miércoles, 9 de noviembre de 2016

El fenómeno Trump


Si hay algo que el metabolismo de los EEUU no puede asimilar bajo ninguna presentación o disfraz, es el comunismo, y los demócratas, uno de los partidos más distinguidos y con más arraigo en la vida norteamericana, se dejó, permitió, se “”abrió de piernas”, a la penetración comunista postmodernista, que principalmente se había gestado en el sector académico, en las universidades, y de allí se esparció entre las élites demócratas.
Fue una penetración que nació en la lucha por los derechos civiles, con la generación Beat, con el hipismo, con el New Age y los movimientos ambientalistas, fue un fenómeno cultural que abarcó una cantidad de motivos espirituales conformados en memes como el de Paz y Amor, la exploración del yo interior, el budismo, las experiencias psicodélicas, Woodstock, los Beatles, y que fue manipulado, y lo digo con toda responsabilidad, fue dirigido por el comunismo internacional para conquistar las mentes y la voluntad de muchos norteamericanos y que hicieron de la palabra “socialismo”, algo inerte, inofensivo, deseable y digno.
El norteamericano está comprometido, en su núcleo esencial, con el individualismo, con los valores de la independencia y la libertad del hombre, del cual parten todas las demás derivaciones políticas, culturales, científicas y económicas; esos son los valores del puritanismo, de la ética protestante, del corazón de unos conquistadores de raza blanca, que creían en la palabra de la Biblia y en la autoridad de un Rey que velaría por su bienestar y desarrollo.
Pero contra ese Rey tuvieron que rebelarse cuando se transformó su mandato en opresión e injusticia, y fue cuando las colonias americanas clamaron por la libertad y el derecho a representación en el gobierno, ya que eran sujetos de impuestos y obligaciones.
Esa Norteamérica sigue viva y presente en el acontecer de la nación a pesar de que los demócratas, perdieron su rumbo, este partido político perdió su esencia y se entregaron al populismo, al colectivismo, al postmodernismo, a la vida loca de las élites a costa del sacrificio de la gran mayoría que era ordeñada para mantener a un estado grande, inoperante, y muy, pero muy costoso.
Lo peor de la situación era que los norteamericanos estaban sosteniendo a un aparato estatal inmenso, poco eficiente, lento, mastodóntico, por decir lo menos, y que los resultados eran una Norteamérica cada vez más débil, vapuleada, abusada, entregada a un orden mundial donde todos los demás países del orbe pretendían chupar de sus enormes y ricas ubres sin dar nada a cambio, al contrario, imponiendo condiciones, exigiendo derechos que no tenían, pero que exigían por un ecumenismo irracional, descargando toda su basura y sobrantes en esa tierra de gracia.
Las políticas de los gobiernos demócratas han sido fatales para la vida norteamericana, el programa Obama-Care, esa versión comunista de la seguridad social está afectando ya a una gran cantidad de familias trabajadoras que no aguantan tener que sostener programas colectivistas, el cambio de patrón energético de fuentes alternativas en vez del petróleo, le ha dado un frenazo a la economía mundial, el retiro de la presencia militar de importantes escenarios estratégicos del mundo le ha propinado un mandarriazo al poder efectivo de los EEUU en el mundo.
No fue en vano que el terrorismo, el fundamentalismo, las minorías étnicas del mundo se sintieron con el derecho de enviarles mártires suicidas, espías, narcotraficantes, mafias, pandilleros, masas de desempleados, la hez de la tierra era enviada a los EEUU y los gobiernos demócratas lo que hacían era pontificar sobre los derechos humanos, sobre la igualdad de los hombres, sobre la tolerancia…
Y hasta se dio el caso, con el gobierno de Barak Obama, siendo Hilary Clinton su Secretaria del Departamento de Estado, que prefirieron sacrificar a un pueblo bueno y noble como el venezolano, aliado estratégico de los gobiernos de Washington durante lustros, repito, prefirieron ponerlo a pasar hambre y masacrarlo en manos de las fuerzas oscuras del comunismo más retrógrado, en aras de los principios socialistas.
La alianza de la Cuba de los hermanos Castros, eternos enemigos jurados de los Estados Unidos de Norteamérica, resume en una sola instancia lo desviado y torcido del mundo al que han descendido los demócratas, de aquella gesta heroica y paciente de los hermanos Kennedy en contra de las ambiciones de la Unión Soviética y de su perro de ataque que era la dictadura de Fidel Castro, que constituyó la crisis de los misiles, viene ahora el giro postmodernista de Obama firmando un tratado con la peor dictadura del continente, con los más rabiosos enemigos del estilo de vida y la libertad de los norteamericanos a cambio de la apacible Venezuela.
Quiero dejarle al nuevo presidente de los Estado Unidos de Norteamérica, Donald Trump, que sé de buena fuente, que lee mis artículos con mucho interés, que el partido demócrata no va a aceptar su derrota electoral de buena gana, que van a tratar de buscarle su debilidad, de hacerle un proceso de “impeachment”, de llevarlo a una esquina del ring para destituirlo, y ya se están dando los primeros pasos que van atacar su cordura mental, su estabilidad emocional, su capacidad de gobernar un país como los EEUU, que de inmediato proceda a demandar al ciudadano Bark Obama y a la señora Hilary Clinton, en un proceso por traición a la patria, por haberse asociado con enemigos declarados de los EEUU en un intento de permitirle al gobierno dictatorial de Cuba que tenga injerencia en las política exterior del gobierno de los EEUU, de acordar tratamientos preferenciales para sus intereses comerciales, de haber menoscabado la estabilidad regional en Latinoamérica en un claro beneficio para los interese del comunismo más sangriento y oprobioso del que se tenga memoria en la historia de ese gran país.
Mi país, Venezuela ha sido la víctima sacrificada en aras de esta monumental injusticia, y lo hicieron sin que les temblara el pulso, los miles de muertos, de personas perseguidas y torturadas, de niños que mueren por hambre y por no recibir asistencia médica, que son “daños colaterales” producidos por uno de los gobiernos más nefastos y peligrosos del mundo como lo es el del indocumentado Nicolás Maduro Moros, agente confeso de los hermanos Castro que tiene secuestrado el poder político en Venezuela, son atribuibles directamente a estos tratados y acuerdos que traicionaron el espíritu humanista y libertario de la tradición norteamericana.
Proceda usted con estos juicios en contra de estos funcionarios, que traicionaron su juramento de fidelidad a los principios y valores de esa gran nación, para que en una estrategia de quid pro quo se vea usted amparado por una ventaja y le permita proceder a su mandato presidencial, sin tener a estos comunistas respirándole en su cuello.
De mi parte y de una mayoría del pueblo de Venezuela, felicidades Sr. Trump.   –
saulgodoy@gmail.com

  

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