoeffer que la necedad constituye un enemigo más peligroso que la maldad… “se debe tener mayor precaución frente al necio que frente al malo”.

Y el chavismo está lleno de necios, marcados por el hierro de la ignorancia hacia ciertas sensibilidades humanas, que es un defecto moral y, que según Bilbeny quienes las sufren, son los mismos que procuran los genocidios, es el que sufre de apatía ante los asesinatos en masa, y esa apatía resulta ser contagiosa, ante tal número de presos, torturados y muertos, como condición cotidiana de la sociedad entera, se corre el peligro de cancelar el juicio moral.

Porque el idiota moral no es lo mismo que el idiota mental, no tiene nada que ver con la inteligencia de los individuos, sino con la renuncia de la angustia vital que implica estar vivos. Un tirano ejerce el gobierno con violencia, mentiras y crueldad, solo le importan las leyes para justificarse, cree que la amistad, la identidad ideológica, la camaradería política trata solo de que los otros acepten sus crímenes como algo normal, acorde con las prácticas estandarizadas de la política, construye sus discursos siguiendo un extraño patrón de ideas adecuadas, contrastando con unas acciones absolutamente aberrantes y criminales, razón por la cual necesita más de cómplices que le den la razón sin tenerla.

En su obra La vida del espíritu, Hannah Arendt escribió: “Me impresionó la manifiesta superficialidad del acusado, que hacía imposible vincular la incuestionable maldad de sus actos a ningún nivel más profundo de enraizamiento o motivación, pero el responsable era totalmente corriente, del montón, ni demoníaco ni monstruoso.”- Se refería a Eichmann, uno de los burócratas del nazismo responsable directo de la ejecución de millones de judíos en los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial.

Al igual que un Nicolás Maduro, que un Diosdado Cabello, que los hermanos Rodríguez o cualquier otro funcionario del gobierno chavista, parecen personas normales, hasta afables, y algunas, con credenciales académicas la justificarían como personas preparadas intelectualmente, pero es tal la deficiencia moral que sufren, que en palabras de Bilbeny : “Quien da y quien cumple órdenes de exterminio metódico vive como un muerto, tiene el alma muerta y en eso consiste su inhumanidad.”

Y volvemos sobre la cita al inicio de Lombroso, un antropólogo criminalista de finales del siglo XIX, cuyas tesis biológicas como originarias de los actos criminales están hoy superadas, pero no dejan de tener valor sus observaciones sobre los comportamientos atávicos que surgen y se anclan en ciertas mentalidades empalagadas con los actos criminales, con ese vacío terrible de sensibilidad y la sustitución de los valores humanos por unas recetas pragmáticas y justificativas de sus crímenes, que venden como auténticas revoluciones, pero no son sino violaciones descaradas a los principios fundamentales de la convivencia social.

El solo hecho de atentar, de la manera como lo hizo Maduro en contra de las elecciones democráticas en Venezuela, contra a constitución y las leyes del país, desconociendo la voluntad popular, tirando por la borda los principios elementales de la libertad de los pueblos para darse el gusto, la satisfacción personal y egoísta de convertirse en un tirano, con el solo propósito de seguir delinquiendo y robando las riquezas del país, insultando nuestra inteligencia con excusas fantasiosas y componendas dignas de una mente esquizoide, y para colmo de males, tratando de involucrar internacionalmente a socios y aliados como parte de su coartada, casi que obligándolos, cuando no comprándolos con sus avances de extorción y culpas ideológicas.

No en vano ha afectado la credibilidad del socialismo español en un turbio negociado con el oro y el petróleo  venezolano que ha usado como palanca, para obtener la solidaridad del partido socialista español para que desconozca al legítimo presidente electo de Venezuela, el Dr. Gonzáles Urrutia. Le ha tratado de torcer el brazo al presidente Lula de Brasil y al presidente Petro de Colombia, para que lo reconozcan como vencedor de unas elecciones que intenta robarse, en aras de una mal entendida solidaridad socialista.

Hagamos un alto para explicar lo siguiente, en el pasado mes de julio se celebraron en Venezuela unas elecciones presidenciales donde Maduro propugnaba por un tercer mandato en contra de un candidato prácticamente desconocido, Edmundo Gonzáles Urrutia, quien había quedado luego de una purga que hizo el CNE en las filas de la oposición democrática liderada por la Sra. María Corina Machado, a quien le negaron su derecho por competir en los comicios. El CNE, en contra de las leyes que lo regulan, está compuesto en su totalidad por personas adscritas a partidos políticos, de los cuales el partido PSUV tiene la mayoría, es decir controla importantes aspectos operativos.

La Sra. Machado que ya había experimentado una campaña electoral asimétrica, signada por el abuso de poder, la violencia y parcializada en su contra por parte del gobierno de Maduro, temía una trampa al momento de dar los resultados electorales, la campaña electoral a pesar de todo el poder del estado y las tácticas terroristas que utilizaron para que los venezolanos se inhibieran de apoyar a la oposición, logró enormes concentraciones de apoyo popular al proceso democrático y un enorme rechazo hacia el candidato oficialista y continuista.

Maduro y el CNE se habían mostrado en desacuerdo con la presencia de observadores internacionales, no querían testigos de lo que estaba por ocurrir, la campaña le había demostrado al chavismo que habían perdido al pueblo, era un gobierno impopular, pero aun así necesitaban quedarse en el gobierno, habían demasiadas amenazas en el horizonte, investigaciones, procesos judiciales, denuncias, y sobre todo, negocios multimillonarios que habían que atender desde la seguridad y los privilegios que solo proporcionaba ser parte del estado.

El plan de la Sra. Machado era hacer de cada mesa electoral del país una trinchera democrática para la defensa del voto, colectar ese mismo día el mayor número posible de actas electorales, que por ley le correspondía una copia a las organizaciones políticas en competencia, esas actas oficiales serían la única prueba en caso de un fraude electoral. Y tal como las proyecciones y la campaña habían demostrado, la avalancha de votos para la oposición fue inmensa y su plan había funcionado con la precisión de un reloj.

Y efectivamente, al final de la tarde de ese día, ante la evidencia de que el gobierno estaba perdiendo por paliza las elecciones, el CNE intervino para dejar al proceso sin voz, se detuvieron los escrutinios, se suspendieron las reuniones con los representantes de los partidos políticos, pero de inmediato la oposición hizo público el contenido de las actas en su poder, que aseguraban una cómoda mayoría de votos para el candidato opositor.

Pero el gobierno se jugó una carta escondida pero fatal, ya que si no probaba su veracidad, estaríamos en presencia de uno de los fraudes electorales más torpes y mal hechos en la historia de las democracias, el CNE emitió un comunicado, leído de una servilleta de papel, que Nicolás Maduro había ganado las elecciones por un amplio margen de votos… pero hasta allí, sin soportes, sin mostrar las actas, sin discriminar los resultados por regiones ni centros de votación, y el CNE, sin responder preguntas ni permitir acceso a la data electoral, volvió a su conveniente autismo, no volvió a aparecer.

De inmediato se activó el mecanismo del fraude que tenía preparado el gobierno de Maduro, que involucraba al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para que con una sentencia, lo diera como ganador, y asunto cerrado. Pero era uno de los escenarios que tenía previsto la Sra. Machado, y aquella intromisión del poder judicial fue rechazada por inconstitucional, el CNE, que hasta hacia poco lo distinguía la propaganda oficialista como la institución más transparente y eficiente del mundo, desapareció en las sombras, y se quedó muda. Aquel despojo al pueblo de Venezuela, afortunadamente, fue contravenido por las actas electorales, y una de las organizaciones que el gobierno de Maduro había permitido como observadora del proceso, el Centro Carter, se pronunció: ¡Ah, Sorpresa¡ mostrando las actas electorales, debidamente certificadas como legítimas y emitidas por las máquinas del CNE y que coincidían con las que tenía la oposición, y manifestaban la inmensa derrota del candidato Nicolás Maduro.

La situación implicaría que hubo dos juegos distintos de actas emitidas por el CNE, con el agravante que el gobierno no termina de enseñar las suyas, y basa su defensa del organismo electoral en un ciberataque que ocurrió ese día desde el extranjero, y que obligó al gobierno a suspender el conteo del CNE, pero que aún con esta grave situación, pudieron producir una totalización de votos que daban como ganador a Nicolás Maduro, pero hasta los momentos nada de esto puede ser probado pues las actas siguen desaparecidas, y a más de tres meses de los comicios no las han enseñado, pero aun así, el TSJ procedió a proclamar al candidato chavista como ganador.

