¿Qué
es lo que quieren los chavistas con la mayoría del pueblo que le es adverso?
¿Quieren esclavizarlo? ¿Sumirlo en una especie de servidumbre mansa que sólo
obedezca a sus designios? ¿Quieren
exterminarlo? Lo pregunto porque es
extraño que unos supuestos revolucionarios socialistas, cuyo discurso insiste
en que buscan liberarnos, se empeñen precisamente en ponernos cadenas. Está probado que sólo los pueblos dispuestos a
la lucha por su propio destino son los que sobreviven en la historia, el resto es
dominado y si acepta calladamente su disolución, finalmente desparecen.
Sabemos
que este régimen totalitario se caracteriza por su reiterada práctica de
glorificar la lucha armada, por ensalzar a sus combatientes, recordar las
fechas violentas, donde hubo derramamiento de sangre, conmemora asonadas, enaltece
a guerrilleros famosos, a personeros que sacrificaron sus vidas en el combate
con armas, ellos mismos se autocalifican como revolucionarios pacíficos, pero
armados. Se trata de una secta que rinde
culto a la muerte y al crimen en aras de un diabólico sentimiento de amor.
En
estos momentos y bajo las características de nuestro contendor, lo menos que
necesitamos son seguidores de Gandhi, o caballeros impolutos que mueren con el
honor democrático intacto, o pacifistas a ultranza, que desatienden sus deberes
como líderes en una patria invadida y en conflicto; ellos que se aparten, que
se vayan a sus casas a rezar y no ofrezcan el triste espectáculo de la
humillación, de aprovecharse del esfuerzo de los otros, de querer que todo el
mundo espere a que ellos estén listos, tenemos a un enemigo que sólo entiende
la “rendición total”, y debemos hablarle y actuar en el mismo tenor con “la
resistencia hasta el último de nosotros”, no hay otra.
Todos
los venezolanos sabemos quién es el enemigo, quién nos insulta, nos patea y nos
dispara; todos sabemos quiénes nos quieren ver de rodillas, suplicándoles la
libertad, como si fuera limosna, que no se metan con nuestras familias; a la
violencia hay que responderle con violencia, como hicieron todos los grandes
libertadores, como el Gran Madiba.
Nelson
Mandela explica, en su autobiografía, que cuando un gobierno injusto atropella
a sus ciudadanos, la lucha armada es siempre una opción. “Sebatana ha se bokwe ka diatla”
(No puede uno
enfrentarse
a una bestia salvaje con las manos desnudas), fue su argumento cuando propuso
la lucha armada ante la directiva del CNA de Suráfrica, en 1961; para Mandela
era inmoral y constituía un grave error, por parte de sus líderes naturales, someter
a un pueblo al ataque armado del Estado sin ofrecerle alternativa, y sabía que
la no violencia era una táctica que debía ser abandonada una vez que perdiera
su eficacia.
Los militares venezolanos están equivocados,
si creen que la elección de atacar al pueblo desarmado es la correcta, ningún
régimen militar puede sobrevivir sin la población civil, y mucho menos si
tienen que destruirla, al menos que la esclavicen, como hizo el régimen norcoreano
o la Rusia estalinista; y si ese es el plan, someter a sangre y fuego a la
población, pues el juego apenas comienza y van a tener que ahogarse en sangre,
ya que el pueblo libre de Venezuela no se va a dejar conducir a las cadenas sin
dar la pelea.
Somos treinta millones de venezolanos,
supongamos que un millón estén de acuerdo en ese tenebroso propósito, de ese
millón hay unos 50.000 en armas, más los milicianos cubanos y los escuadrones
de la muerte de Maduro, supongamos que lleguemos a los 100.000 hombres en armas
¿Qué posibilidades creen tener de alcanzar una victoria militar?
Si fueran personas razonables, se darían
cuenta de que están frente a un imposible; muchos de sus comandantes y jefes creen
que, con el uso del terror pueden someter al país, parecieran no darse cuenta
que cada humillación, cada muchacho torturado, cada secuestro que realizan lo
que hace es encender la sed de venganza, del desquite, y repito, ningún
ejercito se puede declarar vencedor en medio de un enemigo que solo espera
revancha.
Enfrentar a veinte millones de
ciudadanos (he restado 9 millones entre ancianos, niños, discapacitados,
pacifistas, cobardes y colaboracionistas) luchando por sus vidas es un
exabrupto; ni utilizando todo el poder de fuego que tienen podrán parar la
marea humana que podría enfrentarlos; las armas las tienen ustedes, por ahora,
simplemente el pueblo saldrá a la calle y se las quitará de las manos y
entonces estarán en problemas, ¿No me creen? Sigan jugando con candela y
sembrando el sentimiento de odio y venganza entre los venezolanos, sigan
provocando.
