domingo, 24 de abril de 2016

La bolsa de comida


Una nueva violación de los DDHH de los venezolanos está en proceso por parte del gobierno bolivariano, ante la escasez de alimentos y utilizando el hambre del pueblo como instrumento de control político, el gobierno de Nicolás Maduro, que es lo mismo que decir, el gobierno de Raúl Castro que ejerce desde Cuba, idearon la entrega de una bolsa de comida, contentiva de productos básicos de la dieta, solo a aquellas personas que demuestren su contento y apoyo al actual gobierno por medio de su firma en una lista, para ser usada en cualquier acto político a favor del gobierno, incluyendo actos electorales.
La bolsa de comida compuesta de productos regulados por el gobierno a “precios justos” son entregadas por medio de los Consejos Comunales, sólo a sus adeptos y quienes hayan firmado, excluyendo a una gran parte de la población que no está de acuerdo con las políticas del gobierno, incluyendo este acto de extorción.
Esto es gravísimo ya que hace evidente el apartheid y la discriminación por pensar diferente, pero es también el uso de medidas de biocontrol sobre necesidades humanas básicas para la vida, como lo es la alimentación.
En primer lugar están utilizando el presupuesto de la nación para la adquisición de los productos, que en una democracia debería ser de todos los venezolanos sin distingo de creencia política, de hecho, buena parte de ese presupuesto lo pagamos todos, vía impuestos.
Sabiendo, Castro, Maduro y la cúpula criminal del Alto Mando militar de Venezuela, que el gobierno socialista bolivariano no cuenta con el apoyo popular y que por vía democrática, no hay manera de que sean mayoría política, se la están agenciando para que por vías fascistas, inconstitucionales y violando derechos humanos fundamentales tratar de conseguir un supuesto apoyo político y un rechazo a las políticas que genera la oposición democrática desde el parlamento.
En este punto debo señalar algo que ha causado alarma internacional, y es el uso, por parte de los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), de doctrinas, pensamientos y argumentos que corresponden al régimen nazi, encausados principalmente en las tesis del jurista alemán Carl Schmitt para defender y darle sentido jurídico a medidas de guerra en contra de la oposición política venezolana, a quienes trata como enemigos y de quienes tiene un importante grupo de líderes en prisión por delitos políticos.
Esta posición, que repito, ha sido pública y notoria, siendo el último alegato del TSJ utilizando estas formulas propias del nacional socialismo alemán, fue la sentencia emitida para rechazar el decreto de amnistía a los presos políticos por parte de la Asamblea Nacional.
Las doctrinas del partido nazi alemán que fueron utilizadas para matar de hambre a la población judía confinada al gueto de Varsovia en Polonia, así como para justificar el Holocausto en la Segunda Guerra Mundial, están siendo utilizadas en este siglo XXI para justificar el genocidio que se está cometiendo en contra del pueblo de Venezuela.
En pocas palabras, están convirtiendo los procesos de negación de asistencia sanitaria, de alimentación y de servicios públicos fundamentales como partes de un proceso administrativo socialista de rutina, basado en unas medidas de emergencia provocadas por un ataque de factores internacionales en contra de la estabilidad del gobierno.
La torcida lógica socialista iría de esta manera, hay cierta cantidad de comida ¿A quién se la damos? ¿A los indeseables o al pueblo? Si Dándosela al pueblo obtenemos su amor y lealtad, entonces ¿Qué hay de malo en llevarle comida al pueblo y que los enemigos de la patria pasen hambre?
Este proceder nazi, incluye la participación de las comunas como parte integral del estado socialista revolucionario, simples personas que están siendo utilizadas como tontos útiles del gobierno sobre quienes ultimadamente y a medida que la crisis se haga insostenible, caerá la reacción de la gente llevada a la violencia por el acoso de la hambruna y serán blanco de los reclamos y la rabia de las masas desesperadas.
Los militares traidores, quienes se prestan en esta jugada diabólica custodiando el transporte y la seguridad de estos puntos de entregas de comida por firmas, en clara violación de nuestra Constitución Nacional tendrán en algún momento que utilizar sus armas en contra del pueblo y aplicar la solución final.
En este proceso administrativo nazi, los militares están cumpliendo órdenes, una función dentro del aparato de orden público, obedeciendo a sus superiores en el deber de brindarle alimentos al pueblo.
Para muchas familias venezolanas esa bolsa de comida que entregan los consejos comunales a sus camaradas o a los que firmen, representa la diferencia entre poder alimentarse y pasar hambre, y en esta charada están involucrados los militares desde el ministro de Alimentación que es un oficial, repetidamente acusado por corrupción y a la orden de los intereses cubanos y toda la cadena de mando de nuestras FFAA quienes son los que deben apartar con sus armas al grueso de la población de esta posibilidad de recibir alimentación.
Las FFAA al aceptar convertirse en verdugos del pueblo por instrucciones de un Comandante en Jefe que ni siquiera es venezolano, y claramente obedece instrucciones del gobierno cubano, ha caído en una espiral de deshonra y crimen del que les será muy difícil recuperarse, con este accionar del programa de las bolsas de comida manejados políticamente y por los militares se convierte en una acto de guerra en contra de la población venezolana, una agresión proveniente de un gobierno extranjero y ejecutada por traidores a la patria.      –   saulgodoy@gmail.com





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