Yo hubiera aceptado financiar el muro con los EEUU, hubiera puesto a un lado el orgullo nacionalista que quieren atarle al asunto y ser pragmáticos, el vecino es poderoso, México depende en gran medida de que esas relaciones comerciales y de intercambio, tiene todavía un largo camino que recorrer para independizarse y ser autónomos, de la noche a la mañana no se diversifican nuevos mercados.
Obligatoriamente
los mexicanos deben llevarse lo mejor posible con su temperamental vecino, la
naturaleza los puso uno al lado del otro, no fue algo voluntario, y ahora que
los EEUU ha entrado en una etapa de malas pulgas con el mundo, es mejor
seguirle la corriente, se cree víctima y está en una onda defensiva, y por su
tamaño y poder, esto podría ser peligroso.
Revisemos
un poco sus alegatos, la inmigración ilegal de aproximadamente 11 millones de
personas de origen hispano los tiene locos, les encarece la vida otorgándole
ayudas, permitiendo que utilicen sus servicios públicos, mantener esa masa de
gente en realidad constituye una carga injusta para USA, pero no toda proviene
de México, una buena parte viene de Centroamérica vía México y eso
indudablemente es un problema de los mejicanos.
Vamos
a suponer, y en los alegatos de Trump hay algo de eso, él considera, al igual
que muchos norteamericanos que la emigración hispana no es buena, reporta más
problemas que beneficios, es una población que no se integra, no aprende el
idioma del país, conserva unas costumbres que son diferentes, entre ellas unas
malas costumbres de violencia y crimen que afectan la tranquilidad de los
moradores de USA.
Ni
siquiera vamos a considerar los aspectos positivos de esta emigración porque
por ahora, no es del interés de los gringos escucharlos, simplemente quieren su
muro, por aquello que límites claros hacen buenos vecinos, recordemos solamente
que varios padres fundadores de esa gran nación fueron agrimensores, se
dedicaban a parcelar terrenos y fincas, y como buenos creyentes de la propiedad
privada, les es vital la cabida, separar lo de ellos de los demás.
Trump
se ofrece a construir el muro pero quiere que lo paguen los mejicanos, pero
veamos en detalle la operación, es la regla de oro del capitalismo que quien
paga por algo tiene derechos y un muro tiene dos caras, tiene un espacio aéreo,
tiene un espacio subterráneo, ese muro va a tener entradas y salidas, oficinas,
instalaciones, seguridad, mantenimiento, va a generar unas normas y unos
efectos, llamémoslo espirituales y culturales.
Trump
cree, erróneamente, que aislando su país de México se acaban sus problemas con
Méjico, que metiendo a los EEUU en una burbuja auto contenida nada malo les
sucederá, es una posición infantil que los perjudica más que los ayuda, pero
bueno, ellos deben darse cuenta por experiencia propia que aislándose lo que
hacen es acelerar el proceso de decadencia de su sociedad, si lo que los impulsa
es racismo, se darán cuenta al cabo de pocas generaciones que las leyes de
Mendel aplican para todos y que las enfermedades mentales, la degeneración biológica,
la debilidad del genoma se aceleran cuando la sepa se aísla o continúa
reproduciéndose sin introducir variantes y adaptabilidades en la herencia,
ellos mismos serán su propio experimento genético que dará como resultado gente
muy blanca y tullida.
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Los
mejicanos no se dan cuenta lo positivo que va a ser el muro para su futuro, van
a verse obligados a reducir su dependencia con el vecino que no los quiere, si
estuviera en mis posibilidades les ayudaría a pagar por ese muro, porque unos
EEUU con esa actitud, para mí deja de ser los EEUU que una vez conocí, que me
brindó cobijo, educación y afecto por unos años importantes en mi juventud y
del que tengo los mejores recuerdos, pero esos EEUU que ahora veo surgir por el
horizonte no se parece en nada a mis amigos del norte.
Ese
muro del que ahora los mejicanos se quejan va a ser una fuente de entrada de
dinero que ni se imaginan, solamente pienso en los derechos para hacer
películas, las excursiones vacacionales para tocar el muro y hacerse un
selfies, contratar espacio publicitario en esa pared será un negocio redondo,
los libros, novelas, el arte en general que producirá ese monumento al apartheid,
será memorable y creo, no muy positivo para los EEUU.
Los
muros conllevan un blackout de información, censura, recrudecimiento del
control social, reducción de las libertades, aumento de la paranoia, no es fácil
la vida en un encierro, porque eso es lo que viene puertas adentro, vigilancia continua
de la población, control del movimiento, control del pensamiento…
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Y por
los vientos que soplan en Washington la estrategia parece que es mundial, sólo
habrá un club de amigos de los EEUU, un grupo muy reducido de naciones con
ciertas características bastante odiosas, y con la pretensión de tratar al
resto, como gente de segunda y de tercera clase.
La
idea me parece tan disparatada, sus consecuencias tan ofensivas al verdadero
espíritu americano que me parece que debe venir una rectificación en cualquier
momento, el Sr. Trump es un hombre inteligente, lo ha demostrado, si no fuera
así no estuviera donde ahora se encuentra, si lo que quería era un tratamiento de
shock para su vecino, lo logró, ya tiene su atención, pero seguir en esta ruta
lo pone en una situación que no le conviene en nada a los intereses de su
nación, se lo dice un amigo que tiene familia muy querida que son ciudadanos de
ese gran país. - saulgodoy@gmail.com
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