El
chavismo ha logrado activar esa manera oscura de hacer patria, hurgando en los
sótanos del alma colectiva del venezolano y despertando esas bajas pasiones y
vicios que, por mucho tiempo, nos caracterizaron, lo peor de esta tragicomedia
es que los chavistas están luchando por una causa perdida, ese socialismo del
siglo XXI, ese Plan de la Patria no sirven para nada, hasta la misma Cuba esta
clamando por el regreso del capital para poder sobrevivir. Pero nada de eso parece realmente importar, y
para ponerlo en justa perspectiva diremos como Alexander
Solyenitsin: “Debemos reconocer que el
mundo actual se rige por el poder y no por la ley”.
Fíjense
ustedes en esa parte de nuestra sociedad que llamamos “delincuencia”, se trata
de un grupo de venezolanos con el alma torcida, como la de ustedes, que actúan
con una violencia y crueldad que los hace dignos descendientes de nuestros
indios Caribe más sanguinarios, de las huestes de Bóves, al que gustaba freír
las cabezas de sus enemigos en marmitas, de golpistas que entraban al Congreso
para asesinar a mansalva a los
representantes del pueblo, ¿Se sienten orgullosos de ese parentesco?
Son
las mismas cepas de comportamiento desviado que reaparecen ahora en la Guardia
Nacional y la Policía Nacional Bolivariana, que permiten que criminales
torturen y golpeen a los jóvenes estudiantes, mientras ellos, los cuerpos de
seguridad del estado, los cuidan, para que nadie los interrumpa en su labor de
terror ¿Creen ustedes que nuestro pueblo va a seguir aceptando esta situación
sin hacer nada?
La
labor del chavismo es retrotraernos a un estado natural, a la ley de la selva,
despojarnos de todo rastro de civilización; por ello es que tenemos a un
Capitán Diosdado Cabello manejando su neurastenia y rencor, como si fuera un
poseso desde la Asamblea Nacional, por eso tenemos a un Rodríguez Torres al
frente de los servicios de inteligencia, para planificar y coadyuvar con los
cubanos y los escuadrones de la muerte el asesinato de jóvenes venezolanos, que
son estudiantes, no terroristas, que son patriotas verdaderos, no vendidos a
los hermanos Castro.
Afortunadamente
o desafortunadamente, aún los venezolanos tenemos al salvaje a flor de piel, el
comportamiento de nuestro pueblo, durante estos dos meses de barricadas y
resistencia valiente, ha estado en un proceso de aprendizaje intenso en
guerrilla urbana, pero de un autocontrol encomiable; a pesar del hostigamiento
y el ataque, los que protestamos nos hemos comportado como verdaderos mártires
cristianos, los estudiantes han preferido poner ellos los muertos y los
torturados, a tomar acciones agresivas e irse a un contraataque, por los
momentos hemos puesto a raya al Caribe que todos tenemos adentro, y eso porque
hemos recibido una educación y venimos de buenas familias.
El
gobierno inconstitucional del paisa Maduro, insiste en vernos el hueso ¿Hasta
dónde puede el país aguantar sin llegar a una ofensiva general? El asunto es
que el pueblo está aprendiendo de manera acelerada en esta guerra asimétrica,
ya hay repliegues tácticos por parte de la GNB, ya pierden unidades blindadas,
ya hay armas en el lado de los ciudadanos, ya existen comandos urbanos de vecinos,
de urbanizaciones y barrios actuando en la calle de manera conjunta, muchachos
y jovencitas de todas las clases sociales están “guerreando” todos los días en
la calle y el país entero se está levantando ¿Qué va a pasar cuando aprenda
hacerlo simultánea y coordinadamente?… además ¿Están todos los componentes de
nuestras FFAA involucrados en este acto de traición a la patria? en cualquier
momento algunos comandantes de tropas van a comprender el terrible error de
estar hostigando al pueblo de Venezuela en nombre de unos extranjeros, si
fueran venezolanos esos francotirador detrás de los fusiles Dragonov cambiarían
de blanco asqueados de apuntar a sus propios hermanos ¿Qué puede pasar cuando un
país Caribe se levanta en guerra? Mi
esperanza, es no saberlo nunca. – saulgodoy@gmail.com
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