A partir de ese momento la opinión pública y la posición de algunos gobiernos y organismos internacionales, decidieron no aceptar los resultados si no había el soporte que avalara el triunfo de una de las partes, desconociendo las actas oficiales que la oposición democrática hizo públicas, al igual que las que mostró el Centro Carter, esta posición, la más cómoda y menos comprometida con la verdad, le daban una ventaja al truculento Nicolás Maduro y era que él estaba en el poder y probablemente continuaría allí para que no hubiera un vacío de poder luego del próximo 10 de Enero, fecha pautada para la juramentación del nuevo presidente ante la el poder legislativo.

La inverosimilitud de la historia que alega el continuismo es evidente, Maduro le está exigiendo al mundo un acto de fe a su narrativa de que él ganó esas elecciones en buena lid, le ha pedido a sus aliados más cercanos que partan lanzas con él y avalen un posible mega fraude que terminaría afectando a sus propios gobiernos y vulnerando sus sistemas electorales, el ovillo de extorciones, amenazas veladas, invitaciones a delinquir no ha terminado de desenrollarse, en Venezuela la respuesta del gobierno ha sido atroz, una verdadera campaña de terror y violaciones de derechos humanos se encuentra en proceso, miles de presos políticos, entre ellos niños y adolescentes, torturados y muertos, el candidato electo el Dr. Urrutia se encuentra en el exilio, María Corina Machado está viviendo la peligrosa aventura de la clandestinidad en su propio país.

Ciertos sectores y gremios de empresarios y financistas, que ya no pueden aguantar más castigo sobre la economía del país, han preferido sumarse a una campaña de estabilización y normalización política, tratando de minimizar lo que es obvio, Maduro está en vías de dar un golpe de Estado, de burlarse de la voluntad popular, de destruir los cimientos de la democracia en Venezuela y debilitar la libertad y el orden continental.

Mientras esto ocurre Maduro se desespera, sus errores tácticos se acumulan en un rechazo casi unánime hacia el tirano, el mundo libre está indignado con la situación, el perpetrador de esta charada es buscado como criminal en casi todo el mundo occidental, pero insiste y se aferra como un poseído al poder, pues se sabe perdido sin él. El lado más triste y penoso de esta bochornosa historia, es el sufrimiento de un pueblo que quiere ser libre y democrático, que no se ha podido defender de estos bárbaros que desafían la razón y las leyes, esta larga agonía de un pueblo que se negó a continuar en la esclavitud comunista, ya empieza a afectar a otros países, los ejemplos de Cuba, Nicaragua y Venezuela en el continente, pretenden multiplicarse y hay fuerzas oscuras y muy violentas tratando de insuflarle vida a estos regímenes del oprobio.

Nadie, ni aún los más poderosos gobiernos de la Tierra, pueden permanecer impávidos ante estas manifestaciones del mal sin que corran el peligro de contagio, son ideologías perversas que si no cortan su propagación, lo más probable es que acaben dañándole la vida a todos, haciendo del crimen una forma aceptada de vida y a los hombres sin alma, legión.

 

 

 

 

 

 

 


jueves, 17 de octubre de 2024

La mente criminal

 


 


Los gánsteres rusos, los mafiosos sicilianos y la Yakuza: todos ellos surgieron de sociedades que vivían una transición súbita y tardía a la economía de mercado, pero que carecían de una infraestructura legal que protegiera de forma fiable los derechos de propiedad y que resolviera los conflictos comerciales. La mejor forma de prevenir el nacimiento de dichos grupos es garantizar que el capitalismo tenga una regulación adecuada y que lo administre un Estado eficaz, capaz de ejercer una autoridad legítima (y superior).

Federico Varese, Mafia Life, 2017


La existencia del crimen ha sido justificada de mil formas y maneras, como expresión de ese lado oscuro de la naturaleza humana, pasando por esa imagen en negativo de la justicia y el orden, o como antítesis de lo bueno, el crimen siempre entra en contradicción con las normas de vida de una sociedad civilizada, se nutre del desorden y la anarquía aún en aquellas sociedades primitivas, con un mínimo de requerimiento para la existencia; las conductas criminales siempre le hace daño a las expectativas de continuidad de la tribu, pues la tendencia fatal del crimen es que solo beneficiaría a su perpetrador haciéndole daño al resto de la comunidad.

Y esta tendencia hacia la entropía absoluta hace imposible la existencia segura y continuada de las organizaciones criminales, todas, en una interesante afinidad con la vida de los imperios, finalmente sucumben a la decadencia; el orden intrínseco de las bandas criminales es la antropofagia, el orden caníbal, los jefes serán víctimas de sus hombres de confianza, y aún de su propia familia, la traición y la deslealtad que son los atributos de la ambición de quienes no respetan normas ni valoran la confianza, con lo que quiero decir que en la vida de los criminales la verdad tiene olor a pólvora y sabor a plomo.

Y es muy claro al verlo en las mafias, que son las organizaciones criminales por excelencia, las mafias se crean, se desarrollan, decaen y mueren, son múltiples y de variados colores las mafias que han desfilado en la historia de la humanidad, las mafias chinas, las italianas, las rusas, las mexicanas, las tailandesas, las venezolanas, todas con sus variaciones en forma y fondo, con distintos intereses, mercados y países, con sus diferentes códigos de honor, pero al final, como organizaciones parasitarias, terminan acabando con la existencia de sus huéspedes  aún las mafias más exitosas pueden que se prolonguen por un par de centurias, pero al final terminan desapareciendo, aunque lo que no parece acabarse es la idea de las mafias, pues resurgen, a veces, con mayor virulencia.

Es por ello que la vida dentro del crimen siempre es violenta, no hay criminales que bajen a la tumba en paz ni una sociedad sin criminales que la martiricen, ya que el criminal tiene sobre su cabeza la espada de la justicia que siempre los persigue, y tienen que vivir con la competencia traidora que ellos mismos generan, de allí que la vida de los criminales siempre sea azarosa y en continua paranoia, ellos saben que a la vuelta de la esquina, siempre encontrarán a alguien más violento y ambiciosos que se encargará de ponerle fin a su reinado.

El chavismo es una organización criminal que nació muy cerca de la política, el sistema político venezolano por razones que no vamos a explicar, se nutrió por mucho tiempo de la corrupción y de las ideología equivocadas que lo que buscaban era consolidar a los grupos de poder a espaldas de los intereses del país, se inspiraron en las dinastías comunistas orientales que se nutrían del pillaje y la piratería, de sociedades secretas, de ritos de iniciación, y avance dentro de una organización, que tenía mucho de mafia y poco de partido político, o de institución militar.

En Venezuela la corrupción nacía del compadrazgo con los hombres fuertes del momento, primero con los caudillos, luego con los dictadores, después, durante la época dorada de nuestro período democrático, con los jefes de los partidos políticos, todo comenzaba con el favor, el papelito de la recomendación, del “excúselo, porque es mi ahijado” para terminar luego en las tribus judiciales y la mercantilización de la justicia, donde el “estado” no podía llevar su autoridad, allí nacían los líderes espontáneos y sus incipientes “colectivos” con los que administraba justicia.

Las organizaciones militares y paramilitares eran perfectas para su desarrollo como grupo mafiosos, con cadenas de mando verticales, con una tradición de obediencia y mando, eran muchos los ejemplos que se tenían de los movimientos revolucionarios extranjeros que se decían “ejércitos”, de liberación, nacionalista, combatientes por la libertad, con su capacidad de sobrevivencia en circunstancias desventajosas, adaptabilidad a las circunstancias y mimetismo que les conferían cierta capacidad tanto de sobrevivencia como ofensiva, con estos modelos se fueron alimentando en nuestro país los grupos subversivos, las bandas criminales organizadas que asolaban regiones, con los movimientos estudiantiles de la extrema izquierda que pasaron un día de tirar piedras a robar bancos y asesinar policías.

Todo nacían con esa vena aventurera y, de esa filosofía de obtener la riqueza aplicando la ley del menor esfuerzo, y como no teníamos una educación sistemática y sostenible de moral y luces, como la entrada que dio el país al siglo XXI lo hizo con una familia desintegrada, sin formación cívica adecuada, y embutidos en leyendas y mitos de una historia patria falseada, la identidad de nuestro pueblo era cera moldeable para cualquier ideología agresiva que entrara a competir con la razón y el sentido común, y esa plaga nos vino de Cuba y se llama el castrocomunismo del cual nació esa desdichada doctrina del bolivarianismo.

Tanto el aparato organizativo como la ideología eran muy primitivos en su concepción, pero calzaba adecuadamente con la mentalidad de un grupo de venezolanos que venían arrastrando agravios sociales, fantasías socialistas, debilidad de identidad y un hambre insaciable por la buena vida y el poder, una parte de este grupo venía de los cuarteles y escuelas de formación militares que lamentablemente vivían su peor momento, de modo que el chavismo fue un éxito, logrando arrastrar diferentes grupos dispuestos a la lucha política en medio de un escenario de partidos políticos  decadentes.

