miércoles, 25 de marzo de 2015

Poner la nación en peligro



 ¿Se habrán preguntado los chavistas la razón por la que el gobierno de los EEUU considera al gobierno de Venezuela una amenaza? ¿Se habrán paseado siquiera por averiguar, qué es lo que hace el gobierno de Maduro para poner a los gringos tan nerviosos?
Son preguntas fundamentales que se haría una persona normal que no quiere conflictos innecesarios, ni poner al país en la ruta del peligro.
Se trata de simple sobrevivencia ante un adversario poderoso y que ha demostrado ser implacable al momento de defenderse de las amenazas que lo acechan.
Nuestra canciller, en vez de estar augurando un holocausto mundial debería estar negociando una pronta desactivación de los motivos que generaron esta situación, es lo que haría una persona responsable que se encuentra en inferioridad de condiciones ante el denunciante.
El Sr. Maduro, en su condición de Presidente proclamado por el CNE, en vez de estar convocando a las FFAA a las trincheras y a la población al sacrificio máximo por la patria, debería proceder, no insultando ni querellándose todavía más con el contendor, que podría hacernos mucho más daño que nosotros a él, sino corrigiendo asperezas, explicando malos entendidos, eliminando esas causas de la sensación de amenaza, eso es lo que haría una persona equilibrada que tiene en sus manos el destino de una nación.
No vamos a tratar de adelantar nuestra interpretación del comunicado de Obama, ni de convencer a los chavista que las sanciones no son en contra del país, sino en contra de unos funcionarios corruptos y violadores de DDHH que el gobierno del norte no quiere ver ni en pintura y menos, haciendo negocios en su territorio, en cuestión de interpretación de los textos, si se desprecia la lógica formal, cada quien entiende lo que le  viene en gana y de allí el problema, una cosa es lo que dice la letra y otra lo que el lector cree que dice.
Pero lo que hemos visto hasta el momento es la locura desatada, estamos viendo a un gobierno preparándose para una guerra que dice que va a ganar a machetazos, y al mismo tiempo, tratando de convencer al enemigo que no nos ataque, que anule el decreto que nos hace una amenaza, pero no aludiendo a las razones que pudiera tener el agresor, sino a una especie de concurso internacional de factores que dicen que nosotros no somos una amenaza para nadie, todo lo contrario, el gobierno de Maduro se quiere hacer pasar por un cónclave de monjitas piadosas y convencer al mundo que son los gringos y su sistema imperialista los que quieren apoderarse de nuestras riquezas, principalmente del petróleo.
Si no fuera porque como venezolano estoy involucrado en esta tragicomedia, estaría riéndome a carcajadas ante tamaña payasada.
Los ciudadanos de Venezuela lo que hemos presenciado es un bochornoso espectáculo televisivo de maniobras militares desempolvadas de los manuales de los años 50, y un despliegue de armas en dudoso estado de funcionamiento, de llamados internacionales a los socios y aliados del gobierno a formar una coalición ante las pretensiones del imperio.
El carnaval que han montado en el país con la manida consigna “Yanqui  go home” es como volver a la época de la agria visita del vicepresidente Richard Nixon al país, la recolección de firmas de manera compulsiva a cambio de alimentos, los discursos, las marchas, obligar a los niños en las escuelas a escribir cartas a Obama para que derogue el decreto, ese nacionalismo de cartón piedra que vemos en la televisión pareciera indicar, que los ladrones que le robaron al país esas sumas millonarias de dólares y que se las han descubierto en cuentas secretas en bancos extranjeros, hicieron algo no solo patriótico y nacionalista, sino que andan promoviendo la idea de que vale la pena morir por ellos, mientras estos delincuentes disfrutan de sus palacios en otros lares.
Da la impresión que el gobierno padeciera de autismo, que no se da cuenta de las terribles circunstancias que vive el país, que no le importa para nada la seguridad de sus ciudadanos a los que está exponiendo a una confrontación fomentada por el gobierno, en vez de ocuparse de los problemas que acogotan a la sociedad, se lanza en esta cruzada millonaria por obtener un certificado de buena conducta por parte de unos gobiernos y unos políticos que tienen igualmente rabo de paja.
Lo que salta a la vista para quien tenga algo de sentido común, es que todo este lamentable show, sigue hundiendo el prestigio del país en el mundo, sirve de excusa, precisamente para desviar la atención del pueblo de Venezuela de asuntos mucho mas importantes como la escases, o la inflación, o la inseguridad, o la falta de servicios, o las epidemias que asolan el país, o la falta de energía eléctrica, o la inexistencia de fuentes de trabajo formal, o la libertad de los presos políticos… la lista podría continuar.
Pareciera que la crisis se ha vuelto tan grave para el gobierno de Maduro, que contemplar la inmolación del pueblo en una guerra sin sentido, se ha convertido en una opción real para salir del hueco donde se han metido.
El orgullo y la vanidad de nuestros revolucionarios endógenos, que los impulsa a estas actuaciones suicidas, el miedo que están sintiendo cuando el lazo los aprieta y se saben vigilados, a punto de tener que rendir cuentas ante la justicia por sus horrorosos crímenes en contra de la humanidad, forman parte de este comportamiento inestable y harto peligroso para la seguridad de nuestro propio país.
Pero para quienes estamos informados, sabemos que hay mucho más detrás de este espectáculo circense, ya quedó al descubierto su extensa y corrosiva red de corrupción que han sembrado en otros países, su apoyo y sostén a las operaciones de narcotráfico, sus alianzas con el terrorismo internacional con el especial agravante de propiciar la construcción de armas de destrucción masiva por parte de enemigos declarados de los EEUU.
Igualmente, al poner en peligro de quiebra a la empresa PDVSA, con ello, serían afectados una serie de países que dependen del aporte petrolero de Venezuela, con lo que pondría a estos países en una situación de emergencia humanitaria en la región, también hay pruebas de la injerencia desestabilizadora del gobierno venezolano en elecciones en otros países del área, y ahora de Europa, estas son algunas de las razones por las que han sido considerados una amenaza para la seguridad de los EEUU.
El gobierno de Maduro, al quedar al desnudo y con la evidencia amontonándose en organismos e instancias de justicias en el extranjero, es incapaz de hablar con la verdad y actuar con sinceridad, y descontado esto, nadie, sino sus asalariados y cómplices, pueden atreverse a defenderlos.
Tal actitud lo que oculta, aparte de una gigantesca irresponsabilidad hacia la nación, es un enorme culillo, cuya hediondez lo que atrae, son moscas. –  saulgodoy@gmail.com


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