viernes, 20 de mayo de 2016

Nace la revolución



"El 20 de diciembre de 1924, a las doce y cuarto de la tarde, Hitler fue sacado de la prisión de Landsberg, después de trece meses y veinte días de detención. Había comprendido que el poder le pertenecería a condición de conquistarlo por medios legales, es decir, usando la fuerza, pero disimulándola con artificios, violando la ley, pero escudándose en sólidas complicidades, fingiendo jugar a la democracia, pero minándola en su interior."
                                                                  Jaques Delarue
                                                                      La Gestapo

Con la llegada de Chávez al poder se culmina un proceso de deterioro  democrático y de infiltración de la izquierda en nuestra institución militar que comenzó en 1958, justamente con la caída de Pérez Jiménez; históricamente será identificado ese año, 1999, como el triunfo de las fuerzas antidemocráticas en nuestro país; era el único  resultado posible luego de años de corrupción,  inepcia   administrativa   y olvido de las aspiraciones legítimas de un pueblo empobrecido y mantenido ignorante, por parte de los partidos de la vieja oligarquía.
La democracia no cumplió su papel de proporcionar mejores condiciones de vida, empleo, educación, participación e inclusión en una parte importante de la población, las instituciones estaban tomadas por los partidos políticos y el gobierno solo complacía las necesidades clientelares y eleccionarias de esas organizaciones, y la respuesta fue Hugo Rafael Chávez y el chavismo. 
Hombres y mujeres violentos se hicieron con las instituciones fundamentales y proclamaron una revolución de corte cubano, con el apoyo de Fidel Castro y el beneplácito de otras naciones y movimientos de izquierda, que vieron en ello la oportunidad de minar la influencia norteamericana en la región.
El hecho de ser un país con una de las democracias más sólidas del continente y en medio de una crisis mundial de acomodos de bloques económicos, guerras en el medio oriente y actos terroristas de gran escala, permitió que esta "revolución" golpista participara y ganara en las urnas de votación, sin levantar suspicacias en el resto del mundo.
Los analistas creyeron que el pueblo venezolano que había vivido por décadas en los valores de la libertad y la libre empresa pudiera hacer de efectivo freno a cualquier pretensión comunista.
No contaron en lo efectivo que había sido el trabajo de indoctrinación en los cuarteles, se olvidaron que la izquierda venezolana poseía unos cuadros formados y fogueados en la clandestinidad, y que a pesar del medio siglo transcurrido desde que la izquierda se rebeló y fue combatida, la organización seguía intacta y ahora con nuevas organizaciones políticas y un discurso renovado.
Los factores democráticos internacionales que presenciaban estos cambios políticos en Venezuela tampoco creyeron en la eficacia de los medios de comunicación para perpetrar el engaño y la trampa, Chávez conocía muy bien la naturaleza de este llamado “Cuarto Poder”, simplemente tenía que adueñarse de algunos, asfixiar a los otros y establecer la mentada hegemonía comunicacional.
Cuando aparece Chávez en escena, la mesa estaba servida; una importante porción de la población viviendo en la pobreza, un sistema económico que nutría a unos pocos intereses, un sistema político agujereado por la corrupción y la ineficacia, unas instituciones débiles y serviles al poder, la defensa de las libertades y la democracia no eran prioritarias, de modo que, nuestro sistema inmunológico político estaba debilitado ante una epidemia totalitaria.
Toda la formación militar de este líder de movimientos golpistas e insurreccionales, fue aplicada en aplastar la disidencia con las armas del terror, según los postulados clásicos de los manuales norteamericanos sobre contrarrevolución que estudió mientras se formaba.
Los principios de guerra psicológica, propaganda y terrorismo de Estado fueron desempolvados y aplicados sistemáticamente en contra del pueblo de Venezuela, con la cooperación de la inteligencia cubana y su experiencia en organizar los grupos de choque y las redes de inteligencia social, fue así como se entrenaron y se apoyó a grupos de control e informantes, de allí los famosos Círculos Bolivarianos, los Patriotas Cooperantes, el Poder Comunal, ojos y oídos de la revolución y las nuevas milicias, que sustituirían a las Fuerzas Armadas.
