miércoles, 25 de noviembre de 2015

El dinero no habla, gruñe



En el libro State of Fear, de Michael Crichton, un tecno-triller, para no decir ciencia ficción, sobre el tema del cambio climático, por cierto, su última novela antes de que falleciera, Crichton recrea una escena en un jet privado donde Evans, un abogado, y Kenner un agente del contraterrorismo ven un noticiero que reportan un enfrentamiento que acaban de tener con unos ecoterroristas en un parque nacional.
En el noticiario, el ancla del programa luego de reportar los sucesos dice: “… científicos concuerdan que habrá problemas delante de nosotros, más eventos de clima extremo, como inundaciones y tornados y sequías, todo como resultado del calentamiento global.
Evans dice- ¿Este sujeto está leyendo una nota de prensa?
-Eso es como lo hacen en estos días- Kranner dijo- Ni siquiera se ocupan de cambiar una frase aquí y allá, ellos solo leen la nota, y por supuesto, lo que dicen no es verdad.
-Entonces ¿Qué está causando el incremento de eventos extremos del clima en el mundo?- dijo Evans
-No hay incrementos en clima extremos.
-¿Eso se ha estudiado?
-Repetidamente. Los estudios arrojan que no hay incrementos en eventos extremos del clima en el último siglo. O en los últimos 15 años. Y algunos reportes sobre el calentamiento global no predicen mayores eventos, si algo predicen son menos eventos extremos.
-Entonces, ¿Lo que dice el reportero es mierda?
-Correcto, y también lo es la nota de prensa.
En pantalla el hombre del tiempo estaba diciendo- la situación es tan mala que las últimas noticias son estas, vean esto, glaciares en Groenlandia se están derritiendo y muy pronto desaparecerán completamente.  Estos glaciares tienen tres millas de espesor, amigos. Eso es bastante hielo, un nuevo estudio estima que los niveles del mar se incrementarán en veinte pies o más, de modo que es el momento de vender esa casa que tiene en la playa.
Evans dijo- ¿Y qué hay de eso? Estaba en las noticias ayer en Los Angeles.
-Yo no lo llamaría noticia- dijo Kenner- científicos en Reading corrieron simulaciones computarizadas que sugerían que Groenlandia podría perder su capa de hielo en los próximos mil años.
-¿En mil años?- dijo Evans
-Podría…
Evans señaló a la televisión- El no dijo que podría suceder en mil años a partir de ahora?
-¿Te lo puedes imaginar?- dijo Kenner- dejó eso por fuera.”
Lo que Crichton plantea en su novela es que hay personas y organizaciones en el mundo con el interés de crear pánico en la gente con el asunto del Calentamiento Global, que manipulan la información, entre ella la científica, para crear la impresión que se tratan de eventos no solo catastróficos sino inminentes, con el propósito de recoger dinero en fondos de emergencia para alimentar ese terror y crear instituciones paralelas a los gobiernos, y que en nombre de una supuesta campaña para salvar el mundo, obliguen a la gente a cambiar sus estilos de vida, la manera como trabajan y lo que consumen.
Lo he dicho en varias ocasiones, hay grupos de interés que abogan por darle un frenazo al capitalismo, tal y como hoy lo conocemos, hay intereses alimentando con información basura esta trama, pues estos alarmistas van a ser los beneficiarios de estos cambios que promueven, y que se encuentran no solo en corporaciones de tecnologías limpias, de alimentos orgánicos, de energías alternativas sino de políticos, que ven en estos reacomodos de la civilización occidental una oportunidad para instaurar sus ideologías, entre estos figura el partido demócrata de los EEUU y sus líderes que son parte principal de este vuelco civilizatorio que quieren dar hacia un socialismo más “humano”, entre sus líderes se encuentra el presidente Obama y ahora se ha sumado el Papa Francisco, quien pretende favorecer a una iglesia socialista antes que capitalista, porque ve en el capitalismo una desviación del ser cristiano.
Uno de los puntos de honor de este movimiento alarmista ambiental es dinamitar el negocio petrolero mundial con el cual se derrumbaría el capitalismo actual, poco les importa la crisis en que sumirían el mundo, los principales afectados sería los países en vía de desarrollo y el Tercer Mundo en general, sus posibilidades de desarrollo se verían encarecidas y la dependencia a los países con las tecnología limpias se afianzarían definitivamente.
El caos social que esto produciría en el mundo lo controlarían con gobiernos fuertes, dictaduras, al estilo Cuba y Venezuela, que se encargarían de mantener la estabilidad y la paz social, comiendo de las manos del nuevo orden socialista mundial.
Los enormes flujos de dinero cambiarían de las corporaciones y empresas privadas a instituciones gubernamentales y partidos únicos, que controlarían sus centros de poder por medio del terror a una catástrofe ambiental.
