lunes, 26 de diciembre de 2016

Lo que nos trajo la MUD


Lclase política que nos ha tocado sufrir en estos últimos 40 años ha sido la borra, el residuo, de un pensamiento y una manera de actuar agotada por el socialismo cristiano decimonónico, desarrollado por el contubernio entre la iglesia y los partidos políticos, con el fin de mantener a una clase social de pobres e ignorantes en el país, que sirviera de manso rebaño a los pastores de las almas, y de clientes políticos para los programas sociales desarrollados por los diferentes partidos políticos, que iban detrás del voto grueso de la población.
Con el fin de siglo y de milenio aparecieron una serie de organizaciones políticas y una supuesta “nueva” generación de políticos ofreciendo al país unos programas e ideales de futuro que nos iban a encaminar por el progreso y la felicidad, prometían cambios importantes en la manera de gobernar al país con una mayor participación, más democracia y  algunos hasta hablaban de un hombre nuevo.
Y la verdad es que el país venía de un modelo ya agotado, el poder había corrompido las voluntades de los líderes políticos que se habían olvidado del país, los intereses individuales estaban atornillados a ministerios, corporaciones y empresas del estado que ordeñaban diligentemente para su beneficio.
Las ambiciones de los mandarines del poder, que representaban importantes grupos económicos, estaban entretenidas en sacarle al estado las mejores tajadas del presupuesto nacional; las rencillas de las diferentes tribus políticas llevaron a ventilar sus conflictos ante la opinión pública en sendos procesos judiciales contra sus principales jefes… la pelea era a cuchillo, y el pueblo permanecía afuera, de mirón.
En esos últimos años del siglo XX se había creado la ilusión de que se estaba educando al pueblo para enfrentar los grandes retos del país; contábamos con un Ministerio de Educación que era un gigante burocrático de mil tentáculos, que consumía ingentes sumas de dinero, que contaba con decenas de miles de escuelas, liceos e institutos, donde supuestamente estaban educando a los venezolanos… todo era una mentira, se trataba de una gran colmena de sindicatos, funcionarios y contratados que, desde Caracas, pretendían sostener una pirámide educativa sumamente costosa e ineficiente.
A pesar del número creciente de nuevas universidades e institutos educativos, la calidad de la educación era mala; sólo un grupo muy pequeño de casas de estudios mantenían un alto estándar en la preparación de sus egresados, pero eran pocos, el resto del país se tenía que conformar con técnicos y profesionales de mediocre preparación, donde sólo se distinguían aquellos que tenían el don natural o las habilidades que los hacían “diferentes” y que eran reclutados por las empresas y preparados para puestos de gerencia media.
La principal carencia de todos estos jóvenes, regurgitados por las instituciones educativas del país, era la de una sólida preparación científica; les faltaba una educación cívica, que incluyera la historia de sus regiones y del país, pero no las versiones militaristas heroicas tradicionales, se necesitaba consolidar la convicción democrática de que eran no sólo sujetos de derecho, sino personas nacidas en libertad.
Pero salían con la cabeza llena de ideas socialistas, convencidos de la obligación que tenía el estado de velar por su bienestar y su futuro, robándoles la iniciativa personal de ser dueños de sus destinos, de lograr la independencia personal en medio de la ilusión de que los venezolanos éramos ricos y que, de ser pobres, era porque alguien nos estaba robando lo que era nuestro, que de seguro venía de los empresarios y los negocios privados. El venezolano formado en nuestra corriente educativa era el producto fatal de dos metafísicas nihilistas, la cristiana y la socialista, que despreciaban la realidad en aras de un futuro utópico… todo un coctel embrutecedor para nuestras cabecitas tercermundistas.
Fue por ello que el chavismo tomó al país por asalto, sin ninguna resistencia, y con un pueblo que lo estaba esperando con los brazos abiertos… allí estaban los revolucionarios, los que finalmente harían justicia social.
Fue así como los venezolanos, supuestamente demócratas, recibieron a sus esclavistas.
