La situación alimentaria en Venezuela se deteriora a pasos agigantados, no tanto por el nivel de inventarios, reservas, inversiones en el sector y escasez visible en los mercados, sino por lo que no sabemos, que el gobierno de Maduro le oculta al pueblo, vamos derecho a una crisis humanitaria de alcances impensables en nuestro país.
En
estos momentos que escribo estas líneas hay personas pasando hambre, familias
enteras que tienen muy poco que comer y que ya empezamos a ver en las calles
buscando en la basura los deshechos de los demás; esta situación tiende a
empeorar exponencialmente a medida que los días pasan, los anaqueles de los
supermercados y de las bodegas se quedan sin productos, las alacenas y las
cocinas en los hogares ven reducir sus existencias de víveres de manera
acelerada y sin posibilidades de reponer lo que ha consumido.
En el
interior del país la situación ya es grave, las colas de gente ante los puntos
de suministro de alimentos crecen en tamaño y desesperanza de conseguir los
productos más básicos para la comida del día; pero, debido a la hegemonía
comunicacional del gobierno sobre los medios de comunicación, el hambre no se
hace evidente, el gobierno ni siquiera se ocupa del caso para no despertar
curiosidad, aparentemente, está esperando que la situación se desborde, se haga
crítica y la población se violente, con la intención de aplicar estados de
excepción, militarizar las regiones y poner al país bajo un estricto control
alimentario… todo este plan sin abandonar sus fines políticos de perpetrarse en
el poder.
La
MUD tiene planes a plazos muy largos, seis meses para tratar de hacerse con la
verdad real del país es demasiado tiempo para la emergencia que ya estamos
sintiendo sin que se declare.
Ya
debería haber equipos de expertos negociando la ayuda humanitaria con
organizaciones internacionales, deberíamos tener los números, los costos, las
necesidades, las redes de apoyo, la distribución, la metodología, la seguridad…
pues, sin quepa la menor duda, el gobierno inhumano de Nicolás Maduro va a
querer utilizar la ayuda humanitaria como arma política, porque, al igual que
en Somalía, Siria y otras regiones del mundo en conflicto, quienes detentan el
poder con las armas van a aprovecharse de la crisis para hacer negocios… así
funciona el chavismo, los hemos visto florecer en la miseria humana.
Mientras
tengamos a estos desalmados en el poder, Venezuela no puede contar con el
gobierno para tratar de llevar alivio a una situación que ellos han creado ex
profeso, por lo que la sociedad es la más indicada para convertirse en el
operador de la ayuda humanitaria en el país.
Como
ya dije, ya deberíamos tener unos estimados de qué regiones están en peor
situación, qué porcentaje de su población está en situación de riesgo y contar
con un plan básico de atención a sus necesidades.
Una
de las ideas que me ha pasado por la cabeza es la de proporcionar a esos grupos
de alto riesgo (esos que, si no se les atiende, se mueren de hambre,
literalmente hablando) por lo menos una comida diaria que llene los estándares
mínimos para una alimentación de sobrevivencia, que imagino andará por las
2.000 calorías\ día; no soy nutricionista, pero la UCV, fundaciones privadas,
centros de nutrición privados y la industria alimenticia deberían estar
abocados en la atención de un programa masivo de alimentación de sobrevivencia para
la población más vulnerable. Una comida diaria, como la famosa sopa Rudenford,
que alimentó a los ejércitos en campaña en Europa en el siglo XVIII, proporcionándoles
el suficiente alimento para que aguantaran la crisis.
Una
comida diaria para los adultos, dos para los niños menores de 13 años, suministradas
en forma gratuita, distribuida en iglesias, colegios o estadios, representan un
reto en logística y administración que ya debería estar en proceso, en su etapa
inicial, o por lo menos ya debería estar claro en qué consistiría esa sopa
salvífica, qué ingredientes contendría, cómo podrían acopiarse y cómo cocinarla
para tanta gente. Con consideraciones como los productos y la tradición
culinaria del venezolano.
La
ONU tiene una vasta experiencia en ese tipo de programas para refugiados y ya
deberíamos tener las primeras conversaciones para conformar una dirección que
coordine estos esfuerzos, porque repito, mientras tengamos al gobierno chavista
de Nicolás Maduro, no es posible contar con ellos, ni con las FFAA, debemos
hacerlo nosotros, la sociedad civil organizada, sus partidos políticos, sus
organizaciones sociales, la MUD, si realmente quiere afrontar el problema.
Arreglar
el país, de manera de lograr la auto sustentabilidad en alguna medida, va a
tomar su tiempo; el daño propinado por el chavismo ha sido inmenso, los pocos
recursos que genera el país deberían estar en buena parte dedicados a que la
hambruna no tome posesión de de la nación.
Para
poder producir necesitamos paz y estabilidad social; un país lleno de gente
hambrienta en las calles sólo traería el caos en la forma de violencia, saqueos
y destrucción. La historia nos ha enseñando que una sociedad precavida, con
inteligencia, aún en las peores circunstancias, puede sortear el problema.
Incluso
los EEUU tuvo que organizarse para evitar este caos social durante la depresión,
se organizaron y pudieron hacerle frente al hambre y la miseria, lo mismo pasó en
Europa y en otros continentes.
En
nuestro caso, el problema inmediato es que desconocemos el alcance del problema
en que estamos involucrados, debido a que el gobierno esconde la realidad para llevarnos
a la anomia social, por eso lo más sensato es pensar lo peor, prepararnos para
las más duras circunstancias, y tener un plan.
Nadie
quiere hablar del asunto, todos dicen que lo que viene es duro pero todavía le
dan largas, algunos están planificando en una escala de tiempo irreal, muy
pocos estamos previendo la peor situación posible – si no se da, mejor - pero
debemos estar preparados por si llega.
Espero
que mi llamado, que lo vengo haciendo desde hace ya un buen tiempo no caiga en
oídos sordos, debemos prepararnos para el peor escenario posible, incluso uno
donde el gobierno de Maduro esté trabajando en contra nuestra. -
saulgodoy@gmail.com
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