Ya
lo he dicho antes, se trata del operador político más importante del país, el
Tony Soprano de la oposición, siempre en segundo plano, pero manejando los
hilos del escenario político de la otra Venezuela que, en realidad, no es tan
otra, porque Borges en un político forjado en todas las malas mañas y virtudes
de la llamada 4ta. República.
Es
el demiurgo de Primero Justicia, un partido joven que ha escalado una posición
de relevancia, tanto en números de adeptos como en posiciones burocráticas
logradas en los procesos electorales; de la camada que personalmente pastoreó
salieron los alcaldes metropolitanos de CCS que más se han destacado; es,
aparentemente, un buen estratega, un mejor captador de recursos y un
organizador nato, posee un buen discurso, pero su imagen de Manuelito de
Mafalda lo mata, parece más bien un despachador de abastos que uno de los
políticos más poderosos del país, y hay que reconocer que ha luchado por
hacerse una imagen, de buen amigo, de padre y esposo, de juez televisivo, de
diputado combativo y víctima, golpeado por la furia simiesca del régimen.
En
su cartera de manejador de artistas cuenta con grandes figuras como Henrique
Capriles, Leopoldo López, Carlos Ocariz, Gerardo Blyde y otros más, ha logrado
alianzas con los partidos más duros del stablishment, se lleva bien con todos
los líderes de la oposición… tratándose de un hombre práctico y con los pies en
la tierra es capaz de lograr negociaciones hasta con el mismo demonio si eso
avanza en sus intereses, que es uno solo, el poder.
Tiene
un pasado socialcristiano, sus conceptos, aunque un poco anticuados en cuanto a
la concepción del estado y el rol de los partidos en la vida democrática, se
mantiene entre los parámetros conservadores para el estándar venezolano, cree
en el estado fuerte, en un estado grande, interventor y benefactor, cree en la
palabra Justicia Social y le gusta coquetear con el populismo, sabe hacer
control de daños y cómo apagar candelas, el caso del diputado Caldera es un buen
ejemplo.
Su
fuerte son las campañas electorales, es allí que se siente como pez en el agua,
tiene una vocación natural para la administración de recursos por objetivos, es
un hombre de resultados, entiende de estadística, de proyecciones, de
prospecciones y sabe cómo manejar los medios a su favor.
Como
buen político, es un excelente relacionista público, conoce qué teclas tocar
para producir los resultados que quiere, sobre todo con grandes financistas y
organizaciones internacionales; su manejo con el chavismo ha sido pragmático,
dejando siempre la puerta abierta para conversaciones, para negociaciones; su mayor
habilidad, hasta el momento, ha sido permitir que otros asuman el papel
protagónico, de símbolo para la oposición, pero siempre manteniendo la batuta
de los acontecimientos y de toda la orquestra bajo su control.
La
creación de la MUD es en mucho su paternidad, fue un complejo proceso de juntar
a un grupo grande de organizaciones políticas, algunas de disimiles tendencias,
con el fin de impulsar una candidatura única para las elecciones contra un
Chávez “tocado” por su mortal enfermedad, los resultados de ese diciembre,
apuntan a una importante victoria de la oposición que nunca pudo cobrar.
Y
he aquí una de sus grandes debilidades, no sabe cómo enfrentar a un enemigo tan
violento y poco convencional como el chavismo; educado bajo los patrones de las
leyes, las instituciones y un estado de derecho, no ha podido figurarse cómo
manejar el informe e informal movimiento de los rojos rojitos.
Pero
detrás de esa fachada de bonhomía se oculta un tipo rudo y sin muchos
escrúpulos al momento que siente que sus intereses son tocados y esto es lo que
sucedió con el surgimiento inesperado de la protesta estudiantil.
Entre
sus declaraciones y las de su entorno he podido entrever que la estrategia que
seguía la MUD con el chavismo era la de ir creciendo y esperar, de acumular el
descontento, de aprovechar el deslave del partido de gobierno, de hacer
proselitismo en las clases populares y esperar el momento de derrumbe del
chavismo, porque se trata de una forma de gobierno inviable, que finalmente se
derrumbaría solita.
Pero
sucedió que Leopoldo López, María Corina Machado y Antonio Ledezma no estaban
de acuerdo con la estrategia de la espera para que el régimen cayera por su
propia entropía, eso podría llevar mucho tiempo y el país no aguantaría la
profundización del Socialismo del Siglo XXI, así que decidieron proponer La
Salida, catalizar el descontento y jugárselas en la calle con la protesta
pacífica.
