William Blake (1757-1827) fue reconocido como uno de los más importantes poetas ingleses en fecha reciente, algunos académicos alegan que no fue sino hasta la década de los cincuenta, en pleno siglo XX, que el genio de este hombre de letras, dibujante, grabador, impresor, pero por sobre todo, visionario, fue llevado con justeza al Olimpo de las letras del Imperio Británico, y aún así, si hacemos caso a las aseveraciones de Northrop Frye, se trata de uno de los poetas menos leídos del habla inglesa.
Y cosa curiosa,
que haya sido un venezolano, el profesor Alberto Arvelo Ramos (1936-2010),
insigne educador y autor, de lo que hoy se designa como estudios culturales, el
que haya escrito uno de los libros más importantes sobre la filosofía que
movían los engranajes de ese Deus Inversus, Los Universos religiosos, políticos, ontológicos y poéticos de William Blake
(2010, Universidad de Los Andes), que es, justamente, el título de su obra.
Blake, uno de los
espíritus más libres y creativos del siglo XVIII, estuvo a punto de ser
confinado en una institución para enfermos mentales, pero gracias a ese gusto
de la sociedad inglesa por lo extraño y decadente (en el sentido de
extravagante) fue dejado que viviera en paz hasta el fin de sus días (murió a
los 62 años por complicaciones hepáticas debido a la continua inhalación de
vapores corrosivos, producto de sus grabados con ácidos en planchas de cobre).
Un hombre que veía
y hablaba con ángeles en las ramas de los árboles en sus paseos por las calles,
que gustaba de escuchar a un vecino, que desnudo le recitaba versos del
Infierno de Dante en el jardín de su casa, que según su más reciente biógrafo,
Leo Damrosch, la mismísima escritora Mary Wollstonecraft, reconocida fundadora
del movimiento feminista, se había ofrecido para integrar un ménage à trois con el poeta y su esposa, nada de esto escandalizó
a la sociedad de su época, aparte de algunos devaneos en el comportamiento
exótico de Blake, éste vivió una vida de apacibilidad doméstica, propia de un
pequeño artesano.
Pero en 1803, uno
de sus mecenas le prestó una casa en las afueras de Londres, en Susex, donde
tuvo un altercado con un soldado borracho que invadió su residencia y durante
el mismo, el poeta aparentemente maldijo al Rey, cosa que era un delito mayor,
se le siguió juicio y a duras penas se salvó de ir con sus huesos a la cárcel.
El grueso de la
obra de Blake aun no ha sido traducida al castellano, recientemente ha cobrado
popularidad, no es un escritor fácil, pero gente como el gran mago Aliester
Crowley, el escritor Aldus Huxley, para Tolkien, que confesó fue una influencia
importante en su obra, repetidamente mencionado por el político David Cameron,
el roquero Bono (del grupo U-2), e incluso The Doors lo tienen como referencia
en algunos de sus trabajos, y demás está decir, que se trata de uno de los
poetas más admirado por nuestro Jorge Luis Borges.
En un delicioso
artículo del periodista James Ward, titulado Glorius Luminary, nos refiere la historia de uno de los himnos más
preciados por la realeza inglesa, que utilizan para ocasiones de gran pompa y
circunstancia, especialmente bodas que escenifican en la Abadía de Westminster,
que se llama Jerusalén, el
compositor, Sir Charles Hubert Hastings Parry, escogió para los coros unos
versos de Blake, que justamente corresponden a su obra sobre Milton, porque
Blake tiene un poema llamado Jerusalén
que no tiene nada que ver con ese himno, y como los versos terminan con la
pregunta ¿Y todos esos pasos
antiguos/Caminaron sobre las verdes montañas de Inglaterra?, justo en el
momento de la apoteosis de la pieza. Ward se ríe porque esos versos, que tanto
inflaman el orgullo de la realeza, fueron escritos por un hombre radicalmente
antimonárquico, que abogaba por la ejecución del Rey y que creía en la
institución del divorcio.
Decía el gran
crítico e historiador de la literatura Harold Bloom: “Yo he envejecido venerando a Blake (por más de sesenta años)… La
esencia del genio de Blake es su exuberancia y autonomía. Y su coraje de pensar
y ver de nuevo de donde procedemos.”