Se inició una persecución sostenida en contra de los factores de oposición, utilizando el sistema judicial como instrumento, primero de venganza en contra de ciertos personajes e instituciones, y luego como control de la disidencia, de esta manera empezaron a aparecer los llamados presos políticos.
Desde la Asamblea Nacional, tomada por el oficialismo, se operaron los cambios legislativos necesarios para tomar control absoluto de la economía de la nación y de sus instituciones fundamentales, El Consejo Nacional Electoral, el Tribunal Supremo de Justicia, el llamado Poder Moral que incluye la Defensoría del Pueblo, La Fiscalía y la Procuraduría, el Banco Central y los órganos de seguridad del Estado, todo, cayó bajo el dominio de los intereses del chavismo y sus comisarios políticos.
Pero la convivencia democrática practicada por tantos años en Venezuela, la fortaleza de los principales grupos económicos del país así como la presencia fundamental de los medios de comunicación social libres e independientes, impidieron que el plan se llevara a cabo con facilidad, existía una resistencia aunque inarticulada y sin liderazgo que trató de evitar lo inevitable.
Los partidos políticos de la llamada oposición democrática, todos sin excepción provenían de la izquierda, muchos de ellos vieron con simpatía y apoyaron abiertamente al chavismo cuando accedió al poder, y a medida que avanzaba, hicieron una oposición timorata y colaboracionista, la ideología socialista en cualquiera de sus manifestaciones está unida por un mismo cordón umbilical, el populismo, y cortar con ese vínculo toma tiempo y pasar mucho trabajo.
Por el lado revolucionario, la misma ineptitud que ha caracterizado a los gerentes públicos de la democracia continuó, y se acentuó con la supuesta revolución. La corrupción y la ignorancia sobre asuntos de Estado le restó fuerzas al proceso, pero la bonanza petrolera y el apoyo del régimen castrista le insuflaron alientos.
El hecho de haber dividido al país en pueblo y burguesía, le facilitó al gobierno chavista identificar rápidamente a sus intereses, pero le impidió a la revolución tener acceso a un recurso humano preparado, fundamental para su éxito. La misma ideología, difusa, contradictoria y personalista del proceso impidió la concreción de metas claras y logros importantes, que de alguna manera le hubiera ganado el apoyo popular.
Pero fue sin duda la permanente beligerancia del líder en contra de las instituciones fundamentales de la sociedad lo que ocasionó su descalabro en el apoyo popular, su insidiosa campaña contra la familia y el derecho de educar a sus miembros, su ataque frontal en contra de la propiedad privada, sus golpes en contra de la iglesia, los sindicatos y los gremios profesionales, su continua provocación a los medios de comunicación y a implantar controles que afectaban la libertad de los ciudadanos, fue demasiado plomo en el ala.
Chávez nunca las tuvo todas consigo, muy pronto se dio cuenta que más de la mitad del país se le oponía a sus designios y hacían una resistencia importante, por ello fue vital su continua campaña de propaganda que demostraba que el pueblo estaba con él, que era mayoría, de allí sus políticas de apartheid, de discriminación, de halagos para unos y palos para los otros, necesitaba criminalizar a la oposición.
Poco a poco el pueblo fue cayendo en cuenta que estaban siendo arreados hacia un corral donde no querían estar, el colectivismo no sienta bien con nuestra naturaleza expansiva y gregaria, iba a necesitar de brutalidad policial a gran escala y suministrarle armas a sus facciones, por lo que iba a requerir de complicidades en la institución que tenía el monopolio de la violencia, de allí su claro objetivo de prostituir y debilitar moralmente a las Fuerzas Armadas, pero fue demasiado grueso el bocado para poderlo tragar, y se dieron las reacciones que casi lo sacan del poder.
