Con
fecha 26 de Abril de 1999 consignamos ante el Ministerio de Relaciones
Exteriores de la República de Venezuela (antes de que fuera bolivariana), y
siendo su ministro encargado el Sr, José Vicente Rangel, la que llamamos la tesis
Godoy-Gamboa sobre el territorio en reclamación del Esequibo, que no era otra
cosa que un proyecto de Ordenamiento Territorial de la Guayana Esequiba
considerada en su integridad (con las jurisdicciones de los estados de Guyana y
de Venezuela) como una reserva natural, una biosfera patrimonio de la humanidad
y administrada por ambos países.
Mi
amigo, el doctor Carlos Gamboa, abogado e historiador se ocupó de construir el
marco legal y entre ambos le dimos el
contenido ambientalista, que en suma era nuestra propuesta, bajo la presunción
que ese territorio era parte integral del llamado Escudo Guayanés, siendo el
río Esequibo parte fundamental de la cuenca de Imataca, que hidrográficamente
es independiente del sistema del río Orinoco, y que en términos de su ecología
y geografía, constituían una sola unidad como eco región.
Para
ese momento las negociaciones con Guyana sobre el territorio en reclamación
estaban en manos de un Buen Oficiante nombrado por el Secretario General de la
ONU, ninguno de los dos países podía ejercer soberanía sobre ese territorio,
aunque el gobierno de Guyana conjuntamente con el gobierno Británico, en
especial con la Casa Real (particularmente con el príncipe Carlos, heredero de
la corona), estaban adelantando proyectos
conservacionistas y de estudios ambientales en la zona por medio de un
proyecto llamado Iwokrama, una iniciativa científico-educativa que tenían
equipos y grupos explorando el territorio en un esfuerzo por conservar una de
las pocas junglas tropicales que quedaban vírgenes en el mundo.
Este
proyecto financiado por Inglaterra y varios organismos e instituciones
internacionales, es un centro importante para el ecoturismo y la conservación,
la infraestructura que mantienen en medio de la selva para la investigación
científica es verdaderamente impresionante, cuenta con laboratorios, hospedaje,
puesto de salud, aeropuerto, una red vial y transporte impresionantes, pueden
monitorear tanto el suelo selvático como la copa de los árboles, por medio de
un sistema de puentes colgantes para la observación.
Son
variados los programas que desarrollan en especial con la fauna y la foresta,
estudios en los cursos de agua, geología, plantas medicinales, estudios
climáticos, de reforestación, edafología y otros.
Venezuela
no tenía planes ni acciones concretas en el área, atenidos a las prohibiciones
expresas en las negociaciones, y ya que Guyana y los Ingleses tenía estos
proyectos conservacionistas que parecían no perturbar los tratados y
negociaciones, se nos ocurrió al Dr. Gamboa y a mi persona, que darle un Plan
de Ordenamiento Territorial al Esequibo con miras a su conservación, podría ser
no solo beneficioso para el territorio mismo, sino que sería un acto de
ejercicio de la soberanía de nuestro país, una acción indirecta por supuesto,
pero era una iniciativa que mostraría que efectivamente Venezuela tenía un
interés en la zona en reclamación y con intenciones de conservarla aunque fuera
como patrimonio para la humanidad.
La
lógica detrás de esta propuesta era, que ya que no podíamos usar soberanamente
el territorio, que las negociaciones podrían tardar una eternidad, sin nunca
asegurarnos de unas resultas a nuestro favor, siempre resultando Guyana
favorecida porque tenía la posesión, entonces la salida de un área compartida
como administradores, sobre una reserva natural tenía sentido, las riquezas
naturales y minerales estarían protegidas de la explotación sin control y el
territorio podría desarrollarse de una manera sustentable, nuestra propuesta
era ganar-ganar para ambos partes.
A las
pocas semanas fuimos convocados al Ministerio de Relaciones Exteriores, nos
recibió un pequeño comité de evaluación a cargo de un capitán Daniels, que
según la información que recogimos era un “experto” en la problemática de estos
límites en conflicto y se nos permitió hacer la presentación de nuestro
proyecto, una vez terminada, se nos dio las gracias por nuestro interés y nos
despidieron con la promesa que nos contactarían en un breve plazo.