La
MUD estaba en medio de negociaciones con el chavismo cuando hicieron su
aparición las primeras barricadas de los estudiantes, coincidiendo con La
Salida, y me supongo también que Borges ha debido alegar que tenía bajo control
ese movimiento estudiantil y que era cuestión de días poder dominarlo y bajarle
el tono, pero ocurrió todo lo contrario.
Entrado
el mes de revueltas y protestas, de represión y nerviosismo por parte del
chavismo, Borges decidió reconquistar para la MUD su posición de liderazgo y,
muy hábilmente, se montó sobre esa situación de desorden que provocó el
movimiento estudiantil; así, sin que nadie los nominara como representantes, se
autoproclamaron voceros de la oposición para el diálogo; de hecho, forzaron al
gobierno a entrar en una etapa de dialogo aprovechando presiones
internacionales.
Para
los países extranjeros es fácil ver a la MUD y Borges como la fuerza organizada
de la oposición, ya que cuentan con el candidato más votado de las últimas
elecciones, con el partido de más rápido crecimiento, pueden poner sobre la
mesa un trabajo realizado, los números están a su favor y, quizás, su
intervención en el diálogo justificó que muchos países retrasaran medidas
contra el gobierno hasta ver los resultados, aunque la verdad es que la MUD se
ha descalabrado ante la opinión pública venezolana, el tufillo de
colaboracionismo es intenso, el bajón de popularidad de Henrique Capriles es
notorio, en el asunto del dialogo aflora el oportunismo, no hay apoyo
contundente hacia Leopoldo López, por ahora fuera de circulación, pero lo peor
ha sido el reconocimiento que le han dado a Maduro como presidente legítimo de
Venezuela, una bofetada a la mayoría de nosotros, la verdadera oposición.
Sin
duda, fue una hábil jugada política, que les restó fuerza a los muchachos en la
calle con la impresión general de que la oposición está profundamente dividida.
Las declaraciones de Capriles, que contradecían las acciones de calle de los
estudiantes, la posición de los alcaldes de Primero Justicia en relación con los
problemas urbanos que creaban “las gūarimbas” del movimiento estudiantil, el
arresto ilegal de López y la posición vaga de la MUD en cuanto a su defensa,
que se limitó a simples declaraciones, confirmaron que la unidad no las tenía
todas consigo.
El
régimen aprovechó estas contradicciones para alimentar esa impresión de que la
oposición no estaba unida y, poco a poco, se fue dando cuenta de que le
convenía aliarse con la MUD, a pesar de las resultas del famoso debate
televisivo en cadena nacional y de que no se siente cómodo cediendo a las
condiciones que le exigen, el gobierno decidió bailar pegado con “esa
oposición”.
¿Qué
va a suceder? No lo sé. Si la MUD quiere sobrevivir, el gobierno debe darle
unos buenos huesos para demostrar la utilidad del dialogo; le han arrojado un
salvavidas al gobierno de Maduro, éste es tan necio y arrogante que todavía
intenta poner condiciones en este dialogo entre cronopios… pero sí hay algunos
indicativos de lo que viene en cómo se mueve el viento y, pegando la oreja a la
tierra, podemos suponer varias cosas: Este
gobierno es inviable, está viviendo sus últimos estertores, la situación de
desorden social va a incrementarse, toda el contexto político, social y
económico se va a agravar, la violencia va subir de volumen y la gobernabilidad
ya es una ilusión.
La
presión internacional apenas comienza, los graves señalamientos de violaciones
de derechos humanos, la injerencia de Cuba en nuestros asuntos internos y la pérdida
de la capacidad de pago del país van a poner al régimen en jaque.
Los
estudiantes, estoy seguro, van a pasar a una nueva etapa de acciones y
protagonismo, el costo para ellos ha sido muy alto y la experiencia ganada en
las calles en todo el país ha sido formidable, además, cuentan con el apoyo
popular.
Las
FFAA están a punto de quiebre.
La
MUD no quiere perder el tren de la oportunidad y va a tratar de mantenerse como
mediadora, hasta el último momento; no sé como Borges se la va a jugar, pero no
quisiera estar en sus zapatos, ya han cometido errores graves para su futuro
político, lo malo es que puede llevarse a mucha gente por delante.
Mi
fantasía es que vamos a amanecer un día y encontrarnos que no tenemos gobierno,
que toda la plana mayor del chavismo huyó del país la noche anterior, dejando a
los tontos útiles para que se encarguen de las explicaciones. – saulgodoy@gmail.com
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