jueves, 5 de noviembre de 2015

La revolución como concepto y oficio




Es sin duda un gran esfuerzo, intelectual y editorial, el que ha hecho el gobierno comunista de Hugo Chávez por hacernos ver que la Revolución Bolivariana no es un fenómeno aislado en el curso de los acontecimientos humanos; sus más excelsos intelectuales, endógenos e importados, han tratado de hacernos ver el impresionante pedigrí de esta insurgencia, que remontan en Venezuela a los comuneros de la Villa del Rosario en 1781 en el Virreinato de Nueva Granada, que se levantaron en contra de de la imposición de nuevos impuestos por parte de la corona española.
Hay otros, más arriesgados, que pretenden ver las raíces de este movimiento en la resistencia indígena de nuestros aborígenes en contra del proyecto de conquista que venía adjunto al descubrimiento.
El asunto, no es tanto desde donde empezamos a recoger ese hilo de Ariadna en los laberintos de este historicismo a ultranza, sino como hacen estos cuenta cuentos revolucionarios para pegar con saliva tantos pedazos sueltos de resistencia al oprobio, sin contar con los episodios, importantes e inocultables de sus propios imperialismos de izquierda, como el Cubano tan lleno de explotación y crímenes que borran toda pureza a sus “nobles” sentimientos revolucionarios.
Nicolás Maduro y Raúl Castro, las figuras más siniestras de la izquierda latinoamericana, explotadores de sus pueblos

Parto de una idea que considero importante, donde hay opresión hay resistencia y finalmente rebelión, no importa el signo político de uno u otro; si algo nos ha enseñado la historia es que cuando hay explotación del hombre por el hombre, y aquí hablo de esclavitud, de servidumbre, de explotación inhumana y descarnada, cuando se intenta anular al otro de manera salvaje y oprobiosa para usarlo como objeto o instrumento, en algún momento, de alguna manera, vendrá la única
respuesta posible, la violencia liberadora, la rebelión.
La Fiscal Ortega maneja el terror judicial en nombre de la revolución
Esto es muy distinto a la revolución, que es una rebelión con ideología, las revoluciones son movimientos insurgentes con un contenido político que pretende posicionar y ganar derechos para el grupo que se levanta en contra del otro, mientras una rebelión trata de acabar con el acto de opresión sin más pretensiones, la revolución intenta instaurar un cambio en las relaciones sociales de carácter más o menos permanente, con base en una organización y un plan, y quizás, lo más importante, con un contenido de ideas y valores que queda instaurado una vez eliminado el contendor.
Un connotado agente al servicio de Cuba tiene programas en radio y TV para la indoctrinación caastro comunista
Es por ello que la rebelión puede ser parte de una revolución; pero no siempre es así, hay revoluciones pacíficas que se caracterizan precisamente por carecer del elemento de rebelión, de esa violencia que enfrenta la opresión; puede cambiar un estado de cosas por medio de las ideas, de la resistencia pacífica, de la no colaboración e incluso de la amenaza a la violencia, pero sin llegar nunca a la rebelión.
Volviendo a nuestros revolucionarios bolivarianos y socialistas del siglo XXI, ellos manejan la pretensión, infundada, de que las insurgencias del Nuevo Mundo, sean éstas rebeliones o revoluciones, tienen todas un elemento ideológico en común que las hermana a todas,

Los hombres fuertes del regimen, Maduro y Diosdado,principales violadores de la Constitución
y tiene que ver con una conciencia de los pueblos oprimidos, una “memoria histórica y colectiva”, como les gusta decir, que se resume en una lucha de clases y en un proceso de insurgencia popular.
Es claro que se trata de una interpretación marxista e interesada de la historia, que se aprovecha del único elemento en común que todos estos movimientos han tenido, la opresión; opresión que sólo existe de los “otros” hacia “nosotros”, nunca de la que surge de “nosotros” hacia “ellos”,
principalmente porque cuando los comunistas llegan al poder, por arte de magia, el “nosotros” se hace “pueblo”, y como pueblo soberano sus actuaciones están mas allá del bien y del mal, de modo que los “otros” sólo existen para ser  traidores, conspiradores, agentes extranjeros, imperialistas, en una palabra “enemigos”, por lo que la opresión ahora se convierte en otra cosa, y la rebelión en golpe de Estado.

Bajo la consigna de una unión cívico-militar han impuesto un regimen militarista que todo lo controla
Esta es la tesis del castro-comunismo cubano por la cual solo la historia los juzgará, pretenden salir librados de sus crímenes porque cumplen con la voluntad del pueblo, así sea esclavizar y explotar al pueblo como cualquier terrateniente colonialista extranjero.
Pero fundamentalmente, esta tesis marxista de la historia requiere de un acto de fe en que efectivamente existe esa memoria histórica, atribuida a un ente colectivo tan complejo y diverso como lo es la población venezolana (ni qué decir de la memoria histórica-colectiva latinoamericana).
Este historicismo latinoamericano trata de registrar solamente, las consecuencias de la lucha de clases, y la hace determinantes en el resultado de los eventos que vivimos; nos exigen creer que la historia transcurre tal cual ellos dicen, obviando, por ejemplo, el aporte de los individuos a los movimientos de cambio, las corrientes ideológicas contrarias al marxismo, los cambios económicos en el mundo, el factor aleatorio y el juego de las probabilidades estadísticas, que por alguna extraña razón, para los socialistas latinoamericanos y en especial para los bolivarianos, no aplican a la historia.
Han construído una sociedad donde toda persona es sospechosa de deslealtad al gobierno y debe ser vigilada

Los pobres, los débiles y desposeídos, todos estos  “conceptos” de grupos a los que hacen pasar por explotados y víctimas de la injusticia social provocadas por el capitalismo, son solo la excusa de un pequeño grupo de hombres y mujeres violentos, que se dicen socialistas y manejan el alto gobierno, para “defender” los intereses del pueblo, para en su nombre, gozar y usufructuar la riqueza de la nación, para adoctrinar a los jóvenes en ideologías perversas que solo buscan la sumisión y la obediencia, sin crítica, sin análisis, haciendo de los líderes de la revolución los nuevos dioses, y del Estado, el nuevo culto.
Es por ello que ningún gobierno comunista jamás verá su propia opresión, y que históricamente, han resultado ser, las más inhumanas.-         saulgodoy@gmail.com


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