Hay un movimiento a nivel mundial, principalmente en universidades y firmas de
consultoría que afirman que Todo es Negociable, de hecho hubo un libro con ese
título, los grandes empresarios, diplomáticos, políticos, relacionistas
públicos, vendedores, predicadores, son no solo los grandes artistas de las
transacciones, viven de ello, y son exitosos porque logran sus objetivos, y
muchos se atreven a afirmar, que la actividad negociadora es constante, a todo
nivel, a cualquier edad y bajo toda circunstancia, de hecho hay libros de
negociación que implican que toda relación humana se basa en una constante
negociación, por reconocimiento, por afecto, por simplemente tener la razón,
por poder, dinero, estatus… no en balde los libros de negociación son
estudiados en escuelas de gerencia, y el público los encuentra en la sección de
auto-ayuda.
El
mismo Presidente Trump escribió un libro sobre el tema equiparándolo con un
arte, y de los textos que conforman mi biblioteca, una buena parte de ellos
estudian al detalle cada situación, protagonistas y temas a negociar, hay
autores que reparan en reacciones biológicas ante el stress de una negociación
(sudor, movimientos de los ojos, rictus faciales, tonos de voz, respiración,
etc.), de bloqueos psicológicos, de señales no verbales que indican dudas o
asertos, de pistas discursivas que descubren intenciones, al punto que muchas
de estas técnicas se utilizan entre los expertos en juegos, sobre todo de
cartas, en lo que llaman “bluf” que
es una técnica del engaño para que el contrario tome la decisión equivocada y
lograr el triunfo.
Han
tratado por mucho tiempo de hacer de la negociación una ciencia y hemos llegado
a tener que escuchar que la política no es sino negociación, este proceso de
reducción del concepto de lo político ha logrado que los vendedores de la
técnicas de negociación obtengan posiciones de importancia en conflictos y
situaciones donde se juega con la vida humana, como sería el caso de los
negociantes de rehenes con los cuerpos policiales.
En
realidad lo que se ha tratado de hacer es reducir a un mínimo la incertidumbre
en un proceso de negociación, que implica un constante cambio de posiciones y
exigencias, un tira y encoge en expectativas y posibilidades entre las partes
hasta llegar a un acuerdo que supuestamente sea satisfactoria para todos, o en
su defecto, que se rompa la negociación.
Hay
incluso una especialidad académica que se llama técnicas de resolución de conflictos,
de la cual se han hecho famosos los países nórdicos y donde tratan de crear
situaciones que favorezcan un diálogo entre partes enfrentadas en la búsqueda
de soluciones, tomando en cuenta que una gran parte de los conflictos son
creados por la falta de comunicación o interpretaciones erróneas de unas
comunicaciones impropias, para ello, se reúnen en lugares donde las condiciones
son controladas, donde existe una intermediación profesional, en la esperanza
de ir despejando malos entendidos, eliminar “el ruido” del proceso, y crear las
condiciones adecuadas para que el diálogo sea constructivo, es decir, sumando
condiciones para una solución del problema entre las partes.
Este
tipo de conocimiento e intermediación es utilizado desde la negociación de divorcios,
pasando por los tribunales de arbitraje para los conflictos entre las empresas
y llegando a las conversaciones de paz entre países en guerra.
Si
bien es cierto que la ciencia y el arte de la negociación han avanzado
enormemente, no menos cierto es que todavía buena parte de sus resultados se
encuentran en el azar, en imponderables, que son de difícil control en una
negociación empezando porque ni siquiera se saben que gravitan sobre el
problema, aún con este hándicap, una buena parte de las negociaciones en las que
una persona se embarca en su actividad diaria, son resueltos de manera
positiva, los verdaderos problemas se encuentras en los casos de las
negociaciones “duras”.
Dos
son los ingredientes fundamentales de una negociación, el carácter de las
partes y como se presentan en la negociación, y el tema a negociar; la
intermediación es un elemento accidental que puede o no estar presente, pero
que los vendedores de las negociaciones (para quienes no se hayan percatado,
las intermediaciones en las negociaciones son un negocio como cualquier otro,
tienen un costo, reciben fondos de algún lado para mantenerse) lo presentan
como vital e importante.
Los
profesionales de la intermediación en negociaciones se venden como imparciales,
estar en el justo medio para no influir sobre las resultas de la negociación es
vital para el negocio ¿Es eso posible? Los intermediarios alegan que sí.
Las condiciones de minusvalía
para la negociación.
Dicho
todo esto voy a lo que me interesa, los venezolanos estamos divididos en un
asunto bastante discutido en los medios de comunicación, o en el pequeño foro
público que la dictadura nos permite por medio de las redes sociales puesto que
por medio de la censura nos ha limitado nuestro derecho a la libre expresión,
fundamental para poder negociar asuntos de carácter público, y limitando
severamente nuestro derecho a estar informados de manera oportuna y abierta de
todas las gestiones del estado para con el país.