El sueño de tanta gente trasnochada, de tener en el gobierno a los militares, era ahora una realidad, y para colmo, lleno de militares traidores, vendidos a la revolución cubana de Fidel Castro, con una sed de poder insaciable, igual a esa sed de sangre humana con que despiertan los vampiros, descrita magistralmente por el novelista Whitley Strieber en su novela The Hunger (El Hambre), de la que se hizo una película nada menos que con el desaparecido David Bowie.
Y dentro de esa camada milenarista de nuevos políticos, que levantaron sus banderas democráticas, estaban los jóvenes de la organización Primero Justicia, Julio Borges, Henrique Capriles, Leopoldo López y toda una lista de primerísimos actores de reparto que no tenía parangón, todos socialistas-cristianos… una nueva mutación que surgió de unir los genes de los partidos del stablishment, que eran AD, Copey y el MAS.
Igual sucedió con los partidos que nacieron en las regiones, en el Zulia, en Bolívar, en los Andes y en Oriente, todos socialistas de pensamiento e intención, todos jugando a la apuesta del estado fuerte necesario, un estado petrolero organizado como un estado bienestar, rentista, de un colectivismo benigno, en la forma de una clientela política dependiente de sus organizaciones, todos apostando a un estado empresarial exitoso… viejas fórmulas en nuevos estuches. La pereza mental ha sido una cualidad distintiva de nuestro entorno político desde que Rómulo Betancourt escribiera su portentosa obra de filosofía e historia política (con una enorme carga socialista).

Cómo se gestó la crisis.
Yo soy de los que creen que el socialismo fue implantado en nuestra psique por medios absolutamente culturales; no es que seamos genéticamente socialistas, esa tesis de la determinación ideológica de un pueblo es absolutamente artificial e insostenible.
Para el momento en que recibimos los primeros efluvios del socialismo, éramos un pueblo ignorante, veníamos de una situación colonial, de guerras de independencia que se unieron a revoluciones por reivindicaciones de clases, y nuestro grado de desarrollo social y mental era muy básico, de modo que fue un buen terreno para que germinara la idea de la liberación del opresor, del colectivismo, de la justicia social y de la constante búsqueda de un mesías redentor, de un líder.
Por supuesto, nuestra historia de la modernidad está forjada en socialismo y mantiene gravitando en nuestro entorno la poderosa presencia de una iglesia retrógrada, dogmática y al servicio de los intereses dominantes; la política era, y es entendida, exclusivamente, en términos de una pobreza cuyo origen era la explotación del hombre por el hombre, la cual se vio radicalizada con la expansión del derecho al voto a los desposeídos y analfabetas. La lucha de los partidos fue por la búsqueda de esos votos que eran la mayoría.
El desarrollo de nuestra riqueza petrolera en industrias y un urbanismo diferente, el contacto más directo con los musiúes del norte, sus formas de vida, sus valores, nos introdujeron por primera vez en un mundo que no era socialista; el capitalismo nos visitó con todas sus bondades y vicios, y se quedó para siempre conviviendo con esa otra primitiva ideología.
El país se transformó materialmente, pero mentalmente seguíamos alimentando esas ideas de culpas históricas, de resentimientos y de ganas de liberarnos de lo que fuera, no importa si estábamos progresando lentamente convirtiéndonos en un país diferente, desarrollado, con oportunidades… nuestros políticos seguían bebiendo de las aguas podridas del socialismo a ultranza, nuestros militares seguían hurgando en las posibilidades de nuevas revoluciones por medio de golpes militares.
Y sobrevino la Revolución Cubana, con Fidel Castro a la cabeza, para convertirse en ejemplo y vitrina del futuro para Latinoamérica; y Fidel, absolutamente convencido de la tesis leninistas de internacionalizar la revolución, como el único camino para la sobrevivencia de su propia revolución, se lanzó a la aventura de la conquista continental con el respaldo del comunismo internacional.
