Para el próximo mes de diciembre, el país tendrá una nueva elección, en esta oportunidad es para escoger representantes para la Asamblea Nacional, una asamblea unicameral (solo de diputados).
Vista
la calamitosa circunstancia de Venezuela y el desastre de gobierno liderado por
Nicolás Maduro, estos comicios se convertirán en un pleisbicito que hundirá
definitivamente la estructura de poder que Chávez había montado.
El
gobierno chavista está apostando a la trampa electoral como mecanismo para
tratar de disminuir los efectos de la derrota que se les viene encima, y vistas
las acciones que están tomando en la burocracia y en la calle, el PSUV, que es
el partido de gobierno, apoyado por todas las instancias de gobierno, en
especial, del organismo electoral, el CNE, que supuestamente sería el árbitro
imparcial, lo que están cocinando es un megafraude de proporciones muy
difíciles de ocultar.
De
allí la preocupación del CNE de invitar como “acompañantes” solo a organizaciones
y gobiernos amigos que con su silencio y complicidad avalen los resultados de
la jornada con el fin, que al momento de declarar un vencedor, pueda legitimar
los resultados.
Es
claro que los invitados internacionales del gobierno para ser testigos de las
elecciones, son partes interesadas en la victoria y continuidad del gobierno
chavista, muchos de ellos dependen financieramente de los aportes económicos
que les hace el gobierno venezolano, otros pertenecen a los bloques o clubs de
gobiernos socialistas que Chávez dejó funcionando previendo estas
circunstancias y están atados por nexos económicos y políticos, y aún otros
países como Uruguay, simplemente son chantajeados.
Maduro
en su empeño por parecer dispuesto a medir su gobierno a un escrutinio pulcro y
de acuerdo a la ley, acaba de firmar un supuesto acuerdo de respetar el
resultado final de las elecciones, fuera cual fuere, a pesar de su insistencia
en que no entregará los supuestos logros revolucionarios a la oposición y que
su gobierno debe ganar “como sea”.
La rectora del CNE Tibisay Lucena |
El
CNE, por su parte, ha permitido crear confusión en la tarjeta electoral
permitiendo que partidos financiados por el gobierno se apropien de símbolos,
colores y lemas muy parecidos a los de la oposición con el fin de crear
ventajas desleales, permite que se haga campaña a favor del gobierno en los
medios de comunicación del estado, manteniendo a la oposición en una grosera
desventaja, ha manipulado los circuitos electorales para favorecer al chavismo,
ha estado en una continua campaña de inhabilitación de candidatos de la
oposición en circuitos donde ganan con holgura, utilizando medidas de última
hora y hasta la misma justicia para sacarlos del juego.
El
abuso de poder del partido de gobierno ha desplegado una campaña de
amedrentamiento hacia funcionarios públicos y personas dependientes del estado,
para obligarlos a votar por los candidatos chavistas, todos los recursos del
estado están dirigidos a financiar y promover las campañas del PSUV, incluso utilizan
las obras públicas en construcción, desarrollo de viviendas, unidades de
transporte público y expendios de alimentos para hacer propaganda y comprar
votos.
Para
los organismos y naciones independientes que han pedido participación como
observadores electorales, les ha sido negada la invitación, contrario a la
campaña orquestada por el CNE de que Venezuela cuenta con el mejor sistema
electoral del mundo, el más confiable, seguro y rápido del orbe, ahora se hace
el remolón de recibir estas visitas y ha negado la participación justamente, de
los organismos que sí tienen la capacidad técnica de evaluar las elecciones
automatizadas que el gobierno le ha impuesto en el país.
La
Comunidad Económica Europea, la OEA, una serie de instituciones y ONG’s cuya
especialidad es justamente la transparencia de estos eventos tan importantes
para la democracia en el mundo, instituciones norteamericanas, grupos de la
ONU, entidades parlamentarias de otros gobiernos occidentales con interés en el
proceso, son ahora rechazados como observadores.
Tengo
la impresión, que lo que el gobierno de Maduro va a tratar de imponer, es un black out informativo para el resto del
mundo, van a tratar de hacer la trampa en las sombras. No es una casualidad que
se haya declarado Estados de Excepción sobre tres estados fronterizos, donde
justamente la oposición tiene grandes posibilidades de triunfo, ahora, bajo el
mando militar y la suspensión de las garantías, la mesa está servida para
efectuar un fraude manu militare.
