Ya lo dijo Ayn Rand: "Cuando un hombre, una corporación de negocios o la sociedad entera
enfrenta la quiebra, hay dos caminos que los involucrados pueden seguir: pueden
evadir la realidad de la situación y actuar en el calor, ciego, limitado de la
urgencia del momento, sin atreverse a mirar hacia adelante, deseando que nadie
diga la verdad, pero esperando desesperadamente que algo, sin embargo, los
salve, o pueden identificar la situación, constatar sus premisas, descubrir sus
ventajas ocultas y empezar a reconstruir.”
Yo me
anoto en el segundo grupo y por ello voy hacer algunos comentarios que pudieran
ayudar al pueblo de Venezuela en la heroica tarea de llevar esta nao a buen
puerto en medio de la tormenta que nos azota.
Elaborar
un plan de emergencia
Ya
todos sabemos las consecuencias que trae
sobre el país las prácticas del Socialismo del Siglo XXI, ¿Por qué no hemos
elaborado una ruta de escape al desastre? ¿Por qué seguimos entreteniéndonos en
el carnaval electorero? Dudo mucho que el país llegue en paz a las próximas
elecciones, la crisis es de una enormidad incuestionable y va en contra de
nuestro derecho a la vida misma, sin salud, sin alimentos, sin seguridad, sin
información, estamos en la antesala del infierno, la oposición debería ocuparse
de tener un plan para funcionar en medio de las peores circunstancias posibles,
¿o es que también esperan que Dios provea?
Este
plan consiste en un gobierno de emergencia, en un equipo que sustituya a los
chavistas y enderece el curso hacia el abismo, en gestiones internacionales de
ayuda humanitaria para el país, de protección financiera para lo que queda de
nuestros recursos, de poner orden en los gastos del estado, de taponar la
sangría de recursos que se van en regalos inútiles y corrupción, de suspender
la adquisición de armas, de desmontar el sistema de controles que está ahogando
a nuestro aparato productivo y de distribución, de poner orden en el caos
cambiario, de intervenir nuestros puertos y aduanas, de atender con urgencia
los graves problemas de salud, seguridad y alimentación que aquejan a la
población, hay que poner todas esas ideas por escrito, asignando responsabilidades
con nombre y apellido, trabajando como si fuera un gabinete a la sombra, eso
para empezar.
Demostrar
que Venezuela está secuestrada por los peores
En
segundo lugar, la llamada MUD es una organización política que está
estructurada de la manera más inapropiada para cumplir los objetivos de la oposición,
que no son otros que hacerse con el poder por la via electoral. Ineficiente, porque las vías y la forma para
acceder a ese poder están trancadas y, para efectos prácticos no existen sino
en el discurso de la MUD.
Para
decir las cosas con claridad, las vías democráticas para tener elecciones
libres, como la manera civilizada de competir en términos de igualdad por el
poder, hace ya mucho tiempo fueron inhabilitadas, no existen, así la Constitución
hable de ellas y haya personas que, como fanáticos religiosos, crean en la
palabra revelada de nuestro “contrato social”.
Pero
no sólo la MUD esta empecinada en seguir un camino ciego e infructuoso con las
elecciones supuestamente democráticas, sino que, de alguna manera, hay en su
seno gente interesada en que la oposición siga cosechando triunfos pírricos,
hazañas numéricas sin ningún efecto en nuestra realidad.
Lo
primero que habría que hacer es mostrar a los venezolanos y al mundo que el
chavismo tiene secuestrado al país, que el gobierno y sus instituciones sólo
existen para justificar una sola ideología y un solo interés que en nada sirven
para los intereses de la nación, que el crimen organizado tiene mucho mayor
oportunidad de participar en la gestión del gobierno que las ONG’s y las
comunidades y gremios civiles organizados.
Dejar
claro que democracia no es sólo votar, menos aún si no elegimos cuando votamos
La
MUD no quiere confrontar al chavismo en su imposición totalitaria y su
pretensión de dueño eterno del poder porque, simplemente, tiene miedo; hay
muchos dirigentes que están jugando a darle largas al asunto, a pescar
negocios, cargos, parcelas de poder, contratos, para seguir subsistiendo en los
términos que el chavismo ha impuesto, con la vaga convicción de que, en algún
momento, “alguien” les resolverá el problema y ellos podrán seguir ganando
elecciones.