Ojo! no estoy diciendo que no hay un cambio climático, a lo que me atengo es que ese cambio es el curso natural producto de todos los factores que inciden y han incidido en el clima desde los orígenes del planeta Tierra.  Lo que estoy diciendo es que hay personas e instituciones que por conveniencia están manipulando las observaciones y los resultados científicos para probar que es la actividad humana la causante de cambios acelerados y drásticos en nuestro clima.
Tomemos el caso de los osos polares que es un ejemplo de lo que hablaba Crichton en su novela, no hay semana que pase sin que aparezcan artículos, programas en televisión o comentaristas radiales hablando de la inminente desaparición de la población de los osos polares el ártico.
Los osos polares son una especie bastante especializada a su medio ambiente local y que por siglos de glaciaciones han conservado un amplio territorio con las condiciones ideales para su desarrollo y crecimiento, pero su hábitat natural depende del clima en gran medida y si sufre variaciones, la especie va sentirlo de una manera u otra.
La historia de los hielos en el planeta indica, que en espacios de tiempos geológicos (que nada tienen que ver con los tiempos humanos), los casquetes polares se contraen y expanden en ciclos, de hecho, hubo períodos de tiempo cuando el polo norte estaba cubierto por bosques, y otros cuando los hielos casi llegaban al que hoy es el estado de la Florida en los EEUU, cubriendo casi la mitad del mundo.
De hecho, una revista de National Geographic editada en 1896, explicaba que los hielos de los glaciares se estaban retirando desde los tiempos de George Washington, hay informes confiables de la Bahía Glaciar en Vancouver, que indican que para el año de 1750 la mayor parte de la bahía la ocupaba el glaciar, para 1794 ya se reportaba un retroceso de los hielos, para 1879 cuando John Muir, fundador del famoso Sierra Club estuvo allí, anotó que el glaciar se había retirado de la entrada de la bahía 30 millas, y para 1900 la Bahía Glaciar estaba totalmente libre de hielo.
El proceso de deshielo no se ha detenido porque estamos viviendo un período interglaciar (estos períodos duran aproximadamente 100.000 años cada uno), si el proceso de deshielo parece haberse acelerado, no es precisamente debido a la abundancia de gases invernadero producido por la quema de combustibles fósiles, sino por un alza esperada y razonable en la temperatura de la Tierra, de modo que esas escenas que nos presentan los ambientalistas alarmistas, de pedazos enormes de hielo desprendiéndose de los glaciares, de las cataratas de agua cayendo al mar desde enormes paredes de hielo, es parte del proceso natural de deshielo.
El ex vicepresidente de los EEUU Al Gore, destacado alarmista ambiental, quien ha realizado películas y programas, dado conferencias, escritos libros y recogido fondos para detener el Calentamiento Global, ha utilizado al oso polar como símbolo de la degradación ambiental del planeta, y ha sido muy efectivo.
Pero las predicciones de Al Gore hechas hace casi veinte años atrás no se han cumplido, muchos de los glaciares que dijo desaparecerían todavía están allí, los países cuyos territorios iban a sumergirse en una gran parte por la subida del nivel del mar, siguen tratando de atraer turistas a sus playas, los osos polares no están en peligro de extinción sino que han experimentado un crecimiento en sus poblaciones.
El día 19 de Noviembre del 2015, apareció en el diario El Nacional una noticia sobre el peligro que corría la población de osos polares de disminuir en un 30% antes del 2050 (cada vez más los ambientalistas alarmistas corren sus fechas muy convenientemente), eran declaraciones de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y que las atribuía entre otras razones al calentamiento global y a la explotación petrolera en el ártico, la UINC ponía la población de osos entre 22.000 y 31.000 individuos en el mundo.
Resulta que es todo lo contrario, el biólogo canadiense Mitchell Taylor testificó ante el Senado de los EEUU que de 13 colonias de osos polares que viven en Canadá (las más grandes del mundo), 11 se han reportado estables o en crecimiento. La experta en osos polares, la Dra. Susan J. Crockford con 35 años de experiencia con estos animales, ha demostrado en un reciente estudio que ha sido el aumento de los hielos precisamente, uno de los peligros para el oso polar.
El ecologista Jim Steel asegura que una población de 25.000 osos polares asegura un máximo histórico de la población de osos polares en el polo norte, a pesar del descenso que experimentó la población entre el año 2000-2013, en su opinión el oso polar nunca ha estado en mejores condiciones, esto, a pesar de las escandalosas informaciones e imágenes que un tal Charles Monett hizo correr en la prensa mundial sobre osos polares ahogándose o muriendo de hambre que impactaron la comunidad ambientalista, aparentemente, todo un montaje.
Repito, en esto del cambio climático hay que irse con mucho cuidado, hay demasiado dinero involucrado, demasiados intereses y la apuesta de los bandos en pugna tiene carácter global. –
saulgodoy@gmail.com








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