De esta manera una incipiente mafia llegó al poder y empezaron a cambiar las estructuras del estado venezolano para amoldarlas a sus necesidades, que no eran otras que la expoliación del país, allí no habían segundas intenciones excepto las de su líder, Hugo Chávez, de convertirse en el líder mundial de un Nuevo Orden, pero las riquezas que encontraron siendo gobierno eran tales, que alcanzaba para eso, y más. Para cuando Chávez es asesinado en Cuba por no convenirle sus ambiciones personales al líder cubano Fidel Castro, ya existía operando en Venezuela una de las estructuras criminales más importantes y con ramificaciones en todos los continentes.

Las drogas ilícitas, la trata de blancas, el tráfico de armas, el blanqueo a gran escala de dinero ilegal, el comercio ilícito de minerales estratégicos, el financiamiento de campañas electorales en el mundo, la compra de conciencias de funcionarios en otros países y organismos internacionales, la protección a grupos terroristas, el secuestro y la extorsión, el robo de elecciones, el asesinato internacional por encargo, el contrabando de oro y otros valores, la desinformación y campañas de operaciones de contrainteligencia (black ops), la destrucción intencionada de patrimonio natural de la humanidad, genocidios, movilización de emigrantes con fines de dañar la soberanía de otros estados… son algunas de las especialidades a las que se dieron práctica, muchas de ellas eran imposible ejecutarlas sin el conocimiento de algunos países que monitorizaban estas actividades.

Cuando una organización mafiosa crece de manera desmesurada, abarcando tantas actividades y moviendo gruesos capitales bajo el radar de la vigilancia internacional, lo más seguro es que otras mafias y personas involucradas en las operaciones se valgan del desorden y la premura para distraer montos de dinero, beneficiarse personalmente de las transacciones e incluso de operar en plena competencia contra sus anteriores jefes.

El chavismo ha sido la casa matriz de diferentes organizaciones criminales, desde las bandas armadas que controlan determinados barrios, grupos que administran minas o fábricas de bitcoins, feudos familiares que señorean sobre casinos, las actividad deportiva y el turismo, monopolios enormes de bodegones, firmas exportadoras-importadoras, distribuidores de comida y medicinas, de autos de lujo, sus raíces no han dejado sana ninguna actividad durante estos 25 años de reinado, pero su gran creación sin lugar a dudas ha sido la super-mafia conocida como el Tren de Aragua, un consorcio multinacional del hampa organizada, que ha escalado con violencia inusitada los sitiales de los criminales más buscados, incluso en USA.

Pero el tiempo, la competencia, las sanciones que aplicaron algunos países, la justicia internacional, y las mismas contradicciones internas propias de las mafias en su estado de decadencia, empezaron a debilitar aquella estructura, el jefe de la organización, Nicolás Maduro Moros, inmerso en demasiadas presiones de sus asociados, en la vigilancia y las intervenciones que se hicieron en contra de sus operaciones, y sobre todo, en la devastadora derrota electoral que sufrió de la oposición democrática, y que para su desgracia, fue pesimamente manejada dejando al descubierto el criminal intento de robarse los votos y proclamarse, sin prueba alguna, el vencedor de los comicios donde se jugaba su tercera reelección, lo pusieron bajo la observación internacional.

Para agravar su situación y producto del desespero, Maduro se ensañó en contra de los ciudadanos que asumió, eran responsables de su derrota, y se vengó, propiciando uno de los más salvajes actos de violación masiva de derechos humanos de la historia reciente, con más de 2000 personas secuestradas, torturadas, sin derecho a la asistencia legal, entre ellos una cantidad de niños, adolescentes y mujeres, cuya situación tan espantosa le ha valido el epíteto de “El Carnicero”, situación esta que está provocando una segunda ola migratoria haciendo aún más inestable la región, quedando en evidencia internacionalmente como un peligro para la estabilidad continental y tratando de involucrar en su inminente caída a los gobiernos aliados (socialistas), que hasta hacía muy poco, lo apoyaban incondicionalmente.

Maduro se ha empeñado en obviar su desesperada situación, no quiere reconocer su derrota electoral, su intención es juramentarse para un nuevo período presidencial, apoyado por su mafia y un ejército que cada día que pasa lo desconoce como Comandante en Jefe, aterrado por las circunstancias de su situación, lo que más teme es una operación quirúrgica de extracción que desde el extranjero lo lleven a afrontar la justicia de sus actos en EEUU, donde es solicitado y hay precio por su detención, pasa las noches insomne, solo pensando que de su círculo íntimo surja el judas que los entregue a las autoridades, hay personas que aseguran que está perdiendo la razón y que sus más cercanos colaboradores se han hecho cargo de la situación, no se puede descartar que el gobierno de Cuba, ante la inminencia de un final cantado, lo ponga a dormir para evitar complicaciones.

Es el final clásico de una mafia en tiempos de postmodernismo, y seremos testigo de ello.

 

 

 

 

 

sábado, 5 de octubre de 2024

La historia lamentable y ruin del chavismo.

 



Puede ser que en las mentes cuadradas, reducidas y estrambóticas de los altos jerarcas del chavismo crean, con convicción infantil, que lo que hacen es lo que tienen qué hacer, entre otras cosas, resistir a toda costa el peso de las evidencias que revelan una monumental trampa electoral en Venezuela, tratar de robarse la soberanía nacional y engañar de la manera más pueril al mundo entero, con sus argumentos fantasiosos y sin pruebas de una conspiración internacional, declarar un “jaqueo” monumental de laboratorios cibernéticos fuera del país para imponer al candidato Edmundo González Urrutia como presidente electo, el pasado 28 de julio.

Esta resistencia a encarar la verdad los retrata como un grupo de inadaptados, provenientes de las alcantarillas de la política venezolana, que vendieron su alma a los servicios secretos cubanos; si investigamos un poco, podemos llegar a los verdaderos operadores, rusos y chinos, quienes desde el otro lado del mundo manejan, a control remoto esta importante colonia en el continente americano, a escasas millas náuticas del imperio norteamericano, su archienemigo.

La verdad es que el chavismo ha perdido una parte importante del apoyo de los venezolanos, entre muchas razones, por ineptos, ladrones, mentirosos, violentos e idiotas, este último adjetivo al que hacen honor en la tradición clínica rusa y que Dostoievski describiera, en su obra homónima, como debilidad en el pensar.

Los venezolanos de buena voluntad, aunque de escasa viveza (a pesar de la ilusión de que somos un pueblo dotado de una especial condición de inteligencia natural) caímos en una trampa, gracias a nuestras pocas luces sobre lo que el término “democracia” significa y, gracias a las componendas internas entre partidos y figurones, que fueron socavando nuestra frágil estructura democrática, nacida enteramente en socialismo, para permitirle el paso en la política a unos aventureros que venían de los cuarteles militares, todos contagiados de la fiebre revolucionaria.

Cuando el mundo se enteró de que una banda de sargentos y tenientes habían triunfado en las elecciones en Venezuela, jamás se imaginó que un país petrolero, rico en todo tipo de minerales y otros recursos, iba a caer en las manos de los comunistas; eso fue lo que sucedió una vez que el paracaidista Hugo Chávez Frías le ofreciera emocionado a su héroe, el Comandante cubano Fidel Castro, este país para que llevara su revolución hasta el último rincón del planeta, y derrotara al Imperio del Tío Sam, causa principal de los males de la humanidad.

El sueño de Fidel se hizo realidad de las manos de ese soldado venezolano, que padecía de una verborrea patológica - que hablaba casi sin pensar, que se creía un animador de su propio “reality show” televisivo y, una vez frente a las cámaras, jamás dejó de considerarse una estrella del espectáculo - y que tenía junto a él un grupo de sargentos que no se podían creer que se habían sacado la lotería llegando al gobierno, que se ganaban el premio gordo más grande y millonario del mundo entero.

Entre sus seguidores y personas de confianza estaba este muchacho colombiano, de Cúcuta, que había recibido una cierta instrucción revolucionaria en Cuba, un chofer de autobús y sindicalista, y que se comportaba como un perro fiel y dispuesto a complacer a su jefe en todo… no era muy brillante, pero con el tiempo aprendería.

Chávez se rodeó de militares “patria o muerte”, ésos de poca preparación pero de un apetito descomunal por poder y dinero, y permitió que los cubanos manejaran como fachada programas sociales y deportivos para justificar su numerosa presencia en el país, entre estas iniciativas destaca el plan de salud “Barrio Adentro”, que los llevó a penetrar las barriadas populares, donde podían hacer su trabajo de adoctrinación y propaganda, captando seguidores para la causa revolucionaria. También incorporó a los cubanos a su entorno de seguridad y a los servicios de inteligencia, donde tenían una gran experiencia en el mundo entero.

