Segundo,
durante muchos años la mala publicidad que le hizo el stablishment psicoanalítico internacional, y que lo tenían por un
vendedor de elíxires mágicos y pociones para el alma, excepto en Francia, lo
condenaron a ser relegado como una figura menor, de modo que cuando estudié el
psicoanálisis no estudié a Lacan a profundidad.
Su
famosa frase “el inconsciente está
estructurado como un lenguaje” está considerado como su gran y original
aporte al corpus de la obra de Freud,
el sueño es lo que el paciente cuenta del sueño, el chiste y el lapsus en el
pensamiento son accidentes y fenómenos de la palabra, entender la vida, la
muerte y las pulsiones de los hombres requieren de una minería muy especial
sobre vetas lingüísticas, de semántica y semiología, es por ello que para
Lacan, la gran obra de Ferdinand de Saussure en torno al lenguaje, así como las
investigaciones de Jacobson y los
formalistas rusos, estaban íntimamente ligados al desarrollo del psicoanálisis.
Lacan declaró en una entrevista: “En psicoanálisis no se pide más que una cosa al enfermo, una sola cosa:
que hable. Si el psicoanálisis existe, si tiene efectos, es únicamente en el
orden de la confesión y de la palabra.”
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Su
fama como uno de los pioneros del movimiento surrealista no es vana, fue el
analista de Picasso, amigo de Salvador Dalí y de Guide, entre otros muchos, su
interés por los sueños y el complejo lenguaje que los caracteriza, nació como
producto de las observaciones y comentarios que sus amigos desentrañaban de sus
obras.
Fue
posteriormente uno de los protagonistas de esa gran revuelta del Mayo francés
en el 68, suspendió sus clases en la universidad apoyando la huelga estudiantil,
firmó manifiestos, pero su postura con los estudiante fue crítica, en uno de
sus grandes encuentros con los jóvenes les dijo por toda la calle del medio: “No andaré con rodeos: ¡lo que ustedes
quieren es otro amo!”, sus posiciones durante estos difíciles días, le
valieron que las autoridades universitarias le quitaran el espacio donde
dictaba sus cursos.
Su
manera de ver y hacer la práctica del análisis psicoanalítico dividió a la
comunidad de médicos psiquiatras de su país y tuvo que acudir a instancias
internacionales para validar sus prácticas y los tratamientos que aplicaba a
sus pacientes, todos sus métodos e investigaciones fueron puestos bajo la lupa
y examinados al detalle, unos se sorprendieron, otros quedaron escandalizados.
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Lacan
elaboró una compleja teoría a partir de las bases del psicoanálisis que dejó
Sigmund Freud, incluso llenó algunas lagunas que dejó el maestro e hizo
conexiones con aspectos de su doctrina que hasta el momento no se relacionaban,
como fue el caso de los comportamientos copiados de los niños, el mimetismo que
asumen en su teoría del espejo, que conforman una imagen del yo alienante y
falsa debido precisamente, por las insuficiencias con que el ser humano nace a
la vida y que intenta explicar el problema del narcisismo, igualmente el
desarrollo de su tesis sobre el yo ideal y el ideal del yo, que explican la
fragmentación de la personalidad.
Ya
para los años 50, Lacan estaba sobre el problema de los sistemas lingüísticos,
la palabra y el síntoma, sobre el que llegó a aseverar que un síntoma puede ser
una palabra atrapada en el cuerpo y causante de sufrimientos capaz de enviar a
una persona a un hospital.
El
habla- afirma Lacan- determina la posición del hablante, le da un lugar, que
muchas veces quien las profiere ni se imagina lo que en realidad está diciendo,
cuando un paciente habla emergen significaciones inconscientes, las palabras
portan sentidos que están más allá de su comprensión y control conscientes.
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La
lectura de las obras de Lacan, aunque difícil, puede ser fascinante, en mi caso
le ha dado nueva vida al discurso freudiano, que desde los comentarios de
Wittgenstein, no había encontrado nuevos puntos de vista. -
saulgodoy@gmail.com
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