lunes, 13 de mayo de 2019

Games of Thrones made in Venezuela



Una de las enseñanzas de ese clásico de las series televisivas que resultó ser Juego de Tronos, producido por HBO, es que ningún trono puede permanecer vacío por mucho tiempo, es algo que la historia y la naturaleza humana aborrecen, alguien debe sentar sus posaderas en esa silla del poder del reino y empezar a mandar o antes posible, no importa si mal o bien, si dura o no, lo importante es que alguien mande.
La tesis de Juego de Tronos es de carácter universal y se sostiene en lugares tan disimiles como Venezuela, sus personajes y tramas la vemos casi a diario en nuestro patio político, y sólo toma un papel y un lápiz para empezar a darle equivalencias,  que calzan a la perfección con nuestro propio ecosistema político.
En el caso Venezolano, y salvando las distancias, Maduro está de salida, su poder efectivo ya se encuentra altamente comprometido por factores externos al westeros caribeño, hay otros poderes que lo manejan, lo limitan y lo empujan fuera del trono, manda pero no gobierna, y a todas luces, hasta el mismo Nicolás Maduro pareciera harto de su papel, está en conflicto con todo su entorno, y lo que quiere es irse a disfrutar tranquilo sus diferentes mansiones que tiene alrededor del mundo para su exilio dorado, se me parece al abuelo de los Lannister, Tywin, que era como el regente, a la espera que el heredero del trono pudiera coronarse, y que en la serie es el desagradable Joffrey.
Pero dentro de esta situación de inestabilidad política en un régimen de fuerza, autoritario, totalitario y monárquico como el del Socialismo del Siglo XXI, descubrimos que efectivamente contamos con nuestra propia Cercei Lannister, que no es otra que la Primera Combatiente.
El verdadero poder detrás del Trono de Hierro todos sabemos que viene de Cuba, allá se sienta en el trono del comunismo Latinoamericano Raúl Castro quien tiene a su “Mano” Díaz –Canel, quien funge como presidente de ese desdichado reino que vive de la extorción y el pillaje, y tiene a su población sometida por las armas.
Para Maduro y Raúl Castro los White Walkers, los Caminantes Blancos, moran en el lejano norte, en Washington, y son una fuerza ciega y loca que pudieran conquistar al mundo y sumirlo en una capitalismo decadente y obscuro, desplazando para siempre el brillante y bondadoso futuro socialistas, donde todos seremos iguales, felices y obedientes al mandato del Trono de Hierro, afortunadamente para las casas de Maduro y los Castro, los caminantes blancos se encuentran detrás del muro, y los seguidores del Socialismo del Siglo XXI rezan todos los días porque permanezcan lejos y no se les ocurra venir a conquistarlos pues resistirlos sería fútil.
Pero en Venezuela hay una furiosa lucha por el poder, sabiendo que Maduro tiene sus días contados, los señores del PSUV tienen en espera al joven sucesor Héctor Rodríguez quien por mandato de la línea de sangre, le correspondería ocupar el trono, pero no tiene experiencia, y para muchos lores y jefes socialistas no tiene lo que hace falta para mantenerse en el poder en Venezuela (que para mucho expertos es falta de burdel, habría que hablar con Littlefinger para que le permita una encerrona en uno de sus lenocinios en King’s Landing, aunque en lo personal creo que sufre es, de una pronunciada deficiencia democrática).
Pero está el tosco y despiadado Diosdado Cabello, el hombre del mazo, un espeluznante ser del inframundo del narcotráfico y jefe de todos los colectivos y ejércitos sin amos que pululan ambas costas del Mar estrecho, The narrow sea, amo y señor de los jueces del TSJ, del Alto Mando Militar y de los dragones del SEBIN, nadie lo quiere por abusador y antipático, es una mezcla del joven y repugnante rey Joffrey con ínfulas de Khal Drogo pero cuando las cosas se ponen difíciles, me han dicho, que es el retrato de Theon Grayjoy una vez emasculado por los Boltons.
Diosdado es el hombre fuerte en el westeros caribeño, y como se siente inseguro fuera del reino, le está torciendo el brazo a Maduro para que lo deje como su heredero y si no lo hace, simplemente tomará el trono a la fuerza.
Diosdado es un elemento peligroso en la ecuación de poder del reino, no está ubicado en ninguno de los bandos con claridad, no aparece en la línea de sucesión al trono, no es persona de confianza de los asesinos castristas, tampoco es figura de importancia en la cúpula militar, no es un político en el sentido profesional, no se ha dedicado a cultivar su imagen ni como candidato ni promocionado una idea de gobierno, pero es un sobreviviente nato, sin escrúpulos y pareciera estar en todos lados; últimamente ha acaparado un gran poder dentro de las armas del reino, controla a los dragones, los magistrados y los ejércitos, pareciera estar un poco desequilibrado mentalmente, no soporta bien la presión, y en los actuales momentos debe estar sintiendo que es acosado por todos lados, ya que es buscado por los Vigilantes Nocturnos, los custodios del muro y los caminantes blancos claman su nombre en las noches gélidas.
A este personaje no le gusta que lo dejen solo y menos sin jugar una posición relevante, pero tampoco quiere el trono, al menos, que sea absolutamente necesario, prefiere jugar tras bambalinas, donde no se note su maléfica presencia