Chávez se tomó muy en serio su papel de estrella internacional de la izquierda, se codeaba con artistas y mandatarios del “jet set”, era invitado y agasajado en las capitales del mundo, se le veía muy cómodo en su papel de predicador de un nuevo orden mundial donde reinaría la justicia social y la felicidad para todos y en paz. Su discurso se distinguía por proclamas de amor, de multipolaridad, visitaba a los líderes más radicales del momento, incluso en zonas en guerra, era recibido en los palacios y cancillerías de occidente, era una exótica criatura que se mostraba como una curiosidad que emergía, convenientemente, en ese río revuelto.

Esa relevancia, que lo mantenía constantemente bajo el foco de la opinión pública, y su esplendidez con los dineros del país que, en forma de donaciones, obsequios, gastos de vida y viaje para una enorme troupé que lo acompañaba, incluso financiando obras públicas en otros países, fueron creando un silencioso resquemor en el Comandante Fidel Castro, quien se veía desplazado a un arbitrario segundo lugar como líder revolucionario, situación que se vio agravada con las iniciativas internacionales que asumió el incontenible Chávez en algunos foros mundiales, sin consultar al jefe caribeño.

Puede que en ese momento se formara el plan en la mente del héroe de la Sierra Maestra para salir de su pupilo, por competencia desleal; no sería la primera vez que tenía que hacerlo, eso de ser líder revolucionario tenía mucha competencia y él sabía lo que tenía que hacer. Los rusos estaban muy adelantados en aquello de inocular virus y enfermedades mortales a sus enemigos; los propios laboratorios farmacéuticos cubanos que utilizaban para fabricar vacunas, los utilizaban también para replicar elementos para la guerra biológica, estaban en capacidad de llevar a cabo un ataque en contra de un blanco sin que se diera cuenta, adquiriendo una dolencia producto de un raspón, pinchazo o algunas gotas diluidas en su comida, que resultaría luego en un raro y agresivo caso de cáncer en los huesos.

El plan era sustituir a Chávez por alguien más manejable y sumiso, su vanidad y necesidad de público y aplausos se habían desbocado, eran irrefrenables, y podían poner en peligro el plan de utilizar a Venezuela como cofre de guerra de Cuba, sostener la influencia de Cuba en el mundo por medio de sus espías, operaciones especiales y manteniendo una presencia diplomática costaba mucho dinero, y el petróleo venezolanos le permitía eso y mucho más.

En cualquier caso, ya tenía como bateador designado al canciller Nicolás Maduro, un hombre joven y ambicioso, pero fiel y bien amaestrado, que nunca mordería la mano del amo, para ello se urdió un plan que implicaba no sólo la muerte de Chávez, sino un nombramiento bendecido por el líder de Sabaneta; era irrelevante que no fuera venezolano, los cubanos ya habían penetrado todas las instituciones de identificación y extranjería, registros y notarías de Venezuela, emitir cualquier documento probatorio, y consolidar coartadas que dieran apariencia de legitimidad del plan no iba a ser un inconveniente.

La noticia de la enfermedad devastó al Comandante venezolano que, por supuesto, se había creído inmortal. No le fue muy difícil conectar los puntos de esta trama y descubrir que había caído en su propia trampa. Prácticamente, a partir de ese momento, Chávez viajaba regularmente a Cuba para su tratamiento, y ese gran maestro de lo oscuro que era Fidel tuvo la ocasión de dorarle la píldora a su víctima, la oportunidad para asegurar su legado en la historia, la fortuna de su familia y la asunción de un heredero de su entera confianza.

Debo decir en este punto, que este plan era conocido por muchos servicios de inteligencia de occidente, pero la situación política del país hacía imposible determinar quién era de confianza, todos los partidos políticos venezolanos estaban infiltrados por el gobierno chavista, no había candidatos confiables que pudieran manejar esta información y hacer algo con ella.

Ya todos sabemos lo que pasaba en el país mientras este drama se desarrollaba, la industria petrolera, una de las más importantes del mundo, estaba quebrada, el país estaba hundido en la miseria, se imponía un militarismo ramplón y vulgar, la sustentabilidad del país agonizaba mientras herían a muerte sus principales nichos ecológicos, la corrupción y la ineptitud acababan con los servicios de salud y la educación pública, la inseguridad ciudadana se hizo crónica, la corrupción no tocaba techo, era una conveniente distopía en un país tan afortunado en recursos, que se necesitaba indefenso e ignorante del saqueo al que estaba siendo sometido por el crimen transnacional…

Para los intereses cubanos y de sus aliados, Venezuela se había convertido en una base de operaciones del narcotráfico y del terrorismo internacional, en un espacio seguro para la guerrilla latinoamericana, una puerta de entrada de los movimientos islámicos fundamentalistas a USA, con la oportuna dotación de papeles y pasaportes falsos, una buena red de distribución de armas con la flota de cargueros petroleros al servicio de Venezuela, con la que traficaron alijos de drogas y colocaron comandos de fanáticos con instrucciones de dañar al pueblo norteamericano.

La muerte  de Chávez poniéndolo a dormir para evitar su sufrimiento en La Habana, el nombramiento de Maduro como su sucesor semanas después de su asesinato, su candidatura presidencial, y su victoria electoral, fueron una muy bien orquestada operación de inteligencia, que puso de nuevo a Fidel en el timón de los países del Tercer Mundo. Venezuela seguía siendo su colonia, Maduro y su entorno militar eran sus fieles procónsules, y tenía a Latinoamérica de nuevo en el puño.

Los venezolanos nos tragamos el cuento de una oposición dividida (por designio de La Habana), de la invencibilidad del chavismo como fuerza telúrica y rectora de nuestro destino, y gracias a la obscena hegemonía comunicacional, la única voz, opinión, pensamiento y voluntad que se podía ver y escuchar en el país eran la de sus lacayos chavistas haciéndonos creer que ellos controlaban la revolución.

Creo que María Corina Machado no se ha dado cuenta de su increíble hazaña, ella logró derrotar no sólo a un gobierno títere de Cuba, rescatando para nosotros la idea de un país que nunca fue de los chavistas, sino que enfrentó políticamente a los dueños del circo; esta leona de Caracas está desalojando a los cubanos del país y los está empujando a su desdichada isla, razón por la cual ahora más que nunca debe cuidarse de la venganza de estos fanáticos revolucionarios.

El mundo apenas está cayendo en cuenta de la realidad detrás del show; nosotros, los venezolanos, hemos tenido que sufrir una tragedia imposible de entender y lidiar con ella si no tenemos en cuenta la mano que mueve los hilos. Espero que no haya sido muy tarde, sobre todo para EEUU y Europa, donde el socialismo internacional, utilizando caretas, organismos internacionales y gobiernos progresistas, están sembrado un ejército en las sombras, unas fuerzas oscuras que se están activando para destruir las democracias, jugando con las mismas reglas y manipulando las elecciones, como lo ha hecho el chavismo a los largo de 25 años en Venezuela.

Cuba no quiere entregar a su colonia más rica, próspera y fácil de dominar, pero tiene un problema grave, la propia isla de Cuba está padeciendo de su peor momento económico y político, hay un enorme descontento social que mantiene al gobierno de Raúl Castro en vilo. Maduro y su entorno, incluyendo al General Padrino y a Diosdado Cabello, son fichas desechables, y la orden que tienen es la de resistir hasta el final, no entregar el poder sin importar el costo, y para ejecutar esa orden disponen de un componente de agentes que se han convertido en el primer anillo de seguridad de estos personajes, que si no los tuvieran acechándolos, vigilándolos y amenazándolos ya hace mucho tiempo se hubieran marchado a sus exilios dorados en el extranjero.

Maduro no está resistiendo por propia voluntad, su destino ha dado una voltereta y él es ahora es un rehén de los intereses de los cuales medró por largo tiempo, los carteles de la droga, sobre todo los mexicanos en los cuales el régimen cubano tiene especiales vínculos, las operaciones de espionaje (SIGNET) de intervenciones de data, llamadas, mensajes cifrados, vía microondas, señales de alta frecuencia, comunicaciones satelitales, y cuyas instalaciones se encuentran principalmente en Cuba y ahora en nuestro país, con los cuales espían a los EEUU y comparten la información con los chinos, los rusos, con Irán y grupos terroristas, escuchan desde transmisiones del FBI, Guarda Costas, Patrullas Fronterizas, NASA, y otros organismos de seguridad e investigaciones (los rusos y los chinos se encargan de descifrarlas).

