miércoles, 16 de septiembre de 2015

Justicia Social


El filósofo Karl Popper advertía sobre la importancia que había que darle al “significado de los términos” cuando se enfrentaba a un enemigo tan formidable como el totalitarismo y todas esas otras derivaciones del historicismo entre las que incluía al comunismo, son corrientes políticas que se valen en gran medida de la confusión del adversario producida por una excesiva verborrea que tiene sus raíces en el escolasticismo, una corriente del pensamiento de la Edad Media donde se recurría a un parloteo intensivo y sin ningún sentido, con el fin expreso de agotar y doblegar la voluntad del contrario para que aceptara argumentos sin valor, mentiras ungidas como verdades valiéndose de palabras multívocas y mucha retórica, al final, aquellos razonamientos abstrusos se hacían ley y condenaban a hombres y mujeres a la desgracia y en muchos casos a torturas y muerte.
Académicos respetables que se han dedicado a desentrañar los misterios de la justicia como John Rawls quien en su tratado Teoría de la Justicia puso de relieve a “las oportunidades” como derecho de las personas en sociedad (hoy duramente atacado, particularmente por la izquierda más radical) o el profesor mexicano Luis Villoro que complementa las funciones del estado, de todo estado, en garantizar las libertades de realización de estas oportunidades, han tratado de brindarle sentido a ese concepto informe que es la Justicia Social.
F. P Ramsay lo precisó de la siguiente manera “tratar lo vago como si fuera preciso”, el arte de hacer creer que se tienen la razón. Justicia Social es un término tan vago, que a cada momento surgen interpretaciones y significados tan distintos que tiene la gran ventaja (o desventaja) que si no lo definen, nadie sabe de que están hablando, en un buscador de internet existen registradas más de tres millones de entradas para esta palabra; ha sido definitivamente un mal augurio que la palabreja esté mencionada en el preámbulo de nuestra Constitución (la de 1999).
Nuestros socialistas endógenos les encanta usarla y la meten en sus discursos a cada momento para justificar una nueva prohibición, para anunciar un nuevo castigo, para arrebatarnos nuestras propiedades o un achique a nuestras libertades, si la imposición se asume como Justicia Social entonces no hay nada que se le oponga.
Hay autores que opinan que la Justicia Social ha sido la causante de las mayores injusticias. He ojeado una veintena de publicaciones que llevan Justicia Social en su título y todas quieren decir algo diferente pero con un mismo resultado: quitarle a unos (minoría productiva) para darle a otros (mayoría dependiente); la acepción más popular es aquella que señala una justicia conmutativa (dar a cada quien según sus méritos) y otra distributiva (a cada quien según sus necesidades), otros explican que se trata de una equitativa redistribución de lo Público entre los ciudadanos sin manera de saber ¿Equitativo para quién?
Hay conceptos de Justicia Social que se centran de las cargas sociales, incluyendo las impositivas, todo parece indicar que tiene algo que ver con las clases sociales, o económicas, en algunos autores solo se refieren a los pobres cuando se habla de Justicia Social, otros a los servicios públicos, su libre acceso, a su calidad y oportunidad, para los neo-estructuralistas, opuestos a la globalización, la justicia social se logra solo en el “desarrollo desde adentro”, una cosa es “hacer” justicia social y otra “tenerla”, su falta siempre significa la oportunidad de prometerla, hay textos que la emplean para indicar un Estado de Derecho, otros autores vinculan la justicia social a las masas.
La tesis de justicia social más generalizada tiene que ver con el principio normativo fundamental de la vida en común, es decir, todo trato desigual en la sociedad es injusto y si se tiene como uno de los fines del estado la equidad, es el estado quien debe garantizar entre otras cosas, las oportunidades para que todos puedan realizar el plan de vida que hayan elegido, y en base a esta obligación, norme, regule, prohíba o permita actuaciones de privados, empresas e instituciones que conlleven a estos fines.
Esta tesis es el caballo de Troya del socialismo, es una manera inocente y bien intencionada de pedir estatismo e intervenciones gubernamentales en contra de la libertad del mercado que inevitablemente lleva a la limitación de la libertad individual y al predominio de un estado benefactor.
La Iglesia la incorpora en su nuevo Catecismo para tratar el espinoso asunto de la igualdad entre los hombres y la solidaridad, se usa para justificar la supuesta deuda que todos tenemos con la sociedad al haber sido favorecidos con dones, riqueza, conocimiento y éxitos en nuestras vidas, por lo que se nos imputa el deber de favorecer a los que no lo tienen.
La doctrina social de la iglesia parte de principios humanistas y solidarios con el fin de alcanzar una convivencia social más humana, en el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, del Pontificio Consejo “Justicia y Paz” se dice de la Justicia Social: “Es una exigencia vinculada con la cuestión social” y habla de esta cuestión como problemas estructurales sociales, políticos y económicos, esta oscura definición trata de ser complementada más adelante con un significado de justicia donde no prevalezcan los conceptos de  utilidad y del tener, sino que priven el valor de la persona, su dignidad y sus derechos.