Fue una apuesta de largo aliento y de un trabajo de hormiga que finalmente dio su fruto en Venezuela, donde estaba el cofre del tesoro; pero lamentablemente ya para ese momento no había socialistas, sino una mutación nefasta de lo peor del capitalismo salvaje con lo más siniestro del comunismo real, un incubo llamado “chavismo” que, para los intereses de Cuba, funcionaba.
Pero ya el comunismo había penetrado en los EEUU y el partido demócrata se estaba convirtiendo en el socio del comunismo internacional; tanto Barack Obama como los Clinton tuvieron como política exterior la entrega del subcontinente latinoamericano a las fuerzas socialistas.
Dejar hacer, dejar pasar fue el lema en las dos administraciones de Obama en cuanto al socialismo en América del sur, y fue cuando ya los Clinton se creían dueños del aparato de gobierno del gigante del norte que Obama se atrevió de dar el paso de convertirse en amigo y socio de Cuba, su principal archienemigo en la región; ya para ese momento Brasil se estaba descalabrando en el constructo socialista, al igual que Argentina, todo este plan estaba conjugado con la campaña mundial de acusar un calentamiento global producido por el hombre, y señalando a las economías petroleras de ser su principal causante. Eso llevó a Obama a tratar de cambiar los equilibrios económicos mundiales, pasando del patrón energético en base de hidrocarburos a uno de energías alternativas, sobre las cuales se quería fundar el nuevo orden socialista mundial.
Lamentablemente, el Vaticano y la institución papal estaban involucradas en esta conspiración en contra de la libertad del ser humano; el Papa Francisco, sin que le temblara el pulso, puso a la Iglesia toda al servicio de esta avanzada socialista, confundiendo su primado religioso con la vena política peronista, que late más fuerte que la prudencia en el caso de este triste argentino, que coadyuvó a la destrucción de mi país y que se llevará a la tumba el epíteto del Papa Rojo.
Con la victoria del candidato Donald Trump, los EEUU se salvó en la raya de convertirse en un país neocomunista, y Venezuela fue uno de los daños colaterales que dejó el plan demócrata para conseguir su Nuevo Orden Mundial; nos echaron al pajón para que los cubanos hicieran fiesta.
Estamos justamente en este nuevo episodio, con un narcogobierno, en manos de mafias del crimen organizado, todavía parasitados por el régimen de Raúl Castro, a pesar del costo social que tiene esa contribución petrolera, y somos el territorio de alivio y de aprovisionamiento de la guerrilla colombiana,
Somos un paraíso y centro de distribución de materiales, operativos y personal de importantes grupos terroristas, incluyendo a los islámicos; somos centros de blanqueo de capitales de la droga, de venta de armas, de tráfico de humanos; las finanzas enteras del país actúan como una gigantesca lavadora de dinero negro para el resto de las mafias internacionales… nos hemos convertido en una verdadera amenaza no sólo para la paz mundial sino para la estabilidad económica internacional.
Financiamos a la izquierda española, liderada por PODEMOS; sostenemos importantes contribuciones a Bolivia, Ecuador, Nicaragua, y algunos países del Caribe, que nos siguen desangrando… el gobierno sostiene al mayor número de partidos de oposición en nuestro país, entre ellos a la MUD.

Sabernos diferentes es un principio.
Tuvimos que pasar por la ordalía de traiciones y mentiras para poder darnos cuenta, en carne propia, de que estamos tratando con unos enemigos implacables y sin escrúpulos, que infiltraron nuestro principal frente político, tienen comprados a ciertos diputados que supuestamente nos debían lealtad, pero están del otro lado.
Parte de la estrategia del chavismo es robarnos toda esperanza de lucha, llevarnos a la inmovilidad; pero debemos tener cuidado, tampoco la idea es entregarle todo nuestro esfuerzo al enemigo, en esos partidos políticos socialistas, que son parte de nuestra lucha, hay gente consciente, luchadores de valía que debemos conservar para la que viene, Borges, Capriles, la gente de Rosales, ya están marcados por el chavismo, son su ganado… que sigan negociando y dándole legitimidad a este régimen de muerte. Los colaboracionistas están al descampado, tratando desesperadamente de cohabitar con el bandidaje.
