viernes, 15 de julio de 2016

Los militares


Luego de escuchar con atención y ver los registros, que quedaron para la historia, de la celebración que el ejecutivo nacional y las FFAA montaron en paralelo a la sesión solemne, llevada a cabo en el Capitolio Federal para conmemorar los 205 años de la firma del Acta de la Independencia, del 5 de julio pasado, sólo me hago una pregunta ¿Y es que nuestras FFAA nacionales no tienen dolientes? Y no hablo fuera de la institución, sino a lo interno ¿No hay militares que se sientan indignados con el patético espectáculo en que se vieron envueltos, con ese ciudadano colombiano indocumentado haciéndose pasar por patriota y arengando a las tropas como su comandante en jefe?
Si había algo de honor, ya definitivamente no lo hay; si había algo de patriotismo, fue trocado por burla… en ese acto lo que había era la ratificación más brutal e indecorosa de que nuestros soldados se prostituyeron y de la manera más baja posible. Lo que sentí fue una profunda vergüenza, porque los están usando como si fueran trapos sucios.
El discurso, el tono, el contenido, el orador, el público, la circunstancias, estaban tan lejos de un acto tan importante y de tanta significación, que definitivamente, las FFAA ya no le pertenecen al país, eso es otra cosa, es un adefesio, una burla, una lamentable parodia que ya ni siquiera guarda el recato, la forma y, menos aún, el significado de una institución que guardaba una de las más caras virtudes republicanas, el valor.
Las FFAA se perdieron, lo que queda de ella son los restos pululantes de gusanos que no les importa si son arrastrados en ser parte de ese bochornoso espectáculo, allí ya no hay nada que rescatar.
Y les advierto, el país le quedó grande; la Venezuela Heroica todavía existe y está más viva que nunca, pero no es esa Venezuela que describió Eduardo Blanco “del estruendo de las armas y los rugidos siniestros de la guerra”, la Venezuela heroica de la que hablo es la que ustedes tienen por enemigos, la Venezuela de la gente trabajadora, de familias enteras que luchan contra la arbitrariedad para poder comer, tener salud y esperanza, es la Venezuela que ustedes atacan como si fuera el enemigo, la de los civiles que atienden a su país de la mejor manera posible en medio de la degradación a la que está sometida por ideologías, intereses y gente que ni siquiera es venezolana y a los que ustedes, hombres y mujeres en uniforme, prestan pleitesía y obediencia.

¿Por qué se han postrado de rodillas ante el castro comunismo? ¿Por qué decidieron a plena conciencia traicionar a su país? son las grandes preguntas que nos hacemos, aparte de todo ese discurso enfermizo y corrupto de un gobierno que supuestamente es del pueblo, de una unión cívico-militar, de una patria socialista y unas FFAA chavistas, expresiones huecas, tan falsas como el juramento que hacen cuando les entregan el sable en la Escuela Militar y juran lealtad y obediencia a la Constitución nacional; un militar sin país, sin valores, sin lealtad no es sino un  bandido en uniforme.
Nunca en nuestra historia patria habíamos tenido un ejército de ocupación, vigilándonos, espiándonos, violentando nuestros derechos constitucionales, usando las armas para la defensa de la república en nuestra contra, hiriéndonos y matándonos, arrastrándonos y pegándonos, utilizando gases y tanques contra nuestra población, quitándonos la libertad, torturándonos, invadiendo nuestras propiedades, aterrorizando a la gente con sus aviones de guerra, invadiendo nuestras ciudades, disparando en nuestra contra; y son ustedes, quienes supuestamente deberían velar por nuestra integridad, los agresores, los que están ayudando a destruir al país.
Se han enfrentado a nuestros jóvenes desarmados y los han violado, se han prestado a tratar de detener a unas madres que cruzan una frontera buscando alimentos para sus hijos y salieron derrotados; es de una total inmoralidad la manera como tratan a nuestros presos políticos en sus cárceles militares; se han hecho socios y han protegido a los guerrilleros y subversivos que siguen siendo sus enemigos, algunos de sus altos oficiales son cómplices de los carteles de la droga y utilizan la institución para realizar este tráfico de la muerte ¿Es que no se han dado cuenta de que ya perdieron todo el respeto que algún día tuvieron… de que los venezolanos sentimos un profundo desprecio por esos uniformes vendidos a la corrupción, al narcotráfico y a Cuba?
En un país con hambre no puede existir una institución que continúe comprando armas y haciéndole desfiles al culpable de la escasez y la inflación; es inmoral que sus efectivos sean los que controlen el mercado negro de los alimentos y que el contrabando de productos de la dieta básica del pueblo sea su responsabilidad, ya hicieron bastante daño invadiendo fincas y sacando a los productores legítimos de sus propiedades a punta de fusil, destruyendo las fuentes del agro y la base de la seguridad alimentaria.