Las mujeres juegan un rol fundamental en estas historias, nuestra Cercei no es otra que la malvada Cilia Flores, poderosa, multimillonaria, con un enorme clan familiar a quienes mantiene en la corte con ella, o presos, por los Vigilantes Nocturnos, the night’s watch, por narcotraficantes, no tiene herederos para el trono e igual que Maduro, lo que quiere es irse, pero el rey del norte, en Cuba, no los deja hasta ver consolidado su dominio sobre Venezuela, y Diosdado Cabello no es hombre de confianza del Rey Castro, todo indica que el invierno en Venezuela va a ser complicado, porque el invierno ya llegó.
Nuestra Dayneris Targaryen (Khaleesi) no es otra que María Corina Machado, pero sin dragones, los dragones los tiene Diosdado, y ella quiere sentarse en el trono de hierro y para ello ha recorrido a todo westeros buscando apoyo, pero la gente la ve como una extraña y su ejército de inmortales es todavía inferior a los ejércitos de los siete reinos, pero insiste, y en nuestra historia quiere que los caminantes blancos acudan en su ayuda para que se coman a los ejércitos de Maduro y Diosdado.
La labor de nuestra Kasleesi ha sido titánica, convenciendo a los pueblos, liberándolos, ofreciéndoles esperanza, su labor, al igual que la Khaleesi de la serie televisiva, empezó desde cero, todo lo el aval político que tiene se lo ha ganado solita, nadie se lo regaló ni se montó sobre los hombros de otros, si tuviera un dragón estaría combatiendo a Diosdado sin tregua y habría expulsado a los cubanos de westeros, es uno de mis personajes favoritos.
Y aquí debo hacer una digresión para contarles que tengo una amiga que es experta en Games of Thrones, se sabe la vida de todo el mundo tanto en la serie como en los libros de George R. Martin, ella me ayudó a ir completando las similitudes por medio de un árbol genealógico de los personajes que hizo de memoria, y cuando llegó el momento de asignarle un parecido a Taryion Lennister (el enano) y después de mucho pensarlo le dije que para mí era Zapatero (el oportunista negociador socialista español), simplemente agarró una bronca conmigo (una arrechera, sería el termino más ajustado), yo no sabía (y creo que ella tampoco) que estaba profundamente enamorada del galante y muy inteligente enano de la serie televisiva, simplemente al día de hoy no contesta a mis llamadas.
Robert Baratheon es sin dudas Chávez, el rey que se la pasaba con mujeres, bebiendo, cazando y destruyendo la democracia, víctima de un accidente muere en Cuba, pero todo el mundo sospecha que allí estuvo metida la mano peluda del rey Castro para poner al bastardo de Maduro, entre cuyos ayudantes estaba el eunuco Varys que no es otro que el constitucionalista, buen diente y elegancia a lo Saville Road, nuestro voluminoso Hermán Escarrá, un gran estratega que nadie escucha.
La bruja que le sacrifica la hija a Stanis Bartheon es nada menos que Iris Valera, me perdone la bella hechicera Melisandre de Asshai, la sacerdotisa del Dios del Fuego, pero es ella, tropicalizada y luego de intentar atravesar la autopista regional del centro a las diez de la noche en pleno racionamiento eléctrico, lo que sucede es que Iris es mucho más violenta, menos agraciada y soez que su contraparte, que entre sus buenas acciones se encuentra la de resucitar a Jon Snow.
¿Y quién es Jon Snow? se estará preguntando mi público lector, pues en nuestra saga no es otro que nuestro líder incidental Juan Guaidó, el peor comandante de los ejércitos que hayan visto al sur de Winterfell, nuestro propio Barack Obama, el hombre de las marchas y movilizaciones, el mismo de, primero es el cese de la usurpación y luego elecciones… O será al revés, ¿Primero las elecciones y después el cese de la usurpación?
Nuestro admirado Juan, el del porte real y familia de oro, es un hombre joven que prácticamente apareció de la nada, muy pocas personas saben en realidad quien es, todo lo que dice y elabora está cuidadosamente decantado por un consejo de expertos, pero el pueblo enloquece por él, le siguen, tiene credibilidad y aunque le han enredado el discurso un par de veces, le gusta el baño de popularidad repentina que ha recibido, al punto que no hace sino convocar manifestaciones donde cuenta de sus apoyos de otros reinos y su sueño de una Venezuela socialista, igualitaria regida por una mandatario magnánimo y generoso con su pueblo.
El asunto es que fue un buen ejercicio estar llenando roles y casillas, me divertí un mundo y les recomiendo que lo hagan como u ejercicio de higiene mental, no importa si son o no chavistas, si les gusta la serie de Juego de Tronos nuestra saga nacional tiene personajes que pueden llenar álbumes enteros de protagonistas que calzan como en un molde.
Contamos con cientos de Hodors que han ocupado cargos de ministros, de videntes con los tres ojos del cuervo que son embajadores del Socialismo del Siglo XXI y no cesan de tener visiones de la Venezuela utópica donde todos somos felices sin comida ni medicina, sin luz ni agua pero con patria, empresarios como Littlefingers que venden plantas termoeléctricas inservibles como si fueran nuevas, sabuesos como Sandor Clegane se multiplican por miles, tenemos bastardos, incestuosos, locos, bisexuales, fanáticos religiosos, castrati, videntes, brujos, enanos, zombis, asesinos, generales (de estos, tenemos para regalar)… ustedes ni se imaginan con quienes de la serie hice pareja a los hermanitos Rodríguez, vamos, inténtelo, se divertirá un mundo.   -   saulgodoy@gmail.com








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