Ya
sobrepasan los dos meses las barricadas, marchas, campamentos y enfrentamientos
con los cuerpos policiales, represores del derecho a la protesta por parte del gobierno
chavista; ese que, más que un gobierno, es un cartel político de facciones de
la ultraizquierda, crimen organizado y militarismo simiesco, tal gavilla de
intereses ya no respeta ni siquiera la Constitución. Como yo no podría dialogar
con mi verdugo- esos verdugos no
dialogan, sólo cumplen las órdenes dictadas por los hermanos Castro en Cuba -
desde ya les digo que no es dialogo inútil lo que les propongo.
Lo
que ustedes están enfrentando, tan peligrosamente y a costa de sus vidas, no es
cualquier cosa; es la culminación de un proceso de destrucción nacional,
iniciado desde lo más profundo de nuestro sistema democrático, que no empezó
con Chávez, sino con Rómulo Betancourt, quien a pesar su bonhomía estaba tocado
por el demonio de la izquierda en el sentido más helénico posible (el de
entidades divinas que asaltan al hombre y controlan su voluntad); aquel fue el
comienzo de los comunistas “light” que rompieron y tuvieron el valor de
enfrentar la corriente totalitaria del estalinismo en la primera mitad del
siglo XX, pero sin duda, todos nuestros presidentes, hasta la aparición de Chávez,
fueron demócratas, algunos más, algunos menos, pero creían en eso que llaman la
voluntad popular.
Ser
de izquierda, en Latinoamérica, en tiempos de Rómulo, era lo más normal del
mundo, la revolución cubana era reverenciada y apoyada, se presentaba como una
gesta que muchos querían emular; pero los EEUU estaban muy atentos a la
expansión comunista y no lo iban a permitir, y Betancourt, que entendía de
petróleo y economía, que era un hombre sensato y que buscaba el progreso del
país, se la jugó con los gringos. A
partir de ese momento apareció la izquierda “light” latinoamericana, la cual
pudo convivir con Washington, no eran comunistas pero eran socialistas “a la
europea”, civilizados, demócratas, desarrollaron un libre mercado “medio”
regulado, con un estado fuerte y una inclinación al populismo. Nada de qué
preocuparse.
Sucedió
que en esos gobiernos de izquierda “light”, la otra izquierda, la extrema,
tenía su espacio, los socialistas se hacían de la vista gorda al momento de
propiciar ciertos encuentros, se les permitió florecer en las universidades, se
les dejó promover sus ideas y cuando la guerrilla y la subversión se convirtieron
en un problema para la estabilidad democrática, se aplicó el freno; eso a veces
funcionaba, otras veces no.
El
comunismo ruso extendió su área de influencia sobre Cuba, Cuba sembró la lucha
armada en nuestro continente y lo hizo de la única manera en que los gringos no
podían controlarla, en la montaña y con violencia urbana. ¿Qué buscaba la guerrilla?
Imponer la línea dura de izquierda, por medio de la revolución, instaurar la
dictadura del proletariado.
Pero
esos movimientos armados resultaron intragables, aún para los mismos
socialistas, a quienes no les quedó otra opción que combatirlos, sin perder ese
vínculo invisible que los hermanaba, eran hombres y mujeres que luchaban, a su
manera, por la felicidad en la tierra, reivindicando la justicia social; en el
fondo, los unía también su desprecio por el capitalismo.
No
voy abrumarlos con teoría política, pero quiero resumir un punto importante:
tanto la extrema izquierda como la extrema derecha necesitan acabar con las
libertades para lograr sus objetivos, para poder ejercer el poder sobre la
sociedad, imponiendo la tiranía por medio de la violencia.
En
los años sesentas del siglo pasado, el movimiento comunista en Venezuela empezó
a infiltrar nuestras fuerzas armadas, era un secreto a voces dentro de la
institución, pero no se tomó muy en serio la amenaza, los socialistas seguían
aceptando los excesos de la línea dura y, mientras se quedaran en el fondo del
escenario, no importaba.
Pero
el socialismo se hizo viejo y gordo, la corrupción y la abulia convirtieron
esas luchas sociales en pura propaganda electoral, promesas estas que nunca se
concretaban para el beneficio de la gente; los políticos de la democracia se
descuidaron y muy pronto se dieron cuenta de que los extremistas mostraban sus
garras y dientes, y además tenían su propia agenda, primero lo intentaron con
violencia, no les resultó, así que jugaron el juego electoral y ganaron,
gracias a una profunda crisis institucional y de valores.
Llegó
Chávez y empezó a apretar las tuercas del socialismo, se identificó abiertamente
como un agente del castrocomunismo y entregó su gobierno al control gradual de
Fidel Castro, declarando que él era su hijo y Fidel su padre putativo; la deriva
fue total, para cuando Chávez cae gravemente enfermo, ya La Habana tenía su
sucesor en la figura del colombiano Nicolás Maduro.