La
manera de desactivar esta pretensión es con una mayor participación de la
sociedad civil organizada y abriendo el compás de actividades, otras, que las
estrictamente electoreras.
¿No
es absurdo que la MUD se haya impuesto respetar y continuar en el juego
democrático cuando no tenemos democracia? ¿Qué sentido tiene atenerse a una
constitución inoperante y violada a diario por el gobierno? ¿Qué pacifismo es
ese que promovemos en medio de una carnicería que el chavismo ejecuta sin
piedad contra la población venezolana? ¿Tiene sentido hablar de elecciones
cuando todos nuestros líderes están siendo apresados y sometidos a procesos
judiciales “envenenados”?
El
gran problema de tener en la opción electoral el plan maestro para nuestra
sociedad en estos turbios momentos, es que todos los demás planes y
posibilidades de acción se ven retardados cuando no suprimidos, a la espera que
un gobierno tiránico y antidemocrático reconozca un triunfo en las urnas.
Exponer
la realidad, no la versión hegemónica de la realidad
El
gobierno tiene como estrategia negar la realidad y construir una ilusión de progreso
que no existe, en medio de una guerra económica inventada pero con efectos
reales, esto lo logra gracias a su hegemonía comunicacional la cual no ha sido
suficientemente denunciada en las instancias internacionales, ni se han buscado
los mecanismos adecuados para instaurar procesos judiciales en su contra, es
primordial aumentar el volumen en las denuncias contra la censura y los
mecanismos para silenciar al país.
Hay
algo extremadamente enfermizo y equivocado en ese empecinamiento de la MUD de
no reconocer la realidad del país; el momento no es para jugar a la democracia,
primero tenemos que desalojar al chavismo del poder y luego construir las bases
para una sociedad en democracia… el gobierno está fortaleciendo su aparato
represor para derrotar a la oposición democrática en todo terreno, si fuéramos
a las elecciones parlamentarias y las ganáramos, estoy seguro no tendríamos la
manera de hacer efectiva esa victoria con unas FFAA y un poder judicial en
manos del chavismo.
Por
favor, no pretendamos que vivimos en democracia; solamente cuando reconozcamos que
ésta nos fue robada, sólo en ese momento comenzará la verdadera lucha por
restituirla.
Establecer
que a la violencia se le responde con igual intensidad de acción
Los
pueblos, en algún momento de su historia, tienen que enfrentar condiciones
donde deben defender lo que creen, o por cambiar condiciones de vida que
consideran injustas e inhumanas, y en esas confrontaciones hay pérdidas de vidas,
porque el enemigo, cuando se pone bruto, sólo entiende con violencia. El comunismo es la ideología que más ha predicado
el uso de la violencia como arma política, de hecho, el chavismo es de
naturaleza violenta porque nace de un pensamiento militar retrógrado, basa en
ello su poder y domina por la violencia, no por el diálogo.
Si en
todos estos años de mandato chavista, sin tener una guerra declarada, mueren
decenas de miles venezolanos en manos del hampa y la violencia, me pregunto ¿No
sería mejor sacrificar la vida por una causa noble y justa, como es que la
democracia retorne a nuestro país, que ser una simple víctima, de un mal
momento, de unos descolocados criminales y de la ineptitud del gobierno, en brindarnos
la protección debida para garantizar nuestro derecho a la vida?
Nos
están matando a granel y la respuesta de la sociedad civil ha sido la de
predicar la no violencia, de promover el
desarme, pedir piedad por nuestras vidas y bienes, seguir confiando en unos
cuerpos de seguridad ineptos e inoperantes, o entregarnos a la extorción de los
grupos armados del gobierno.
Estamos
llegando a lo que Hobbes llamaba, el estado de la naturaleza, la violencia al
por mayor, donde las comunidades tienen que buscar sus propios medios para
defenderse.
“La guerra es la política por
otros medios”,
dijo un gran militar en el pasado, si la violencia es una parte natural de
nuestro comportamiento humano, si las avenidas a la concordia y la convivencia
se niegan, ¿Porqué no pensar en lo impensable cuando nuestras libertades se ven
comprometidas? ¿No es el deber y el derecho natural de los pueblos defenderse
de sus enemigos?
