sábado, 14 de mayo de 2016

…y finalmente la dictadura llegó



No había manera de que Maduro pudiera evitarlo, primero, porque es bruto, segundo porque su naturaleza totalitaria lo empujaban a ello, desconocer el derecho que los venezolanos tenemos a que se realice el referendum revocatorio a tiempo, sin trampas, sin listas Tascón, sin amenazas, era mucho pedir.
Tal negativa solo quiere decir que perdió el poco apoyo popular con el que contaba en las elecciones que tan malamente ganó en el 2013, y como se sabe sin base política, como no quiere abandonar el cargo, la conclusión es sencilla, no quiere contarse.
Ahora no cree en la voluntad popular, ni en la democracia, como sabe que perdió la calle, está solo y ahora, más solo que nunca luego de lo que le ocurrió a su camarada y amiga Vilma Russeff en Brasil.
Porque eso de desconocer al poder legislativo, luego de la paliza electoral que recibió, de querer gobernar por decretos, de pasarse por las gónadas la Constitución Nacional y no permitir que el pueblo ejerza su soberanía, es ya ponerse en un grupo aparte de indeseables, de dictadores que huelen a muerto y se espantan las moscas.
Los militares, su único apoyo institucional, simplemente están hundiéndose amarrados con cadenas al cuerpo inerme de la fracasada revolución socialista bolivariana, la cúpula de mando de las Fuerzas Armadas está demasiado comprometida con los crímenes y negociados asociados al extranjero indocumentado que decidieron hacer su Comandante en Jefe.
No hay manera de sostener la presente situación de tensa calma que vive el país, principalmente porque la crisis económica que estamos sufriendo es progresiva y altamente corrosiva, la mayor parte del país llegó al llegadero, no queda sino el borde del precipicio.
El espectáculo que está ofreciendo el gobierno al mundo es deprimente por decir lo menos, si habían chavistas que le daban el beneficio de la duda a Maduro como una persona capaz de manejarse en estas precarias circunstancias, ya deben estar muy claras de que el hombre nunca fue un político, ni sabe negociar, ni quiere admitir que está equivocado, simplemente va para adelante hasta que aguante, la perseverancia de la bestia.
La ilegitimidad de su mandato es de tal calibre que una buena parte de los países y empresas que hacían negocios con su gobierno, ya no quieren seguir comprometiendo sus recursos y esfuerzos en proyectos que pudieran revertírseles, no tienen sustento legal, hay incumplimientos expresos de normativas nacionales e internacionales, no hay garantías de ningún tipo, las reglas y circunstancias cambian con el viento.
Sus contactos e influencia política en la comunidad internacional se ha convertido en razones de bochorno más que en beneficios para las naciones que eran tolerantes con sus desplantes, ahora ya pasaron la línea y apoyarlos o siquiera defenderlos, representa no solo una desventaja para sus imágenes como países democráticos, sino que internamente podría interpretarse que no les importa la institucionalidad, el orden y el respeto a las leyes, dándole razones a la insurgencia en tratar de jugar sucio en sus propios patios.
Y de nuevo, los militares son los que menos garantías de seguridad y estabilidad pudieran ofrecer al empeñar, de la manera que lo han hecho, su prestigio y su futuro a un programa político fracasado y con una persona que ni siquiera es venezolano.
Maduro está desnudo, ya no gobierna por la Constitución, se ha inventado nuevas reglas y cree que con su Tribunal Supremo de Justicia y con su Poder Ciudadano con la correa cortica va a poder salir del hueco que el mismo se ha cavado, si permite que los militares actúen imponiendo el orden con las armas solo estaría catalizando una reacción violenta de la población, un vórtice oscuro del que pocos salen ilesos.
Lo malo de este tipo de situaciones de desacato a las leyes y al país es que solo tienden a empeorar, están sobre el horizonte nuevas elecciones, importantes cargos a los que se les vence el plazo y que hay que renovar, hay decisiones impostergables que deben ser tomadas y que necesitan del concurso de los poderes públicos, lo que viene es una cascadas de actuaciones fuera de la constitución y las leyes que ponen al gobierno de Maduro cada vez más lejos de la normalidad y de la paz, no hay manera de enderezar la carga, a partir de este momento el gobierno de Maduro es el de un país forajido, y esto tiene repercusiones.
La única salida que le veo al asunto va a requerir que Maduro actúe con inteligencia, que acepte la mediación ofrecida por el Vaticano, por la ONU y por la OEA, que negocie su salida de este embrollo y que sea el pueblo de Venezuela quien decida, pero como dije al principio, Maduro si de algo carece es de inteligencia, no se va a sentar con la Asamblea Nacional que gracias a Dios es el único órgano sano (no es perfecto, ni funciona adecuadamente pero tiene legitimidad) del estado.
Maduro se echó cuchillo a su propia garganta al ponerse de espalda a las leyes, leyes hechas por la mismísima revolución que incluyeron el referéndum revocatorio como derecho alcanzado por el pueblo para determinar su participación directa en la gobernabilidad del país; más y mejor democracia ¿No era esa una de las metas del chavismo?
Se ve clarísimo que el objetivo principal del PSUV era nunca abandonar el gobierno, pensaban que era posible un estado revolucionario forever, ilusiones de borracho de poder, que se reflejabann en las consignas intolerantes de “nunca volverán”, de no bajar la cabeza ante la burguesía parasitaria, de no entregarles el legado del comandante, pura basura ideológica para ocultar el apetito totalitario y militarista que los consumió, como contagiados por lepra gaseosa.
Maduro y su combo eran revolucionarios débiles, que se dejaron vencer por la corrupción, por el vil dinero y los privilegios, trocaron la moral por los beneficios de una vida capitalista mal entendida, confundieron el interés personal con la revolución, la revolución con el país, el país con el continente y sin proponérselo se estrellaron contra sus propias ambiciones, la revolución que terminaron encarnando fue una de explotación del pueblo, de opresión, de violencia y muerte, de miseria y hambre.
Maduro ya tiene desenfundad el arma y declara que a partir de ahora mandará a punta de pistola, que ya no hay Constitución, ni separación de poderes, ni elecciones libres, que su palabra es la única ley posible y el que no se doblegue será eliminado como enemigo de la revolución, su primera medida fue la de expropiar terrenos, y la de su compinche, fue la de amenazar con estatizar la banca, el país de ahora en adelante es de ellos, los venezolanos vivimos porque nos hacen un favor, pero desde este momento, el pran de los militares corruptos declara un toque de queda nacional.  -  saulgodoy@gmail.com






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