Hasta
el día de hoy desconocemos el veredicto del MRE, nunca más tuvimos ni una
palabra del Ministerio, no sabemos si leyeron nuestra propuesta, si se formuló
una opinión, afortunadamente conservamos el material consignado y una copia de
nuestro proyecto reposa en los archivos de la institución.
Nuestro
proyecto tenía varias partes, habíamos desarrollado un borrador del Plan de
Ordenamiento Territorial para ser discutido y mejorado con los expertos del
gobierno, una vez elaborada la versión final, se enviaría como propuesta a la
ONU y al gobierno de Guyana para que fuera considerado su factibilidad, al
mismo tiempo nuestra cancillería de embarcaría en un proceso de lobby con los gobiernos de USA,
Inglaterra, Brasil, y organismos multilaterales como la OEA, Caricom, Banco
Mundial y otros, con el fin de hacer atractivo y facilitar el logro de un
acuerdo sobre las bases de la propuesta.
En el
peor de los casos, si nuestra propuesta fuera rechazada por el gobierno de
Guyana, quedaría la iniciativa registrada como muestra del interés de nuestro
país en la zona de reclamación, porque la verdad lo único que ha hecho
Venezuela para adelantar su reclamo por el territorio que nos despojaron, ha
sido regalarle petróleo al gobierno socialista guyanés, todo esto se explicó en
la reunión.
Durante
nuestra exposición a este panel de expertos hubo muchos ceños fruncidos y
negativas con la cabeza ya que algunos funcionarios consideraban cuesta arriba
que los intereses del país pudieran cambiar de un reclamo territorial a una
tesis de territorio compartido, incluso se habló de la necesidad de una reforma
constitucional para poder hacer viable un proyecto con esas características.
Para
nosotros fue un verdadero baño de agua fría enfrentarnos a aquella pared
burocrática luego de haber pasado meses elaborando y puliendo nuestra
propuesta, estudiando con lupa las iniciativas ambientalistas de los ingleses
en el territorio, los tratados que Guyana había firmado en materia ambiental,
lo que habíamos firmado nosotros, incorporando al proyecto lo último en
legislación internacional en materia de conservación y administración de
territorios conjuntos.
Habíamos
creído que con un nuevo presidente que venía del estamento militar, con su
nacionalismo y amor por la patria del que había hecho tanta gala durante su
campaña electoral, haría de nuestro proyecto una oportunidad para reactivar los
mecanismos institucionales en ese mar muerto de las negociaciones con Guyana.
Jamás
nos imaginamos, 16 años después, que la estrategia para el problema de la zona
en reclamación con Guyana del presidente, el Teniente Coronel Hugo Chávez
Frías, había sido el de favorecer la posición extranjera por conveniencia
ideológica y órdenes de Cuba, fue un entreguista de nuestra soberanía, nunca
hizo nada que consolidara el interés nacional en el reclamo, al contrario, le
permitió, sin protesta, que Guyana accediera a esas áreas como si fueran suyas,
su plan consistía era darles el territorio a los guyaneses de manera de
consolidar La Patria Grande, que era su sueño hegemónico de un territorio
liberado, antiimperialista, comunista y controlado por él, su gobierno sería un
cómplice nefasto en la pérdida de nuestro territorio.
Luego,
con el gobierno de Nicolás Maduro por pura ineptitud, gracias a las actuaciones
poco profesionales de una ministro ignara y comprometida con las políticas de
los hermanos castro en La Habana, han empastelado nuestro reclamo de tal manera,
que va a ser sumamente difícil sacar nuestros intereses a flote, hay un
desarrollo petrolero extranjero costas afuera en nuestro territorio y el
gobierno chavista insiste en tratar a Guyana como un gobierno amigo.
No
pasa un día sin que piense que la tesis Godoy-Gamboa era la solución perfecta
para el momento, hoy estamos a punto de quedarnos sin nada, con nuestra tesis,
hubiéramos sido socios de Guyana sobre una de las reservas naturales más
importantes del mundo, en condiciones de igualdad. – saulgodoy@gmail.com
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