Estamos acostumbrad
Gracias al extraordinario talento en los dibujos de
muñequitos, o comics, que allá lo
llaman Mangas (garabatos o tebeos), y su evolución natural a las películas de
dibujos animados (animés) la cual han
convertido en un arte mayor, Japón no deja de sorprender al mundo tanto por sus
historias épicas, como por sus inolvidables personajes.
Estos dos géneros se han alimentado uno del otro, han crecido y se han
convertido en una influyente industria que factura billones de dólares en todo
el mundo. La ciencia ficción está viva y goza de buena salud en la casa del sol
naciente, es interesante conocer que luego de la Segunda Guerra Mundial se
impuso una fuerte censura en la industria comunicacional japonesa, no así en
las mangas, que aprovechando esta ventaja trataban temas que en otros medios era
impensable tocar, de esta manera fueron creando un público adulto para sus
productos.
La tradición nipona en leyendas e historias folclóricas es riquísima en espíritus
naturales, héroes y personajes fantásticos con poderes sobrehumanos, esta
mitología alimentó el desarrollo de la ciencia ficción que se dio de manera
tardía en Japón, para algunos entendidos no fue sino hasta la Restauración
Meiji, a principios del siglo XX que se empezaron a manifestar las primeras
historias asociadas a la tecnología, una literatura que en sus principios era
considerada para niños.
Fue con la Segunda Guerra Mundial, en especial con
la ocupación Norteamericana, que las islas se inundaron de revistas de ciencia
ficción gringas, pero se tuvo que esperar todavía otra década, para que este
género incubara en el imaginario japonés.
Una camada de escritores nativos de ciencia ficción alimentaron las revistas de los años 60, escritores como Ryo Hanmura, Shinishi Hoshi y Aritsune Toyota, entre otros muchos, empezaron tímidamente sus contribuciones con historias para las revistas de los comics que eran las más populares, traduciendo lo mejor de la ciencia ficción norteamericana de su tiempo (en la actualidad hay toda una oferta de estas revistas conocidas como mangas que incluyen géneros como los Garo, los Gekiga, los Moe, los Seinen, los Josei, Shonen, Yuri, Yaoi, Hentai y otros).
Una camada de escritores nativos de ciencia ficción alimentaron las revistas de los años 60, escritores como Ryo Hanmura, Shinishi Hoshi y Aritsune Toyota, entre otros muchos, empezaron tímidamente sus contribuciones con historias para las revistas de los comics que eran las más populares, traduciendo lo mejor de la ciencia ficción norteamericana de su tiempo (en la actualidad hay toda una oferta de estas revistas conocidas como mangas que incluyen géneros como los Garo, los Gekiga, los Moe, los Seinen, los Josei, Shonen, Yuri, Yaoi, Hentai y otros).
Osamu Tesuka dibujante y editor con su más famosa creación Astro Boy |
La corporación más grande en la producción de
mangas es del médico y dibujante Osamu Tezuka, el creador del legendario
personaje Astro Boy y de Kimba, el león blanco.
Pero el detonante principal ocurrió en la década de los setenta, cuando confluyeron en Japón la Expo 70, la publicación de tres novelas que hicieron historia, El hundimiento de Japón, de Sakyo Komatsu (cosa curiosa, graduado en la universidad de Kyoto en estudios de literatura italiana), La Edad 4 del Inter hielo del famoso Abe Kôbô, existencialista y especulador filosófico con fuerte influencia de los dos grandes de Checoslovaquia, Kafka y Ĉapek, y La nave de guerra espacial Yamato, de Uchu Senkan, habríamos que agregar la influencia que tuvo el estreno de la película Stars Wars.
Pero el detonante principal ocurrió en la década de los setenta, cuando confluyeron en Japón la Expo 70, la publicación de tres novelas que hicieron historia, El hundimiento de Japón, de Sakyo Komatsu (cosa curiosa, graduado en la universidad de Kyoto en estudios de literatura italiana), La Edad 4 del Inter hielo del famoso Abe Kôbô, existencialista y especulador filosófico con fuerte influencia de los dos grandes de Checoslovaquia, Kafka y Ĉapek, y La nave de guerra espacial Yamato, de Uchu Senkan, habríamos que agregar la influencia que tuvo el estreno de la película Stars Wars.
El maestro Komatsu Sakyo |
Gojira, un clásico japones |
Una nueva generación de escritores apareció en los 80 entre los que ya se
encontraban Akira Hori, Hayao Miyazaki, Mamuro Oshi, Katsuhiro Otomo… en esta
década se da un vuelco importante, disminuyen drásticamente las revistas y
aumentan los premios a las obras audiovisuales de ciencia ficción, y se afianza
la industria del cine y la televisión, los escritores migran al nuevo medio y
algunos, se hacen productores y directores de sus propias obras.
De igual manera la industria musical se vio fortalecida con la nueva corriente
de los éxitos del animé, los nuevos grupos hacían música que era incorporada a
estas series o los productores recogían de la cultura popular piezas para sus
temas, lo importante es que hubo nuevos motivos, audiencias e inspiración y
aparecieron supergrupos y artistas como Luna Sea, Utada Hikaru y otros,
exponentes del rock pesado, de la balada, del pop (internacionalmente se le
denomina J’pop) de la música
electrónica y del Nu-jazz que muy
pronto tuvieron seguidores a escala mundial.