¿No es la legítima defensa un derecho
inalienable del hombre cuando no hay Estado que lo defienda? El chavismo nos ha llevado a vivir con las
leyes de la jungla, en Venezuela se practica la tesis de la prevalencia del más
fuerte, el que más poder de fuego tenga, es absolutamente insensato y criminal
predicar el pacifismo y la conformidad con la ley, cuando el otro usa fuerza
letal para eliminarnos cuando queremos protestar, esa es una situación de
guerra, de simple sobrevivencia.
Thomas
Hobbes en su obra Leviatán nos
explica que los hombres se someten a un gobierno porque este les garantiza
defenderlos en contra de la violencia y alejar de ellos toda amenaza en contra
de sus vidas y bienes, cuando este convenio falla y el gobierno es quien
expolia a la población, ya no hay razón para honrar ese contrato social.
Hay
una práctica por parte de personajes de la MUD que me parece detestable y
errada desde el punto de vista de la política, las estrategias no deben basarse
en un código moral preestablecido y personal de algunos líderes, sino en las
oportunidades del momento. Ningún régimen autoritario en la historia del mundo
ha sido derrocado por el pacifismo, ninguno.
A eso
hemos llegado, y creo que no es hora de “arrugar”, porque de lo contrario,
tendremos tiranía y opresión para rato.
Construir
una estrategia para cada grupo de interés
Creo
que hay varias estrategias equivocadas en la oposición, una de ellas es ese
empeño en ganarse el corazón y la mente de los pobres y los barrios para la
causa democrática; ellos ya están de nuestro lado, son los que más sufren las
injusticias del chavismo, creo que en vez de escoger un público tan abstracto y
genérico, deberíamos concentrarnos en los verdaderos grupos de interés, con
identidad, organización y problemas muy puntuales, obreros, estudiantes,
personas de la tercera edad, mujeres cabeza de familia, los mismos militares,
nuestros trabajadores del petróleo y de las industrias básicas, los policías
que mueren como moscas, los enfermos, los choferes, hasta los mismos buhoneros…
la mayoría de estos grupos de interés están estructurados, tienen claros sus
intereses, padecen el socialismo igual que nosotros, lo único que necesitan es que
los tomen en cuenta y les asignen tareas, que alguien coordine sus acciones
para que operen en redes con otros grupos de interés, que se apoyen, que se
unan con propósitos claros y metas alcanzables.
Mucho
de nuestro liderazgo es inoperante, no sirve para nuestras circunstancias, y si
no puede acompañar al país en esta nueva y crítica etapa, le haría un bien
tremendo que se apartaran, y permitieran que otros liderazgos surgieran.
Diseñar
otro discurso para catapultar una acción y unos resultados diferentes
Hay
algo que los comunistas franceses advirtieron a mitad del siglo pasado, el
hombre es un animal básicamente parlante, tanto sus pensamientos como acciones
se traducen fundamentalmente en palabras, por lo que hay que darle un nuevo
discurso, de allí surgió el lenguaje postmodernista; por eso hay que explicarles
a los venezolanos el mundo de otra manera, porque el lenguaje que ha venido
usando la oposición es un lamentable instrumento de la no-acción, de la
conformidad y el fatalismo.
Y
para los violentos líderes del chavismo, empezando por Nicolás Maduro, Diosdado
Cabello y por el General Padrino, entre otros, el uso del lenguaje de la
violencia pareciera ser patrimonio exclusivo del PSUV, están llevando al país a
una confrontación de grandes dimensiones, su ceguera y su avaricia de poder y
dinero no tienen limite, están comprometidos con la muerte porque no tienen
vida, son como zombis, ya nada tienen que ofrecerle al país.
Este
es un gobierno de brutos que jamás verán la renuncia del gobierno como la única
salida honorable y pacífica del conflicto, prefieren utilizar a nuestras FFAA
para que ataque al pueblo mientras ellos preparan su cobarde huida del país.
Los
jefes chavistas no tienen valores, ni ideología, ni patria, lo que van a
defender a la hora de las chiquitas es su botín mal habido, puede que tengan
dinero para pagar guardaespaldas y ejércitos particulares, pero el dinero se
acaba, al igual que la paciencia del pueblo.
Es
hora de llamar a la sociedad civil a sus trincheras, tenemos que movilizarnos y
como pedía Thomas Jefferson, uno de los padres de la Revolución Norteamericana,
regar el árbol de nuestra libertad, con la sangre de patriotas y tiranos. –
saulgodoy@gmail.com

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