Es grave la situación de la libertad de expresión en
Venezuela y se pondrá peor; una vez que se dan inicio a los mecanismos de
opresión como la censura, los procesos judiciales en contra de los periodistas,
la campaña de odio, los atentados y asesinatos, sólo termina cuando se llega al
oprobioso silencio de una dictadura.
El gobierno de Maduro necesita a los periodistas de
rodillas y atemorizados, no puede permitir que el pueblo conozca la verdad
sobre su ineptitud como mandatario, ni los desaciertos y garrafales errores de
su gobierno. Su enorme y poderoso aparato de propaganda, producto de esa
hegemonía comunicacional llevada a cabo con dineros públicos y en contra de
nuestra constitución, está tratando de maquillar su talante antidemocrático y
su complicidad con la corrupción y el crimen.
Hemos llegado a extremos preocupantes en la relación de
las instituciones con el mundo de las mafias organizadas y los hechos de
corrupción, el ejemplo de los militares es patético, en algún momento en el
pasado reciente la mayor parte de nuestros oficiales de las FFAA eran
profesionales comprometidos con el país y de un patriotismo a toda prueba, las
armas de la república resguardaban las fronteras y la soberanía del país, ahora
son usadas a voluntad, por una minoría partidista, para evitar la contraloría
social, para resguardar las escenas del crimen y proteger a quienes violan la
ley.
Así los hemos visto custodiando a las montoneras de
políticos agraristas que invaden fincas productivas, son los que alejan a
manotazos y empujones a las cámaras de la prensa de instalaciones petroleras y
cuarteles donde se han cometido crímenes en contra de la vida, son los que
amenazan con sus equipos de guerras a las protestas pacíficas de la población
civil, los que acordonan pueblos completos donde imperan el pillaje y la
barbarie para proteger las ganancias sucias de algunos oficiales, son los amos
del contrabando de combustible y comida hacia Colombia, son los que caen presos
en aeropuertos internacionales con valijas de dinero ilegal o son sujetos de
detenciones por narcotráfico...
Para ellos el periodismo libre e independiente es un
problema que necesita una “solución final” y ya que exterminarnos seria una
labor muy larga y sangrienta, están optando por borrar del mapa a la profesión.
No es cuento, instituciones como CONATEL, un organismo
supuestamente técnico que debería estar velando por el buen funcionamiento de
las transmisiones de los medios de comunicación radioeléctricos, se están
prestando abiertamente como censores de los medios de comunicación.
Con excusas tan inmorales como la de proteger a los niños
y adolescentes, amenazan y castigan el deber y el derecho de los medios libres
e independientes a informar, en tanto que permiten a perversos funcionarios
públicos, el descarnado uso de menores de edad en sus fiestas que transmiten
por todo por los canales del Estado haciéndose cómplices en la prostitución de
su inocencia, a ellos, ni con un pétalo los tocan. Se complacen en cerrar
programas de opinión e informativos por sus críticas al gobierno, a interponer
medidas administrativas y multas en contra de empresas privadas de
comunicaciones para amenazarlos con cierres definitivos por que no comparten su
línea editorial, pero si permiten que agentes al servicio de gobiernos
extranjeros si puedan hacer propaganda de guerra y amenazar con violencia a la
comunidad.
La verdad es que no se puede disfrazar con discursillos
semiológicos, sintácticos y lexicales la intención salvaje y artera de
distorsionar la realidad, quienes alegremente deconstruyen discursos deberían
aplicar su análisis a sus propias manipulaciones y propaganda se darían cuenta
de su hipocresía, juzgando y criticando a sus colegas periodistas por el único
crimen de pensar diferente, cuando ellos, los “periodistas” mercenarios se han
rendido al poder y hacen todo lo posible por engañar a su propio pueblo.
Lo que quieren hacer ahora con la Ley del Periodismo es
un verdadero abuso de poder, quieren desprofesionalizar el ejercicio del periodismo
para inundar los espacios de los medios de comunicación con una marea de
ignorantes y propagandistas del comunismo, quieren saturar los espacios con más
doctrina cubana-fidelista, con toda la intensión de ocultar el inmenso desastre
en que han sumido al país.
Quieren proletarizar el periodismo en Venezuela, volverlo
basura comunitaria tal y como ellos lo entienden, acaparando los espacios para
su prédica de justicia social, perifonear logros gubernamentales y cultivar el
odio de clases.
Pretenden convertir a los miles de analfabetas funcionales
con que cuentan en periodistas espontáneos para decir incoherencias en nombre
de lo popular y la participación, quieren inundar el éter, los cables y las
antenas de “cultura popular”, una categoría que manejan los operadores cubanos,
y que entienden se trata de ese folklore nacionalista de arpa, alpargatas y
La censura tiene un solo fin: la impunidad, y beneficia
únicamente a la corrupción y al crimen organizado enquistado en las estructuras
del Estado ¿es tan difícil darse cuenta de ello? Si los funcionarios públicos
no tienen nada que ocultar ni temer ¿Por qué el miedo irracional a la crítica?
Aun en los excesos de la libertad de expresión, es preferible el abuso al
silencio, porque el que se complace con un periodista asustado y hostigado es
justamente el enemigo de esta patria, el crimen hecho virtud y protegido por
los magistrados.
No mires, no hables, no escuches, esa es la consigna de
esta pobre revolución, llena de intocables, de innombrables, de vacas sagradas que
han hecho de la administración pública una enorme caja negra en donde nadie
sabe cómo se maneja el erario público.- saulgodoy@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario