jueves, 17 de septiembre de 2015

La ciencia ficción en Japón


Estamos acostumbrad
os a los monstruos, como Godzilla que arrasan ciudades enteras,  o a máquinas fantásticas como los Transformers, inmensos robots que son usados como armas y que combaten a muerte entre ellas, pero de todas estas creaciones, las más importantes contribuciones de Japón a la fantasía y la ciencia ficción, es el género de los Animé y las Mangas los que más han impactado al mundo, muy por encima de la literatura.

Gracias al extraordinario talento en los dibujos de muñequitos, o comics, que allá lo llaman Mangas (garabatos o tebeos), y su evolución natural a las películas de dibujos animados (animés) la cual han convertido en un arte mayor, Japón no deja de sorprender al mundo tanto por sus historias épicas, como por sus inolvidables personajes. 
Estos dos géneros se han alimentado uno del otro, han crecido y se han convertido en una influyente industria que factura billones de dólares en todo el mundo. La ciencia ficción está viva y goza de buena salud en la casa del sol naciente, es interesante conocer que luego de la Segunda Guerra Mundial se impuso una fuerte censura en la industria comunicacional japonesa, no así en las mangas, que aprovechando esta ventaja trataban temas que en otros medios era impensable tocar, de esta manera fueron creando un público adulto para sus productos. 
La tradición nipona en leyendas e historias folclóricas es riquísima en espíritus naturales, héroes y personajes fantásticos con poderes sobrehumanos, esta mitología alimentó el desarrollo de la ciencia ficción que se dio de manera tardía en Japón, para algunos entendidos no fue sino hasta la Restauración Meiji, a principios del siglo XX que se empezaron a manifestar las primeras historias asociadas a la tecnología, una literatura que en sus principios era considerada para niños.
Fue con la Segunda Guerra Mundial, en especial con la ocupación Norteamericana, que las islas se inundaron de revistas de ciencia ficción gringas, pero se tuvo que esperar todavía otra década, para que este género incubara en el imaginario japonés.
Una camada de escritores nativos de ciencia ficción alimentaron las revistas de los años 60, escritores como Ryo Hanmura, Shinishi Hoshi y Aritsune Toyota, entre otros muchos, empezaron tímidamente sus contribuciones con historias para las revistas de los comics que eran las más populares, traduciendo lo mejor de la ciencia ficción norteamericana de su tiempo (en la actualidad hay toda una oferta de estas revistas conocidas como mangas que incluyen géneros como los Garo, los Gekiga, los Moe, los Seinen, los Josei, Shonen, Yuri, Yaoi, Hentai y otros). 
Osamu Tesuka dibujante y editor con su más famosa creación Astro Boy
La corporación más grande en la producción de mangas es del médico y dibujante Osamu Tezuka, el creador del legendario personaje Astro Boy y de Kimba, el león blanco.
Pero el detonante principal ocurrió en la década de los setenta, cuando confluyeron en Japón la Expo 70, la publicación de tres novelas que hicieron historia, El hundimiento de Japón, de Sakyo Komatsu (cosa curiosa, graduado en la universidad de Kyoto en estudios de literatura italiana), La Edad 4 del Inter hielo del famoso Abe Kôbô, existencialista y especulador filosófico con fuerte influencia de los dos grandes de Checoslovaquia, Kafka y Ĉapek, y La nave de guerra espacial Yamato, de Uchu Senkan, habríamos que agregar la influencia que tuvo el estreno de la película Stars Wars
El maestro Komatsu Sakyo
Gojira, un clásico japones
Una nueva generación de escritores apareció en los 80 entre los que ya se encontraban Akira Hori, Hayao Miyazaki, Mamuro Oshi, Katsuhiro Otomo… en esta década se da un vuelco importante, disminuyen drásticamente las revistas y aumentan los premios a las obras audiovisuales de ciencia ficción, y se afianza la industria del cine y la televisión, los escritores migran al nuevo medio y algunos, se hacen productores y directores de sus propias obras. 
De igual manera la industria musical se vio fortalecida con la nueva corriente de los éxitos del animé, los nuevos grupos hacían música que era incorporada a estas series o los productores recogían de la cultura popular piezas para sus temas, lo importante es que hubo nuevos motivos, audiencias e inspiración y aparecieron supergrupos y artistas como Luna Sea, Utada Hikaru y otros, exponentes del rock pesado, de la balada, del pop (internacionalmente se le denomina J’pop) de la música electrónica y del Nu-jazz que muy pronto tuvieron seguidores a escala mundial.
Se inicia la supremacía de los robots gigantes en las historias, precedidas por figuras como Ultraman y los Power Rangers y un protagonismo poco común de las mujeres como heroínas o personajes principales (el éxito de una manga como CLAMP es un ejemplo de lo que digo, haciendo notar que el protagonismo de las niñas son una constante en la cultura japonesa).
La extraordinaria factura de los dibujos de los artistas japoneses, computadoras más poderosas y el desarrollo de los efectos especiales, permitieron el aumento de la calidad visual de los productos y la creación de espectaculares escenas.
Pero hubo un fenómeno notable en la sociedad japonesa, nació en los ambientes “underground” y es una tendencia que se le conoce como Cyberpunk, la tecnología adaptada al cuerpo, reuniones de tribus en ambientes, o muy tecno, o muy decadentes, jóvenes que creen en lo híbrido en el sexo y la personalidad, donde se hace culto a una razón colectiva, que manejan un lenguaje cargado de elementos cibernéticos, donde la visión del mundo es apocalíptica, no en vano es el único pueblo del mundo que ha sufrido un ataque nuclear.
Los personajes principales de Ghost in the Shell
Fuertemente influenciada por el postmodernismo y la subjetividad de las diversas realidades, los autores del cyberpunk son firmes creyentes en universos paralelos y dimensiones extra sensoriales, y con un refinado concepto de la violencia y el dolor (es de hacer notar el gusto de los japoneses por escenas de violación de mujeres indefensas por seres extraterrestres con tentáculos).
Como muy bien lo explica el crítico español Eloy Fernández Porta, cuando estudia las relaciones cyberpunk: “El único secreto de amistad posible consiste en compartir información comprometida: aquella cuya tenencia es delictiva, cuyo conocimiento es peligroso, cuya búsqueda ha sido ilícita o ilegal”.  
El autor norteamericano William Gibson creó su personaje Rei Toei inspirado en esta subcultura, Hollywood fue igualmente impactada, la serie de películas The Matrix debe temas y ambientes a estas tribus de jóvenes contestatarios, pero sobre todo, de este caldo de cultivo, es de donde provienen los grandes clásicos de los animé japoneses, obras como las archi famosas Ghost in the Shell, Neon Genesis Evangelion, Serial Experiments Lain, Akira… 
La corriente japonesa de ciencia ficción se inclina hacia las visiones apocalípticas, de sociedades que han tenido que revivir de las ruinas de una guerra devastadora, Japón durante mucho tiempo fue un territorio aislado del mundo, fue a partir del siglo XIX que se abrió a otras civilizaciones y a partir de ese momento no ha parado en su carrera de ponerse al día en la tecnología, este impulso no ha parado a pesar de que hoy está en la vanguardia de los adelantos.
Japón de alguna manera permanece aislado justamente en el tema de la literatura de ciencia ficción, son muy pocas las obras que han sido traducidas, en occidente estamos más familiarizados con los escritores de fantasía y horror, entre ellos Haruki Murakami (Kafka en la playa es un buen ejemplo) o Koji Suzuki (sus novelas El Aro y Aguas Oscuras han sido llevadas al cine), pero sus cuentos y novelas de anticipación, por alguna razón están represadas, y no precisamente por falta de premios y galardones a estos escritores, pero como bien argumenta el crítico Nagaru Tanigawa, la industria de los libros en Japón está en franca decadencia, las novelas con cierto éxito son aquellas diseñadas para ser leídas en los teléfonos celulares, de hecho los principales best-sellers de literatura primero salen en versiones para los móviles y luego son impresos, recordemos que Japón es el país del mundo con más blogs per cápita.

Es curioso que Japón sea tan influyente en el ambiente de la ciencia ficción mundial gracias a su industria de mangas (el 45% del mercado editorial japonés lo constituyen las mangas), animé y por supuesto, los video juegos (con supercorporaciones como Sony, Nitendo y Saga), incluso en arquitectura y urbanismo Japón a marcado la imaginería del futuro con sus ciudades de rascacielos y neón, de ambientes lluviosos y ese gusto por los experimentos cibernéticos entre humanos y máquinas. -  saulgodoy@gmail.com

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