Añadir leyenda |
Pero
vistas la cadena de sucesos que se han generado por la corrupción en el
gobierno, por el uso criminal de las instituciones, por la poca transparencia
de su gestión y la violencia física y verbal a la que está acostumbrado en su
trato con quienes no comparten su ideología y manera de lograr las cosas, el
mundo libre y civilizado está cada vez más cerca de declarar ilegítimo y forajido
al régimen absurdo del chavismo en Venezuela.
Varias
son las razones, siendo la principal que este comportamiento institucional de
un gobierno agresivo y poco respetuoso del orden y la convivencia
internacional, constituye un precedente muy negativo en momentos que se viven
situaciones delicadas con fuerzas fundamentalistas y radicales que quieren
acabar con la paz en el mundo, el manejo irresponsable de su política
internacional ha constituido un pésimo ejemplo de equilibrio y sindéresis,
haciendo de Venezuela un país riesgoso y en camino de una crisis humanitaria.
Si se
permitiera un proceso electoral plagado de irregularidades y con un resultado
poco claro, la legitimidad del gobierno caería a su mínima expresión, si el
CNE, organismo que proclama los resultados electorales, desconoce la voluntad
popular, que es la máxima instancia de la soberanía nacional, tal y como tiene
toda la intención de hacerlo, cometería un fraude de alcances internacionales.
Proclamar
como vencedor a quienes perdieron las elecciones, o alterar los resultados de
modo de favorecer a una de las partes, como ya se ha hecho en el pasado
reciente, todas las decisiones que provengan de ese gobierno ilegítimo, serían
nulos de toda nulidad.
Ya el
gobierno de Maduro viene seriamente afectado por esa traza de ilegitimidad que
afecta gravemente sus actos en el mundo, una de las últimas falsificaciones
hechas por el gobierno, fue la poca claridad que existe entre la fecha del
deceso del presidente Chávez en Cuba, y la fecha que publicita el gobierno de
su muerte, supuestamente ocurrida en Venezuela, fueron unos meses durante los
cuales la firma del difunto aparentemente fue falsificada, para hacer posible
decretos y leyes que cambiarían los resultados electorales de ese año 2012,
cuando Maduro fue proclamado por el CNE presidente de la república, a pesar de
todas las denuncias y reclamos que se hicieron sobre la manipulación de los
resultados.
Toda
la presidencia de Maduro ha estado signada por la nulidad de sus actos,
empezando porque ningún extranjero puede ser investido como presidente de
Venezuela sin violar la Constitución Nacional, y maduro es un extranjero
indocumentado, pero además, el partido PSUV en colusión con el CNE hicieron
trampas en el proceso electoral y en el conteo de los votos.
Esto
quiere decir que por medio del engaño y la mentira se han estado haciéndose
pasar por un gobierno legítimo en origen y en desempeño, estableciendo
compromisos y acuerdos internacionales con otros países, afectando la deuda
pública venezolana, recibiendo ayudas económicas como las del gobierno de China,
con las cuales pretende ahora repetir el fraude electoral, para afianzar su
poder político en un país donde tiene un electorado mayoritariamente en contra.
Ha
designado funcionarios consulares y diplomáticos en países extranjeros y en
organizaciones multilaterales e internacionales de manera totalmente ilegal, y
esto trae consecuencias graves no solo en cada uno de esos países sino en el
orden mundial, en nombre del país se están realizando alianzas, acusaciones, se
desarrollan políticas que atentan en contra de los intereses occidentales para
favorecer a los enemigos de la democracia.
Permitirle
continuar el fraude aceptando que conduzca estas elecciones sin observación de
la comunidad de naciones libres e independientes es un riesgo inmenso para la
estabilidad internacional, puede crear un precedente peligroso y un ejemplo
indeseable que pudiera contagiarse en otros países y regímenes con similares
pretensiones.
Creo
que llegó el momento para que se inicie una serie de medidas, que obliguen al
gobierno venezolano a una observación internacional, que garantice la pulcritud
del proceso y que los resultados sean lo más cercanos a la voluntad popular,
entre ellas debería estar el inmediato desconocimiento de las nuevas
autoridades por ilegítimas, si se procede a unas elecciones sin la observación
internacional, accesoriamente se deberían aplicar otras penas por violación de
derechos humanos e impedir la libre determinación de un pueblo, sanciones
especiales debería recaer sobre las autoridades electorales que permitan el
fraude, haciéndose cómplices del mismo.
Venezuela
el próximo 6 de diciembre debe estar en el centro de la atención mundial, se
debe impedir que se corra la cortina y se apague la luz sobre un evento que
debería ser la gran fiesta de la democracia y la libertad. - saulgodoy@gmail.com
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