jueves, 3 de diciembre de 2015

Si fuera chavista, ¿Qué haría?


Empecemos por decir que hay tres tipos de chavistas, los dirigentes, los cuadros medios o funcionarios y la masa, cada uno de ellos tiene algo que perder o ganar, por lo tanto tienen diferentes maneras de actuar ante la inminencia de los cambios políticos que se avecinan, y
que sin ninguna duda los afectará, pueden ser inteligentes o irracionales, pueden ponerse del lado de los cambios o resistirlos, pueden hacer uso de la violencia o actuar políticamente.

La masa o el grueso de los simpatizantes del chavismo, saben que sin Chávez el movimiento revolucionario está acabado, tienen un sustituto a la figura del Comandante que es ese señor que mentan Nicolás Maduro, que nada tiene que ver con ellos, así se la pase diciendo que es venezolano, obrero y que es del pueblo… la conexión era con el Comandante en la plenitud de sus facultades, no con un hombre que no se sabe quien lo maneja, si una mujer, si desde la Habana, si un gurú o esas apariciones de animales que le insuflan directrices.
Como toda masa movida por los acontecimientos, su interés se alineará con quienes los tomen en cuenta y tengan posibilidades de obtener beneficios del poder, nadie apuesta a perdedor, eso es parte de la naturaleza humana y como el chavismo se desinfla rápidamente, reina el caos y el descontrol, jamás estuvieron preparados para el fracaso a pesar de las advertencias y de los signos que indicaban que estaban haciendo las cosas de manera equivocada.
El chavismo y Maduro pretendieron poner al pueblo a pasar trabajo y hambre, para que siguieran regalándole petróleo a Cuba, sostener el flujo de dinero chino a cambio de importantes sesiones de territorio venezolano, otorgando créditos blandos a países del Caribe para comprar sus votos en la ONU y la OEA, pero principalmente, para seguir disfrutando de una fiesta donde ellos, el pueblo,  no estaba invitado.
Y porque las fuerzas opositoras lucen organizadas, con cierta unión, con dirección, aunque sin un liderazgo visible, lo que importa en cara a las elecciones del próximo 6 de diciembre, es que su discurso es incluyente, sus líderes comunitarios en cada circuito son conocidos, tienen un trabajo hecho y por lo que aparentan, tienen ganas de trabajar por un cambio a mejor, que implica limpiar al país del desastre que han dejado los chavistas.
Apoyar al chavismo es continuar con la situación del desabastecimiento, de la inflación, sin fuentes de empleo seguras, con el hampa haciendo lo que le da la gana, sin servicios públicos de calidad… lo que ofrece el PSUV son las mismas caras, la misma actitud sobrada y como si estuvieran haciéndole a la gente un favor.
Maduro se ve cada vez más violento y hablando como si fuera un disco rayado de la guerra económica, de los empresarios tramposos, del imperio maluco, se le nota más desencajado y grosero, lo que hace es amenazar de que va a radicalizar este mal gobierno que tiene, donde no puede ni recoger la basura en la calle, ni atender como es debido a su propia familia.
Ah, pero a Cuba, el imperio malvado sí la trata mejor y se habla de futuro, de inversiones, de eliminarles el embargo, ¿Qué pasó con esos revolucionarios cubanos que no ha pasado con los venezolanos?.
Algo debe estar haciendo Maduro de manera equivocada que tiene engorilados a los empresarios, a las universidades, a los sindicatos, a la iglesia, a los pensionados, a los médicos, a los comerciantes, a los transportistas, a los estudiantes, a las amas de casa, a la policía, a los maestros, a la Polar, a los periodistas, a las líneas aéreas, a los productores agrícolas, a los trabajadores petroleros, a los hermanos colombianos… está en guerra con todo el mundo menos con los militares, a quienes tiene llenos de regalos, de dinero y de comida, pero al pueblo, lo quieren ver haciendo colas sabrosas y comiendo piedras fritas.
Los cuadros medios del chavismo que en su mayor parte son funcionarios públicos, trabajadores calificados, técnicos y profesionales, son gente que dependen de sus trabajos para sobrevivir, muchos de ellos en realidad no les importa quién sea el jefe con tal que los dejen trabajar, lo malo, que los han obligado a hacer y decir cosas que los comprometen con la actual revolución, que en nada tienen que ver con la de Chávez, en algunos casos han actuado en contra de la ley, dañado a las personas, perjudicado a las comunidades, violentado a los usuarios, se han involucrado en cuestiones “políticas” de otros países que han salido muy costosas, se dice que algunos altos funcionarios trabajan con el crimen organizado, que se trata de un gobierno que es intolerante y se maneja a niveles de corrupción peores que en los gobiernos de AD y Copey.