No escuches lo que digo, ve lo que hago.
¿Cómo pudieron caer tan bajo? ¿Cómo un cuerpo militar pudo arrastrase como sierpes ante la ignominia? ¿Cómo pueden verse los rostros ante un espejo y no sentir ganas de vomitar?
Siguen sus altos oficiales prestándose como piezas de un gobierno tirano para ocupar cargos importantes en la administración pública, algunos de ellos buscados por la justicia internacional, casi todos con expedientes por violación de derechos humanos y con causas abiertas por abuso de autoridad, si bien es cierto que las responsabilidades son puntuales, con nombre y apellido, la respuesta nula de la institución, su imposibilidad de responder a estas irregularidades han tenido como resultado fatal que sean las fuerzas armadas, como un todo, las que hayan quedado expuestas como causantes del daño infringido a la sociedad.
A lo interno de las FFAA lo que ha habido es complicidad, silencio, encubrimiento e incapacidad en el manejo de la infiltración de elementos criminales en la institución, lo que ha traído como resultado la corrupción generalizada del cuerpo y la obsecuencia de sus autoridades con los verdaderos causantes de nuestra tragedia nacional.
Los militares, que por mucho tiempo fueron tenidos por un componente de profesionales de las más variadas especialidades, con una formación académica de altos quilates, como un reservorio de experticias técnicas de invalorable utilidad, han hecho añicos esa leyenda urbana con la sostenida e impúdica intromisión de sus mandos en la administración pública de la nación.
La participación de los militares en actividades de gobierno ha estado signada por el fracaso más rotundo, en ocasiones por unos resultados que rayan en la imbecilidad absoluta, en una especie de prodigalidad de los errores y de la total ausencia del sentido común, han quebrado empresas, han arruinado sectores completos de nuestra economía, han puesto de rodilla a regiones que eran productivas y autosuficientes antes de sus gestiones y ahora son vitrinas de miseria y hambre.
Los militares han dado muestras de un raterismo insaciable, a lo que son nombrados para un cargo, de inmediato surgen las redes de la corrupción, incorporando a las actividades a componentes de la institución y utilizando el marco legal de sus actuaciones para el abuso y el autoritarismo a palos, recurriendo a la violencia física, la extorsión, la amenaza y hasta al asesinato al por mayor, como fórmulas para afianzar su autoridad de capo mayor.
Pero no hay posibilidad de éxito en una administración militar para la nación mientras se le dé la espalda al país civil, mientras se piense que Venezuela es un cuartel y se concentre el poder en una pandilla de sargentos trasnochados, o mientras se preserve el modelo comunista-estatista, mientras se siga conculcando las libertades… no hay manera de que puedan hacer la tarea, porque hay una contradicción de raíz entre la manera de ver y concebir el desarrollo y la prosperidad que tiene un militar y la que pueda tener un civil; porque la supuesta disciplina y el sistema de mando, que están en el ADN castrense no sirven cuando la nave va enfilada en contra del arrecife.
Y como lo militar es un mundo aparte de lo civil, como ustedes se manejan en un universo paralelo y protegido, donde no hay carestía, ni necesidades, donde no necesitan producir, ya que mueven sus propios recursos y se abastecen de sus privilegios, porque viven en la seguridad de sus proveedurías y almacenes, gozan de toda la mercancía que requieren, que introducen al país a espaldas de un pueblo hambreado y en necesidad.
Las FFAA nacionales están actuando fuera de la ley y contraviniendo la Constitución que juraron respetar y obedecer, le dieron la espalda al pueblo de su país y están haciendo negocios con su hambre y su miseria, lo cual los convierte en un grupo de bandoleros no mejores que unos pranes, que una banda de secuestradores. Cada vez que el Ministro de la Defensa sale en los medios declarando que tenemos unas FFAA chavistas, socialistas y antiimperialistas, está violando la ley e insultando nuestra fibra republicana, y pierde legitimidad y autoridad, pisotea impunemente la tradición libertaria de nuestro ejército; cada vez que nos enteramos que en sus cárceles y calabozos muere un inocente torturado o que asesinan en las calles a un manifestante que reclama su derecho a la vida digna, pierde sentido la existencia de la institución militar.
Allí están sus oficiales, reclamando respeto cuando fueron ellos los que pasaron coleto con el legado de nuestro Libertador Simón Bolívar, porque prefirieron asumir el supuesto legado de ese traidor y vende patria que fue Hugo Chávez Frías, que no halló solaz en vida ni descanso en la muerte, porque fue el inventor del rompimiento de las FFAA con ese compromiso esencial con la ley, el honor y la dignidad.

