martes, 23 de febrero de 2016

El hombre que descubrió el fuego bajo el agua



En la extraordinaria película El Paciente Inglés, el personaje principal interpretado por el actor británico Ralph Fines, quien era justamente el atormentado paciente, mutilado y quemado luego de un terrible accidente de aviación, en sus últimos días en manos de las tropas inglesas que lo investigaban como un colaboracionista de los nazis, leía, o se hacía leer en su lecho de enfermo un grueso tomo de las obras de Plutarco, el gran historiador griego, era un volumen manoseado, subrayado, lleno de escritos y notas, contentivo de fotos y dibujos, el libro era su entretenimiento e inspiración y al mismo tiempo su archivo personal.
Pensé en aquel momento que libro tendría como compañero en mis últimos días y no lo dudé ni por un instante, sería Fuegos Bajo el Agua, del escritor venezolano Isaac José Pardo Soublette (1905-2000), se trata de uno de esos libros que Harold Bloom llamaba, “sapienciales”, que reunían en sus páginas la historia y sabiduría de una buena parte de la humanidad, como los libros de historia de Plutarco, Pardo hace un compendio de la Utopía, una aproximación a ese mundo de locura y éxtasis que ha marcado la historia del hombre occidental al momento de pensar en la sociedad ideal.
El autor, Isaac J. Pardo
Pocas son las reseñas que se han hecho a este importante libro, que a todas luces debe estar entre los primeros de un canon de literatura venezolana y mucho cuidado si no debería figurar en los de la literatura universal.
Son casi mil páginas de erudición histórica, de atisbos a los orígenes de la religión, definitivamente un compendio de los grandes mitos, de las fantásticas visiones de los conductores de pueblos que trataron de construir futuro, organizando a sus imperios y tribus con miras a un orden divino y a la inmortalidad.
Hay dos versiones de esta obra, la primera y original, editada por la Casa de Bello (1983) en una cuidada publicación a cargo de Oscar Sambrano Urdaneta, y la segunda, de la Biblioteca Ayacucho (1990), con prólogo de Juan David García Bacca y con el texto revisado y aumentado por el autor.
Pardo es una figura interesante de nuestra historia local, médico de profesión, político (fundador del partido URD), preso y exilado político, descendiente de una familia judía de exitosos comerciantes en nuestro país, fue periodista y editor del diario El Nacional, un historiador experto del período colonial, humorista, una de las plumas de la legendaria publicación El Morrocoy Azul, en 1963 fue Director del Consejo Supremo Electoral, novelista, ensayista, en 1983 publica la obra que nos ocupa Fuegos Bajo El Agua, y al año siguiente recibe el premio nacional de literatura por la misma.
Me he dedicado los últimos treinta años a la investigación sobre la literatura utópica, que es abundante y muy rica en expresiones artísticas, hay poesía, ensayos, novelas, obras de teatro, códigos, planes y propuestas, hay documentos fundacionales de comunidades utópicas, manifiestos políticos, discursos, cartas, libros sagrados y de revelaciones, y de los poquísimos libros que tratan el tema fundacional de las utopías, que recoge los orígenes de esta tendencia en el mundo de las ideas, que hace una relación histórica de las ideologías detrás de estos intentos de orden en el mundo, el libro de Isaac Pardo brilla con luz propia y se destaca por su coherencia.
El tema no es nada fácil aunque sí apasionante y con mil caminos que se bifurcan, cada civilización, cada filosofía, cada una de las religiones del mundo tiene en su seno los mitos fundamentales del hombre y esas visiones, algunas deslumbrantes, otras terroríficas de los sueños de una sociedad perfecta, de esa búsqueda a veces racional otras fantasiosas de la armonía entre los hombres, de la derrota y el exilio de la pobreza, la guerra y las diferencias, sobre todo económicas, en las comunidades de naciones.
Lo extraordinario de la utopía es que ha servido de combustible, cuando no de ruta en el mapa para algunos gobiernos en su búsqueda de la felicidad, por las utopías la gente ha muerto, se han dado revoluciones, se han arruinado países, se han obtenido avances importantes en las maneras de relacionarse las sociedades, en contribuciones positivas en los derechos humanos.
Las utopías han servido de alarmas cuando no de acusaciones veladas en contra de regímenes e ideas que tratan de esclavizar al hombre, algunas utopías han pretendido esa esclavitud, para realizar sus fines de un orden perfecto, algunas otras pretenden no solo la transformación del ser humano en entes irreconocibles, sino violentar su naturaleza con fines fáusticos.
El terreno utópico es uno en el que hay que incursionar advertido de sus peligros, no es un viaje de recreo ni de formación de los que se traen fotos y objetos de recuerdo, el viaje a utopía es una inmersión en una realidad paralela que puede muy fácilmente engañar los sentidos y tomar la mente como rehén, en algunos casos, hasta exigir la vida misma como sacrificio último, como ha sucedido en algunas sectas religiosas y en partidos políticos ultra radicales.
Fuegos Bajo El Agua, no es un libro fácil, es una obra cargada de erudición, de infinitas lecturas de distintas culturas que su autor ha recopilado con ánimo de coleccionista, y con las cuales ha elaborado un denso tejido donde la trama se toca en múltiples puntos, de donde parten, como si fueran figuras fractales, una enorme cantidad de consecuencias y efectos, como ramas de un tupido árbol que no dejan de tener un tronco en común.
Pardo nos entrega ese tronco, nos remonta a los orígenes del pensamiento utópico, la intención del autor en un principio era relatarnos como, el Obispo Mexicano Vasco de Quiroga, instruía a los indígenas sobre la Utopía de Tomas Moro, como si se tratara de un plan maestro pensado para la organización social y política del nuevo mundo, pero el tema lo desbordó y muy pronto se encontró navegando en el vasto océano el pensamiento utopistas anterior a Moro, nos explica sus delicados mecanismos y nos enseña como nuestro pensamiento, la manera como vemos el mundo, se encuentra colgado de una de esas múltiples ramas que apenas podemos entrever.
El libro concluye con uno de los análisis más lúcidos que he leído de la obra de Tomás Moro, Utopía, de la que celebramos éste año, cinco siglos de su aparición.
Arturo Uslar Pietri dijo sobre este monumento intelectual: “No abundan los libros de esta clase en la bibliografía hispanoamericana. Más que un esfuerzo por abarcar y explicar, representa una poderosa incitación a pensar y avanzar… nos es la obra de un equipo de especialistas y de un claustro universitario, sino de un solitario aventurero del pensamiento…”
Recomiendo a mis lectores la edición de la Biblioteca Ayacucho por las dos razones mencionadas, el autor corrigió la obra y la aumentó, y el prólogo del filósofo García Bacca es realmente uno de sus mejores escritos, un verdadero regalo para la inteligencia, e insisto, Fuegos Bajo El Agua no se trata del mejor libro escrito en Venezuela sobre el tema, es uno de los mejores en el mundo occidental, y espero, que algún día sea reconocido como tal. -  saulgodoy@gmail.com







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