domingo, 5 de junio de 2016

Lo musulmán en Dante




Hace unos años me dio por investigar sobre la España musulmana y tuve la oportunidad de reunir una pequeña pero bien provista colección de libros sobre el tema, eran otros tiempos, de librerías caraqueñas muy bien surtidas y precios asequibles por la alta cultura, pero en mi última mudanza (un desastre, donde perdí más de la mitad de mi biblioteca) la caja que guardaba mi preciada colección desapareció.
El erudito español Miguel Asín Palacios
De todos esos volúmenes, guardo un especial recuerdo por la obra maestra de ese sabio español y extraordinario arabista Miguel Asín Palacios (1871-1944), La Escatología Musulmana en la Divina Comedia, obra que en su tiempo provocó un escándalo en Europa, sobre todo con el público católico italiano que tienen en la Divina Comedia de Dante Alighieri, la obra máxima de la literatura seglar cristiana (el libro de Asín Palacios apareció en 1919, y en 1921 se celebraba un nuevo centenario del gran poeta florentino).
En resumen, la monumental investigación llevada a cabo por este sacerdote de Zaragoza se convirtió en una de las piezas de erudición más importantes de la Europa del siglo XX, prueba, de manera incontrovertible, que la Divina Comedia tuvo como precursores la obra Futubat del gran maestro sufí murciano Ibn Arabi, cuyo origen nos lleva directamente a las leyendas musulmana del Viaje Nocturno y Ascensión de Mahoma al Trono de Dios, un periplo que llevó al profeta desde el templo sagrado de la Meca hasta el templo de Jerusalén y durante el cual visitó algunas mansiones infernales antes de llegar a las moradas celestes.
¿Cómo llegó Dante al conocimiento de tal versión? Se sabe que desconocía la lengua árabe, aunque había una tradición oral y algunas recopilaciones traducidas de creencias místicas musulmanas, o pudo tener conocimiento de ellas por su amigo Brunetto Latini, quien formó parte de la corte de Alfonso El Sabio en Castilla, donde se respiraban estas tradiciones hispanoárabes, ese conocimiento de Dante de las historias árabes permanece en el misterio, lo que sí es cierto son las innumerables coincidencias en los textos, lo cual no le quita ni un ápice de calidad literaria a la obra del gran poeta florentino.
El poeta sufí Ibn Arabi
Todos y cada uno de sus versículos y tercetos italianos que nos sumergen en sombríos parajes o nos exalta en ternuras y delicados deleites sigue intacto, y por ello, es una obra universal. Es decir, la ascensión de Dante y Beatriz por las esferas del paraíso dantesco es un calco, con precisiones topográficas y con una arquitectura de los reinos infernales y celestiales asombrosamente parecida a la obra del sufí de Murcia, con descripciones y episodios que parecen la imagen reflejada en un espejo.
En los tiempos de Dante, la iglesia desautorizaba la especulación imaginativa sobre la vida futura, en cambio los musulmanes se desbordaban en tales conjeturas, los precursores cristianos eran burdos y toscos al momento de plantearse las escatologías metafísicas, pero los árabes, como en al caso de Ibn Arabi, era un verdadero explorador de los sentimientos y las pasiones elaborando sobre el tema y planteando nuevos escenarios para el amor, por ejemplo, al punto de desarrollar una novísima visión que literatos italianos posteriores a Dante admiraran como “dolce stil nouvo”.
Nos dice Asín: “[Arabi] fue el principal poeta de una escuela que tomó por tema el amor, concebido a la par como pasión violenta y como expresión de absoluta castidad. Este ideal, en cuanto significa negación de la naturaleza, exigía la forma trágica; en cuanto representa aspiración hacia lo superior a la naturaleza, la forma de la exaltación espiritual”
De allí deviene el giro que le dio Dante a ese impresionante canto al amor sublime, entre el poeta y su bien amada Beatriz.
Este parecido creaba un problema para la escatología cristiana, se creyó por mucho tiempo que la Divina Comedia era una obra original, y que alumbró como un faro la oscuridad de la Edad Media poniendo al día la imaginería del infierno y el paraíso que venía desde la época clásica de Grecia y Roma, y en la que confluyeron con las tradiciones hebreas, resultaba chocante para los cristianos tradicionalistas aceptar que tuvieran influencia musulmana.
Había una tradición en los escritores cristianos que imitaron los modelos musulmanes sin que por ello coincidieran en doctrinas e intenciones concretas, escritores como Alberto Magno, Santo Tomás, Raymundo Martín, Lulio, fray Anselmo Turmeda, copiaron ideas y pasajes de las obras musulmanas para ilustrar y hasta justificar posiciones de fe y valores cristianos.
El amor de Dante por Beatriz inmortalizado
Nos dice Asín de Dante: “Del mismo modo Dante, poeta sinceramente católico, al proponerse escribir un poema, cuya intensión fundamental era perfectamente cristiana, y saber que los sufíes del islam habían ya empleado antes que él la ficción poética de un viaje de ultratumba como alegoría moral de la vida humana en una ascensión hasta Dios, y advertir que esta ficción poética y su intención alegórica no tenían nada de contrario a la fe católica, pudo aprovecharse de aquellos modelos para concebir otra ficción… Quiere esto decir, en suma, que Dante, como todo artista de talento, sin preocuparse de la intención de sus modelos, sin dejarse oprimir por las ligaduras de sus prototipos, pudo transformarlos libremente para adaptarlos a su personal intensión, a su ideal.”
La obra de Asín Palacios es un libro difícil de encontrar, pero vale la pena su lectura, es como leer el expediente policial sobre una de las obras cimeras de la literatura de occidente, es un banquete de sabiduría, Asín Palacios, se sentía como pez en el agua tanto en la tradición romance del Medioevo, como en la arábiga de aquellos portentosos califatos.
En otros libros suyos como son Vidas de Santones Andaluces y El Islam Cristianizado, nos provoca con la idea de la inmensa deuda, todavía no aceptada del todo, que tuvo la filosofía escolástica cristiana, sobre todo las escuelas franciscanas y tomistas, de las influencias filosóficas de Averroes y del gran pensador Ibn Masarra, una deuda al sufismo español, que floreció con gracia y fortuna en aquellos tiempos de la dominación musulmana en una parte de Europa, no considerada todavía con la importancia que realmente tiene en la cultura Occidental.   -   saulgodoy@gmail.com


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