viernes, 11 de julio de 2025

El dominio social como objetivo político

 



Durante sus investigaciones sociológicas Max Weber (1864-1920), llegó a lo más profundo de la política de su tiempo, y entendió que lo que buscaban los nuevos movimientos de masas con sus herramientas de racionalización. burocratización, manipulación, cálculo, competencia, consentimiento, era la administración total de la sociedad, todas las ideologías que acompañaban a estas revoluciones y formas de gobierno, aún las más utópicas, estaban condenadas a transitar una vía de sistematizaciones y procedimientos que, una vez que empiezan a regular las actividades de la comunidad, les era muy difícil trazar límites al poder.

Weber vivió en tiempos de cambios sustanciales y profundos, la filósofa Susan B Moss, en su obra Origen de la Dialéctica Negativa, nos recuerda a manera de ejemplo, aquellos inicios del siglo XX en Europa:

¨El imperio austro-húngaro se había derrumbado en 1918, y Viena en la década de los años veinte continuaba mostrando las anomalías del imperio fenecido. Barrocas reliquias del pasado feudal coexistían con fragmentos de modernidad. La burguesía, que incluía a muchos judíos, no había desplazado a la aristocracia. Aunque la estructura económica de Austria era capitalista, la predisposición feudal por la tierra más que por la inversión subsistía, y el prestigio social de los títulos nobiliarios aún era considerable. En Viena, el disfraz del fausto encubría una realidad más sombría¨.

Cuando Weber se retira de su prolífica actividad académica, sus sucesores más comprometidos fueron los profesores de la llamada Escuela de Francfort, entre ellos Adorno, Marcuse y Horkheimer quienes se dieron a la tarea de llevar esa crítica a niveles rigurosos utilizando el pensamiento de Hegel y Marx, y posteriormente el de Freud, esta crítica fue denominada como negativa y se convirtió en la más poderosa arma en contra del positivismo y el culto a la racionalidad, con ella se dieron a la tarea de desmontar los ideales de la ilustración y abrir la antesala para los movimientos revolucionarios de la izquierda, entre los que figuró el notable Mayo francés.

Estas críticas a la sociedad y a la cultura les valió una furiosa persecución, tuvo la gran mayoría de estos académicos que huir de Europa y exiliarse en USA, algunos trabajando para organismos de inteligencia militar, universidades, tanques de pensamiento y hasta en Hollywood.

Esta experiencia, de ver, sentir y trabajar dentro de las entrañas del monstruo capitalista alimentó de diversas maneras aquel pensamiento crítico negativo, dando como resultado una enorme desconfianza y pesimismo sobre la manera como el sistema nación-estado embarcado en una administración social con intenciones de progreso y eficiencia, controlaba la vida y el pensamiento de gran parte de las personas en aquel enorme y poderoso país., fue así como se alimentó una furiosa campaña en contra del capitalismo y su ideario liberal.

Como bien lo expresa el filósofo español Adolfo Vasquez Rocca, quien investigó a profundidad el pensamiento crítico, observó que: ¨… a partir del predominio de una racionalidad procedimental a partir de la cual el conocimiento humano no opera según presupuestos jerárquicos-metafísicos (teoría tradicional) sino pragmático-procedimentales (teoría crítica) al interior de las comunidades científicas y de los contextos socioculturales del mundo. Esto significa que todo modo de conocer es interesado y, que sólo conocemos por el interés. Con lo que sienta las bases de la Escuela de la Sospecha¨

Vasquez Rocca en diversos estudios, que abarcan el pensamiento europeo de la postguerra, incluyendo la Escuela de Francfort ,en autores posteriores como Bauman, Han Byung Chul, Sen Amartya, Wa Thiongo Ngugi, para mencionar unos pocos advierte que ,aún los países no occidentales no son inmunes al modelo de  la programación corporativa y militar de occidente, y convierten la vida de sus ciudadanos en una gran e intensa programación de masas , en la que los individuos lo primero que pierden es su libertad y autonomía resultando en sociedades deshumanizadas.

El resultado invariablemente son unas democracias cada vez más tergiversadas y débiles ante el avance totalitario., que es la forma más descarnada del poder y sucede tanto en comunismo como en un sistema liberal y de mercado.

Esta introducción la hago debido a que de manera continua hay una confusión de términos que oscurecen la discusión política y conlleva a errores conceptuales, las personas  tienden a utilizan el termino Teoría Crítica para referirse de manera general a una capacidad de confrontar con argumentos a un planteamiento de orden político, no importa si es de derecha o de izquierda, el asunto principal es someter el tema, cualquier tema, a revisión y escrutinio, una cosa es una actitud crítica y otra es militar en los postulados de la Teoría Crítica tal como fue expresada hace un siglo por la Escuela de Francfort.

Actualmente no es extraño constatar que toda materia que tenga la palabra Teoría o Crítica como designadores principales sea producto del marxismo que, durante todo el siglo XX se ha dedicado a colonizar los principales temas que afectan el acontecer político e impregnarlo de su ideología, de allí que Teoría Social, Teoría de la Arquitectura, Teoría de las comunicaciones, Teoría de los Conflictos, Crítica Cultural, o de Géneros y un largo etcétera de títulos, tengan que ver con la intensión de adoctrinar y cazar adeptos para las ideas comunistas.

La Teoría Crítica, en especial la teoría crítica negativa, es una herramienta ideológica de resistencia al capitalismo llamado tardío, fraguada por el pensamiento marxista hegeliano de la postguerra, y cuya meta es desmontar los argumentos del pensamiento ilustrado y descalificar la razón como medida para la acción.

Si bien el pensamiento detrás de la Teoría Crítica tiene aspectos dignos a ser considerados y puestos a prueba, sobre todo en cuanto a la regimentación social con miras al control absoluto de sus componentes y a disposición del estado, no es del todo cierto que el capitalismo avala y fomenta tal horizonte de eventos, ya que un elemento fundamental de aparato ideológico liberal es justamente la protección de la libertad individual y los derechos de las personas, base fundamental de toda democracia verdadera.

Para políticos sin escrúpulos y personalidades avasallantes, el poder representa una tentación muy grande, basta una mente criminal o una personalidad de carácter débil en una sociedad desarticulada y sin instituciones maduras, para que se combinen los supuestos de un totalitarismo que puede arraigar desde propuestas colectivistas y promesas demagógicas, pasando por revolucionarios y hasta empresarios que prometen el progreso y la eficiencia que les fue arrebatada por los enemigos extranjeros.

La Teoría Crítica nace en Europa bajo la égida de dos monstruosas formas políticas, el nazismo y el fascismo, y que marcaron de manera definitiva ese particular punto de vista, pero al querer aplicarlo a las sociedades capitalistas sus autores olvidaron la gran capacidad de evolución y adaptación de la democracia liberal, sobre todo de sus instituciones, encargadas de corregir y evitar desviaciones tan devastadoras como lo son los totalitarismos, y lo que está sucediendo hoy en USA y en Venezuela, solo por nombrar dos países de muchos, que han caído en la celada mortal de los nuevos populismos, es una vitrina de esos mecanismos de corrección y estabilización en pleno desarrollo.

 

 

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