Esa es una de las razones por la que se hace necesario desalojar físicamente a los chavistas del poder cuanto antes, no se le puede dar más vueltas, hay que afinar la puntería, nuestro problema, el objetivo de nuestra lucha por la libertad no está escondido en algún bunker de Fuerte Tiuna, esos monigotes quedaron para asumir las torturas de niños, la desaparición de políticos y el cierre de medios de comunicación, con el fin de continuar con su campaña de terror; nuestros esclavistas se encuentran en La Habana y hacia allá debe apuntar todo nuestro esfuerzo en mover las piezas y trancarles el juego.

 

 

 

martes, 1 de octubre de 2024

Las Repúblicas del crimen.

 



El postmodernismo, sin duda alguna, está introduciendo variaciones importantes tanto en como entendemos la naturaleza humana, como en la manera en que funciona el entorno (el mundo) que una vez llamáramos civilización; en términos ontológicos, estaríamos ante nueva manifestación del ser como existencia y como esencia.

La relatividad y la aceleración de los cambios culturales, muchos de ellos inducidos y con una planificación política que los impulsa, se están imponiendo, aprovechando una debilidad estructural de las sociedades abiertas, y esa debilidad consiste en la coexistencia de ideas, en la discusión y estudio de aún aquellas ideas que atentan contra la misma existencia de las sociedades abiertas.

Quienes estudiamos el concepto de democracia, sabemos que estamos manejando incluso su cancelación, la democracia es un ideal que contiene el germen de su propia destrucción; si la educación y las normas no alertan sobre estos peligros, lo más probable es que las democracias se pierdan o degeneren el algo que no pasa de ser una caricatura.

Estos ajustes hacia la globalización, la unión de los grandes mercados y los actuales intentos de crear los espacios políticos de una mancomunidad de intereses estatales, han cambiado la manera en que vemos al mundo, las otras culturas, razas y creencias, algunas han sido exitosas, otras han creado enfrentamientos y conflictos sin resolución hasta el momento.

En este contexto de experimentaciones y acomodos, vemos a grupos criminales haciendo asociaciones con el terrorismo, el narcotráfico y tomando un disfraz socialista, pero de un socialismo radical con muchas notas de populismo y fascismo; el resultado final viene en forma de partidos de izquierda con vocación hegemónica que, una vez en el poder, practican una gobernabilidad basada en el autoritarismo y con el tiempo se transforma en totalitarismo.

En el cercano y extremo oriente, así como en algunos países de Eurasia, no es extraño encontrar grupos fundamentalistas islámicos, o gobiernos marxistas de corte maoísta, imponiendo sus recetas ultranacionalistas y haciendo frente común con otros partidos políticos y gobiernos del área contra enemigos regionales, usualmente vecinos.

Uno de los ingredientes comunes de estos gobiernos “populares” es el nacionalismo y, con éste, la prevalencia de su cultura con características dominantes sobre todas las demás, lo que implica persecuciones y exterminios de etnias que no se conforman al patrón de dominio o, simplemente, los subyugan hasta hacerlos comunidades y ciudadanos de segunda bajo regímenes especiales, que funcionan como campos de concentración.

Pero esta nueva forma de dominio no sucede de manera espontánea, estos grupos que antes eran señores de la guerra, o carteles de drogas, o guerrillas de liberación, o facciones religiosas extremistas, tienen un discurso planteado en los nuevos términos del postmodernismo, que implica un mundo multipolar, tesis anticolonialistas, movimientos revolucionarios, creencias arcaicas revividas; se trata de estilos de vida y de gobiernos que creen, y así lo predican al mundo, que tienen el derecho de un lugar bajo el sol, tanto derecho como lo tendría la tradición democrática occidental, la civilización cristiana o las creencias de la ortodoxia del pueblo de Abraham.

Y allí encontramos lo viejo confundido con lo nuevo, la cultura ancestral de los pueblos eslavos, la milenaria cultura china, los Talibanes, la facción del Hamas en la lucha por la independencia de Palestina, los monjes budistas tibetanos, el novísimo socialismo bolivariano, apéndice del castrocomunismo, los grupos Tutsi en Ruanda, las tribus Huties en el Yemen, los cocaleros en Bolivia, los grupos neonazis en Alemania, los Panteras Negras en USA, los zapatistas en México… la lista es larga, muchos son minorías con la ambición de mando en sus países, otros ya tienen representantes en los parlamentos, y otros, ya son gobierno.

Ninguno de estos grupos tendría la menor oportunidad de éxito político, excepto por la vía de la violencia y las armas, si no contaran con un importante apoyo entre países aliados, organizaciones multilaterales, frentes políticos, grupos financieros e iglesias que se encargan no sólo de promocionarlos, sino de darles financiamiento y apoyo logístico para alcanzar sus metas.

Estos grupos y gobiernos son los que algunos socialistas llaman “rebeldes”, que no encajan dentro de los patrones de la normalidad occidental, y están en la búsqueda de nuevos esquemas y formas novísimas de relaciones entre el estado y sus ciudadanos, que para ellos son tan necesarios como la existencia de aquellos sistemas ya probados y con lustros de experiencia.

Bajo la tesis de la libre determinación de los pueblos, del respeto hacia las culturas, la relatividad de los “modus vivendi”, la superioridad moral de la “soberanía” sobre otros aspectos de las relaciones internacionales, como podría serlo: la convivencia e intercambios pacíficos entre las naciones, el libre tránsito de personas y mercancías por las rutas comerciales, el respeto a la persona humana sin importar su sexo o nacionalidad, debido a esta inversión de valores, anteponiendo lo político a lo humano, resultan estos exabruptos y experimentos sociales como los de un sindicato del crimen en poder de una nación y haciendo lo que le viene en gana en contra de la espabilidad regional y la dignidad humana.

El que países con un lamentable prontuario en el tema de las violaciones a los derechos humanos, como serían Cuba y Venezuela, hayan alcanzado en la ONU asientos en las directivas de estas importantes instancias como directores, habla de una falla estructural y de principios que hace imposible que un tema tan sensible como lo es la defensa de los derechos humanos esté, precisamente, en manos de sus primeros violadores e interesados en la impunidad de sus acciones.

Ya parece no importar de dónde vienen estos movimientos políticos que tienen entre sus objetivos, muchos de ellos, por ejemplo, en la derrota y el hundimiento de occidente frente al avance casi indetenible del islamismo en Europa, o la extinción de la democracia en América, o la cancelación de la familia como núcleo de la sociedad moderna; pareciera que, en nombre de la globalización y un muy mal entendido concepto del ser ecuménico, se están aceptando regímenes y amenazas de terrorismo a diestra y siniestra, como si esto fuera la “normalidad” del trato entre naciones.

No pasa un solo día sin que alguien emita una advertencia para el uso de armas de destrucción masiva contra sus enemigos, o algún canalla se robe las elecciones en un país y se declare ganador ante la indignación de un pueblo que decidió terminar con su mandato. No es extraño que las guerras se expandan entre los países, y pueblos que se declaraban neutros estén enviando armas y tropas a lejanas trincheras, o se prueben armas y tácticas cada vez más mortíferas, o se apedree a mujeres porque osaron reclamar sus derechos, o veamos en televisión como policías blancos asfixien a un detenido negro indefenso, eso ante la vista de todos.

La gente huye de sus hogares ante la brutal represión, y en los países que los reciben son tratados como parias y acusados de ser la causa de sus propios problemas. Escuchamos también con estupor como mandatarios acusan a otros pueblos de ser los culpables de crímenes ocurridos 500 años atrás y los ofenden para ganar popularidad entre los suyos. Al panorama se suma un pontífice de una iglesia proclamar su ignorancia ante las injusticias que él mismo es incapaz de reconocer luego de años de silencio, mientras sus clérigos violaban a jóvenes en sus iglesias.

Es un mundo al revés, y todo parece tener su causa en la incapacidad para actuar y reconocer las injusticias, nadie quiere meterse en los asuntos del vecino, aun cuando los gritos y disparos lleguen a su hogar; todo se resuelve en comunicados conjuntos, en sendas declaraciones de principios… Este tipo de clima y actitudes favorecen y hacen más agresivos a quienes creen tener la razón con juicios equivocados, sienten que si nadie los detiene es porque ellos tienen el poder y con ello la verdad, y cuando tocan a nuestra puerta ya es demasiado tarde.

Hemos visto en Europa como su más alta autoridad en asuntos internacionales, prefiere darle más importancia a las formas que a los hechos, como sucedió cuando un gobierno forajido, simplemente decidió ocultar los resultados de unas elecciones porque las había perdido, no contento con esto, se declara ganador sin enseñar los resultados de los comicios y contra toda evidencia de su derrota, el alto funcionario del primer mundo prefiere declarar que para efectos prácticos y legales, esas elecciones nunca existieron pues no hay resultados verificables, ignorando las pruebas presentadas por la oposición quienes tenían copias de las actas de la votación que les correspondían por ley, antes de que el gobierno cerrara a cal y canto el organismo electoral y desapareciera las evidencias.