Se inicia la supremacía de los robots gigantes en las historias, precedidas por
figuras como Ultraman y los Power Rangers y un protagonismo poco
común de las mujeres como heroínas o personajes principales (el éxito de una
manga como CLAMP es un ejemplo de lo que digo, haciendo notar que el
protagonismo de las niñas son una constante en la cultura japonesa).
La extraordinaria factura de los dibujos de los
artistas japoneses, computadoras más poderosas y el desarrollo de los efectos
especiales, permitieron el aumento de la calidad visual de los productos y la
creación de espectaculares escenas.
Pero hubo un fenómeno notable en la sociedad japonesa, nació en los ambientes “underground” y es una tendencia que se le conoce como Cyberpunk, la tecnología adaptada al cuerpo, reuniones de tribus en ambientes, o muy tecno, o muy decadentes, jóvenes que creen en lo híbrido en el sexo y la personalidad, donde se hace culto a una razón colectiva, que manejan un lenguaje cargado de elementos cibernéticos, donde la visión del mundo es apocalíptica, no en vano es el único pueblo del mundo que ha sufrido un ataque nuclear.
Pero hubo un fenómeno notable en la sociedad japonesa, nació en los ambientes “underground” y es una tendencia que se le conoce como Cyberpunk, la tecnología adaptada al cuerpo, reuniones de tribus en ambientes, o muy tecno, o muy decadentes, jóvenes que creen en lo híbrido en el sexo y la personalidad, donde se hace culto a una razón colectiva, que manejan un lenguaje cargado de elementos cibernéticos, donde la visión del mundo es apocalíptica, no en vano es el único pueblo del mundo que ha sufrido un ataque nuclear.
Los personajes principales de Ghost in the Shell |
Fuertemente influenciada por el postmodernismo y la
subjetividad de las diversas realidades, los autores del cyberpunk son firmes
creyentes en universos paralelos y dimensiones extra sensoriales, y con un
refinado concepto de la violencia y el dolor (es de hacer notar el gusto de los
japoneses por escenas de violación de mujeres indefensas por seres
extraterrestres con tentáculos).
Como muy bien lo explica el crítico español Eloy Fernández Porta, cuando estudia las relaciones cyberpunk: “El único secreto de amistad posible consiste en compartir información comprometida: aquella cuya tenencia es delictiva, cuyo conocimiento es peligroso, cuya búsqueda ha sido ilícita o ilegal”.
Como muy bien lo explica el crítico español Eloy Fernández Porta, cuando estudia las relaciones cyberpunk: “El único secreto de amistad posible consiste en compartir información comprometida: aquella cuya tenencia es delictiva, cuyo conocimiento es peligroso, cuya búsqueda ha sido ilícita o ilegal”.
El autor norteamericano William Gibson creó su personaje Rei Toei inspirado
en esta subcultura, Hollywood fue igualmente impactada, la serie de películas The Matrix debe temas y ambientes a
estas tribus de jóvenes contestatarios, pero sobre todo, de este caldo de
cultivo, es de donde provienen los grandes clásicos de los animé japoneses,
obras como las archi famosas Ghost in the
Shell, Neon Genesis Evangelion, Serial Experiments Lain, Akira…
La corriente japonesa de ciencia ficción se inclina
hacia las visiones apocalípticas, de sociedades que han tenido que revivir de
las ruinas de una guerra devastadora, Japón durante mucho tiempo fue un territorio
aislado del mundo, fue a partir del siglo XIX que se abrió a otras
civilizaciones y a partir de ese momento no ha parado en su carrera de ponerse
al día en la tecnología, este impulso no ha parado a pesar de que hoy está en
la vanguardia de los adelantos.
Japón de alguna manera permanece aislado justamente
en el tema de la literatura de ciencia ficción, son muy pocas las obras que han
sido traducidas, en occidente estamos más familiarizados con los escritores de
fantasía y horror, entre ellos Haruki Murakami (Kafka en la playa es un buen ejemplo) o Koji Suzuki (sus novelas El Aro y Aguas Oscuras han sido llevadas al cine), pero sus cuentos y
novelas de anticipación, por alguna razón están represadas, y no precisamente
por falta de premios y galardones a estos escritores, pero como bien argumenta
el crítico Nagaru Tanigawa, la industria de los libros en Japón está en franca
decadencia, las novelas con cierto éxito son aquellas diseñadas para ser leídas
en los teléfonos celulares, de hecho los principales best-sellers de literatura primero salen en versiones para los
móviles y luego son impresos, recordemos que Japón es el país del mundo con más
blogs per cápita.
Es curioso que Japón sea tan influyente en el
ambiente de la ciencia ficción mundial gracias a su industria de mangas (el 45%
del mercado editorial japonés lo constituyen las mangas), animé y por supuesto,
los video juegos (con supercorporaciones como Sony, Nitendo y Saga), incluso en
arquitectura y urbanismo Japón a marcado la imaginería del futuro con sus
ciudades de rascacielos y neón, de ambientes lluviosos y ese gusto por los
experimentos cibernéticos entre humanos y máquinas. - saulgodoy@gmail.com
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