Toda la verdadera derecha venezolana está intacta, y es ahora la que debe liderar el enfrentamiento final, que obligatoriamente será con una alianza con Trump, con los nuevos EEUU potenciado ahora por los conservadores, que no van a tener piedad de los chavistas, y que necesitan a los verdaderos interlocutores de la Venezuela libre y democrática.
Porque soy de los que creen que los venezolanos tienen rasgos conservadores clásicos, tenemos en la familia al principal pilar de nuestra sociedad, somos gente que cree en Dios, tenemos confianza en nuestras tradiciones y con ello me refiero a las instituciones que nos han acompañado a lo largo de nuestra historia: el gobierno, entendido como la administración pública tanto  nacional como municipal, que es el garante de la paz social; las universidades, semilleros de saber que cultivan nuestra juventud; los centros de salud, que son algo más que simples hospitales, y los médicos, que siempre han sido líderes comunitarios con una alta credibilidad, y lo siguen siendo; los medios de comunicación, en su cruzada por mantenernos informados con la verdad; nuestros mercados, donde acudimos para abastecernos de buenos productos y encontrarnos con los vecinos… en fin, los venezolano no somos comunistas que viven de la fábrica al partido, o del campo a los mítines, somos mucho más que simple ganado.
Además, somos gente libertaria, no creemos en imposiciones y controles, confiamos en el sentido común de nuestras comunidades, nos gusta autogobernarnos, somos emprendedores natos, nos gusta hacer negocios, ganar dinero con ingenio y trabajo honesto, somos excelentes consumidores porque nos gusta la buena vida… creo, de verdad, que no tenemos madera para el comunismo y que eso del socialismo es una imposición de sectores organizados que nos quieren colectivizar y explotar, tal y como lo está haciendo el chavismo.
Yo creo que la naturaleza del venezolano es más de derecha que de izquierda; yo sé que hay gente interesada en borrar estas diferencias, sobre todo socialistas que ya no tienen discurso, ni identidad, y que prefieren pasar inadvertidos sembrando su semilla de odio social, declarando diferencias de clases y acusando el orden legal como una invención burguesa.
Pero cuidado, los que quieren que todos seamos iguales, están dispuestos a ser esclavos, quieren borrar las diferencias que separan a los que creen en la individualidad, en el esfuerzo personal, en la independencia, en que el trabajo es premiado con una mejor vida, los socialistas son aquellos manganzones que creen que el estado debe mantenerlos, que sus errores y pecados son culpa de la sociedad y que ser rico es malo… pretenden robarte lo que tanto esfuerzo te ha costado y aprovecharse de tu esfuerzo para ellos gozar sin trabajar, porque eso es lo que entienden por “justicia social”.
Los socialistas todos, sin excepción, tienen el grave defecto de creer que sus principios morales son superiores a los de cualquier otro, que porque piensan, hablan y comulgan con el bien general, el colectivo, el pueblo como masa, la verdad y la razón están de su lado… y ese falso orgullo los hace actuar como si nos estuvieran haciéndonos un favor, que todo lo que hacen los socialistas es por nuestro bien, por lo que deberíamos estarles agradecidos por sus “sacrificios”. Por ello es que actúan sin consultar a nadie y pretenden que sólo ellos hacen buenas acciones, así les salga un montón de excremento, como fue el caso de los diálogos inconsultos con el gobierno.
Yo creo que la MUD debe quedar para los partidos socialistas y sus adeptos colaboracionistas y chavistas “light”, en esa gente ya no se puede confiar; tratan de parecerse a uno, pero en realidad son unos cobardes acomodaticios, que necesitan un amo que les diga qué hacer, ya vienen con el chantaje de que son los únicos registrados como partido político en el CNE y que tenemos que morir con ellos, pues que se vayan bien largo pal’ carrizo, la voluntad del soberano está con nosotros, y ya muchos despertaron en shock al verlos aceptando los términos de los enemigos de la patria. -  saulgodoy@gmail.com





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