Y es que Blake por
medio de sus libros proféticos, como él los llamaba, obligó al mundo intelectual
de su época a revisar las tesis cosmogónicas y teológicas que eran dogma y no
eran discutidas de otra manera; el diablo, los infiernos, la maldad eran parte
del universo, imposible entender a Dios sino conocíamos de su contrario, el
mundo estaba incompleto sin el enemigo, el pecado era la otra cara de Jano,
opuesta a la virtud, y conocer a los demonios fue su propuesta.
Una misión extraña
para un hombre que vino de buena familia, que no tenía mayores vicios, ni mayores
problemas económicos (excepto al final de su vida que vivió pobre y abandonado),
apreciado por sus amigos, admirado por sus seguidores, claro que sufría de
depresiones y paranoia que se fueron agravando con la edad, que tuvo algunos
disgustos domésticos sobre todo de celos con su pareja, era de carácter
obsesivo y fue retrayéndose hacia su mundo interior.
Uno de los mejores
grabadores de su tiempo, excelente acuarelista y pintor, su obra, esencialmente
romántica, es reconocida como avanzada para su tiempo, fue un tecnólogo que
logró inventar procesos de grabado e impresión que usaba para ilustrar sus
propios libros, los cuales, por el complicado trabajo que suponía su
elaboración, produjo muy pocos ejemplares y no fueron muy populares.
Nos dice Arvelo
Ramos en su estudio: “Como Blake tiene
tratos con los Demonios, como acostumbra a sentarse con ellos para- leer con él
la Biblia en sentido infernal- como publica una antología de proverbios del
infierno, visita con Milton el Hades, y tienta y es tentado por Dragones,
Espectros y Diablos, se ha convertido en un lugar común afirmar, o dejar
sentado implícitamente, que es un poeta maldito.”
Profesor Arvelo Ramos |
Pero esto no es
así, afirma Arvelo Ramos, Blake ve en Satanás a la rebeldía por antonomasia y
como su admirado Milton, se pone de parte de las huestes infernales porque son
revolucianarias, nos dice: “Bajo el
influjo de Milton, Blake percibió y admiró lo bueno en el demonio y despreció a
Jehová como el malo. Esa posición era compartida por otros poetas románticos
ingleses, Lord Byron y sobre todo, P.B. Shelley.”
Deus Inversus, la obra de Arvelo Ramos es un hueso duro de roer,
no es fácil, el profesor, oriundo de Caracas y con una larga carrera docente en
Los Andes, se adentro en los orígenes filosóficos del maniqueísmo, cae en una
rigurosa exposición de la filosofía de Plotinio y la conjuga con las ideas de
Hegel para finalmente explicarnos el complejo mundo de ideas en que vivía
Blake, aderezado todo con un enorme conocimiento de la tradición talmúdica y de
la Cábala, aparte de un manejo riguroso de los textos bíblicos, para los que
gustamos de desenredar este tipo de madejas, el libro es un reto, estoy seguro
que al profesor Harold Bloom, le hubiera gustado leerlo.
Para terminar dos
datos que considero importantes, el recién nombrado presidente de los EEUU, el
Sr. Donald Trump es un lector asiduo de William Blake, de hecho es dueño de
costosas impresiones de sus libros, que exhibe con orgullo en su biblioteca
personal.
El segundo dato,
por fin supe que es y de donde viene la palabra Albión, con lo que a veces se
refieren a Inglaterra, en la tradición judaica cabalista Adam-Kadmon, era un
gigante originario de la patria judía, como él, varias regiones del mundo
tienen sus gigantes originarios como parte de esa tradición mitológica que
explica en génesis de sus pueblos y cultura, en esta mitología algunos poetas
afirman que de la Atlántida surgieron varios de estos gigantes, Atlas, hijo de
Poseidón, Dios de los mares, soportaba el mundo a sus espaldas, de estos
titanes, uno de ellos era Albión, epónimo de Inglaterra, y fue Blake quien
popularizó el nombre, utilizándolo al referirse a su patria en algunos de sus
poemas. – saulgodoy@gmail.com
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