El primer intento en fundar un pueblo en los Valles del Tuy se hizo en 1573, diez años después de la segunda fundación de Caracas.
El Teniente Gobernador de Caracas, Francisco Calderón,
con ochenta soldados somete a mas de 600 indios Quiriquires que poblaban las
riveras del río Tuy, pero los soldados, todos establecidos con sus familias en el
valle de Caracas, no quisieron quedarse.
Fue en 1673 cuando el padre Manuel Alesson funda San
Diego de Tuy Abaxo que luego sería conocida como San Diego de Alcalá de
la Sabana de Ocumare.
En el valle se sembró caña de azúcar y cacaotales, había
bosques tupidos y sabanas para pastizales, el ganado y los cerdos se
convirtieron en el principal producto de la zona.
La vida transcurría tranquila entre los calorones del verano
y las inundaciones del río en época de lluvias, muchas otras poblaciones de la
zona prosperaron, como Santa Teresa, Cúa, Santa Lucía, San Francisco de Yare y
Charallave. Su cercanía con Caracas y el
puerto en el río las hacia ser centro de producción agrícola y pecuario.
Para 1915, Ocumare del Tuy era la capital del Estado
Miranda a la que se llegaba en el ferrocarril ingles desde Caracas. Para quien
hacia el camino por tierra, tenían que atravesar el caudaloso rio Tuy y podían
hacerlo, bien en bote, sobre bestias de carga vadeando los pasos, o cruzarlo
"a cabrito" como se le decía, sobre los hombros de unos negros
forzudos.
En la casa del mercado, en la noche, había un cine, se
proyectaban películas mudas con un proyector de manivela. Se publicaba un periódico
El Mirandino, existía el hospital
"San Simón", tenían una casa de telégrafos y el hielo todavía no
llegaba.
El gobernador del Estado se llamaba Presidente y las
cocinas de las casas funcionaban con carbón de cují que traían de las minas de
Charallave.
Para comienzos del siglo XX el hombre más rico del
Estado Miranda era el General Juan C. Gómez, hijo del Benemérito, Juan Vicente
Gómez, Presidente de la República, dueño de la mejor hacienda de la región, llamada
Mendoza, que era la unión de siete
haciendas, y producía café, caña de azúcar, carne, leche y bananos.
Los negocios se hacían en monedas de oro llamadas
morocotas y onzas españolas.
La única industria que existía era la molienda del maíz.
La luz eléctrica llegó a Ocumare en 1917 gracias a
unos empresarios caraqueños que fundaron la "Compañía Anónima Luz Eléctrica
de Ocumare".
En esa época, el Jefe Civil, aprovechando que había en
el pueblo muchas matas de mamón, soltaba a los presos y los ponía a recoger la
rica frutilla para luego repartirla gratis a la gente que salía de la misa los
domingos.
El Estado tenía una banda de música con la que se hacían
retretas y presentaban zarzuelas que montaban algunas familias y aficionados en
el local del cine.
En Ocumare del Tuy vivieron muchos andinos que
visitaban la hacienda Mendoza y en la que se dice, había uno de los parques
militares más grandes del país.
Fue capital del Estado Miranda de 1904 a 1927.
Luego de la caída del General Gómez, los valles del
Tuy empezaron de manera acelerada su proceso de industrialización, el estar
cerca de la capital (se conectaba por carretera a una distancia de 60 kms.) la
hacían atractiva para ubicar parques industriales, pero fue tan desordenado su
crecimiento y con tan poco respeto por el medio ambiente, que en poco menos de
un siglo nos encontramos con un río Tuy altamente contaminado.
Proliferaron las granjas que producían cerdos y
pollos, se mudaron empresas metalmecánicas, talleres y fábricas de pinturas, todas,
al igual que los desarrollos urbanísticos, descargaban sus aguas servidas al
río sin ningún tipo de tratamiento.
Caracas crecía aceleradamente y su necesidad por agua
potable llevaron al gobierno a construir dos embalses en los Valles del Tuy,
como parte del sistema de acueductos para Caracas, uno fue Lagartijo y el otro,
Ocumarito, ambos alimentados por microcuencas que eran parte del gran sistema
de la cuenca del río Tuy.
La idea de manejar la cuenca del Río Tuy como
herramienta de desarrollo regional no es nueva, en 1994 el Ministerio del
Ambiente creó La Autoridad Única de Área Cuenca del Río Tuy (Decreto No. 3.240,
Gaceta Oficial No. 35.240 del 16-12-93) cuyo fin primordial era el saneamiento
del Río Tuy, que se encontraba afectada severamente por la contaminación, esto,
debido a la explotación irracional de sus recursos naturales, a una inexistente
planificación urbana y la falta de control ambiental.