Este segmento del chavismo se siente que son el relleno del sándwich, los “tontos útiles” que los montan en autobuses y los llevan a concentraciones, que les quitan de sus sueldos contribuciones “voluntarias” para apoyar al partido, que los botan de sus trabajos a la menor excusa y no les pagan sus prestaciones.
Muchos de estos funcionarios están viviendo bajo el terror de listas, vigilancia de cubanos, amenazas y chantajes, son los que conforman el grueso de las movilizaciones en los actos del gobierno, los que salen obligados con banderitas o gritando consignas al paso de la caravana presidencial.
A una buena parte de este funcionariado le han hecho creer que todo lo que tienen y lo que son, se lo deben a la revolución y que si la revolución se acaba, ellos pierden… estos chavistas tienen un dilema, si quedarse en la nave de la revolución que se está hundiendo, o saltar y salvarse.
Pero si negocian, si se convierten en elementos que ayuden al cambio, si se oponen, de manera inteligente a ser usados como comodines revolucionarios, si informan lo que sucede intramuros, si colectan evidencias en contra de los verdaderos ladrones y criminales que están destruyendo las instituciones en las que trabajan, tendrán la oportunidad de salir ilesos, las fuerzas de la oposición están dispuesta a lanzarles un salvavidas, sólo hay que salir de estos vividores para que empiece el cambio y las cosas empiecen a mejorar, para todos.
Luego están los dirigentes chavistas, una parte de ellos ya tiene su Plan B, fuera del país, con otros pasaportes, con nidos de oro esperándolos, con sus familias ya viviendo en el exterior, son estos
dirigentes los que harán el llamado a la resistencia, a la lucha por la revolución, pero ese combate que lo hagan otros… ellos se van, es el caso de un conocido animador de la televisión oficialista que no pasaba un día sin amenazar que lanzaría al pueblo a la calle a matar e incendiar si la oposición llegare al poder, como si el pueblo fuera de él (resulta que era un espía cubano), ese ya tiene un apartamentico en Mariel, Cuba (no lo dejaron entrar en las exclusivas urbanizaciones en Varadero).
Los dirigentes chavistas que se quedan, lo harán en la creencia que ellos, como no tienen rabos de paja ni cuentas que pagar, podrán recoger los pedazos del chavismo y tratarán de seguir adelante por un futuro político, es el grupo que confían en las negociaciones, algunos de ellos tendrán la capacidad para disolver la violencia, pactar la no agresión, entregar las armas, respetar las reglas democráticas, con ellos es que el nuevo gobierno se sentará y pactarán los arreglos para una transición en paz.
Estos dirigentes chavistas que realmente creen en la revolución y que pueden salvar el partido, van a tener que hacer una depuración profunda de la organización, amputando los miembros podridos, por muy alta que sea su figuración, a los funcionarios y dirigentes que sin importarles la militancia ni los valores verdaderamente socialistas que los reunieron, se dieron a la tarea de sembrar la corrupción, la traición a la patria, anteponiendo sus propios intereses a los del partido, privilegiando sus apetitos y el de algunos factores extranjeros a los intereses de la nación.
Y en este lote entra Maduro, quien se ha convertido en la causa de la derrota y el desmoralización de la militancia chavista, permitirle que continúe en el poder es un error y una tranca para una posible reunificación del partido PSUV, es plomo en el ala para la oportunidad de muchos otros dirigentes chavistas que quisieran seguir en la política.
Hay toda una serie de mecanismos internos del PSUV para realizar esta limpieza, lo que sería una señal positiva de que no todos están contaminados por el crimen y la corrupción, de que aún hay gente decente y venezolanos de corazón en sus filas, que hay chavistas demócratas que no están asociados con vender la soberanía del país, con el peculado, militarismo, discriminaciones y la violencia gratuita.
Por supuesto, siempre quedan los “Patria o Muerte” pero afortunadamente serán minoría, fácilmente ubicables, y que sin apoyo popular, por más tropa que dicen tener, no son sino fantasmas que dan pena, a estos extremistas se les cercará y se les emplazará a que deponga la violencia, siempre dentro del respeto de sus derechos humanos fundamentales, sería el caso de algunos oficiales militares que se dicen chavistas y algunos colectivos armados, pero estamos seguros que al final, se integrarán a la vida nacional.
Si yo fuera un chavista jugaría inteligentemente, es decir, negociaría la permanencia política y legítima de una fuerza política en democracia, no como hasta ahora, queriendo ser los únicos en el
escenario a fuerza de abusos y atropellos.
A partir del 6D se juega un nuevo juego, se trata de un nuevo tablero, con nuevas reglas y la oportunidad de salir ganando es justamente ahora, cuando todavía hay margen de maniobra.  –

saulgodoy@gmail.com

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