viernes, 23 de octubre de 2015

De los 12 golpes de Thays


La obra de Thays Peñalver, La Conspiración de los 12 Golpes, es una de las investigaciones políticas más lúcidas y exhaustivas de nuestra historia contemporánea; acabo de terminarla y me quedó ese sabor agridulce que sólo producen los buenos libros.
Thays se fajó como las buenas para encontrar, procesar, entender, organizar y darle sentido a más de mil documentos, entrevistas, grabaciones, reportajes, informes y otros libros sobre el tema, algunos de difícil acceso, que por separado no tendrían el mismo valor, si no se hubieran encajado en este enorme mosaico de eventos que esta lúcida escritora y analista nos ha construido sobre el auge y caída de la democracia en Venezuela.
Lo primero que me impresionó fue su labor de desmontaje del mito de nuestras FFAA; ya en las primeras cien páginas del libro nos muestra con lujo de detalles a una institución enclenque, mal formada, con graves problemas de conocimiento y de valores, receptáculo de seres humanos dañados, a quienes el país entregó sus armas para que lo defendiera.
Para la página doscientas el lector está al tanto no sólo de la grave amenaza interna que se cierne sobre la nación, debido a sus hombres en uniforme- los “políticos armados”, como bien los categoriza la autora- sino que además nos adelanta el objetivo de los militares, la instauración de la bota militar en el gobierno y la desaparición de la democracia.
Un plan absolutamente descabellado y sin futuro en los albores del siglo XXI, pero era el plan que nuestros radicales de la ultraizquierda tenían reservado para el país.
Nuestros cuarteles, nos enseña Thays, eran un hervidero de comunistas conspirando en las mismas narices de quienes nos gobernaban en democracia.
Toda aquella leyenda dorada de nuestras FFAA, de nuestros militares retratados como defensores de la Patria de Bolívar y garantes de nuestra Constitución, era solo propaganda, de la más burda e infame que sólo ocultaba una agresiva infiltración de factores de la izquierda más retardataria y controlada por los cubanos.
La otra gran contribución que ofrece este trabajo es el desenmascaramiento de esa figura obscena y mesiánica de Hugo Chávez; el personaje es disectado con mucho cuidado para enseñarnos su alma oscura y falsa, como una moneda de tres bolívares, una figura confeccionada de mentiras y cuentos de camino y empaquetada como el hombre popular, recio y salvador de la patria por los laboratorios socialistas de opinión pública. Da cierto horror enterarse de su verdadero currículo y de que ese golem nos haya mal gobernado por tanto tiempo, burlándose de cada uno de nosotros. Chávez fue el más díscolo y engreído de todos aquellos golpistas que protagonizaron sangrientos episodios de violencia callejera con el solo propósito de imponerle al país una agenda de dominación y explotación, cosa que logró, no por la fuerza de las armas, sino gracias a un estamento político y unos partidos que habían perdido su razón de ser y su sentido de sobrevivencia.
Thays nos habla también de una prensa y unos periodistas en complicidad con estos felones para llevar a un golpista, un traidor y un criminal a la más alta magistratura del país; presenta toda una vorágine de elementos, circunstancias y personajes que dieron vida a una creación artificial llamada Hugo Chávez y a una revolución que no tenía ni pies ni cabeza, situación que aprovechó el comunismo internacional para medrar de las riquezas petroleras del estado y sacar de la ruina y la miseria a otros países mientras hundía al nuestro en la desesperanza.
Y la verdad sea dicha, todos esos gobiernos democráticos que antecedieron al de Chávez le ocultaron al país la verdad, dieron la impresión de que gobernaban con cierta estabilidad, pero la realidad era que bailaban sobre la cuerda floja; si estos gobiernos hubieran informado sobre los golpes y conspiraciones que se develaban, si hubieran publicitado las identidades de los responsables y explicado los alcances de las intrigas, estoy seguro de que el pueblo se hubiera preparado, las instituciones funcionado para defenderse y la comunidad internacional presionado para desactivar la amenaza, pero prefirieron manejar la situación internamente, políticamente, a espaldas del país, muchas veces con una lenidad que asombra; si esa inteligencia se hubiera compartido y hecho pública, muchos de esos complots no habrían prosperado y sus actores habrían recibido sus castigos… y el país se hubiera ahorrado sobresaltos y retrocesos.
Los venezolanos sólo conocemos la política de salón, de campañas electorales, de debates políticos entre los partidos… pero subterráneamente ha corrido otro tipo de política que no tiene nada que ver con los discursos progresistas y patrioteros que escuchamos en televisión, es esta vena oculta y turbia donde se solventan los temas de poder y aspiraciones personales, de intereses de otros gobiernos, de presiones internacionales y amenazas veladas que los gobiernos no informan a los ciudadanos, y en un mundo globalizado, donde todo se interconecta de una forma u otra, el secreto y los operadores en las sombras pierden sentido.
El libro de Thays apunta a que una ciudadanía informada, al tanto de lo que sucede en sus instituciones, despojando de los ropajes de propaganda a las circunstancias y presentándolas como realmente son, se convierte en un elemento fundamental para la seguridad de la nación; porque un ciudadano bien informado toma mejores decisiones, exige mejores gobiernos, actúa para evitar situaciones de peligro y resguarda de mejor manera el bien común, cosas que, en definitiva, desembocan en la paz y la convivencia ciudadana.
El país hizo fiesta cuando, por desconocimiento, le entregó el poder a los golpistas, totalmente ignorante de sus intenciones, de sus pasados y de quiénes eran sus amos; fue una situación que tenía más de cuarenta años fraguándose y los gobiernos democráticos, que supuestamente deberían tenernos al tanto, prefirieron guardar silencio y ocultarnos la situación.
La espina que saca Thays Peñalver es gruesa, pero se siente alivio al saber que está afuera, ensangrentada, pero a nuestra vista.
Los gobiernos anteriores a Chávez no supieron defender la democracia, es más, la empujaron al precipicio, tal como revela la autora en su conmovedor capítulo final; una buena parte lo hizo por simple egoísmo, otra por miedo y aún otra porque confiaba en que con sus habilidades políticas podría manejar cualquier situación… hasta que se les sentó el gorila encima y no pudieron moverse.
La gran pregunta que surge al finalizar el libro es ¿Qué hacemos con los militares?, ya en varios artículos he abogado por una refundación de la institución, coincido con Thays en que un país con las características de Venezuela no puede prescindir de unas FFAA, pero no como las que tenemos en la actualidad, que no es sino un partido político armado y que ha respondido a intereses extranjeros; refundarla significa ir hasta su ADN y empezar desde cero.
Felicito a Thays Peñalver por su libro, lo disfruté y lo sufrí muchísimo; La Conspiración de los 12 Golpes no es sólo una enjundiosa obra histórica de nuestra política moderna, sino que está escrita con pasión y amor por nuestro país. Recomiendo ampliamente su lectura, es un tema que nos concierne a todos.  -  saulgodoy@gmail.com







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