Pero
algo fundamental había sucedido en el país en los catorce años de los sucesivos
gobiernos de Chávez, la fórmula de gobierno castrista no era viable en un país
como el nuestro, éramos demasiado ricos y desordenados, no hubo manera de meter
por el aro a más de la mitad del país; mal que bien, los gobiernos democráticos
socialistas habían hecho su trabajo al crear una base democrática importante.
Las
recetas económicas y sociales del régimen sólo podían sostenerse “a fuerza de billete”,
allí no había nada más, no había ideología, no había humanismo, ni siquiera
disciplina partidista… los “vivos” y oportunistas, que se arrimaron al PSUV,
eran todos unos buscadores de fortuna fácil, jamás comulgaron con el comunismo,
el único que medio creía en eso era Chávez y murió multimillonario en la Cuba
de sus sueños (les reto a que me prueben lo contrario).
Ya
para cuando llega Maduro al poder, con el tufillo de un fraude electoral, son
los Castros quienes mandan en el país, y eso hace esta lucha estudiantil mucho
más significativa y ardua.
Muchachos,
ustedes están peleando por una nueva independencia de Venezuela, suena
estrambótico y hasta pedante, pero es la pura verdad. Si ustedes confunden esta
lucha por una de reclamos sociales, por reivindicaciones estudiantiles – como
le convendría al Gobierno que fuera - están “meando fuera del perol”.
Los
partidos del stablishment socialista
(la MUD) todavía creen que éste es un problema sólo de los venezolanos, que
esto trata de conversar con Maduro, y ya, por eso pretenden conservar la lucha
política dentro de los límites constitucionales, pero la realidad es que el
enemigo real es una fuerza extranjera, son intereses extraterritoriales los que
estamos enfrentando y con esto quiero decir que está en curso una invasión
militar a nuestro país, promocionada y protegida por factores supuestamente
venezolanos.
La
MUD pareciera que no darse cuenta de quienes están manejando verdaderamente los
hilos del poder en Miraflores; es más, me atrevería a decir, que tienen miedo
de enfrentar la realidad que les expongo y que, como avestruces, prefieren
meter la cabeza en el hoyo de un diálogo imposible, con unos títeres de un
gobierno colonialista y atrasado.
No
se confundan en ese juego de espejos, esto es más complicado que la apariencia
que quieren dar los chavistas de que ellos están en control, y van a tener que
asumirlo tarde o temprano; una vez que ustedes caigan en cuenta de lo que nos
jugamos, entonces el resto de la sociedad civil lo hará… pero mientras no
reconozcan donde están pisando, hay un peligro inmenso de que se pierda lo
logrado.
Ya
el gobierno no disimula el grado de dependencia y sumisión hacia Cuba, cantan
su himno en nuestras escuelas, ondean su bandera en nuestros cuarteles, tienen
a sus agentes mandando en el gobierno; copian su organización social, promueven
sus métodos de control, como la tarjeta de racionamiento, los tienen mandando en nuestras
Fuerzas Armadas, los defienden a capa y espada, llegando hasta a falsificar
nuestra historia para otorgarles un papel importante… simplemente, están
preparando la entrega de nuestro país al gobierno castro comunista (y asociados
al gobierno Chino y Ruso), para cumplir el sueño de Fidel, replicar el modelo
cubano, como un virus, por toda Latinoamérica, y la contaminación de Venezuela es
la fase más importante de ese nefasto plan.
Los
cubanos están manejando el país para su provecho; Maduro y Diosdado son
factores de los hermanos Castro, los caporales de la hacienda, y nos están
explotando a todos como esclavos ¿Es tan difícil darse cuenta? Ya vienen los aumentos de los impuestos,
están utilizando la falta de alimentos como control social, al igual que los
cortes programados de agua, de luz, de gasolina, de gas doméstico… Una buena
parte de las fuerzas de represión a las que se enfrentan diariamente son
conformadas por mercenarios extranjeros, por soldados de otros países, en cuyo ánimo
está el afán de exterminarlos de manera selectiva, para sembrar el terror.
Mis
queridos estudiantes, ustedes son la vanguardia de un vasto movimiento
independentista, probablemente de una lucha
de mayores alcances, necesaria para rescatar nuestra patria; no hay nada que
dialogar con los invasores, se tienen que ir y todo el gobierno
colaboracionista con ellos. Sé que ustedes son verdaderos hijos de Páez, de
Sucre, de Rivas, de Vargas… sé lo que corre por sus venas y no es poca cosa… El futuro está en sus manos y el reto es
inmenso y hermoso ¡Viva una Venezuela libre y de los venezolanos! –
saulgodoy@gmail.com
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