“El hombre está espicaho” le escuché a un mesonero en una tasca ayer, refiriéndose al aspecto de derrotado que lucía Maduro, mientras veíamos la cadena que se hizo desde Miraflores donde un grupo grande de colectivos, se reunieron en el llamado Balcón del Pueblo.
Allí
Maduro los arengó con su verbo limitado, violento y guerrerista y la verdad,
que la situación me pareció surrealista, minutos antes veíamos a un muerto, al
Presidente Chávez, en esas innumerables apariciones mediáticas hablando de las
relaciones estratégicas y de su pronto retorno a La Habana para exámenes
médicos concernientes a su salud, luego, aparece Maduro, un ciudadano
Colombiano, que falsificó sus documentos de identidad para ocupar los altos
cargo a los que fue designado, incurriendo en un fraude continuado.
Pues
bien, éste extranjero, estaba pidiéndole al pueblo venezolano que lo siguieran
en la continuación de una revolución que arruinó al país, hasta el punto que el
chavismo, ese movimiento popular y socialista que era la base electoral del
PSUV, le retiró el apoyo al gobierno y lo dejaron como pajarito engrama
haciendo cui-cui.
Gritaba
Maduro que la oposición había ganado gracias a una pavorosa guerra económica
imperialista, que había estado tres años asediando a Venezuela para arruinarla,
para dejarla sin alimentos, para confundir al pueblo y hacerles creer que la
revolución era la causante de todas estas calamidades.
Maduro
tiene entre ceja y ceja que el pueblo, especialmente el chavista, es estúpido y
porque lo piensa, cree que si la echa la culpa de su derrota a la gente, su
responsabilidad se diluirá y podrá salir ileso del trance, bajo esta estrategia
de locos, acusa a los chavistas de confundidos, de que fueron manipulados mentalmente,
de que no fueron leales con Chávez y traicionaron su legado.
La
verdad es que hay que ser un cara dura para tratar de voltear la mesa y acusar
a la víctima de sus propias faltas, de las promesas que incumplió, del gobierno
tan malo que ha obligado a los venezolanos a tragar.
¿Cómo
puede un gobernante que hace todo lo posible para arruinar la economía, robar
el tesoro nacional, desviar fondos para cuentas en el extranjero, enriquecer a
sus socios, regalar nuestro petróleo, no invertir un centavo en la economía
productiva, arruinar a los empresarios, quedarse con todos los dólares del país
para gastarlos como le da la gana… como puede decir que hay una guerra
económica en su contra, si es él, y solo él, el causante de la quiebra de la
economía?
Controlan
el 99% de todos los medios de comunicación de masas ¿Cómo pudo el imperio
confundir a la gente sin que se diera cuenta? Con todas esas cadenas,
transmitiendo cada uno de los actos de su gobierno, hablando tonterías en cada
programa en que aparecía, con CONATEL pendiente de multar a quien se atreviera
a decir algo bueno de la oposición.
¿No
fueron sus asociados quienes importaban toda la comida que el país necesitaba
porque decidieron expropiar las fincas y haciendas del país? ¿No fueron sus
FFAA las que ocupaban las fábricas, silos, depósitos, galpones y mercados para
cerrarlos y darse el gusto?
¿No
son ellos los que controlan las guías de transporte, los inventarios de las
empresas, los sindicatos, no eran ellos los que se pasaban inspeccionando los
centros de acopio y los que controlaban los precios finales de los productos,
no fueron los precios justos invento de ellos?
Todos
los dólares eran de ellos y no le daban un centavo a nadie, los puertos y
aeropuertos lo controlaban los cubanos, ellos daban las licencias de
importación, los que nacionalizaban las mercancías que entraban, los que
manejaban las aduanas y alcabalas a lo largo y ancho del país, si había
contrabando, eran ellos los que lo hacían, si traían comida podrida eran ellos
quienes la traían y los soldados la enterraban, ya descompuestas en los
cuarteles, para que nadie hiciera preguntas.
Maduro
nunca ha explicado cómo era que se hacía esta guerra económica, acusa a La
Polar y a su dueño de ser cómplices de ésta guerra pero no nos termina de decir,
como hacía la empresa más vigilada y fiscalizada del país para hacerle daño a
la economía.
¿No
eran todas las industrias que caían en sus manos un fracaso de gestión, acaso
alguna operó con algún éxito, alguna produjo ganancias, alguna está abierta en
estos momentos?
¿Cómo
hizo para quebrar a la industria petrolera venezolana, a la cual jamás
invadieron los marines, ni fue intervenida por los capitalistas de Wall Street?
Se trajo los socios que le dio la gana de lugares del mundo que no se pueden
pronunciar, les dio bloques inmensos de la faja del Orinoco para que las
desarrollaran, todas las facilidades y aún así nunca, produjeron nada.
Pero
eso sí, ahora de repente empiezan a aparecer cuentas en bancos extranjeros con
cantidades multimillonarias a nombre de funcionarios de su gobierno, capturan a
sus familiares traficando con drogas en el imperio, han vendido una cantidad de
empresas y bienes de la república, empeñado el oro de nuestras reservas, han
dado en prenda concesiones mineras, vendido petróleo a futuro, todo para
conseguir dinero que nunca viene al país y sólo enriquece a un grupito de
burócratas corruptos, amigos y familiares suyos.
Le
digo la verdad, con un gobierno como el de Maduro no hace falta una guerra
económica, suficiente es la guerra que le tiene el PSUV al pueblo de Venezuela
con sus medidas impositivas, sus controles, sus cuatro tipos de cambio, el
desorden administrativo que está acabando con el estado, las restricciones de
acceso a la divisa, la corrupción sin frenos, las mentiras y falsedades que
dicen, las locuras que hacen, la violencia que imponen y el miedo que pretenden
que tengamos los ciudadanos de estos energúmenos.
La
inflación es una creación chavista, principalmente madurista y la han engordado
hasta el punto que nos está aplastando sin que intervenga ningún factor
extranjero en el asunto, no hay conspiración, ni manipulaciones macroeconómicas
ni planes nefastos del imperio, la inflación en Venezuela tiene los ojitos de
Chávez y los bigotes de Maduro.
Sí, y
la guerra económica es sicológica porque los quienes nos las quieren vender
están locos y para creerla, hay que estar irremediablemente descerebrado.
– saulgodoy@gmail.com
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