El mundo está patas arriba, porque hay demasiados conformistas, cobardes, y gente que se acomoda a la situación; si les quitan espacio se hacen más chiquitos, si les roban la luz se alegran de verla desde lejos, si les quitan la comida hacen dieta, si los amenazan sólo sonríen y piden disculpas… y los que pueden devolver el golpe, los que tienen como vencerlos, guardan sus fuerzas para un mejor momento, o bajo la asunción de que ése no es su problema miran para el otro lado.

Porque si alguien se atreve a confrontarlos, si el instinto de sobrevivencia es mayor que los motivos del agresor y el que iba a ser víctima responde neutralizando la amenaza, entonces se disparan los carteles socialistas mundiales para victimizar a sus agremiados y acusar a los atacantes, aduciendo que todos tenemos un lugar bajo el sol y podemos convivir, porque en un mundo globalizado, se supone, todos podemos vivir en armonía, como dicen sus apologetas.

Hay límites que se están violando, hay discursos que ya no funcionan, hay momentos en que sólo actuando se alcanza el equilibrio;  en este mundo de apetencias sin límites, de deseos desbocados y fantasías milenarias, tener capacidad de respuesta es la diferencia entre la vida y la muerte, entre la libertad y la esclavitud. Solo baste mirar lo que está sucediendo con la migración islámica en países cristianos como el Líbano, o lo que está sucediendo en las principales capitales europeas con una marea de inmigrantes sin control y sin ánimos de integrarse con las sociedades que los acogen.

El cosmopolitismo y la buena voluntad tienen sus límites, la estabilidad y las buenas relaciones son fundamentales para mantener al mundo en equilibrio, la justicia internacional debe ser oportuna y respaldada por una fuerza de intervención capaz de anular la resistencia de regímenes y mandatarios, que creen que el mundo les pertenece, y pueden hacer lo que quieran sin ningún tipo de repercusiones para sus atávicos deseos de grandeza, en estos tiempos de conflictos y de dolores de parto de un nuevo orden mundial, la tolerancia sin medida es un error.

 

 

 

 

martes, 24 de septiembre de 2024

Carta abierta de un venezolano a los votantes en USA

 



“No debe olvidar que es especialmente peligroso esclavizar al hombre en los pequeños detalles de su vida. Por mi parte me veo inclinado a pensar que la libertad es menos necesarias en los grandes asuntos que en los pequeños”.

Alexis de Toqueville, Democracia en América.



E
ste año 2024 será fundamental para la historia de EEUU, el comunismo ha conquistado un importante nicho político y económico en ese gran país, y lo ha logrado gracias a las garantías y derechos constitucionales que le permiten, a todos los ciudadanos, el derecho de la libre expresión y a la protección que el estado les brinda para que actúen y piensen libremente, mientras no violen las leyes del país y, hasta el momento, ser comunista no es un delito.

El partido demócrata ha sido históricamente el más inclinado hacia el progresismo y los movimientos de izquierda; su ideario humanista y su interés por el bienestar de la sociedad en general los llevaron a dar batallas sociales muy importantes, destaco entre ellas la enorme lucha que supuso la defensa de los derechos civiles, en las décadas de los años cincuenta y sesenta, y cuyos resultados fueron positivos, porque corrigieron una serie de taras y retrasos importantes y lograron estabilidad social, más igualdad y oportunidades para sectores sociales que venían sintiéndose oprimidos.

Pero, como toda sociedad abierta y democrática, la norteamericana corre el peligro de dejarse contaminar por ideas peligrosas, y eso fue lo que sucedió cuando en los años 30 y 40 las influencias del socialismo británico llegaron a Norteamérica y penetraron los círculos de poder de Washington; ese socialismo “Faviano”, como se le conocía, venía envuelto en un atractivo empaque de causas sociales y democráticas, pero como vino en manos de la intelectualidad y de representantes de la alta sociedad del Imperio, ya venido a menos, los políticos de aquella época no advirtieron las intenciones colonizadoras que su marxismo duro y frío tenía dentro de su núcleo.

Ese fue un socialismo muy atractivo para los políticos del momento, pues recogía muchas de las causas por la igualdad de razas, sexo, ideologías y credos que pintaban una utopía conmovedora ocultando, convenientemente, la necesidad de un estado fuerte y controlador y la disminución progresiva de los derechos individuales de los ciudadanos, en aras de un colectivismo que tenía una fuerte tendencia a ser vulgar y simplista.

Fueron ideas novedosas que tuvieron la particularidad de encender la curiosidad, sobre todo de intelectuales y académicos, y fue de esta manera que, desde muy temprano, esas ideas se fueron filtrando dentro de los colegios y universidades de la Unión, sin mayores críticas y sin oposición; el ideario liberal, entendido como el que otorgaba preponderancia al individuo y sus libertades, todavía estaba gestando una narrativa y un discurso que tuviera sentido en la mente del vulgo, pero el socialismo había nacido justamente para enamorar a las masas, principalmente de los desposeídos, de los que tuvieran algún reclamo o pretensión de mejorar su condición por medio de un estado benefactor.

El ideario faviano estaba compuesto de las ideas seminales del marxismo más duro, pero fue convenientemente disimulado por algunas características democráticas, como la discusión libre de ideas, la importancia del voto y su pasión por recurrir a los sectores más necesitados y menos ilustrados de la sociedad, los trabajadores y jornaleros, que constituían la base más amplia y sobre la que descansaba la actividad productiva de toda economía. Ésa fue la razón por la que los socialistas en Norteamérica tuvieran su debut entre las uniones de trabajadores y sindicatos, de hecho, fueron estas organizaciones las primeras y las más fervientes militantes del socialismo.

Ya Marx había explicado que el socialismo era la etapa inicial del comunismo, todo socialista tiene en su futuro desembocar obligatoriamente en el comunismo, en la toma del poder político por la clase obrera constituida, primero, como partido único, hasta llegar a la dictadura del proletariado; para ello necesitaban fortalecer el estado, centralizar todos los poderes en manos de la burocracia y crear un aparato inmenso y costoso de asistencia social, porque la idea era intercambiar ayuda social por votos.

El problema con este plan, es que el partido y sus jefes se robarían el protagonismo de las masas obreras, y obligarían a éstas a trabajar para la existencia de una clase privilegiada, de una nueva oligarquía, pero esta vez, comunista. Eso es lo que hemos visto en la historia del socialismo y el comunismo en el mundo, pueblos subyugados por regímenes totalitarios y, con el uso de la fuerza y la propaganda, la sociedad totalmente subyugada, como esclavos de sus designios, y eso ha sucedido durante los últimos gobiernos demócratas.

Ya Thomas Jefferson lo había advertido: “la mayor parte de los hombres no han nacido con sillas de montar a sus espaldas, ni tampoco unos pocos favorecidos calzados con botas y espuelas listos para montarlos legítimamente y por la Gracia de Dios.” Ésa ha sido la historia de esos regímenes en la historia, no de uno, sino de todos sin excepción, tanto el socialismo como el comunismo han sido sueños muy hermosos, utopías, que han asaltado las ilusiones de los que menos tienen, que le han prometido diferentes formas de paraísos a los desengañados, a los revolucionarios y a todo aquel que tenga un reclamo en contra del género humano… Y lo ha convertido en una pieza fundamental de uno de los aparatos de opresión y explotación más terribles en la historia del hombre, pues detrás de las bellas promesas de un mundo con justicia social y equidad, se construían los campos de concentración y gulags.

Esto se debe, entre otras cosas, a que el comunismo debe convertir a sus seguidores en militantes, en creyentes absolutos de sus principios y creencias, lavarles el cerebro e implantarles la idea de un milenarismo absoluto, de un paraíso en la tierra, donde los hombres y mujeres serían absolutamente iguales, donde todo es de todos (y por lo tanto de nadie, aunque para eso está el estado, que al final es quien distribuye y decide qué cosa le corresponde a quien). Ése es el futuro anhelado, aunque en el presente haya muchos sufrimientos. Para lograr el truco de sólo ver lo que se logrará después de tanto sacrificio, primero debe hacer una cosa, debe extirpar de la mente del hombre que él es un individuo y que tiene una dignidad, que es libre y que tiene derechos.

Y por eso se utiliza la propaganda, la guerra psicológica, la manipulación de las ideas, se le cambia el sentido a las palabras para cambiarle el sentido al mundo, se le roba conceptos a las otras ideologías y sistemas económicos, los hace suyos, cambiando su significado. Orwell lo presenta en su espeluznante novela distópica 1984, un mundo donde se hablaba un lenguaje nuevo que incluía mentiras, medias verdades, fakenews, donde existe esa extraña sensibilidad Woke que está tratando de cambiar la naturaleza humana.