Pero de nuevo, una oposición desconcertada y negada a reconocer al chavismo como un enemigo de la nación, una serie de líderes que creían que todavía tenían espacios para actuar, le dieron una nueva oportunidad al régimen.
En este punto cabe la pregunta ¿Deja Chávez un legado? ¿Qué construyó con sus ideas, políticas y gestión durante su largo gobierno?
Me parece increíble que todavía encontremos personas que piensen que Chávez dejó una filosofía, una manera de hacer las cosas más justas y mejores que las que proponen políticos de mediana preparación en los principios republicanos, entiendo que su afecto personal sea sentido por sus más cercanos colaboradores, con la gente que trabajó con él y que de alguna manera se favoreció durante su gobierno, pero de allí a proponer que este militar dejó un legado, me parece un exabrupto, una simple exageración.
Ya lo he referido anteriormente, Chávez no dejó obra escrita, lo que sí hay son transcripciones corregidas y manipuladas de sus miles de horas de discursos, entrevistas, decretos, notas, declaraciones a la prensa, intervenciones en programas de radio y televisión, y quien se tome la molestia de leer esos textos se encontrará con la decepcionante realidad de que no dijo nada original, ni si quiera sus puntos de vista sobre nuestra historia patria, que muchos de ellos pecan de un exagerado subjetivismo, están acompañados por evidencias o documentos que avalen sus muchas veces arriesgadas opiniones.
En política se comportaba como matón de barrio, sabiéndose fuerte y acompañado por las armas actuaba de manera unilateral y autoritaria, siempre arropándose con la bandera nacional y la supuesta voluntad de un pueblo que él decía encarnar, no era un demócrata, aunque se atribuía muchas de sus virtudes, pero constatados los hechos de su gestión con su discurso, había una muy clara ausencia de honrar las libertades públicas, el libre emprendimiento, el derecho a la propiedad privada, el derecho a la privacidad.
El simple hecho de dejarnos como su sucesor a un extranjero indocumentado, sin cualidad alguna para ocupar el alto cargo de presidente, indican que su sentido común estaba seriamente dañado, ¿O es que alguien sería capaz, a estas alturas del juego, de afirmar que Chávez no sabía que Nicolás Maduro era un ciudadano colombiano?
Su visión social era un increíble pastiche de ideología marxistas, utopismo, socialismo ecológico, tribalismo, darwinismo, colectivismo, ideas neonazis y tesis cristianas, contaminadas estas, por las visiones de la revolución continental, de la Patria Grande, del mundo multipolar, que son todas tesis elaboradas por el castrocomunismo cubano.
Su visión militar era tan confusa como su idea orgánica de estructura funcional que quiso imponerle a las Fuerzas Armadas, que terminó resultando en un frankenstein donde había una parte milicia, otra componente político del PSUV, otra fuerzas especiales para operaciones encubiertas, y aún otra conformada por unidades multitasking que se ocupaban de producir armas, alimentos, manejar bancos, canales de televisión, constructoras, operadoras petroleras, gerentes de mercados y transportes, no en vano las FFAA se encuentran en las lamentables condiciones de apresto que tienen hoy en día.
Toda esa iconografía del Comandante Eterno, sus retratos, sus estatuas, sus bustos, su supuesta tumba en el Cuartel de la Montaña, sus repetidas y cansonas repeticiones de sus videos, deberían llamar la atención sobre el tipo de persona que realmente era ¿Dónde está so obra? Que no sea esa ese estamento de oficiales militares absurdamente ricos, muchos de ellos viviendo de actividades ilícitas, que hoy quieren ponerlo a la derecha del Libertador.
Lo único en que Chávez fue bueno fue en venderse el mismo como eso, un hombre con un legado, que termino siendo un castillo de arena en la playa, y repito, no hay sino ver la situación del país, a escasos cuatro años de su desaparición física, para constatar que la destrucción de Venezuela fue total, si hay algún legado de Chávez para las próximas generaciones debe ser el de no imitarlo, en jamás volver a cometer sus grandes errores.   -  saulgodoy@gmail.com 


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