Pero la unidad vista luego de la gran victoria del 6D, no del concepto de unidad como reunión de partidos políticos para la derrota del chavismo, el concepto cambió, quiéralo o no la misma unidad, los resultados logrados cambiaron radicalmente el significado de la palabra y es bueno que los integrantes de esta organización (porque es una organización política, con estatutos, directores, misión, estrategia, miembros, presupuesto y hasta imagen corporativa), caiga en cuenta de este hecho que va mucho más allá de lo semántico.
No sé
si lo pensaron o fue producto de las circunstancias, pero la Unidad, se ha
convertido en algo más que un conglomerado de partidos y personalidades
políticas, se transformó en un constructo, en un aparato cultural y social, en
una idea que desbordaba sus propios límites y expectativas, de un simple signo
es ahora un símbolo.
Algunos
de los directivos de la Unidad se dieron cuenta de esta mutación y empezaron
hablar de ampliar los horizontes de la unidad hacia uno de cambio, la unidad
era igual a cambio, se dieron cuenta que sin el voto chavista descontento no
tendrían la fuerza necesaria para tumbar la hegemonía del régimen y esta
estrategia les funcionó.
El
llamado voto castigo, el descontento no solo de un pueblo hostigado y humillado
se sumó a esta promesa de cambio, sino también el de una militancia chavista
ignorada y relegada a relleno para mítines y marchas a favor del gobierno, pero
apartados de los intereses de un partido que tenía otra agenda que no era su
gente, muchos de estos intereses eran internacionales y sobre todo, del interés
de una cúpula que se hacía cada vez más monolítica y egoísta.
La
avalancha de votos que obtuvo la oposición solo es explicable por que la Unidad
sirvió de bandera para el cambio, de salida para una situación insostenible de
mucha gente que dependía para su subsistencia del gobierno y este le había dado
la espalda.
La
pregunta que surge es ¿Ha comprendido la Unidad esta situación? O va a seguir
comportándose como lo que originalmente era, un conglomerado de intereses
partidistas con vocación de poder, porque de esta disyuntiva pueden surgir
escenarios muy contradictorios y peligrosos.
Empecemos
por decir que la gente votó por una tarjeta, la de la manito abajo y a la
izquierda, allí no había consideraciones de carácter personal, la mayoría de
los candidatos eran desconocidos, solo algunos pocos tenía un trabajo político
y eran reconocidos, pero el grueso de esas listas era un cúmulo de nombres que
no tenían significado ni rostro para el elector.
Prevaleció
el símbolo sobre el signo, el signo decía éste es tu representante y el partido
que te convoca, el símbolo clamaba por cambiar la situación cotidiana de
millones de venezolanos acoquinados por la inseguridad, la carestía, el
abandono y la inflación, la unidad para el grueso de esos 7 millones de
votantes era, salgamos de este mal gobierno necesitamos otra cosa.
Y es
preocupante, que la impresión que recibo, es que la Unidad está actuando y
comportándose como conglomerado de intereses políticos de partidos haciendo
caso omiso al valor que le asignó sus constituyentes, y parecen ver esta
victoria como un botín de guerra privado, sólo de ellos, únicamente que para
los elegidos, con lo cual hay internamente una rebatiña de cargos,
designaciones negociadas, grupos de presión, exigencia de méritos cuando no de
dineros invertidos en la campaña, importancia mediática, de experiencias, de
cuentas mal sacadas porque no son los candidatos salidores lo importante en
este momento, sino el interés de una mayoría de venezolanos que no quieren ver
justamente lo que ya se vislumbra como una guerra interna por el poder.
Si
las decisiones de la MUD no toman en cuenta ese nuevo animal en que se han
convertido, si ignoran que el triunfo no
fue algo meramente mecánico y de estrategias partidistas, si deciden darle la
espalda a lo que simbolizan ahora, por encima de sus pequeñas parcelas de
poder, auguro un muy breve período de estabilidad antes que las fuerzas
externas a la Unidad los desintegre y con ello, la esperanza de cambio.
Ya
veo protagonismos indeseables, descargas de revanchismo contenido, pasiones
desbordadas, la mayoría de los voceros no están hablándole a la gente, están
tratando de llamar la atención sobre sus personas y expresando su incontenible
sed de dominio sobre lo que consideran fue su triunfo personal, no están siendo
fríos y calculadores en la situación que los rodea, el enemigo sigue allí,
quizás más peligroso que nunca, la crisis se abalanza sobre Venezuela con una
fuerza de huracán nivel 5 y posible alerta de desastre, las fuerzas internas de
la MUD están perdiendo su objetivo principal y entreteniéndose en una ilusión
de poder que está muy lejos de haberse consolidado, la labor del “Chuo”
Torrealba, ahora es que empieza, la bomba no ha sido desmantelada, su mecanismo
de relojería está intacto y continúa haciendo Tic-Tac-Tic-Tac…
Pero
por otro lado, el apoyo popular y mayoritario que recibió la MUD no fue para
quedarse con los brazos cruzados, esa mayoría en la Asamblea Nacional otorgada
por la voluntad popular es para que se logre el cambio de rumbo que el país
reclama, es una herramienta poderosa que las fuerzas democráticas del país
deben y tienen que usar para asegurar la institucionalidad y el imperio de la
ley.
Se
impone un ducha helada sobre los miembros de la MUD, que vuelvan a sus cabales
y se den cuenta el terreno donde están pisando, el pueblo de Venezuela y el
mundo los está mirando, es el momento de ser delicado, de saber que cable
cortar, que fusible desactivar, ahora están bajo presión, los tiempos se
agotan, las imprudencias no son permitidas, hacer lo necesario no siempre
implica complacer al que más pide.
Hasta
aquí los trajo el pueblo pensando en el cambio, ahora está de su parte
iniciarlo, sería muy trágico que no lo entendieran. - saulgodoy@gmail.com
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