El ámbito de la competencia de esta institución era un
territorio de 10.579 Km2., de los cuales 8.854 correspondían a la Cuenca del
Tuy y el resto a las cuencas Capaya Curiepe y Guapo-Cúpira, que eran cuencas
asociadas al sistema.
Su objetivo general fue: “La administración integral en materia de ordenación del territorio y
protección defensa y mejoramiento ambiental de la cuenca del Río Tuy y de la
vertiente norte de la serranía del litoral del Edo. Vargas y el Estado
Miranda”.
La cuenca se dividió en siete áreas administrativas,
1- Subcuenca Alto Tuy, 2- Subcuenca Tuy Medio, 3- Subcuenca Bajo Tuy, 4-Subcuenca
Río Grande, 5- Subcuenca Río Guaire, 6- Cuencas Capata-Curiepe, 7- Cuencas
Guapo-Cupira.
Esta novísima agencia, única en su tipo en
Latinoamérica, tuvo el apoyo de organismos internacionales como el JICA (Japan
International Corporation Agency) y la GTZ (Agencia Alemana de Cooperación
Técnica) quienes aportaron financiamiento y experticia para elaborar sendos
planes para la cuenca.
La Autoridad Única de Área (A.U.A.) contaba con los
siguientes instrumentos para su trabajo: Una declaratoria de Área Crítica con
Prioridad de Tratamiento, un Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso, un Plan
Rector de Saneamiento y Recuperación Ambiental, Planes Locales de Ordenamiento
y Gestión Ambiental (PLOGA) y un Sistema Diferencial de Regulaciones
Ambientales (Normas Técnicas), de esta época arranca el primer intento serio de
limpiar las aguas del río Guaire, como parte de este gran esfuerzo por rescatar
el sistema hidrográfico del Tuy.
Es bueno destacar que el PLOGA era un antecedente de
la Agenda Local 21, un instrumento de participación ciudadana en la
planificación del territorio.
La AUA estaba en sincronía con dos macroproyectos que
se estaban desarrollando en la cuenca para ese momento, el Ferrocarril
Caracas-Tuy Medio y el proyecto de explotación Niquelífero Loma de Hierro, una
de las inversiones minera más ambiciosas que tenía el gobierno y que estaba
ubicado en los límites entre Aragua y Miranda, la AUA era la encargada de
introducir las variables ambientales para el desarrollo de ambos proyectos.
Aunque el organismo empezó con buenos augurios y
fuerza, lamentablemente se desinfló luego que los organismos internacionales
entregaron sus estudios y planes, varias son las causas de la rápida decadencia
y desaparición de esta oficina;
La primera fue la gran inversión de recursos que el
gobierno estaba obligado a comprometer para el saneamiento propuesto, la
segunda, la resistencia política y económica de factores industriales e
intereses comerciales establecidos en los Valles del Tuy, que se opusieron al
saneamiento ya que les incrementaba los costos de producción de sus operaciones,
obligándolos a hacer costosas inversiones en aducciones a plantas de
tratamiento, adquirir nuevas tecnologías, filtros especiales para sus chimeneas
y hasta reubicando varias actividades lejos de la ribera del río, la tercera,
siendo un programa a muy largo plazo no revestía interés político inmediato.
La AUA fue cerrada en el año 2000, y sus competencias
se repartieron entre el Director de Ambiente del Estado Miranda y la Dirección
de Cuencas del Ministerio del Ambiente, a pesar de su corta vida la institución
dejó un buen legado entre los que destacan un plan y estudios de gran visión
que deben ser rescatados al momento que se decida ordenar la ecoregión.
El río Tuy representa para el Estado Miranda su
principal fuente de vida y sostén ecológico, sin esta cuenca el territorio
sería un gran desierto, de hecho, eso es lo que está sucediendo y de manera
acelerada debido a los efectos del cambio climático, ya Caracas, la capital de
Venezuela está experimentando severos racionamientos de agua, la gran ventaja
de su ubicación era justamente la disponibilidad de la enorme cuenca del Tuy
para su sustentabilidad, pero la desidia y la falta de visión de nuestros
políticos han puesto en peligro la posibilidad de sostener la metrópolis.
Le corresponde a las nuevas generaciones el deber de
rescatar las aguas de la gran cuenca mirandina, de limpiar, de ordenar el
desarrollo y hacer de los Valles del Tuy, un territorio prospero y sustentable,
que dada la crisis del país y desastre dejado por el chavismo implican un
esfuerzo extra, pero no hay manera de eludirlo.
- saulgodoy@gmail.com
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