No
hubo dialogo fue un debate y lo ganaron los representantes de los partidos
políticos de la oposición, fue bueno para la causa opositora, que se vio
organizada y muy segura de sus argumentos, y malo para el gobierno, que se
mostró disperso y abusivo.
¿Resultados?
Un buen impacto en la opinión pública; la oposición salió fortalecida en sus
planteamientos, los representantes de la MUD hicieron en el debate lo que saben
hacer, argumentar, y lo hicieron bien; algunos de estos voceros, en su afán de
venderse como salvadores de la situación, han tratado de minimizar la labor de
calle de los estudiantes y la sociedad, criticando como ineficientes las
güarimbas (son barricadas), se olvidan que éstas fueron parte fundamental del
desbordamiento de la violencia oficial y la vitrina de horrores de los grupos
paramilitares a las ordenes de Maduro: la evidencia más notoria de la
naturaleza criminal del régimen.
Los
partidos políticos de la MUD se movieron para capitalizar un triunfo mediático,
a costa de los líderes de “La Salida”, quienes no se prestaron para figurar en
este evento en la creencia de que, así, se le daría un respiro al gobierno,
alargando su agonía, cosa que, creo, fue así.
Para
terceros países y organismos multilaterales, que tenían preparadas medidas de
presión, sanciones, pronunciamientos contra el gobierno, pusieron las mismas en
espera hasta ver a dónde conduce este esfuerzo para el dialogo.
Con
este show se ha creado la ilusión de que nuestros problemas pudieran solucionarse
dando tiempo para que estas conversaciones de paz logren resultados, el
gobierno de Maduro a los ojos del mundo pasó por un gobierno democrático, con
diferencias de puntos de vistas pero que se sienta con la oposición a
conversar, los partidos de oposición “sin querer queriendo” avalaron a un
régimen terrorista e ilegitimo, el tema de la injerencia de Cuba fue obviado, las
descarnadas violaciones de derechos humanos en contra de jóvenes pasó a un
segundo plano, haberse sentado en la guarida del león y salir ilesos habla bien
del león.
Aunque
fue un duro golpe para el gobierno, deslucido en la exposición de ideas, éste
logró lo que tanto necesitaba, ganar tiempo, meter a los partidos de oposición
en el laberinto del dialogo sin resultados, en el cual son expertos, mientras
continúan posicionándose en el poder real, con las armas, el abuso y la
violencia.
Han
logrado abrir un nuevo flanco de distracción a los venezolanos, para evitar que
se ocupen de las graves dificultades de vida que diariamente enfrentamos, obligándolos
a permanecer pendientes de este dialogo por capítulos semanales, en cadena
nacional, intentando que sea la misma oposición la que haga el papel de los
payasos en el circo, distrayendo a la audiencia mientras se preparan los
verdaderos actos en el programa.
El
diálogo ha legitimado a UNASUR en su papel de mediador de buena fe, cuando
todos sabemos que no lo son, y han enredado a la Iglesia en una nueva
estrategia de darle largas a la solución de los problemas.
Los
partidos políticos de la oposición están tratando de anular la importancia y el
liderazgo de María Corina, Ledezma y de Leopoldo López, para ubicarse ellos,
con el esfuerzo de los demás, como los héroes del día; si fuera un show de
talento para debatir, serían unos verdaderos campeones. Algo curioso, tanto el gobierno como algunos
partidos de oposición han coincidido en la necesidad de tener más tiempo, el
gobierno, para que lleguen las exportaciones adquiridas para paliar el
desabastecimiento, la oposición, para aumentar su base electoral, su fuerza
política, con el chavismo descontento.
Lo
peor que pudiera pasar es que la sociedad civil se entregue a la esperanza de
que los partidos políticos de la oposición resuelvan el grave problema de
ingobernabilidad que vive el país, cosa
que claramente es imposible por medio de un debate con una pared, lo que si me
quedó claro es que los partidos de la MUD intentan llegar vivos a las próximas
elecciones.
Este
debate le ha dado un nuevo aliento al liderazgo de los partidos, que se
proclaman como la solución más coherente y seria a nuestra crisis. Lamento diferir, ponerse el manto
constitucional y legalista frente a la bestia salvaje del totalitarismo y el
militarismo no es garantía ninguna de salir con éxito de este trance; el
gobierno sólo entiende un lenguaje, acciones de calle, no hay otra.
Concluyo,
no desvaloro el logro del debate de poner en cadena nacional los bien hilados
argumentos políticos de la oposición, pero esos shows no van a solucionarnos el
problema, estamos tratando con matones de barrio, con desadaptados y enfermos
mentales; poner a nuestros “picos de plata” a decir verdades frente a unas
cámaras, mientras el régimen destripa a nuestros jóvenes e incendia nuestros
poblados y ciudades, no es lo que yo llamaría una solución.
Cerrado
este capítulo, sigamos con lo que sabemos funciona con este gobierno de bandidos,
tomar las calles y volverlos más locos de lo que están. Ya les queda poco
tiempo, no es el momento de tirar la toalla. – saulgodoy@gmail.com
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