lunes, 25 de abril de 2016

Obreros revolucionarios


Fue Lenín, en 1917, mientras construía su paraíso obrero socialista en Rusia, el que dijo: "Toda la sociedad se convertirá en una sola oficina y en una sola industria con igualdad de trabajo para todos e igualdad de paga". 
Lamentablemente sabemos lo que sucedió con aquel sueño convertido en pesadilla, llegó el punto en que el trabajo era escaso y la paga no valía nada, la gente moría de hambre.
Trotsky había comentado que, cuando el Estado era el único empleador, "el que no trabaja no come", ante la calamitosa situación cambió la frase por "el que no obedece no come"; los únicos que podían decir que les iba bien, era el pequeño grupo de la "nomenklatura", o sea, la oligarquía comunista cercana a los líderes del proceso.
Es por ello que no comprendo a los líderes obreros de esta "robolución", o son unos irresponsables que creen en el cuento de un paraíso socialista, o son unos vivos que quieren ser parte de la "boliburguesía" a costa de los obreros que han engañado con las promesas de que no hay mejor patrono que el Estado, ni mejor vida que la del sacrificio por el sueño de Chávez.
En ambos casos, son unos criminales que llevan a sus camaradas al degolladero; frente al Estado socialista, los trabajadores no tienen derechos pero sí obligaciones, son carne fresca para el molinillo revolucionario, no pueden reclamar, no pueden protestar, u obedecen o se mueren de hambre.
El dictador Chávez se la pasa recordándoles que antes eran explotados por los empresarios neoliberales, que eran alienados por unas miserables monedas que recibían los quince y último, que eran obligados a gastar su sueldo en necesidades que no eran reales sino basura que promovía la publicidad, que son ellos, los que tragan polvo y respiran candela en las fundiciones mientras los dueños de las empresas se enriquecían a su costa.
¿Qué les estaba diciendo realmente?  Por alguna razón que desconozco, Chávez creía que obedecerlo a él era mejor que ser contratado por un empresario, que la relación obrero-patronal es inmoral, pero la relación soldado-tropa que él pregonaba, era de lo más pura y conveniente para los obreros ¿Cuál era el negocio que les planteaba? Olvídense de los sindicatos como organizaciones que defienden sus derechos y buscan una mejor calidad de vida para los obreros, olvídense de huelgas, paros, reclamos salariales, contratos colectivos, seguros y prestaciones, olvídense de negociar con el patrono, ahora obedecen o "se van a lavarse ese paltó".
El engaño viene disfrazado de "ahora ustedes son dueños de la empresa", y de un plumazo les quita su condición de clase obrera y los hace empresarios socialistas.
Pero, a diferencia de sus anteriores patrones, ustedes no le van a ver el queso a la tostada, no ganarán un centavo, no verán bonos, ni repartirán dividendos, ni habrá ganancias; a diferencia del capitalismo, recibirán monedas de trueque local, si tienen suerte, tickets de racionamiento que sólo podrán gastar en las tiendas del Estado y por lo que exista en los anaqueles para ese momento.
Pero, ¡mosca! en aras de la integración latinoamericana, la fábrica de la que son "dueños" puede cerrar en cualquier momento, ya que los productos que hacen podrían ser sustituidos por unos más baratos que hacen los hermanos bolivianos o porque nos pagan en trueque con otros que hacen los hermanos brasileños; además, pueden perder el trabajo si los hermanos cubanos (los preferidos del tirano) se les ocurre montar una fábrica igual a la de ustedes.
Esa nueva clase de "empresarios socialistas" tendrá que aprender a vivir cubriendo las cuotas de producción de acuerdo a la planificación de las necesidades de la "robolución"; es decir, ustedes, que son los dueños de la empresa socialista, van a tener no sólo que comprar sus materias primas y servicios a los precios que alguien en algún ministerio crea que deben pagar, sino que van a producir lo que otro ministerio les diga y al precio que ellos crean conveniente para el proceso.
Al final del día estarán mucho peor que antes, van a tener que trabajar por nada, cantando las canciones de Alí Primera, y si se les ocurre protestar, les mandarán a la Guardia Nacional.
Lo bonito del socialismo es que si se quedan sin trabajo, no importa, pueden recibir sin ningún costo medio kilo de arroz, una lata de sardinas, un paquetico de café y una botellita de aceite al mes (si los hay) en sus bolsas socialistas de alimentos, y si se enferman podrán ir a Barrio Adentro, para que unos estudiantes revolucionarios, practiquen con sus cuerpos, lo que Esculapio no se atrevía hacer con los cerdos en Alejandría.
Pronto verán a sus líderes obreros comiendo en lujosos restaurantes, montados en espléndidas Hummer, viviendo en bonitas quintas, sólo los verán cuando les traigan la noticia: "Hermano, camarada, la revolución te tiene otro destino…".
Esto era así cuando Chávez vivía, pero ahora con Maduro la situación empeoró en grado sumo, una a una, las empresas han venido cerrando sus puertas porque el estado no les permite funcionar, no hay divisas (dólares) para las materias primas, no hay ni luz ni agua para que puedan funcionar, los obliga a conservar trabajadores que no quieren trabajar y pagándoles sueldo, los obliga a detener la producción de sus fábricas cada vez que el presidente obrero se le ocurre dictaminar que un día es feriado, tienen que vender todo a “precios justos” y primero al estado, lo que implica que no hay pago sino para después, todo hay que declararlo, todo está bajo escrutinio de inspectores y comisarios que se la pasan imponiendo multas por cualquier tontería.
Los empresarios dejaron de ser dueños de sus empresas, allí tienen el caso de las industrias Polar, la más grande del sector alimenticio, la que más personas emplea, los que más alimentos producen y de variados tipos, la de mejor historial en el país como generadora de riqueza y prosperidad.
Nicolás Maduro en un encono que se diría personal en contra de su dueño, ha utilizado todo el poder del estado para quebrarlas, para sacarlas del negocio, para hacerlas desaparecer sin importarle el futuro de sus trabajadores, de la infraestructura, de los mercados, del pueblo… ahora anda anunciando que podrían ser nacionalizadas y un grupete de sindicalistas gobierneros, andan haciendo fiesta ante tal perspectiva, de nuevo la sombra asecha, los trabajadores convertidos en empresarios socialistas, otra vez la amenaza de arruinar a todo un sector productivo en la creencia que los corruptos del gobierno, los funcionarios que se han robado nuestro dinero, pudieran sustituir a los verdaderos y legítimos empresarios.
Tenemos 17 años en esta danza macabra, y las colas de gente buscando comida crece, y el desabastecimiento aumenta, la inflación disparada, y la violencia que todo lo rompe surgiendo a borbotones entre la anomia social, el socialismo bolivariano del siglo XXI logró su propósito, destruir a un país petrolero, a una economía agrícola en ascenso, a un plantel industrial de los más grande de Latinoamérica, a una de las sociedades con mejor calidad educativa en el continente.
¿Cómo le van a explicar los obreros revolucionarios a sus hijos, que la razón por la que sufren de hambre, miseria y carestía es porque aceptaron un día, dejar de ser obreros, para convertirse en empresarios socialistas?  -  saulgodoy@gmail.com

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