Instrumentos de la destrucción de Venezuela
La república se encuentra en la peor crisis de su historia, estamos a punto de la disolución de nuestra patria y ustedes andan desfilándole al culpable de este desastre, prestándose  para un  show que ya no tiene sentido alguno, porque cuando la patria les exigió que salieran en su defensa, prefirieron venderse al enemigo, cuando la patria se vio acorralada por el siniestro plan de destrucción nacional por parte de los comunistas, ustedes se unieron a la comparsa diabólica de una gente que no cree en libertades, ni en democracia, ni en la ética, ni en la verdad.
La estrategia ordenada por el régimen de Raúl Castro de mal poner a nuestras FFAA con su pueblo dio resultados; su Comandante en Jefe, el indocumentado Maduro y el grupo de militares corruptos que conforman el Alto Mando Militar, lograron, por medio de una política represiva y violenta contra la gente, utilizando procedimientos y armas letales contra la protesta democrática desarmada, secuestrar al país, convirtiéndose en el causante más notorio en la crisis alimentaria que nos azota; lograron, repito, envilecer la relación de la institución con el soberano, de tal manera que ya es imposible la confianza del país en sus efectivos militares.
Todavía andan oficiales militares con la cantaleta de garantizar que la patria no sea tocada por la bota imperial o extranjera, sin aceptar por conveniencia que tienen metida hasta el esófago la bota cubana, repitiendo sus consignas, siguiendo sus instrucciones, permitiendo que un agente declarado y público de Cuba, para demás señas extranjero, se complazca en declararse su Comandante en Jefe y nombre a puras fichas procastristas en los puestos claves.
En nombre de mi pueblo, digo aquí lo que mucha gente piensa y tiene temor en expresar, y lo expongo con toda la fuerza que nos permite la Carta Magna, que nos otorga el derecho, como ciudadanos de este país, a criticar a una de sus instituciones fundamentales cuando pierde su rumbo, de denunciar situaciones de riesgo y amenazas de nuestra seguridad… como venezolano y demócrata estoy obligado a no rendirme en silencio ante la injusticia y el error.
Sería más que deseable que se pudiera discutir públicamente el plan de devastación del país que está contenido en el llamado Plan de la Patria del Chávez, que no es otra cosa que un plan maestro para arrodillar al país, utilizando a las FFAA como instrumento del imperialismo cubano; la crisis que padece nuestro país ha sido promovida intencionadamente, siguiendo instrucciones desde La Habana, y todos estamos claros en quienes se prestaron para la traición.
Nuestras FFAA dejaron de existir, ahora actúan como una banda de cobardes que usurpó esos uniformes y las armas de la república para hacerle daño a la nación, para destruirla sin ningún propósito, solo impulsados por la vanidad y la codicia de unos pocos.
Los militares venezolanos creen que sus actuaciones van a pasar inadvertidas, pero son una mala versión de la institución militar latinoamericana, enlodando un oficio de honor que todavía da muestras de dignidad y decencia en instituciones armadas de otros países, que deberían interponer sus buenos oficios para exponer por excepcional este comportamiento irregular y mafioso, mediando para que se detenga y deje de empañar el buen nombre de los hombres de armas en el continente… por lo menos, deberían pronunciarse y deslindarse de esos abusos y mal ejemplo.

Un último llamado
Este momento histórico necesita que, si todavía queda algo bueno y funcional dentro de las FFAA, se manifieste de una vez por todas, desconociendo la autoridad de quienes han perpetrado este crimen histórico contra el país, para que se detenga estas actuaciones de guerra en contra del pueblo de Venezuela, dejen de contribuir con el caos y la violencia y le pongan coto a las bandas armadas del gobierno ilegítimo de Maduro, que están actuando como los verdaderos dueños del país.
La única oportunidad que tienen de iniciar un proceso de recomposición, desde lo interno de la institución militar, es darle el pleno respaldo al único órgano de gobierno legítimo, popular y democrático que tiene el país, que es la Asamblea Nacional, convirtiéndose, a partir de este momento, en garantes del proceso constitucional para la consulta del soberano sobre si procede o no el referéndum revocatorio en este año 2016; para ello en este mismo instante deben desligarse de las actividades ilícitas e inmorales que algunos de sus componentes practican en detrimento de la corporación, su historia y su posibilidad de futuro.
Nicolás Maduro acaba de renunciar a importantes funciones como jefe del ejecutivo nacional, transfiriendo estas responsabilidades al Ministro de Defensa, General Padrino López. Es de destacar que esto se trata, ni más ni menos, que delegar en un militar el manejo de la crisis alimentaria que padece el país, con instrucciones a su gobierno de que le presten toda colaboración y obediencia… que no es otra cosa que el abandono del cargo de Presidente de la República.
Si el General Padrino López fuera un militar institucional y demócrata, un hombre responsable y consciente del momento histórico, de inmediato tendría que convocar a elecciones generales en el país, para que el pueblo de Venezuela elija a un nuevo gobierno. No lo ha hecho, y “eres lo que haces, ni más, ni menos”, porque no le conviene. La incapacidad de Maduro para hacerse cargo de la crisis que creó tiene una consecuencia lógica, delegar en los militares tareas que están fuera de sus capacidades y funciones, con lo que logró hacer de los militares, prácticamente, dueños de todas las riquezas minerales, incluyendo el petróleo, por medio de un acelerado montaje de empresas y corporaciones, fondos y organismos que los convierten en los nuevos dueños de nuestras patrimonios.
Es un momento triste y difícil para Venezuela, pero no su final. Todavía queda pueblo y gente decente que prevalecerá en su propósito de sobrevivir y construir un país que sea el hogar de gente valiente y respetuosa de la ley, libre e independiente, que jamás olvidará esta afrenta al honor y la dignidad de esta nación.       -     saulgodoy@gmail.com 








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