Ya
con esto, empezamos a cojear en nuestro mundo transaccional, la dictadura,
negándonos información y amordazando nuestro derecho a discutir los asuntos del
país, pretende negociar con nuestros supuestos representantes de la oposición
democrática, que son todos esos partidos políticos socialistas que les encanta
negociar a nuestras espaldas y en secreto con los usurpadores, maneras y vías
de hacerse con “espacios” y parcelas de poder que para sus limitados mundos son
importantes, dejando en un segundo término los intereses reales del país, lo
que compete al bienestar común del gran colectivo nacional.
Pero enfoquemos nuestra atención en nuestra
contraparte, en el chavismo, ¿Qué es el chavismo? ¿Es una fuerza política? Hay
registros en el organismo electoral que dicen que sí, que hay una estructura y
una nómina, que tiene reglamentos, objetivos, seguidores y que ha ganado
elecciones, y aparentemente, hay venezolanos que son capaces de volver a votar
por ellos para que sean gobierno de nuevo, ¿Eso es suficiente para hacerlos un
partido político?
Yo
opino que no, no son un partido político porque incumplen con la constitución,
no son demócratas, no respetan las instituciones, son enemigos de la libertad,
no creen en la propiedad privada, se han apoderado de todo el aparato del
estado para hacer su voluntad, no respetan la separación de poderes, dominan
sobre las decisiones judiciales, las del poder moral, han desconocido al poder
legislativo legítimo que ha nombrado el pueblo y en su lugar han creado un
cuerpo extraño, una constituyente a lo cubano, que pretende sustituir a la
verdadera Asamblea Nacional, tienen como presidente a una persona de origen
extranjero, con documentación falsa, que ha cometido delito de perjurio, que se
le sigue juicio por corrupción, que es investigado como narcotraficante.
No
son un partido político porque hacen fraudes electorales, tienen los registros
electorales manipulados, se mantienen en el poder a fuerza de las bayonetas,
manejan a las Fuerzas Armadas como su fuera su ejército privado, son violadores
de derechos humanos, mantienen en la cárcel a presos políticos, todos
opositores al régimen a quienes torturan, asesinan y mantienen secuestrados sin
darles el derecho a un debido proceso, no son un partido político porque están
agavillados para robar y fomentar la corrupción, mantienen a sus seguidores a
fuerza de clientelismo político, otorgándoles beneficios ilegales, obligando a
las personas sin recursos a depender de ellos a cambio de sus votos por medio
de chantajes y prebendas, obligándolos a portar un carnet que los afilia a su
partido a cambio de alimentos y becas de dinero.
No
son un partido político porque han cerrado medios de comunicación, obligado a
sus dueños a vender bajo coacción y a comprarlos ellos para manipular las
noticias, han cambiado los currículos educativos para fomentar la
ideologización comunista, la desinformación y el odio entre las clases, mantienen
a una fuerzas de choque llamadas colectivos, con quienes atacan a la población
civil disidente, utilizan a la Guardia Nacional como herramienta de terror y
cuentan con policías especializadas como escuadrones de la muerte con las que
atacan y exterminan a grupos sociales
que les son incómodos, mantienen centros de tortura y confinamiento a personas
que secuestran de sus hogares y trabajos, atacan a la prensa internacional,
rompen relaciones con países que les reclaman sus acciones y se separan de las
organizaciones internacionales que no los aplauden.
Pero
lo más importante, no son un partido político porque dependen y están bajo las
órdenes de un país extranjero, que es Cuba, porque son una organización fachada
para grupos terroristas como el Hamas y Hezbolá, son manejados y financiados
por el Cartel de Sinaloa, una peligrosa organización de narcotraficantes
mexicana, son socios de las FARC y del ELN, organizaciones subversivas
colombianas, son apoyados por el Foro de Sao Paulo, pertenecen como miembros
del Comunismo Internacional y de las diversas organizaciones socialistas
internacionales con lo que reciben apoyo político y soporte en diversos foros
internacionales para proteger su existencia.
Son
socios cercanos de Rusia y China de quienes reciben financiamiento y armas, son
socios principales en escándalos de corrupción como los de la empresa brasileña
Odebrech, financian de manera secreta elecciones en países de la región para
favorecer su ideología, son parte activa del lavado de dinero proveniente de
actividades ilícitas en el mundo sobre todo en Europa y los EEUU, desde que
llegó el chavismo al poder se ha convertido en un depredador ambiental,
propinándole graves daños a los parques nacionales del país, destruyendo las
selvas de la amazonia, contaminando el mar con basura tóxica y desertificando
las principales cuencas productoras de aguas; protegen los envíos de drogas,
contrabando, trata de blancas, minerales estratégicos, oro sangriento, a países
de la región, utilizan su flota petrolera para envíos de ese contrabando y de
combustible para Cuba.