Es cierto que el capitalismo y el liberalismo clásico (hasta el término “liberal” se lo robaron para designarse ellos como liberales) tiene sus fallas; se trata de un sistema en permanente transformación, que evoluciona de acuerdo a las necesidades y los avances en las innovaciones, que siempre tendrá sus perdedores y ganadores, ricos y pobres, hombres y mujeres exitosos pero también fracasados, muchos de ellos vivirán en sus vidas esos saltos entre el éxito y la derrota, pero podrán levantarse de nuevo, insistir, y posiblemente triunfar, porque donde hay libertad de emprendimiento hay posibilidad de futuro, cosa que no sucede en el comunismo.

Pues bien, como decíamos al principio, el partido demócrata de los EEUU, ha cambiado de manera radical; en aquellos principios de gobiernos de izquierda, había buenas intenciones, se daban luchas justas, se creía en los principios de libertad que los padres fundadores dejaron establecidos en la letra de la Constitución, pero con el tiempo, con la corrupción, por la avidez de poder, por no tener otra dirección de desarrollo sino hacia el comunismo; los políticos de la izquierda norteamericana se hicieron cínicos y muchos de ellos perversos, hacían de la política no una carrera para el servicio público, sino para la consecución de sus propios intereses que poco a poco se fueron pervirtiendo

Fue de esta manera como unas pocas familias fueron acaparando el poder, modificando la estructura del estado para adecuarla a sus propósitos, que ya no eran democráticos, para satisfacer sus deseos que ya no eran puros sino que empezaban a pervertirse; ya no les importaba el bien común sino la vida loca, ésa que exhibe una cúpula de oligarcas comunistas, manipulando a las minorías, y creando un hipertrofiado estado bienestar, que lograban a fuerza de exprimir “a los ricos” (en realidad, a cualquiera que pudiera ser productivo) para mantener su base de votantes, una clase parasitaria que vivía de la dádiva pública.

Por medio de impuestos pechaban a los ricos para darle a los pobres, prometían residencia rápida a los inmigrantes, crearon seguros médicos gratuitos y de bajo costo, de ayudas y bonos para los más necesitados,  de planes de vivienda populares, de vigilancia policial sobre la población para tenerlos bajo control, de olvidarse de sus deberes como líderes del mundo y comulgar con causas fundamentalistas y enemigas de la forma de vida americana, de esta manera la economía se iba sumergiendo en un hueco negro.

Una de las cosas que contribuía en ese panorama era el ideal “verde” y el cambio de patrón energético por tecnologías no contaminantes, que fueron un espectacular y costosísimo fracaso. A eso se suma que las oportunidades para emprender negocios se esfumaban y el país se empobrecía, excepto para aquellos privilegiados en el alto gobierno, que llevaban vidas de ricos y famosos, envueltos en perversiones y dados al vicio.

En unos pocos días, los norteamericanos van a tener la oportunidad de votar en las que podrían ser la últimas elecciones libres en USA; si le dan su voto al comunismo estarán perdidos y con ustedes muchos de nosotros, que vivimos en países en su área de influencia. Por eso estas palabras de advertencia, están enfrentando una encrucijada, Trump es el candidato republicano, que promete retomar la ruta democrática y constitucional, para muchos él es un hombre antipático y no les gusta porque no es un político tradicional, de esos que quiere encantar serpientes, es un empresario y tiene una visión diferente de América; su gobierno permitiría corregir el rumbo equivocado en que los demócratas han empujado al país.

El momento es delicado y muy peligroso, mi exhorto es para que piensen muy bien lo que van a hacer con su voto, y no se queden en la apariencia de un candidato. Esto es mucho más importante y delicado, si los demócratas ganan la presidencia, el modo de vida de los norteamericanos va a cambiar, va a gobernar una secta de personas que comulgan con ideal materialista e historicista; si gana Kamala Harris, los que van a gobernar son los Clinton, los Obama, todos esos marxistas “duros” que con sus políticas han llevado el país a la situación de crisis que vemos actualmente. Esto se los dice alguien que vive en un país tomado por el comunismo y en que estamos luchando por sobrevivir; un viraje de USA hacia el comunismo sería catastrófico no sólo para los norteamericanos, sino para nuestros países.

No le entregues tu país al comunismo, ustedes vinieron a este país para conquistar el sueño americano, para trabajar y cosechar con tu esfuerzo una mejor vida, para darle a tu familia un lugar que puedan llamar hogar, todo eso se puede esfumar si te dejas llevar por promesas falsas, por regalos y promesas que te van a esclavizar, dale tu voto a los republicanos y manda a los demócratas a las duchas; ya mandaron y fracasaron, ahora puede que piensen en lo que están haciendo y no destruyan el ideal americano.

saulgodoy@gmail.com

 

viernes, 20 de septiembre de 2024

En la angustiosa espera

 



Quiero hoy analizar con ustedes la situación del país a la luz de los acontecimientos que se han desatado luego del desconocimiento por parte del gobierno de las elecciones del 28 de julio.

Porque, si a ver vamos, lo que ocurrió allí fue uno de los trucos de magia peor ejecutados por el mago Maduro, un truco de muy mal gusto, que negaba de raíz su profesionalidad como ilusionista, trató de hacer desaparecer unas elecciones nacionales para elegir presidente, donde hubo una participación de cerca de 10 millones de electores, con gran número de testigos, que vieron y dejaron registro de una jornada electoral pacífica (excepto por las habituales provocaciones y abusos del régimen), con testigos de excepción (los muy pocos veedores internacionales que el gobierno chavista permitió presenciaran la jornada), medios de comunicación (que dejaron constancia del respeto y el civismo con que los ciudadanos acudieron a escoger su candidato), expertos electorales y periodistas (que hicieron sus encuestas a boca de urna y dejaban constancia, minuto a minuto, de la innegable derrota que estaba sufriendo el chavismo).

Maduro y su entorno, incluyendo su CNE, el órgano electoral oficial y oficioso, cayeron en cuenta al finalizar esa tarde de que habían sido derrotados de manera abrumadora por un candidato casi desconocido, aunque todos sabíamos que era María Corina Machado, la indomable y valiente líder de la oposición democrática venezolana, la que estaba motorizando toda aquella estrategia, un plan que incluía, como parte fundamental, la colecta, al cierre de la jornada, de todas las actas electorales que las máquinas de votación habían generado para los miembros de las mesas, la única prueba a la que tenían derecho antes del proceso de contabilización de los votos.

Presas del pánico, debido a la enorme diferencia en votos que arrojaban los resultados preliminares, decidieron hacer el truco de magia: se le ordenó al CNE blindarse para evitar cualquier fuga de información, se prohibió la presencia de los representantes de la oposición en la sala de totalizaciones y se mantuvo una espera que iba más allá del tiempo reglamentario para emitir los resultados. De repente, apareció el jefe del CNE, con su cara bien lavada, leyendo de una servilleta unos datos generales muy mal presentados, que daban a Maduro como ganador de las elecciones.

Pero los números que daba el CNE no se correspondían con el escenario que ellos, los tramposos, querían hacer creer; peor todavía, nunca mostraron las actas ni tampoco la distribución de los votos en las regiones. No había manera de hacer una constatación de la victoria de Maduro, porque los votos habían desaparecido, y en esto se estaba violando leyes fundamentales que regulan el proceso electoral; ahora, el gobierno quería imponerle a la oposición política y a todo el pueblo soberano unos resultados que nadie había visto.

Pero este era uno de los escenarios que María Corina había previsto que ocurriera, porque Maduro había cometido fraude anteriormente, y había logrado imponer su voluntad utilizando la extorsión en contra del otro candidato, de modo que para contrarrestar el anuncio espurreo, ella ordenó la publicación de las actas que tenía en su poder, que eran legítimas y auténticas (aunque en procesos digitales es muy difícil definir qué es un original, hay varias medidas de seguridad que se aplican para cada una de las copias, y las actas estaban plenamente autenticadas). Los chavistas se vieron en la obligación de explicar su truco haciéndolo cada vez más inverosímil - en buen venezolano, “no aclares, que oscureces” - como el que dice una mentira, que debe seguir mintiendo ad infinitum, complicándola, añadiéndole nuevos embustes.

Primero, denunciaron un jaqueo masivo e intenso, para decir que éste que obligó al CNE a suspender el conteo de los votos; luego hablaron de una conspiración internacional para interferir con las elecciones, de nuevo, sin mostrar evidencias, sólo basados en declaraciones ilusorias e improbables de altos personeros del gobierno. Y, desde el primer momento, desataron una cacería humana que aún no termina, se ensañaron contra la oposición, de sus organizadores y cabezas visibles, obligaron a algunos a huir del país, a asilarse en embajadas, entre ellos al candidato ganador que ratificaban las actas mostradas por el equipo de María Corina. Hubo represión abierta y salvaje contra familias enteras en toda Venezuela, incluyendo niños y adolescentes que fueron capturados (desaparecidos) y luego aparecieron en campos de concentración donde eran torturados para exigirles confesiones y delaciones.

Cerca de 2.000 personas fueron procesadas por delitos de terrorismo, en tribunales y con leyes especialmente creados para la ocasión, entre ellos periodistas, representantes de ONG´s, figuras políticas de relevancia, personas extranjeras acusadas de conspiradores; en las imágenes producidas por sus propios aparatos de comunicación mostraban lotes de armas confiscadas; algunos gobiernos latinoamericanos, opuestos al régimen de Maduro, engrosaron la lista de “países enemigos de Venezuela” por desconocer la supuesta victoria electoral del chavismo; el gobierno tiránico instauró una campaña de terror contra la población, a la que llamó “Operación Tun-tun” (el ruido de golpear la puerta, por comandos de la muerte antes de derribarla, buscando sospechosos de alta peligrosidad).

Hubo nuevas estaciones de radio cerradas por mandato del gobierno, para el resto se impuso el silencio comunicacional sobre cualquier información que contraviniera las diseñadas por ellos mismos; fue una práctica usual el decomiso de teléfonos, para buscar información golpista, o cualquiera que pudiera interpretarse como tal; se impuso la censura estricta sitios de internet vedados y sacados fuera de la parrilla de los usuarios; afloraron las alcabalas y se llevó a cabo el registro de los ciudadanos en las vías públicas; se habla de más de 2.000 pasaportes anulados, además devoluciones de facto en los aeropuertos, especialmente de extranjeros “no convenientes” o “sospechosos”, anulación de los permisos para volar de algunas aerolíneas, rompimiento de relaciones diplomáticas con países que fueron amigos, dejando a nacionales abandonados en otros países; hubo operativos de captura de sospechosos en la calle, sucedida de su posterior desaparición forzada; fiscales y tribunales trabajaban contra el reloj, dictando medidas de perdida de la libertad sin presencia de abogados, sin defensa posible…

El caos se desató en nuestro país, aliñado por la serie de deficiencias en el servicio eléctrico nacional, las restricciones a vuelos internacionales, los gravísimos derrames petroleros que han contaminado una parte importante de nuestra geografía, con la economía en picada, sin inversiones a la vista, reconocido como uno de los países más inseguros del mundo y en el medio de una crisis humanitaria de gran escala. Una nueva etapa de terror se abalanzaba para doblegar a la población, para que aceptara la supuesta victoria de Nicolás Maduro, luego de dos mandatos de gobiernos extraordinariamente malos y con el país en la miseria. Ése es el tipo de escenario que les gusta y les permite a los revolucionarios hacer lo que se les ocurra.

Pero no tomaron en cuenta que las circunstancias habían cambiado y, poco a poco, la suerte los había abandonado; a todas esas acciones desesperadas se les veían las costuras, sus violaciones continuas a la ley y el orden los habían apartado de la convivencia civilizada. Tenían la intención de aislar el país, para resolver sus asuntos como ellos sabían hacerlo, con violencia y a las sombras; pero ya había sido publicado el informe de la misión de la ONU sobre violaciones de derechos humanos y su situación como gobierno forajido se hizo crítica. Algunos amigos del régimen miraban ya para otra parte y no querían aparecer como socios en actos de lesa humanidad.

La respuesta del mundo ante tal espectáculo ha sido variada. Están los países, como Rusia, Irán y China, que tienen un interés geoestratégico y económico con Venezuela (como una gigantesca deuda pésimamente estructurada) y que reconocieron el supuesto triunfo de Maduro sin mayores problemas, entre otras cosas, porque las elecciones sólo son para ellos son un mero trámite burocrático que sirve para afianzar un poder de facto. Otros países, como la Argentina de Milei o la del mismo Boric en Chile, que han sentido en carne propia el sufrimiento de sus pueblos sin democracia, sin estado de derecho, y que saben del valor de un pueblo decidido a ser libre, apoyaron desde un principio el triunfo electoral de Edmundo Gonzáles Urrutia.

No faltaron las actitudes melifluas y acomodaticias, como claramente lo son las de México, Brasil y Colombia, cuyos presidentes son compadres ideológicos del delirante Maduro y están tratando, por todos los medios, de darle una nueva oportunidad a los revolucionarios socialistas, de blanquearles la jugada electoral, tan pesimamente concebida y peor ejecutada; incluso se habló entre ellos la posibilidad de realizar nuevas elecciones, despreciando de manera olímpica, porque no les importa, la voluntad soberana y la lucha sin cuartel de un pueblo hermano que dijo “¡Ya Basta!”.

Tenemos países como EEUU que, en medio de su propia campaña electoral y a pesar de sus buenas intenciones, prefieren ser cautos ante el crimen de lesa majestad que busca destruir la esencia de toda democracia, contra unas elecciones libres, para que venga un forajido, buscado internacionalmente por sus delitos contra la humanidad, a decirles que él ha ganado la presidencia prescindiendo de las elecciones… prefirieron la vía de sanciones precisas, casi quirúrgicas, en contra de la plana mayor del chavismo para asegurar otros intereses que la preservación de la justicia.

Hay algunos organismos internacionales que, a pesar de tener en sus manos las pruebas del inmenso fraude que quisieron cometer en contra de la estabilidad del país, han optado por no reconocer a ninguno de los candidatos hasta que no aparezcan las actas, ésas que precisamente el gobierno se niega a mostrar, una absurda disyuntiva que puede alargarse indefinida y peligrosamente, de modo que, para algunos, el caso Venezuela se ha convertido en una larga novela por entregas, donde las muertes de inocentes son sucesos parroquiales y los campos de concentración para la oposición política sólo pesadillas lejanas que en nada afectan los procesos de globalización.

Mientras tanto, la banda de pillos alrededor de Maduro no ceja en su ansia de explotación y destrucción sobre una población desarmada; así extorsionan, sin pudor alguno, a otros estados, deteniendo y acusando a sus ciudadanos de crímenes conspirativos, para luego intercambiarlos como rehenes; así extorsionaron al candidato ganador de las elecciones, con la participación de algunos funcionarios de estado del gobierno socialista español,  amenazando su integridad y la de su familia, antes de soltarlo para que se fuera a España y se quedara callado. Gracias a la intervención política de partidos políticos y líderes españoles, Edmundo fue reconocido como presidente electo primero en España y luego en el parlamento de la Unión Europea.

Pero a pesar de estos avances la situación venezolana está llegando a terrenos muy inestables, afectando terriblemente su entorno hemisférico; el gobierno de Maduro quiere perpetuarse a la fuerza, la población se opone y, a pesar de la campaña de terror que sostiene contra los venezolanos libres y demócratas, ese miedo inducido bajo amenazas, arrestos selectivos, desapariciones, torturas y muertes, ya se está diluyendo. El pueblo se está haciendo inmune al terror, y eso es muy peligroso, de acuerdo a algunas teorías sociológicas, una vez vencido el miedo el próximo paso del colectivo es la venganza al por mayor, una manifestación incontrolable de rabia y violencia que son justamente las causas de la revoluciones; incluso hay campañas para que intervengan cuerpos armados de mercenarios y capturen a los perversos chavistas, lo que viene no es bueno para el entorno de Maduro. La crisis económica y la situación de sufrimiento de los venezolanos están llegando a cuotas inaceptables para que alguien controle la situación.

La comunidad internacional, que continúa a la expectativa, sin una clara idea de qué hacer, está logrando que el mal ejemplo del chavismo y Maduro se conviertan en una nueva pandemia mundial, porque el chavismo y Maduro representan hoy la cabeza visible del movimiento antidemocrático en el mundo occidental, son el ariete con el que el comunismo internacional quiere demoler las bases de la libertad; por sus orígenes y alianzas socialistas, algunos de los partidos políticos y gobiernos de izquierda de Latinoamérica, débiles moralmente e inseguros en sus apoyos populares, prefieren los regímenes de fuerza, como el chavismo, que no soportan ni quieren oposición para sus designios, y prefieren con mucho, el silencio de los cementerios a las discusiones y críticas u opiniones en contrario.

Venezuela ha esperado dos largas décadas para acumular el valor, la comprensión y la visión de nuestros problemas; son 25 años cultivando los líderes correctos, venciendo nuestros miedos, mordiendo el polvo que estos revolucionarios socialistas nos han hecho tragar sin piedad. Venezuela es hoy una caja de pandora, la presión acumulada es inmensa y me temo que estamos a punto de que se suelten los demonios que ella encierra. Si hay algo de lo que estoy convencido es que, ya no vamos a soportar más opresión y humillación.