No hay claridad en esta concepción y está basada en supuesta una deuda social que todos tenemos sin explicar con propiedad ¿Cómo se generó dicha obligación?, en lo personal, yo no creo en ninguna deuda que no haya aceptado y comprendido con antelación al acto de asumirla, si no la he asumido no la tengo, tan sencillo como eso.
Lamentablemente la Iglesia Católica se ha visto arrastrada en esta vorágines de opiniones y consignas producto principalmente del aparato de propaganda del marxismo internacional y en una reciente declaración del Papa Francisco, aseveró que la principal causa de la pobreza era el capitalismo, afirmación esta sin duda desmedida y sin una justa ponderación, visto que en el mundo actual, la mayor carga de pobreza gravita en países socialista y/o comunistas, en regímenes que no tienen el menor respeto por la dignidad humana.
Estoy absolutamente seguro que en una imparcial valoración de las causas, ni los procesos de globalización, ni el rápido crecimiento de los capitales y el mercado son las causas fundamentales de la pobreza en el Tercer Mundo, por el contrario, siempre salta a la vista regímenes autoritarios y del terror que funcionan bajo los principios de las revoluciones obreras y proletarias, sistemas económicos intervencionistas y nacionalistas que predican la igualdad y la justicia social, pero en realidad lo que hacen es esclavizar a sus pueblos disminuyendo sus libertades y derechos.
Pero tratar de explicar la justicia social, puede llevarnos a justificar hasta golpes de Estado, linchamientos, pobladas e invasiones, todos estos eventos grupales se pueden ver como la justicia social en acción, situaciones tan disímiles como el resultado de las elecciones o el cierre de un canal de televisión, todo, aparentemente tiene que ver la justicia social.
En medio de esta confusión, las Naciones Unidas declaró al 20 de febrero como Día Mundial de La Justicia Social con la mejor de las intenciones de acumular esfuerzos para enfrentarse a problemas como la pobreza, la exclusión y el desempleo, los eternos problemas de todo sistema económico, no importa lo justo que se pretenda ser (¿Es posible ser justo en economía?) pero igual, ¿Se le aplica alguna sanción al país que no cumpla con los preceptos de la Justicia Social?
Quizás sea por el uso compuesto de dos palabras tan amplias como Justicia y Social lo que lleve a tanto equívoco; cuando aparece la palabreja, se le iluminan los ojos a todo aquel que tenga algún agravio o necesidad, cuando la utiliza un político, de esos que se dicen “progresistas” estoy seguro que alguna fibra toca, sobre todo si es para ponerle la mano a lo que no es suyo.
Los comunistas usan la justicia social como instrumento de intimidación ideológica con el objetivo de conseguir el poder de coerción legal, hacen creer a los incautos que designan una virtud moral cuando en realidad, es una ruin manera de despojarnos de la libertad.
Y con la Justicia Social están destruyendo al país y construyendo algo que ni huele bien ni se parece a lo que pensamos pudiera ser justicia social, sucede lo mismo con otras palabras como libertad, democracia, igualdad, verdad... El problema de entendernos al usar estas palabras, radica en el conocimiento concreto de las mismas, cosa que les tienen sin cuidado a los revolucionarios socialistas del siglo XXI pues para ellos “todo es relativo”, las palabras significan lo que las masas, la circunstancia histórica y las clases dominantes del momento decidan, y como “todo” se reduce a ellos (ellos representan a las masas, son los creadores de las circunstancias históricas y son la clase dominante), entonces si dicen Justicia Social, es lo que ellos creen que es, aunque no lo puedan explicar o cada vez que lo expliquen quieran decir una cosa distinta.
Para mi entender es muy claro que existe una estrategia mundial de los movimientos políticos de la izquierda, de asignarle al capitalismo responsabilidades y situaciones que se corresponden al crecimiento, desarrollo, progreso, fracaso o estancamiento de un sistema económico en particular y aplicado a la realidad de un país determinado, que, siempre que sea capitalista, se le asigna una deuda social con los sectores económicos que en esa sociedad que no han podido desarrollarse en igualdad de condiciones, esto lo digo porque muy rara vez, casi que podría decir que nunca, a un gobierno de corte socialista o comunista se le exige cumplir con la mentada justicia social, no importa que en esa sociedad se cometan las peores injusticias y existan groseras desigualdades.
La justicia social es claramente un arma ideológica, lamentablemente sustentada por principios cristianos de solidaridad, que utiliza la izquierda internacional en detrimento de los valores liberales que conlleva la práctica del libre mercado, lo cual está cargado no solo de una inmensa hipocresía sino de una intencionalidad política de propósitos y fines nada cristianos. -  saulgodoy@gmail.com



No hay comentarios:

Publicar un comentario