El escenario de la supuesta
negociación.
Lo
que he descrito en estas breves líneas es apenas la punta del iceberg de una
organización criminal que se hizo gobierno en Venezuela durante veinte años, y
ahora, necesita mantener ese reconocimiento internacional como fuerza política
para mantener representaciones diplomáticas, embajadas y vínculos de negocios
con los países del orbe, necesita de los pasaportes y otros documentos de
identidad venezolanos para ocultar la identidad de hombres y mujeres peligrosos
buscados por las policías internacionales.
Es
principalmente el producto de una labor de inteligencia a nivel mundial de los
enemigos de occidente, principalmente de los enemigos de los EEUU, a quienes
tienen como objetivo final si logran consolidar una base de operaciones tan
cerca de sus fronteras, su misión es debilitar la democracia en el mundo y
destruir la libertad donde esta se encuentre y florezca.
El
chavismo ha propiciado mesas de negociación anteriormente con resultados
negativos, han engañado a sus promotores y facilitadores como ha sido el
Vaticano y el gobierno de República Dominicana, ha dejado en ridículo a quienes
acudieron a las negociaciones, y lo han hecho pues la dictadura se sentía
fuerte y sobrada, utilizaron las negociaciones para debilitar a la
representación de la oposición política venezolana.
Vuelven
a caer en el mismo error, esta vez con el gobierno de Noruega como facilitador,
y Juan Guaidó y su jefe Leopoldo López como promotores, pero veamos, ¿Cuál es
el tema a negociar? Esto es importante, Venezuela no es un país en guerra, no
hay conflicto armado, si hay un genocidio y si hay una dictadura feroz que
quiere imponer su voluntad por medio de las armas, y que ha provocado la más
grande y masiva emigración vista en Latinoamérica, desestabilizando a buena
parte de la región. Para quienes no lo quieran ver el tema es legitimar al
crimen internacional como una organización política, darle beligerancia y un
puesto dentro del concierto de organizaciones internacionales.
El
otro problema es quien representa a quien esa mesa de negociación, ¿Esos
elegidos por la oposición venezolana nos representa a todos? ¿Los chavistas
negocian en nombre de los carteles, de Cuba y de los terroristas?
Los
partidos políticos venezolanos ven solamente las ventajas inmediatas de acceder
finalmente a una parte del poder político en el país, cogobernando con el
chavismo, concurriendo a unas elecciones con una organización criminal, pero
están obviando los escenarios a mediano y largo plazo que sería el retorno del
chavismo con más fuerza y repotenciado, pues seguirían con la labor de ir
tomando el país hasta obtener su control definitivo (lo que le ocurrió a
Nicaragua con Ortega).
La
comunidad internacional obtendría un beneficio igualmente efímero y produciría
un rasgadura en el tejido institucional de sus organizaciones, pues con este
precedente estoy seguro las otras partes del crimen organizado querrán tener
igualmente reconocimiento en los países donde operan, haciendo la lucha en
contra del crimen y del vicio una labor mucho más ardua.
Los
países como Noruega, y los negociadores del mundo quedaría como unos idiotas a
quienes el crimen internacional utilizó para su beneficio, y el problema en
Venezuela y la región seguirían igual o peor, la pregunta obligada ¿Por qué un
país diezmado y del tercer mundo, tendría que aceptar como única opción de los
países occidentales, que se convierta en un país inviable, en manos del crimen
organizado? ¿No contradice todo el esfuerzo de reconstrucción de naciones para
la democracia incluir en los gobiernos de países fallidos a representantes de
actividades criminales?
Con
mi posición no niego estas herramientas puedan ser de utilidad en un conflicto,
todo lo contrario, han demostrado ser positivas (aunque no en todos los casos),
siempre y cuando el tema de la negociación sea claro y posible de alcanzar para
las partes y que la comunidad internacional no vaya a quedar afectada en su
seguridad con las resultas, y que el tema a tratar sea diáfano, perfectamente
limitado y mesurable en su progreso, pero hago la advertencia que puede ser mal
usado y empeorar una situación de conflicto
Quienes
salimos perdiendo en este obtuso intento de negociar con Cuba y el chavismo,
son los EEUU y Venezuela que serán los que más tengan que perder, y al final
toda Latinoamérica, que quedarán servidas en la mesa para el placer del
comunismo internacional (totalitarismo); el problema venezolano no se soluciona
con negociaciones, el chavismo debe ser derrotado militar y policialmente, sus
miembros confinados y sometidos a procesos judiciales, sus factores eliminados
del país de manera metódica y a la fuerza, esa es mi opinión.
Por
todas estas consideraciones me opongo rotundamente a esta iniciativa del
partido Voluntad Popular de entregarnos como víctimas propiciatorias al
castrocomunismo. No todo es negociable y una de esas cosas es la vida misma -
saulgodoy@gmail.com
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